-Hola, Madame... -saludó Marina a la profesora, con timidez, cuando se encontró con ella mientras iba a buscar a sus amigos.

-¡Hola, Marina! No esperaba encontrarme contigo, ¡me alegro mucho de verte!

-Yo también me alegro mucho de verla a usted -le dijo la chica, con una sonrisa. Admiraba mucho a su profesora, su sueño era ser como ella en el futuro, profesora de francés -Bueno, nos vemos pronto, voy a ir con mis amigos, me están esperando.

-Un segundo, querida, ya que estás aquí me gustaría comentarte algo importante...

Marina sintió un cosquilleo en su estómago, como si tuviera un montón de mariposas dando pequeños voleteos ahí dentro... Se encontraba muy nerviosa por lo que le pudiera decir su docente favorita.

-Dígame, Madame -dijo la muchacha.

La profesora cogió aire y empezó a contar:

-¿Recuerdas cuando me dijiste que querías ir a París con tus amigos estas navidades?

-Sí, maestra, lo recuerdo. ¿Ocurre algo al respecto?

-Sí, Marina. Se me olvidó comentarte en la clase que yo también tenía pensado ir a la capital francesa estas navidades, ya que ambas teníamos mucha prisa por irnos al recreo. Además, yo tenía que hacer algunos recados importantes en la sala de profesores.

-¿En serio, profe? No me lo puedo creer, ¿y al final irá a París o solo es un plan que no es seguro?

-Ayer no era seguro, pero hoy ya lo he aclarado con mi familia y al final sí vamos a ir -dijo Madame -Quiero pasar allí la Navidad junto con mi marido y mi hijo... Aparte, también tengo familia y amigos parisinos.

-¡Genial! No sabía eso... ¡Mis amigos y yo también vamos a ir seguro! -exclamó Marina.

-¡Ay, cuánto me alegro, querida! París es la mejor ciudad del mundo, y quien diga lo contrario miente.

-Pues sí, profesora. Le voy a confesar algo, yo a pesar de ser española, a veces me siento francesa por dentro.

Madame se emocionó mucho al escuchar eso que le dijo Marina. Le dedicó una sonrisa, y después le preguntó:

-Por cierto, ¿qué día os vais y cuando volveréis?

-Partiremos el lunes que viene y volveremos unos días después de Año Nuevo, ¿y usted?

-Yo iré para allá con mi familia el fin de semana, un poquito antes que vosotros, y volveré el 8 de enero, ya que el 10 empiezan otra vez las clases.

-Vale, me parece bien, ojalá verla por allí...

-Pues sí, a mí también me gustaría mucho veros también a vosotros... Y bueno, que te lo pases genial, Marina. Ve ya con tus amigos, no te quiero entretener más.

-No se preocupe, profesora, me ha gustado mucho hablar con usted. ¡Espero verla pronto, adiós!

-¡Adiós, querida!

La adolescente buscó a sus amigos, pero no los vio por ningún lado. Se quedó un rato esperándolos en la esquina donde quedaban siempre, mientras desayunaba un plátano. Pero por suerte, después de unos 15 minutos volvieron. Johnny corrió hacia ella y la abrazó.

-¡Hola, Marina! ¡Qué bien que estés aquí, te estábamos buscando!

-Yo también, pensaba que ibais a estar por aquí.

-Estábamos aquí, Marina, lo que pasa es que decidimos ir a la biblioteca mientras tanto -intervino Andy.

-No os preocupéis, lo importante es que ya estamos juntos -concluyó la chica.

-Pues sí, amiga -dijo Sara -Por cierto, qué ganas tengo de que llegue esta tarde para ver qué dicen Daniela y Nieves respecto a lo del viaje...

-Todos tenemos muchas ganas de eso, Sara. No eres la única -corroboró Joshua.

-Yo soy una persona positiva y pienso que dirán que sí, la verdad -dijo Johnny.

-Así me gusta, Johnny, la esperanza es lo último que se debe perder -respondió Marina.

Johnny le sonrió a su novia, y volvió a darle otro abrazo. La chica se sonrojó. No obstante, Andy ya no comentaba cosas como "mira la parejita" o "cuánto amor" entre risas, lo que hacía que a Johnny ya no le importara tanto mostrar cariño por su novia delante de los demás. Ya sabían todos que ambos se gustaban y hacían buena pareja, ¿para qué seguir ocultándolo? Era absurdo.

Los últimos minutos de recreo pasaron demasiado rápido para los muchachos, y los cinco amigos tuvieron que volver de nuevo a sus clases. ¡Menos mal que ya solamente quedaban tres horas y a partir de mañana por la tarde las vacaciones ya habrán empezado!

Esas tres horas pasaron y la tarde comenzó. Cada uno tenía un plan diferente para esa tarde: Marina iba a ir a la peluquería a cortarse el cabello, Johnny y Andy habían quedado para dar una vuelta por el parque del barrio en donde vivían, Sara quería visitar a su abuela y Joshua tenía planeado seguir preparando cosas para el viaje a París junto con sus padres y su hermana.

Pero todos tenían una ilusión común: el mensaje de Daniela y Nieves respecto a lo de la excursión. Obviamente, nadie deseaba que dijeran que no. Bella y Felipe no podían, y tampoco querían que las dos primas tampoco. Lo ideal era estar todos y todas juntos.

La tarde pasó muy rápida, tanto que cuando menos se lo esperaban los chicos ya era de noche. Además, era invierno, y el sol se escondió por el horizonte sobre las 18:30.

Marina salió de la peluquería más o menos a esa hora. Estaba muy ilusionada por que Johnny viese su nuevo look, pero sobre todo, lo que más deseaba era abrir el WhatsApp y ver un mensaje de Daniela o Nieves por el grupo de amigos que dijese algo así:

"Chicos, todo ha salido genial. Nuestros padres nos han dejado pasar las vacaciones de Navidad con vosotros en París".

Ahora mismo se encontraba caminando en la calle con su madre y no tenía tiempo para cogerlo, pero ya no le quedaba mucho para volver a casa, por lo que enseguida le podía echar un vistazo a las novedades respecto a lo del viaje.

Cuando llegó a casa, escuchó varias notificaciones procedentes de su teléfono, pero no eran Daniela ni Nieves. Era un correo electrónico que mostraba publicidad que a Marina no le interesaba.

El tiempo seguía pasando y las dos primas seguían sin decir nada. Quiso esperar un poco más, porque no le gustaba meterles presión, pero la verdad es que estaba muy impaciente.

Para intentar matar el tiempo, buscó cualquier libro interesante en las estanterías de su habitación y comenzó a leerlo. De esa forma, se le olvidaría un poco dicho tema.

No obstante, el libro no consiguió calmarla del todo, porque cada vez que sonaba una notificación, acudía a su móvil. La última notificación que sonó mientras leía el libro era...

¡Un mensaje de Joshua por el grupo!

Les estaba preguntando a las niñas qué habían aclarado respecto a lo del viaje. Se veía que también estaba muy impaciente.

A Marina no le quedó otra que intentar olvidarse del tema y seguir con su lectura, pero...

¿Podrá concentrarse de una vez por todas? ¿Responderán al mensaje Daniela y Nieves o se seguirá sin saber nada de ellas y no irán al viaje?

CONTINUARÁ...