-¡Hola, niños! ¡Qué bien volveros a ver! ¿Necesitáis algo? ¡Oh, mirad, pero si venís a devolverme al gato! -saludó Marta -Ya ha cumplido su misión, ¿no?

-Sí, ya hemos liberado a la raya de las manos del Profesor Fermín. Ahora está en Mar Abierto con su familia -le respondió Marina.

-¿Sabía usted todo esto? -preguntó Daniela.

-¡Claro que sí! La gata llegó a mí tan débil e indefensa, y sabía que era por las hormonas que le habían metido en ese laboratorio a ella y a la raya para utilizarla de forma ilegal en la guerra que tiene ahora España contra los ingleses. Días después, se fue con unos adolescentes mayores que vosotros que le llamaron la atención para jugar con ellos, pero vi a través de mi ventana cómo uno de ellos jugaba con ella de una forma que no le gustaba, así que utilizó sus poderes para hipnotizarlo y le mordió en la pierna. A su mejor amigo le dio mucha rabia que la gata le hiciera eso al chico, así que la metió en esa trampa, y estuvo así durante días hasta que vosotros la rescatasteis. ¡Estoy tan agradecida! -explicó la anciana.

-No tiene por qué agradecérnoslo, Los Nueve estamos para ayudar a los demás -respondió Johnny, guiñando un ojo.

-Je, je, je... qué lindos sois... Conozco tanto a todo el personal de este campamento, y Nicole, su marido y su hija desde siempre me han caído mal... Hay que denunciar a ese hombre por hacer este tipo de cosas tan crueles contra los animales y las personas... -dijo Marta.

-Nosotros también habíamos pensado en denunciarlo, pero antes quisimos devolverle a Neris -añadió Sara.

-Me encanta el nombre que le pusisteis -dijo Marta -Y muchas gracias por devolverla cuando ya ha cumplido su misión.

-No hay de qué, Marta -respondió Johnny.

-Bueno, vamos a denunciar a Fermín -cambió de tema Andy.

-¡Exacto! ¡Cuanto antes, mejor! -exclamó Nieves, corroborando.

Andy sacó su móvil del bolsillo y tecleó el número de teléfono de la policía. Al principio no lo cogían, pero cuando ya había llamado dos veces más, al final contestaron:

-Buenos días, ¿qué desea usted? -preguntó el policía.

-Queremos denunciar al científico Fermín Crespín García y a su compañera Lara Pérez Trujillo por hacer experimentos ilegales con dos animales inocentes (una raya marina y un gato) para utilizarlos en la guerra contra los ingleses -explicó Andy.

-Está bien, ¿podría decirme la dirección donde se encuentran las dos personas que acaba de denunciar? -solicitó el policía.

-Es en el Campamento Gades de aquí en Mallorca, el de la calle de Las Torres -respondió Andy.

-De acuerdo, su nombre completo y DNI, por favor -pidió el policía.

-Andrés García Prieto, y mi DNI es 7436482N

-Vale, ahora mismo acudiremos a ese campamento, es muy probable que los tengamos que introducir en el centro penitenciario durante unos cuantos años.

-Vale, muchas gracias. ¡Adiós! -se despidió Andy, y colgó -Listo, amigos.

-Qué bien, jovencito... -le dijo Marta, dándole un abrazo a Andy- Eres una alegría de chico...

-Pues sí, ¡es el mejor amigo del mundo! -exclamaron los muchachos -¡Viva Andy!

-Je, je, je, qué divertidos sois... Por cierto, ¿queréis algo de merendar? Tengo galletas Príncipe y Oreo -preguntó la anciana.

-No, gracias -respondió Johnny -ya es un poco tarde, en cuanto lleguemos al campamento y nos duchemos cenaremos.

-Vale, está bien. Íos ya, vaya a ser que se os haga tarde. Os doy las gracias por última vez, muchachos -dijo Marta -Espero volver a veros pronto algún día, porque sois unas personitas maravillosas. Pero si eso no sucede nunca, me despido con un hasta siempre.

-No hay de qué, Marta. ¡Hasta siempre! -se despidieron los niños.

Marta cerró la puerta de su casa con Neris a su lado, y los muchachos se dirigieron hacia el campamento. Se ducharon y se prepararon para quedar a las 21:00 en el restaurante para cenar.

Allí comieron muy bien, y estuvieron hablando todo el rato de las vacaciones tan intensas que habían acabado de pasar, y a pesar de que había gente que les miraba con mala cara por todo lo sucedido, otras miradas expresaban admiración hacia ellos.
Pero no les importaba caerle mal a la gente, ellos estaban orgullosos de lo que habían hecho y conseguido.

Comieron espaguetis, y de postre macedonia. ¡Estaba deliciosa!
Y luego, cuando terminaron, se fueron para la cabaña de Marina para celebrar una fiesta de pijamas.

Tenían que celebrar el haber cumplido ya su misión, ¿no?

Estuvieron jugando a juegos de mesa, charlando sobre las vacaciones, contándose chistes y secretos, y hablando de lo que podrían hacer cuando volvieran a casa, hasta que les entró sueño y cada uno se fue para su cabaña. Estaban ya muy cansados...

¡Se lo pasaron muy bien!

A la mañana siguiente, se despertaron muy descansados y volvieron a quedar todos juntos otra vez.

-Bueno, chicos, pues dentro de 3 días volvemos a casa... -anunció Joshua.

-¿En serio, Joshua? -preguntó Marina.

-Madre mía, qué rápido han pasado estas vacaciones.... -comentó Johnny.

-Ya te digo, hermano -corroboró Andy.

-Os voy a echar mucho de menos cuando os vayáis -dijo Daniela con tristeza.

-Nosotros también a ti -le respondió Marina, dándole un abrazo -me ha gustado mucho conocerte, Dani, eres muy buena amiga...

-Y a mí, tú eres también muy buena amiga, Marina. Y vosotros sois geniales, chicos.

-A ver si podemos volver a coincidir todos en otra ocasión -intervino Bella.

-Eso, a ver si pronto... pero a no ser que volvamos a Mallorca... -dijo Sara.

-Ya -contestó Felipe -Pero a lo mejor volvéis.

-Es verdad, Felipe, a lo mejor vuelven. Pero qué pena que nosotros cuatro nos tengamos que quedar aquí y no podamos ir con ellos a Málaga -le dijo Nieves a Daniela, Bella y Felipe.

-Podemos darnos nuestro número de teléfono para que así todos tengamos el de todos y podamos hablar aunque no estemos juntos -sugirió Johnny.

-Tienes razón, Johnny. ¿Cómo no se me ocurrió pensarlo antes? -corroboró Marina, riéndose de sí misma.

Todos empezaron a agregar a todos los miembros del grupo de Los Nueve a sus contactos en sus móviles, y Marina creó el grupo de WhatsApp llamado "Los Nueve".

-Listo, ya todos tenemos agregados a todos y ya tenemos un grupo nuevo de WhatsApp hecho -concluyó Marina.

Los muchachos sonrieron a su amiga y se dieron un abrazo de grupo.

-Bueno, ¿os apetece ir al lago para darnos un baño? -preguntó Johnny.

-¡Claro que sí! -exclamaron todos al unísono.

Los chicos al pasar por el lago se encontraron otra vez con el grupito de los jóvenes bully, pero tuvieron la suerte de que éstos no se acercasen a ellos. Estaban bebiendo alcohol mientras escuchaban reggaetón distraídos, aunque Javi y Alejandro los fulminó unos segundos con la mirada. Qué suerte que eso fue lo único que les hicieron a Los Nueve...

Nuestros amigos ignoraron a los jóvenes, y se dedicaron a disfrutar del baño en el lago, hasta que llegó la hora de almorzar y se dirigieron hacia la cabaña de los chicos.

Johnny quiso poner la tele, y aparecieron por defecto las noticias. Aunque a él no le solía gustar verlas porque siempre salían todas las desgracias que pasaban en el mundo, y él era muy sensible, esta vez sí disfrutó. ¡Habían detenido al Profesor Fermín y a Lara, y los habían metido por fin en el centro penitenciario, revelando todo el plan mezquino que tenían planeado! ¿No era genial?

Eso sí, a los muchachos no los mencionaron en ningún momento, pero sí que apareció una noticia diciendo que Nicole y Palma habían fallecido ahogadas por culpa de la raya.

Los muchachos se chocaron los cinco, y se sintieron orgullosos de haber solucionado el problema y de haberles dado a Fermín, Nicole, Palma y Lara su merecido.

Ahora a Marina, Johnny, Andy, Sara y Joshua solo les quedaba esperar tres días para volver a Málaga junto con los padres de Marina. Y decidieron aprovecharlos al máximo, disfrutando del verano y de los últimos días que estaban ya todos juntos. Quién sabía si no iban a volverse a ver Los Nueve en persona nunca más...