Capítulo 2: En casa de Johnny
Al día siguiente, los chicos quedaron en casa de Johnny para empezar a planear cómo serán sus vacaciones en Baleares:
-Bueno, pues como ya nos dejan a los cinco irnos de viaje juntos, ¿qué os parece si empezamos ya a elegir el hotel y a reservar las habitaciones? -preguntó Marina.
-Marina, creo que es mejor que pasemos las vacaciones en un campamento -respondió Johnny -en el hotel no nos permitirán estar solos nosotros cinco y allí todo es muy aburrido, no habrán apenas personas de nuestra edad.
-Estoy contigo, Johnny, mejor en un camping en Mallorca -comentó Joshua -yo hace dos años estuve en uno que está cerca de aquí y me lo pasé muy bien. Hice muchos amigos nuevos con los que aún sigo manteniendo el contacto, la verdad es que os lo recomiendo.
-Vale, está bien, iremos entonces a un camping -concluyó Marina.
Todos empezaron a buscar en sus móviles campamentos bonitos en Baleares, concretamente en Mallorca. Andy vio uno que le gustó mucho. Era pequeñito y estaba en el centro de la ciudad, pero tenía una enorme piscina que le encantó. A sus amigos no les gustó demasiado, especialmente a Sara y Marina, que preferían un campamento más grande y más cerca de la playa.
Andy puso cara de paciencia. No le gustaba que le llevasen la contraria, ya que él siempre estaba acostumbrado a que a su mejor amigo Johnny le parecieran bien todas sus ideas, y en este caso no ha sido así. Pero, por tal de no estropear estas vacaciones tan especiales, cruzó los brazos y se quedó en silencio, resignándose.
-Mirad, chicos, este es más grande y está más cerca de la playa. ¡Y tiene más piscinas que el otro! -exclamó Joshua.
-No me gustan las cabañas, se ven muy oscuras, pequeñas y poco higiénicas -dijo Johnny-. Mejor otro.
-A mí tampoco me gusta -comentó Marina.
Después de un buen rato debatiendo, finalmente Sara encontró el campamento perfecto. Era enorme, estaba al lado de la playa, tenía dos piscinas muy grandes, las cabañas eran preciosas y el restaurante también estaba al parecer estupendamente. A los cinco les encantó.
-Bueno, pues ya está decidido, ahora sólo queda llamarlos por teléfono para reservar las cabañas -dijo Sara, muy satisfecha - ¿Os parece bien si los llamo yo?
-Está bien -asintieron los cuatro al unísono.
Sara los llamó por teléfono, y le sorprendió lo rápido que le contestaron. La recepcionista era súper amable, a Sara le cayó genial, y a los demás chicos también. Los cinco amigos no podían estar ya más felices...
-Pues... ya, básicamente, todo está más que hecho... ¡solamente nos queda hacer las maletas y esperar con ansias a que llegue el lunes para ir en el avión a Baleares! -concluyó Marina, muy contenta.
-¡Solo 6 días, qué emoción! -añadió Andy.
-Y estaremos todo el día haciendo actividades súper chulas, conociendo a gente nueva, en la piscina, ¡pasándolo de miedo! Serán unas vacaciones tan geniales que cuando volvamos en septiembre al instituto todos los populares se morirán de envidia... -comentó Joshua.
-Ya te digo... -añadió Sara.
-Gente, no quiero ser un aguafiestas por decir esto pero, ¿y si jugamos a algún videojuego y hablamos de nuestras vacaciones en otro momento? -preguntó Johnny.
-Johnny, tienes razón, ya estábamos un poco pesados, no viene mal cambiar un poco el tema de conversación -contestó Andy.
Y así estuvieron, toda la tarde jugando videojuegos, uno tras otro, sin descansar. Finalmente, Marina, Joshua y Sara se fueron a sus casas. ¡Era ya muy tarde! Sin embargo, Andy se quedó con Johnny, ya que lo había invitado a cenar unas pizzas.
¡Entre los chicos sólo había ilusión y felicidad por el viaje a Baleares!
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