Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Prefacio

Querido Aegis.

Si estás leyendo esto es porque he vuelto a olvidarme de ti. Yo genuinamente creí que esto ya no volvería a suceder, pero ayer cuando te fuiste y repasé todo sobre ti, me di cuenta de que había olvidado tu color favorito. Y cuando te fuiste hoy, no pude recordar el color de tus ojos a pesar de que no más de cinco minutos antes los había visto.

Lamento mucho que pases por esto otra vez, que pases por todo esto solo. No lo mereces, en absoluto.

Tengo la esperanza de que esta carta te ayude a que no sea tan inesperado esta vez.

Recuerda, por favor, que estás vivo. Que sigues vivo, sin importar quién te recuerda o no. Estás vivo. Estás vivo.

Yo volvería a enamorarme de ti, lo hice muchas veces ya, una vez más no será la diferencia. Yo te amaré en esta vida y en cualquier otra, incluso si no puedo recordarte. No te rindas. Encuéntrame de nuevo, juntos romperemos esta maldición que pende sobre ti.

Espero poder recordarte pronto. Iré a casa de mi madre, así sabrás dónde encontrarme.

Estás vivo, Aegis. Y yo te amo. No te rindas. Por favor.

Con cariño, Francoise.


La primera vez que Francoise notó que algo no estaba bien fue cuando llegó a casa con el tobillo torcido. El problema en si no era el tobillo torcido, sino que no recordaba exactamente cómo había llegado a casa.

Sabía que no había podido llegar por su cuenta, ya que ni siquiera podía caminar y más tarde le dijeron que tenía un esguince. También sabía que ningún taxi lo había llevado, pues su billetera estaba intacta y no había ningún cargo similar en su tarjeta. No tenía ningún registro de llamadas o mensajes en su teléfono, así que no pudo haber llamado a ningún amigo. Entonces, alguien debió de haberle ayudado. Pero Fran no tenía ni idea de quién.

Fran se enorgullecía de tener una excelente memoria. Nunca tenía problema con los exámenes porque podía recordar la información de clases. Nunca se olvidaba de dónde estaban sus llaves. Así que, por supuesto, tampoco olvidaba nunca un rostro. Pero ese día, por mucho que lo intentara, no sabía quién lo había ayudado a llegar a casa. ¿Había sido un hombre o una mujer? ¿Un niño o un adulto? ¿Era atractivo? No lo sabía. No podía evocar absolutamente nada.

La primera vez que Fran notó aquella ausencia, sintió que vivía con muertos.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro