Los cinco amigos bajaron del taxi ilusionados por ir al campamento, aunque preocupados, por lo que les había dicho Fran.

-Amigos, no me fío nada de Fran. Se ha mostrado demasiado simpático y cercano con nosotros acabándonos de conocer, y al final del todo va y nos dice de repente que aquí suceden cosas paranormales. Esto me huele muy mal... -les dijo Andy.

-Creo que ya estoy empezando a comprender por qué le contestaste de esa manera tan borde... -añadió Marina -A mí no me cae mal, la verdad, pero tienes razón, tampoco nos podemos fiar del todo.

-Además, en las películas normalmente los malos al principio suelen mostrarse muy simpáticos, por ejemplo en It, al principio, el payaso era muy simpático con el niño -comentó Joshua -creo que los adultos se equivocan al decirnos que en las pelis todo lo que pasa es ficción.

-Chicos, no seáis negativos, lo acabamos de conocer, lo mismo sólo nos está avisando para poder protegernos y en el fondo es una buena persona, dadle tiempo -les consoló Johnny.

-Tienes razón -dijeron Joshua y Sara. No obstante, Andy seguía sin cambiar de opinión.

-¡Esperad! Cambiando de tema... ¿Ese de allí no es Abraham? -exclamó Marina, boquiabierta.

-Nos tememos que sí... -farfullaron los chicos -no nos lo quitamos de encima ni en vacaciones... no hemos conocido a nadie más pesado en nuestros 14 años de vida.

-¡HOOOOOOLAAAAAAAA! -gritó Abraham, desde lejos, muy alegre por ver a sus amigos del instituto.

Los chicos se acercaron y lo saludaron:

-Hola, Abraham, qué bien verte por aquí, ¿no? -dijo Marina.

-¡Sííííííííí! ¡Tenía tantas ganas de estar con vosotros! ¡Qué ganas de que conozcáis a mis amigos de aquí! -exclamó Abraham.

-¡Qué coincidencia! Nosotros también vamos a pasar las vacaciones aquí, en el Campamento Gades -comentó Johnny.

-Ya lo veo, no sabéis lo contento que me puse cuando os vi... y bueno, ¿qué os parece si quedamos para comer juntos en el restaurante? Ya son las dos de la tarde, tengo un hambre terrible... -dijo Abraham.

-Bueno... está bien. Cuando lo soltemos todo en las cabañas te buscaremos, comeremos, y luego haremos lo que queramos hasta que vengan los monitores -contestó Sara, pacientemente.

-¡FANTÁSTICO! -gritó Abraham -¡nos vemooooooos, adióóóóóóóóós!