| Jazmine |

Al volver de la escuela ni siquiera me molesto en llevar mi mochila a mi habitación porque corro como desquiciada a la de mi madre para revisar la tabla.

«Me llamo Nate.»

Nate... Así que el nombre de mi futuro mejor amigo es Nate. Es un nombre precioso. Sonrío.

Sí, sí... Necesito que te enfoques en lo que es importante, niña. ¿Recuerdas lo que te he estado diciendo?

Oigo la voz. Lo cierto es que sólo me ha dicho que Nate y yo somos importantes para algo, pero aún no entiendo ese mensaje en su totalidad.

Es un espejo, niña. Un espejo.

¿Un espejo? ¿Qué es lo que se supone que es un espejo?

Todo. Todo es un espejo. Él y tú son muy importantes. Es un espejo.

Me dan ganas de golpearme la cabeza para arreglar la voz como si de un disco rayado se tratase. Un espejo...

| Nate |

Al volver de la escuela me encuentro revisando la tabla antes de poder darme cuenta de lo que estoy haciendo. Jazmine respondió, sí. Pero su respuesta no pudo ser más extraña. Frunzo el ceño y me rasco la nuca, intentando comprender a qué se refiere. O esta chica es retardada, o no estoy comprendiendo su pregunta.

«¿Qué es un espejo?»