Una vez que se reunieron los nueve chicos, que habían quedado en la cabaña de Johnny, Andy y Joshua, se contaron los unos a los otros sus respectivas experiencias. Joshua y Felipe les contaron a los chicos lo del Profesor Fermín, que estaban deseando que llegase al campamento, pero al final se llevaron una decepción. Y los demás les contaron a Joshua y a Felipe la experiencia de la tarde en la playa con Palma:

-Bueno, Joshua y Felipe, ¿qué tal os ha ido esta tarde? -preguntó Marina.

-Pues un aburrimiento total -contó Joshua-. Pensábamos que iba a venir aquí un científico llamado Fermín, pero al final ni rastro de él. Menuda decepción...

-Tío, no te desanimes, Miguel ha dicho que vendrá dentro de dos días -lo consoló Felipe-. Además, así podremos conocerle todos, no solamente tú y yo.

-Tienes razón, amigo -le respondió Joshua -no debo ser tan pesimista... y bueno, ¿a vosotros qué tal os ha ido en la playa?

-Pues la verdad es que tenemos ganas de conocer al científico -dijo Andy, alegre -a lo mejor nos puede ayudar con el tema de la raya.

Abraham suspiró. No le gustaba que Andy le contara a todo el mundo lo de la raya. Iba a replicar, pero Daniela lo interrumpió:

-Bueno, a lo que vamos. Nosotros la verdad es que lo hemos pasado bastante bien en la playa, excepto (en parte) por un pequeño detalle. Y es que todo habría sido mucho mejor si no nos hubiésemos encontrado con Nicole y su hija Palma. Que, a ver, no me cae muy mal, pero...

-Es demasiado coqueta y cursi... y hace sentir incómodas y cohibidas a las personas de su alrededor. Es la típica chica que se muestra muy dulce, pero que de vez en cuando te suelta algo que no es tan agradable -explicó Marina -Daniela y yo estábamos escribiendo nuestras historias, ella va hacia nosotras y nos dice que está todo perfecto, pero que nuestra letra a veces no se entiende...

-Madre mía, Marina, personas así dan asco, de verdad -protestó Andy -mi intuición nunca falla, me cayó mal desde el primer segundo. Si alguien te cae mal ignórale, pero no le hagas cumplidos cuando no es lo que piensas de verdad, uf.

-Vamos, Andy, no te enfades -lo calmó Johnny -démosle tiempo.

-Yo no entiendo cómo os cae tan mal, de verdad, es muy buena chica -replicó Abraham.

-PARECE buena chica -corrigió Andy -cuidado con los verbos, amigo.

-Cuidado tú con las maneras de hablarme -contestó Abraham.

- ¿Podéis parar ya, por favor? Me va a entrar dolor de cabeza como os peléis... -protestó Bella.

-Hacedle caso a Bella, parad, por favor, YA -dijo Sara, con firmeza y seguridad.

Los chicos se quedaron callados inmediatamente. Andy y Abraham iban a seguir discutiendo, pero nada más empezar Sara, Bella, Johnny y Marina los callaron.

Después de un buen rato completamente en silencio, Johnny quiso intervenir en la conversación:

-Bueno... pues, lo primero que deberíamos preguntarnos es por qué nos reunimos en un primer momento, ¿para contarnos nuestras experiencias de hoy? ¿Para solucionar el tema de la raya y Neris? ¿O para discutir?

-Pues, a ver... Yo no pensé que Andy y Abraham iban a acabar así por el tema de Palma. Pienso que no debemos fiarnos de ella ni considerarla una amiga, ni mucho menos parte de nuestro grupo, pero tampoco despreciarla, ¡apenas la conocemos! -respondió Bella.

-Pues por eso mismo los callé, amiga, y también porque Bella odia profundamente los conflictos -explicó Sara.

Bella le sonrió a Sara, y Andy y Abraham se quedaron callados, no tenían ganas de que Sara les chistara de nuevo para que se callasen.

Los chicos en aquellos diez minutos no hablaron de nada muy interesante, así que se cansaron y decidieron irse a sus respectivas cabañas, y ya mañana por la mañana quedarían. Se despidieron y se fueron.

A la mañana siguiente, los chicos estaban muy distanciados por el conflicto de la noche anterior.
Andy y Abraham ni siquiera se miraban. Había nacido un nuevo odio entre ellos, y eso hizo que Joshua y Johnny se sintieran mal y apáticos.

Las chicas, sin embargo, se seguían llevando bien entre ellas. Daniela actuaba como si nada hubiese pasado, y Bella y Sara no le daban ninguna importancia al hecho de la noche anterior.
Marina, sin embargo, estaba seria. Parecía triste.

-Bueno, chicas, ¿quién quiere un concurso de chistes? -preguntó Sara.

-¡Nosotras! -exclamaron Bella y Daniela.

-¡Así me gusta! ¡Nos vamos a reír hasta que nos duelan las costillas! -exclamó Sara, riéndose. Luego, volteó la cabeza, y vio que Marina estaba muy seria. Su radiante sonrisa se disipó, mostrando una expresión preocupada -Espera, ¿te pasa algo, Marina?

-No te preocupes por mí, Sara -respondió la adolescente- simplemente estoy un poco triste por lo que pasó anoche.

-Marina, ¡no le des más vueltas, no tiene ninguna importancia! -la consoló Bella- si ya sabes de sobra que ellos son unos críos, se enfadan por tonterías, y luego se reconcilian en seguida... ¡Alegra esa cara, amiga!

-No, Bella, hasta ahora ha sido así, pero esta vez están enfadados de verdad. Puedo percibir con nitidez el odio que se ha formado entre ellos, solo tienes que mirar sus rostros... y como sigamos así, estas vacaciones terminarán siendo una basura, quedará por resolver lo de Neris y la raya, y el grupo se romperá para siempre... tenemos que hacer algo -dijo Marina, con ganas de llorar.

-Marina, no seas tan negativa, si ellos se enfadan entre sí es su problema, tú no tienes culpa de que esas cosas sucedan. Lo que tenemos que hacer es estar como si nada, pasarlo bien durante el periodo que estemos de vacaciones y si resolvemos lo de Neris y la raya pues mejor aún -la consoló Sara.

-Tienes razón, Sara. Es que quiero que todos estemos bien y juntos para así poder resolver mejor lo dicho, pero bueno, si no es así, qué le vamos a hacer...

Las chicas se dieron un abrazo, y Marina se sintió mejor.
Pero de repente, se encontraron con una persona que no era la más oportuna en aquel momento.
O bueno, mejor dicho, con una persona inoportuna junto con su amiga:

-¡Hola! ¿Qué tal estáis? -saludó Palma, alegremente -¡no sabía que erais tan cariñosas, ji, ji!

Las chicas se quedaron mirando a Palma y a su amiga, muy desconcertadas y calladas. Aquella chica les hacía sentir muy incómodas.

-¿Os pasa algo? Estáis muy inhibidas, ji, ji... No tenéis por qué ser tímidas, yo hoy he decidido ir con mi amiga Nieves a darnos un bañito en el lago. ¡Vamos, Nieves, salúdales! -exclamó Palma, con aire completamente extrovertido.

-Hola, pues... me llamo Nieves y soy la mejor amiga de Palma, ja, ja, ja... -se presentó la chica, y después les preguntó a las muchachas- ¿Vosotras también la conocéis y os lleváis bien entre sí, no?

-Sí, claro -mintió Marina.

-Pues me alegro mucho de haberos conocido. ¿Queréis veniros con nosotras a darnos un baño en el lago? -preguntó Nieves.

-Nos encantaría, pero es que ahora nos vamos a comer con unos amigos, nos están esperando -respondieron sinceras las muchachas

-Ah, bueno, no os preocupéis, pero venid esta tarde si podéis, ¿de acuerdo? Es que quiero estar con vosotras para hablar -respondió Palma.

Daniela suspiró, no tenía ni las menores ganas de quedar con aquella chica intimidante después de comer, pudiendo estar con los chicos, que los echaba de menos.
Pero ella no sabía decir que "no", así que se resignó:

-Bueno, está bien...

-¡Perfecto! Nos vemos a las 16:00, ¿vale? Sed puntuales si podéis, besitos.

Las chicas se fueron, desanimadas y con muchas ganas de estar con los chicos. Marina se encontraba algo irritada porque estaba decepcionada con la actitud de su amiga:

-Daniela, ¿por qué le has dicho que sí a Palma? Si lo llegan a saber Andy, Johnny y Joshua...

-No pude decirle que no, Marina. Si le hubiera rechazado su propuesta se habría enfadado mucho con nosotras... -respondió la chica -es mejor evitar conflictos.

-Pues con eso no los evitas, amiga, todo lo contrario. Al decirle que sí no la enfadas a ella, pero a nosotras sí puedes enfadarnos, y a los chicos ya ni te cuento -protestó Sara -con eso lo único que vas a conseguir es que ella te vea a ti y a nosotras como débiles, que puede mandar sobre nosotras, y encima vas a empeorar la relación entre Andy y Abraham. ¿Es que no te enteras de que es la hija de Nicole?

-Lo siento mucho, chicas, no era mi intención nada de esto. No quería fomentar el odio que hay entre Andy y Abraham, ni tampoco traicionaros. Simplemente quería evitar conflictos -se disculpó.

-Eso ya lo sabemos, Daniela, pero no vuelvas a ser así de ingenua y de pasiva. No nos fiamos ni un pelo de esa chica... y su amiga Nieves tampoco parece ser muy buena... -dijo Marina, dándole un cariño en el brazo -sé que no está bien juzgar a las personas tan rápido, pero son mis intuiciones, ¿entiendes?

-Mejor volvamos con los chicos... -murmuró Daniela.