Cáncer.

Por mi culpa Royal tenía cáncer.

Pensé que no fumaria tanto pero al día se fumaba unos doce o quince cigarros... esa chica de verdad estaba desesperada y se notaba que jamás lo había hecho antes.

Cuando la fui a ver al hospital, sonrió al verme.

—Lo siento, Royal, no pensé que terminarías aquí—reímos ambas. Nos habíamos vuelto amigas desde entonces.

—No es tu culpa, es mía. Yo acepé los cigarros y no me controlé...

—Creo que tienes razón. También creo que te pasa por pendeja—volvimos a reír y nos quedamos mirándonos por un tiempo.

La visitaba a diario, en las mañanas y tardes, y me quedaba junto a ella en todo momento. Traía el almuerzo de la cafetería hacia su habitación y a ella le traían el suyo. A menudo le leía libros, ya le había leído: A dos metros de ti (ambas lloramos mucho y las enfermeras traían pañuelos, de hecho Janice se quedaba un tiempo después de examinar a mi amiga para oír más historias), Un Puente Hacia Terabithia, Harry Potter y la piedra filosofal y varios más. Llevábamos unos cuatro o cinco meses aquí y se me había hecho muy corto.

Su madre me tenía mucho afecto y siempre me traía donuts de una tienda de por aquí cerca y también íbamos juntas a la cafetería.

—¿Desde cuándo tiene exactamente cáncer?—cuestioné un día mientras vagábamos por la clínica mientras Royal estaba en una Radioterapia.

—Creo que hace cinco meses; cuando volvió de la casa de su exnovio estaba tosiendo mucho y de repente nos dimos cuenta de que le salió sangre. Rápidamente la llevamos a Urgencias y la internaron por unos días... Después una enfermera, creo que Janice, nos dijo que al terminar unos exámenes que le hicieron pudieron notar que en efecto padecía cáncer...

—Lo siento mucho Gwen, no debí darle los cigarros...

—No te disculpes, linda, de un modo u otro iba fumar. Me lo había confesado antes de hacerlo...

—No sabía eso...

—Sí. De hecho, creo que hubiera fumado mucho más sin tu compañía; tu eres, y eras también, la persona en la que podía confiarse para contarte sus problemas. Estaba tan nerviosa por los exámenes y los hizo, pero bajo los efectos de la droga y no recuerda nada... Lamentablemente no pudo entrar a la universidad—hizo una pequeña pausa para sacarse un mechón de su pelo de la cara—, su sueño desde pequeña era ir a Harvard y cuando pudo ir, no lo hizo...

Creí que iba a seguir hablando pero Janice apareció en el pasillo con una cara radiante.

—¡Apareció un donante!—exclamó de felicidad mientras Gwen y yo saltábamos por esta—, ahora hay muchísimas probabilidades de que pueda llevar una vida sin estar en el hospital. Vengan, ella quiere verlas...

Al llegar hasta donde estaba Royal celebramos con un pedazo de torta de la recepción y luego cuando oscureció la dejamos descansar.

—La cirugía la harán mañana de emergencia, ¿te parece, Gwen?—le preguntó Janice a su madre al salir de la habitación.

—Me parece—sonrió y luego fuimos a su casa.

Su familia me acogió muy bien y dormí hasta muy tarde del día siguiente.