Antes de darme cuenta habíamos llegado.

Las calles empinas, bajas y chuecas descendían abruptamente en una plaza de concreto de doscientos metros. Era como un pozo o una caverna hundida. La explanada estaba cargada con un escenario y algunas sillas plásticas blancas, tal vez quinientas o más. No eran para todos los habitantes, ahí se sentarían los niños de trece que entregarían su corazón, uno a uno. Estaban preparando todo para la Extirpación de Lealtad. Al menos eran organizados.

En mitad de las sillas había torres con cámaras de vídeo, cables que iban hasta parlantes y equipos de sonido y luces. Supuse que la ceremonia era grabada y trasmitida en las calles o los Hogares de Comuna o donde alguien quisiera verlo. Algo así como la graduación de prepa más turbia de la historia.

Detrás de las sillas, los equipos de grabación y el improvisado escenario estaba el edificio más negro, cuadrado y grande que había visto en mi vida. Medía más de cuatro o cinco manzanas, jamás había visto algo tan colosal e inmenso, un tiranosaurio rex se vería como un pollito al lado de semejante estructura. Las paredes eran placas de metal oscuro como la brea. Había palillos-soldados custodiando la entrada.

Dante le tomó una foto sin flash, con brevedad les explicó a los nativos lo que era una cámara fotográfica y les pidió que posáramos desde nuestro escondite. Si crees que ellos por ser soldados de élite se negaron no estarás en lo cierto. 26J y 1E pusieron espalda contra espalda, él en posición de ataque con el arco y ella blandiendo el machete, Veintiuno apareció al costado, haciendo una mueca.

Regresé mi atención al edificio mientras el resto tomaba fotos para los padres de Dante.

Los Palillos no se movían de su lugar, pero giraban la cabeza en varias direcciones. La estructura era tan grande y la oscuridad era tan espesa, que solo alcanzaba a ver a veinte ubicados en el oeste.

—5M utilizó a su hermano para conseguir que haya la mitad de soldados hoy. Creó un incendio en el norte —explicó 26J con un deje de orgullo, apostándose a mi lado.

—¿No tenían un almacén de robots? —preguntó Dante, guardando su cámara—. ¿Por qué enviaron los Palillos del Banco a apagar el incendio y no los que están guardados en el deposito?

—Porque inició el incendio en el almacén —explicó 26J y 1E asintió—. Eran todos los explosivos que teníamos. No perdamos esta oportunidad. Escuchen. Los robots que quedaron están mal programados, giran la cabeza todos al mismo tiempo. Miran treinta segundos hacia la izquierda y treinta hacia la derecha —explicó 26J—. Los que se fueron eran los que vigilaban las zonas que ahora ellos ignoran por treinta segundos. Antes no teníamos puntos ciegos, ahora sí.

Estábamos escondidos tras la circunferencia de un edificio, en lo que sería una esquina, solo que sin... ¿esquinas? Que todo allí fuera circunferente y empinado, afectaba mi sentido de orientación. Me sentía como un borracho.

Aun así, miré atentamente y noté que tenía razón. Había un desperfecto, todos miraban al mismo rincón por el mismo tiempo, teníamos un punto ciego. Era un golpe de suerte tremendo. Que 5M controlara a su hermano era bastante ventajoso, podía mover hilos desde su posición o proporcional mucha información.

Los robots que vigilaban esas zonas habían ido a apagar el incendio. Me pregunté si lo apagarían con el agua venenosa. El escenario estaba colocado delante de la pared del Banco, me pareció el lugar más seguro para esconderse y subir con las piedras hasta el techo.

—Tenemos que correr esos doscientos metros en treinta segundos —explicó—. Cuando giren la cabeza nos movemos. Ya saben el plan. Si creen que no llegan, usan las piedras, pero como último recurso, es más seguro subir apretados contra la pared y... ¡Ahora! —susurró más alto.

Solo nos quedaba una hora para que amaneciera. Debíamos apurarnos.

Corrimos como una tropilla de soldados hasta la pared negra y maciza. Nuestras armas y armaduras traqueteaban como casco de cabellos. Veintiuno y Sobe tuvieron problemas en correr por la explanada de concreto que bordeaba el Banco, uno era regordete y pequeño y el otro flaco y cojo. A los quince segundos, cuando todavía estaban atravesando las filas de sillas del auditorio, Sobe sacó el collar de su bolsillo, sujetó a Veintiuno como si fuera un saco de papas y apretó la piedra de pilar en sus manos.

Rapidamente se elevó como si hiciera un salto en bungee.

Petra, Dante, 1E, 26J, Berenice y yo trepamos el escenario y llegamos a la pared. Casi me choqué con ella, buscando aliento. Estaba helada como el trasero de un pingüino o lo sabría si hubiera visto pingüinos en las islas Malvinas.

Si alzaba la cabeza no podía observar el final del edificio, se fundía con la oscuridad del firmamento y las nubes espesas y azabaches. Sentí mi aliento agitado chocar contra el barbijo y regresar como una caricia cálida.

Escuché un zumbido. De hecho, la pared del banco ronroneaba.

Puuuuuuuuummmmm.

Pensé que tal vez, aquel ruido era emanado por los parlantes. Después de todo, 5M había dicho que cada corazón tiene una celda particular con un par de parlantes que dictan las tres órdenes fundamentales.

Todos sacamos las piedras que teníamos.

Faltaban cinco segundos para que giraran en nuestra dirección. 1E y Petra compartieron piedra e inmediatamente se perdieron en las alturas, Berenice fue con 26J y Dante y yo tocamos la roca para comenzar a levitar como globos.

La idea era ir cerca de la pared para no ser vistos por los robots que miraban el cielo y el frente.

El plan estaba funcionando bien para ser nosotros.

Phil había volado antes por allí y había notado que podíamos entrar por una escotilla en el techo, que era un acceso de emergencia por si el edificio se incendiaba. La idea era abrir la entrada y bajar el interior con el Escalator que Sobe había tomado prestado de La Sociedad, cuando escapábamos de ellos en Londres.

Después venía la parte difícil: averiguar cómo apagar el sistema de parlantes.

Cuando llegué al techo Dante soltó mis manos y yo dejé de apretar la roca, caí sobre la azotea metálica, era plana como una moneda.

—Al fin algo plano en este mundo —dije aliviado.

—Pfff ¿y Petra? —se mofó Sobe y recibió su respectiva patada.

Vi las figuras del resto del equipo rodeando la escotilla, comenzando la penetración.

Yo todavía estaba abstraído por la noticia de Sobe.

Él se quedaría a luchar en esa guerra, no iría conmigo al Concilio del Equinoccio. Toqué con mi mano libre la fotografía del día de picnic que había tenido con mis padres y mis hermanos, no podía verlos, pero la imagen estaba grabada a fuego en mi memoria y me cosquilleaba en la yema de los dedos. También sujeté el collar de Tania y Lauren que había guardado en mi pantalón, el metal estaba frío, como un cadáver.

Por primera vez, en mucho tiempo, me pregunté qué hacía yo en un lugar como ese y a dónde pertenecía ¿Cómo es que había pasado de leer comics un viernes por la noche a esa azotea, esperando meterme en un banco de corazones? ¿Tan rápido había sido que no me di cuenta?

«¿Dónde perteneces?»

Pero saber a dónde uno pertenece no es como una clase de Nózaroc, en ese caso cualquier respuesta no era la correcta.

—Espero que podamos apagar los parlantes apretando F5 sin parar —dijo Sobe, hincando la rodilla y sacando de un saco, que había cargado 26J, un tanque de gas y un soplete.

—Ctrl+V —añadió Petra mientras bisbiseaba unas palabras mágicas para abrir la escotilla.

—Petra, eso es para pegar un texto —revoloteó los ojos—. Oh, por los pasajes, ya veo que todo depende de mí —rezongó Sobe.

—Yo tampoco sabía que Ctrl+V era para pegar un texto en la computadora —dijo Berenice.

Sobe balbuceó desconcertado, sin saber cómo remediar su comentario y humedeció los labios mientras conectaba el tanque de gas al soplete. A su par 26J analizaba el Escalator.

—Es-es normal equivocarse ¿n-no? ¡Yo tampoco lo sabía! ¡Digo, quien sabe esas boberías! ¡Es que seguro no lo sabías porque pasas el tiempo aprendiendo otro montón de cosas, de tan lista que eres!

—¡Ja! Una vez vi un perrito de tres patas y no daba ni la mitad de lástima que tú ahora Sobe —se mofó Petra.

Tragué saliva cuando escuché el ruido raposo y metálico de la escotilla girando.

Todo fue demasiado rápido y fácil. Petra forzando la escotilla con artes extrañas, Phil entrando primero convertido en una mariposa negra que aleteaba elegantemente, Sobe y 26J soldando el Escalator al techo para generar un sistema de poleas y que todos pudiéramos bajar uno a uno al suelo del edificio usando ese gancho, 1E chocando victoriosamente las manos con Berenice y Petra, Dante amarrando la cuerda a la cintura del niño que sería el primero en bajar, Veintiuno alcanzándole el arco y la flecha que había dejado sobre la azotea...

Era tan fácil. Había sido tan fácil.

Me dio la horrible y gélida sensación de que todos entraríamos al Banco, pero solo unos pocos saldríamos de allí.

No pude contenerme de subir doble capítulo :v

Es que no me gusta arrastrar escenas por meses. Pero también me estoy quedando sin reservas de actualizaciones (estoy en un bloqueo escritor-lector bastante grande je) es por eso que me voy a tomar unas semanas para leer a montones como solía hacer antes de estudiar y trabajar con la computadora. Me cuesta sentarme a escribir porque a veces llevo más de diez horas al día frente al monitor con la uni y el trabajo home office, por eso, lo último que quiero hacer para distenderme es escribir en la computadora y renegar con el word lento :v Por más que escribir sea mi pasatiempo favorito ya veo una pc y corro para el lado opuesto jajajaja. No sé si a ustedes les pasa algo parecido, cuenten)?

En fin, me voy en busca de "inspiración".

Pero pensé hacer un itinerario antes de desaparecer por unas semanitas ¿Por qué? Porque tenemos un grupo donde hablamos todos los escritores WattpadStars y ahí pasaron tips para organizarse y sincerarse (para no desaparecer así como así de la plataforma porque no es la idea). Y voy a seguir los consejos de mis colegas porque son la bomba :v

Las siguientes actualizaciones son:  

Viernes 23 de julio "En Nozaroc hay jazz" (je, qué títulos raros que uso)

Viernes 30 de julio "II. En Nozaroc hay jazz"

Viernes 6 de agosto "Nos arrancan el corazón" 

Viernes 13 de agosto "El sanctus fue cruel pero no mentiroso"

Y me desaparezco por unas semanitas para volver seguramente a mediados de septiembre. 

Conclusión: ¡Gracias por estar siempre! ¡Me alegran los viernes! ¡Besitos y abrazos! ¡Y buen fin de semana a todos!

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