En el cielo hay Ángeles y en el infierno viven los demonios pero, de todos ellos ninguno con ojos como los tuyos.

Dafne paro el auto frente a la gran casa de Los Thomson, se bajo y camino hacia la casa con total tranquilidad.  Llamo al timbre y espero a que la puerta se abriera, al hacerlo sonrió al ver el rostro de la empleada.

-El señor Claudio no esta –Silvia frunció el ceño

-Lo se –Dafne sonrió –Estas sola en la casa, el mayordomo tiene el día libre, la limpiadora acabo su turno hace dos horas y la muchacha que te ayuda esta enferma

-¿Quiere decir que ha venido a verme a mi? –Silvia parecía aun mas confundida

-¿Vas a dejarme pasar? –Dafne levanto una ceja -¿O quieres que tratemos nuestro asunto aquí?

-Pasa –Silvia se hizo a un lado rápidamente, entendiendo que la razón por la que ella estaba allí.  La única razón que ambas tenían para estar en esa casa, cerca de ellos

Ambas caminaron por la casa hasta llegar a la cocina, allí Dafne se sentó en la mesa y espero a que Silvia la imitara

-¿Qué es lo que quiere? –Silvia la miro a los ojos

-La verdadera cuestión es ¿Qué es lo que quieres tu? –Dafne sonrió -¿Estas dispuesta a todo para vengarte de ellos?

-Si –la respuesta fue rápida, decidida

-Entonces solo tienes una cosa que hacer –Dafne metió la mano en su bolso y saco de el un pequeño frasco –Vierte dos gotas de esto en la comida o bebida de Claudio, una vez al día

-¿Qué es? –ella miraba el frasco con desconfianza

-Tranquila, nadie podrá averiguar que se le ha suministrado –sonrió triunfal –Afectara a su corazón, poco a poco lo volverá un hombre cansado, enfermo

-¿Y que gana usted con esto? –Silvia la miro confundida

-Que tenga prisa, por vivir la vida, por disfrutar –se mordió el labio –Por tenerme a su lado el tiempo que le quede

-¿Piensa casarse con el? –Silvia la miro horrorizada

-Y tu te encargaras de que este lo bastante enfermo para querer cumplir con sus deberes matrimoniales –miro el frasco –Lo tendré en mis manos, a el y todo lo suyo

-Aníbal no lo permitirá –negó con la cabeza

-De el ya me encargo yo –Dafne le entrego el frasco –Tu solo haz tu parte, te aseguro que los Thomson sufrirán por todo lo que han hecho 

-De acuerdo –Silvia apretó el frasco en su mano

Dafne salio victoriosa de aquella casa, había logrado lo que necesitaba, tenia una aliada dentro de la mansión Thomson.   Mucho mejor, una mujer que la ayudaría a mermar la salud de Claudio y así su plan iría mas rápido.   Todo estaba saliendo a pedir de boca

Subió a su coche y condujo con tranquilad mientras dejaba que la música la relajara, entonces un todo terreno negro se paro ante ella impidiéndole avanzar.  Y ella sabia de quien era se coche

-¡¿Qué demonios quieres?! –Dafne lo fulminó con la mirada cuando salio del coche

-Sal del coche –El no espero a que respondiera, abrió la puerta y la agarro del brazo, apago el coche y le quito las llaves, después la llevo hasta su todo terreno –Sube

-¡No! –Dafne lo miro desafiándolo

-¡Sube de una maldita vez! –Matt parecía fuera de sus casillas y al ver que ella no iba a cooperar la agarro por la cintura y abrió la puerta trasera del coche, la tiro dentro como si de un saco se tratara y cerro de un portazo, después echo la cerradura.  Camino de nuevo hacia el auto de ella y lo aparco en lado de la calzada, regreso a su coche y cuando entro en el lugar del conductor tuvo que agarrarla de las muñecas -¡Estate quieta!

-¡Sácame de aquí! ¡¿Qué demonios crees que haces?! –Dafne se libro de su agarre y trato de abrir las puertas pero no pudo -¡Déjame salir!

-No –el respondió tranquilamente mientras arrancaba su coche e iniciaba el viaje

-¡¿Dónde me llevas?! –Dafne lo miraba furiosa -¡Te arrepentirás de esto!

-Lo que tu digas –Matt dio un volantazo a la derecha y ella calló sobre el sillón, miro por el retrovisor –Deberías ponerte el cinturón

-¡Y tu deberías soltarme ahora! –Dafne volvió a incorporarse

-ya te he dicho que eso no va a pasar –El suspiro y siguió concentrado en la carretera

Dafne supo que habian llegado al destino cuando el introdujo el auto en un garaje, después de aparcarlo se bajo y le abrió la puerta.  Claro que no esperaba la reacción de ella, que le dio una patada en el estomago y aprovechando la situación salio corriendo

-¡Socorro! –corrió por el garaje buscando la salida

-¡Cállate maldita sea! –Matt corrió tras ella y la agarro de la cintura levantándola del suelo

-¡Suéltame! –Dafne lo golpeaba con las piernas -¡Déjame!

-¡¿No puedes estarte quietecita ni un minuto?! –Furioso el regreso al coche lo cerro y después se dirigió al ascensor cargándola como si fuera una bolsa.  Una vez en el ascensor la soltó en el suelo pero la mantuvo agarrada del brazo

-¡Socorro! –Dafne volvió a gritar y se sorprendió al notar como el la empujaba contra la pared con su cuerpo y unía sus labios en un beso.  Cuando la puerta del ascensor se abrió, ella entiendo porque lo hacia, un hombre entro al ascensor mirándolos incomodo.  Ella trato de librarse de el, pero Matt le agarro las muñecas y siguió besándola

-Esta es nuestra planta cielo –Agarro a Dafne del brazo y tiro de ella antes de que pudiera decir nada, antes de que las puertas se cerraran le dio una palmada en el trasero

-¡Eh! –Dafne dio un respingo -¡No vuelvas a hacer eso!

-Como tu ordenes –El hizo una mueca, sin soltarla introdujo la llave en la puerta que estaba frente a ellos y abrió, después la empujo dentro y tras entrar cerro –Bien ahora puedes gritar todo lo que quieras, esta insonorizado –el sonrió –Y si piensas en salir por la ventana estamos en un décimo piso

-¿Qué sitio es este? –Dafne miro a su alrededor, era un apartamento, pintado en blanco y con muebles oscuros

-Es mi casa –El camino hasta el salón –La autentica, la de Matt Brown

-¿Y por que me has traído? –Dafne le miro con el ceño fruncido

-Porque quiero que me digas que estabas haciendo en la casa de los Thomson –el la miro a la cara –Ellos no estaban y estuviste hablando con la empleada

-¿Ahora me sigues a mi? –Dafne lo miro con una ceja levantada –Lo que yo haga no es de tu incumbencia

-¡Maldita sea! ¡Esto es algo muy peligroso! ¡¿Es que quieres acabar muerta?! –Matt camino hacia ella furioso -¡¿A caso no tienes cabeza?!

-No me importa lo que ocurra, siempre que consiga mi fin –Dafne lo miro a los ojos fríamente –Los Thomson tienen mucho por lo que pagar

-¡Y para eso estoy yo aquí! –El la agarro de los brazos -¡Yo me encargare! ¡La justicia se hará cargo!

-¡La justicia! –Dafne se libro de su agarre y sonrió amargamente -¡¿Dónde estaba la justicia cuando el robaba, asesinaba y violaba?! ¡¿Qué hará la justicia ahora?! ¡¿Detenerle?! ¡¿Hacerle pagar un dinero y unos cuantos años en la cárcel  volver  a la calle?! ¡Volver a hacer lo que le da la gana sin miedo a las consecuencias!

-¿A caso no es eso lo que tu haces? –Matt la miro fijamente –Lo que te da la gana sin importar las consecuencias

-Te equivocas –Dafne cerro los ojos –Yo asumo las consecuencias, tanto para ellos como para mi  Ellos se las merecen y yo –abrió los ojos y lo miro –Yo estoy dispuesta a pagar cualquier precio por mi venganza

-¿Incluso tu vida? –El la miro de arriba abajo  Le parecía imposible que esa mujer que tenia frente a el pudiera ser tan fría

-Yo no tengo vida –Dafne sonrió con tristeza –Solo vivo para mi venganza, no me importa perder algo que no tengo

-Pues a mi si me importa –Matt camino hacia ella y se paro muy cerca, mirándola a los ojos –A mi si me importa tu vida –acarició su mejilla –Si me importa perderte

Ninguno de los dos volvió a decir nada, simplemente se miraban, Matt le quito el gorro que llevaba y se acerco para besarla.  Sorprendentemente Dafne no le rechazo, dejo que la besara, fundió sus labios con los de el y entrelazo su lengua con la suya

Cuando Matt la oyó gemir paso las manos por la cintura de ella y la atrajo a su cuerpo, la pego sintiendo su calor a través de la ropa.  Ella paso los brazos por el cuello de el y acaricio el pelo de Matt con delicadeza, después bajo las manos por su pecho y fue abriendo lentamente la camisa de el, hasta tenerla completamente abierta y poder deslizarla por sus brazos hasta el suelo.  Matt se separo de ella para mirarla a los ojos mientras agarraba el filo de la camiseta de ella y la levantaba, Dafne elevo los brazos ayudándole

El la agarro de la mano y la guió hasta la habitación, hasta la enorme cama blanca que había en el centro.   Bajo la atenta mirada de ella el se quito el pantalón y la ropa interior, dejándola observar, dejándola tomar la decisión de quedarse o poder marcharse.

Y ella eligió, llevo las manos a su sujetador y tras abrirlo lo dejo caer al suelo, bajo la ardiente mirada de el, abrió su pantalón y lo dejo caer junto con sus braguitas

Ambos estaban desnudos, uno frente al otro, mirándose.

Matt extendió el brazo y le tendió la mano, ella coloco la mano sobre la suya y se dejo llevar hasta la cama, donde la tumbo suavemente.  No dejaba de mirar la maravillosa imagen de esa mujer desnuda, sobre su cama, con su cabello abierto en cascada y sus penetrantes ojos anhelándolo, como el la anhelaba a ella.

Se coloco sobre ella despacio y la beso suavemente, a lo que ella respondió abrazándole y pasando los dedos por su espalda . 

Mientras se besaban y acariciaban sus respiraciones se hacían cada vez mas ajetreadas.

Dafne abrió completamente las piernas y se arqueo hacia el, Matt gruño al sentir el contacto de su zona intima y alargando la mano hacia la mesilla de noche cogio un envoltorio plateado y lo abrió.   Después de ponerse el preservativo se coloco entre sus piernas y noto como ella contenía la respiración al colocarse en su entrada, despacio, muy lentamente se fue introduciendo en ella, pero Dafne no le dio tregua.   Alzo las caderas en un rápido movimiento hacia el y grito al sentirle completamente en su interior.   Y así, con el movimiento de caderas siguieron dándose placer, uno al otro

 UN CAPITULO CARGADITO   ¿Y AHORA? ¿PODRA SEGUIR DAFNE CON SU PLAN? ¿PODRA IGNORAR LO OCURRIDO? ¿PODRA MATT SEGUIR CON SU MISION SIN QUE ELLA SE INTERPONGA EN SU CAMINO? ¿SERAN ALIADOS O ENEMIGOS?  ALGO QUEDA CLARO; EL QUIERE JUSTICIA, ELLA VENGANZA     OS DEJO UNA FOTO DE DAFNE CON SU MODELITO, EL QUE EL le ARREBO PARA TOMARLA EN SUS BRAZOS