Cierto día Yuko y yo nacimos de la misma madre. Todos estaban felices por nuestro nacimiento, pero yo no recuerdo eso y no creo que ella lo haga tampoco. Bueno, ella siempre dice que es la mayor de los dos, aunque ambos tenemos la misma edad y hoy cumplimos tres años juntos. 

Ella es a la única que felicitan e incluso está con un bonito vestido celeste. Ella me sonríe desde la mesa donde papá la está alzando para que sople las velas después de cantarle el Happy Birthday.

Entiendo que el  festejo sea para ella ya que recién hace unos meses aprendió a caminar y eso yo ya sabía desde antes. Mi hermano mayor está a mi lado, pero no me hace caso como siempre. Todos la quieren a ella, yo tambien porque es buenita conmigo y siempre me habla harto. Aunque antes tampoco podía hablar solo lloraba y reía, pero no recuerdo muy bien esa parte, era pequeño todavía y ahora soy más grande, aunque ella es más alta.

—Hermanito, ven es tu complaños—, oigo decir a Yuko y puedo sentir que los invitados voltean a verme sonrientes y aplauden mientras dicen: "Yukito quiere mucho a su hermano" Por algo nos parecemos tanto.

—Yo tambien te quiero—Nuestro hermano mayor Jerry respondió antes que yo. Después de eso entra un ser extraño que da miedo por su cara blanca  y cabello verde. Comienzo a esconderme detrás de mi hermano. 

—¡Hemos traído un payaso!—escucho decir a la abuela Amelia. Entonces Yuko dice: —Quiero morder la torta como mis hermanos— y ese mismo rato la empuja mamá, ella se ríe mucho y el ser que la abuela nombró como payaso se acerca y dice que ella tiene que dar un beso a mamá y papá. Luego todos se ríen porque mi hermana tiene embarrada toda su cara con pastel.  Bueno, ella parece feliz. 

El payaso que ya no da tanto miedo, comienza a hacer algo que no entiendo, pero los niños más grandes que están en la fiesta  dicen "¡magia!" y se aglomeran al rededor del payaso y él comienza a sacar cosas de sus mangas y recién noto que su ropa es colorida y sus zapatos gigantes.

Yo tambien miro al payaso ahora, Jerry también se acerca más donde el payaso. Él es casi tres años mayor que ambos. Tambien tenemos un hermanito menor que es también casi dos años menor, se llama Uriel, nosotros les decimos Tutu y Lolo. Mi papá siempre que llega del trabajo le dice Wambina a Yuko, incluso le dice reina de la casa y reina de Sapporo. Yo no entiendo muy bien a mis papás. Solo sé que siempre ellos la miman y a veces tambien a mis hermanos. Nosotros le decimos nena a Yuko y ella me dice Eli.

Mis primos se acercan a Tutu y lo jalan para jugar, mientras a Yuko ya le han terminado de limpiar el pastel de su cara y el abuelo Max la alza para bajarla de la silla y ella lo abraza y dice: —Gracias papito Max, te quiero—, y le da un beso en el cachete y todos aplauden. Es bonita mi hermana, pero ella cree que no y que solo la halagan por pena. Ella se parece a papito Jerry más que nuestro hermano Jerry, porque a ratos se enoja fácil. Nuestros ojos se parecen a los de mamita Ayumi; ella es de otro lugar según lo que nos contó.

Yuko se acerca al payaso solita y él comienza a decir: —¿Está es la cumpleañera?, ay que linda niña, tiene unos ojos asiáticos preciosos y una sonrisa deslumbrante. Creo que me volví ciego, alguien prenda las luces—. Los niños se ríen, los adultos igual, porque el payaso se está tapando los ojos con su mano. Entonces una de nuestras primas habla mientras lo señala —.Oso oso mentiroso, solo tienes que dejar de taparte con tu mano— luego el payaso responde: —Ah sí, es verdad, qué niña más lista—deja de taparse—, pero en serio Yukito es muy bonita, cuando seas mayor casémonos —propone a Yuko y ella pregunta: —¿Qué es eso?— La verdad hasta yo me lo pregunto y el payaso comienza a decir que eso es amor y luego se pone a inflar un globo gigante de color celeste con un objeto que se parece a las agujas de los médicos Eso no tenías hace un rato y veo que ese globo se lo da a Yuko. Luego mi mamá  comienza a llamar a los niños y niñas para que recojan sus canastitas con dulces y juguetes. Mientras yo aprovecho para acercarme a Yuko que está feliz con su globo gigante y el payaso parece estar dando globos con formas distintas a otros niños. 

—Nena, estoy feliz por hoy.

—Yo igual Eli.

Esa es la única conversación necesaria entre nosotros, ya que sabemos bien que con solo abrazarnos podemos comunicarnos lo que sentimos.

—Eli, ¿sabes qué es casarse? No entendí a la señora.

—No sé  que será, por hay es bonito y creo, no era una señora. 

—Si es bonito, hay que hacerlo. Tenía la boca pintada.

—Shí, pero ¿Cómo se hará eso de casarse? y no parecía una señora y daba poquito de miedo.

—No shé, pero podemos preguntarle a Tutu sobre ambas cosas. 

—Tú pregúntale. A mí casi no me hace caso, pero contigo es muy bueno. 

—No es tan así, a ratos me jala el pelo.

—Eso es porque tú rompes soldaditos, Nena.

—Ah, bueno eso es sherto, pero tú rompes los míos cuando jugamos.

—Na, esa eres tú, no me eches la...

—Damas y caballos... Perdón,  niños y niñas ya llegó el momento más importante de todo cumpleaños. ¡Es hora de romper la piñata!—, comienza a decir el payaso o señora, al cual no había visto desde hace un rato y me interrumpe. Mientras veo que tiene en sus manos, una cosa grande del tamaño del globo de Yuko que está a mi lado. Esa cosa tiene forma de los jabones de Mikey que mi mamá usa para bañarnos. Ella nos dijo que Mikey es conocido por donde ella vivía.  

En los cumpleaños de mis hermanos nunca había esa cosa "piñata", solo torta. Me gusta la torta, es rica. A mí y a Yuko nos gusta la de chocolate.  Aunque esta vez había una torta normal, pero grande. 

—Nena ven aquí, mi reina. La reina de la casa—, comenzó a decir papito Jerry y ella me jala de la manga para ir juntos, pero nuestro papito solo la alzó a ella y la llevó donde el objeto al que nombraron  piñata  y le pusieron una tela en los ojos a ella mientras del otro lado nuestro Edguitar tío estaba como un palo y  golpeó un poco la piñata. Ella jaló con papá de la parte de abajo de donde salía una pita y comenzaron a salir dulces y juguetes. Los niños y niñas se aglomeran y comienzan a lanzarse unos contra otros para alzar los juguetes y dulces e incluso Tutu lo hace y yo igual, pero no logro tener ni uno. Yuko, sí logra conseguir algunos, pero es porque papito se los dio. Ella no puede tirarse al suelo como todos, porque se puede lastimar. Además que desde que aprendió a caminar, ella ya no quiere gatear.

Gatear es bonito, a veces encuentro dulces en el piso y partes de nuestros juguetes tirados por ahí. Pero entiendo que a Yuko le guste caminar, ya que antes no podía. Recuerdo que nuestra mamá estaba triste y cuando caminó por primera vez sin agarrarse de las paredes, ella estaba llorando. Yuko antes de aprender a caminar decía: "caigo" ,"duele" ,"No puedo" y ahora camina aunque se sigue cayendo, pero se levanta ella sola.

Ay mi hermanita, me gusta verte feliz. Eres muy buena y tambien bailas bien, creo qué es bailar porque tú me contaste una vez  que la mamita te lo había dicho, porque le preguntaste que era eso que  hacen los teletubbies en la tele. 

Mientras estoy ocupado pensando en Yuko me da sueño y parece que a ella igual, porque después de eso, solo me despierto en la cama de siempre con ella a mi lado. Nuestro cuarto es normal, No como los de los dibujos y nuestra cama es de dos pisos. La casa no es muy colorida como la mayoría de las casas que hay por aquí, solo que hay rayones que hicimos con mis hermanos en las paredes. Lolo tiene la cuna que todos hemos usado a lado de la cama de mis papás en su cuarto.  Abajo viven mis abuelos con Tutu y más abajo está la sala de fiestas y la habitación del horno donde mi abuela hace pancitos ricos. También que más arriba está la terraza y el cuarto de nuestro Edguitar tío que siempre juega con nosotros. Creo que antes su cuarto era el de Tutu Tambien tenemos en la terraza una Clementina, el papito Max la trajo de un pueblo cercano al suyo. Él dice que es la criada y yo no sé qué es eso todavía. 

Yo escribo esto desde un futuro distante, pero prefiero relatarlo como si fuera un ahora. Esta es la historia de mi melliza. Yo soy Elías Marcelo Ruiz Kimura. Yuko aquí me dice Eli, pero poco a poco me dejará de llamar así por algunas situaciones que pasarán luego. Esto será  una historia que me pidió mi editor, porque me dijo: "Tus libros no se venden bien, escribe algo más normal". Bueno, eso estoy intentando ahora. Además que como escribo esto desde un futuro, algunas palabras parecerán no corresponder a las de un niño, a las de un adolescente e incluso a las de una persona Joven, siendo que a ratos parecerán las de un adulto en consecuencia. Por esto de que tengo lagunas mentales de esa época de mi infancia. Con esto, espero perdonen el anacronismo verbal mientras lo lean. Lo bueno es que, como cuando era niño estaba aprendiendo mucho acerca de mi entorno. Por eso, tambien ahora estoy aprendiendo a plasmarlo en mi estilo. Además que trataré de no usar modismos de mi tierra, para hacer esto más fácil de leer. No prometo nada.

Espero que les guste esta historia sobre mi hermana y yo, personas de Wattpad que lean esto. Y siendo sincero, la verdad no consideraba escribir en esta plataforma, porque no me justifica el texto, pero mi editor me dijo que tengo que tener lectores antes de publicar en físico de nuevo, si no ya no me van a promocionar. Aunque tambien me está gustando un poco, ya que me acabo de dar cuenta de que se pueden poner videos e imágenes. No soy un viejo de 84 años para que sepas, pero esta es mi primera vez en esta plataforma y cómo yo no sabía que  rayos tenía  que hacer para crearme una cuenta, estoy usando la de mi editor, al cual sólo le importa el dinero.

Ah, sí. Les adelanto que en esta historia habrán partes un poco extrañas ya que tengo el dicho que una vez nuestro abuelo mientras nos contaba historias de su vida, que tambien entrarán en este libro, nos dijo: "las vidas normales no están exentas de situaciones fantásticas o absurdas y a lo largo de mi vida y las de mis antepasados, nos han sucedido muchas de esas cosas".

Aunque, ahora me pregunto ¿Cuál es la necesidad de que haya una piñata en un cumpleaños? Creo que esa sería la crisis mimética sin expiación en su más pura expresión. Porque viéndolo de manera objetiva, igual no más todos tienen sus canastitas y no hay nada mejor ni peor en la piñata. Sólo estaría el hecho de un deseo estético que se junta con la situación de que como uno quiere, otros le siguen. Y al ultimo sí bien consiguen o no lo que quieren, esto pierde su valor en el momento, por ende ya no es necesario. Como ver porno... Aunque, tambien hay cumpleaños sin canastitas y en ese caso sería ¿Cómo querer recuperar algo de la inversión del regalo?...Pero, tambien hay quienes no traen regalos ¿Eso sería un oportunista?... No sé, hay muchas personas en el mundo y cada quién tiene sus razones...

Para que sepan, yo no estoy enojado de haber recordado que no me dieron nada en mi cumpleaños de tres años. Casi no lo recordaba, enserio.

Creo que mi editor hará borrar lo de arriba al corrector de estilo, ya que esta historia no tendría que ser de ese tipo.