Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 61

Roger sujeta la cara de Emma entre sus manos y la mira fijamente a los ojos. Ella le aguanta la mirada, mientras miles de pensamientos cruzan su mente. ¿Debería dejarse llevar y darle una oportunidad? Sus labios están cada vez más juntos y piensa que sería agradable saber a qué saben sus besos. Pero no puede quitarse la imagen de Fabio de la cabeza ni puede aplacar lo que siente por él. 

Cuando Roger acerca los labios a los suyos, ella instintivamente ladea ligeramente la cara y el beso se instala en su mejilla. Emma lo rodea con sus brazos y apoya la cabeza en su hombro. 

—Déjame quererte, baby —le susurra Roger al oído. Se separa un poco y sujeta la barbilla de Emma con su mano, manteniendo su cara muy cerca y sigue hablando con voz suave —:Dame una oportunidad, esperaré lo que haga falta, hasta que dejes que mis labios te muestren lo que me haces sentir.

Un fuerte carraspeo hace que los dos rostros se giren hacia la puerta para ver a Fabio plantado en el umbral.

—¿Puedo hablar contigo? —le pregunta directamente a Emma, sin mirar a su hermano.

—Está conmigo, ¿no lo ves? —contesta Roger.

—Emma, ¿puedo hablar contigo un momento, por favor? —insiste Fabio.

—Te he dicho que está conmigo —vuelve a decir Roger poniéndose de pie, acercándose hasta su hermano.

—Disculpa, Roger, pero no estoy hablando contigo. 

—Pero yo contigo sí. 

—Y yo no quiero hablar contigo, sino con Emma.

—Quizás ella no quiera hablar contigo —Roger se acerca más a Fabio, interceptándole el paso hasta Emma, quien también se ha levantado.

Fabio da un paso a un lado para evitar el cuerpo de Roger, pero este lo sujeta por un brazo y le impide avanzar.

—No me toques, por favor —le pide Fabio.

—¿O qué? ¿Vas a pegarme? ¿Serías capaz de pegar a tu hermano?

Emma observa la situación sintiéndose cada vez más incómoda. No le agrada ver a los dos hermanos enfrentados y que el motivo fuera ella la hacía sentirse culpable.

—¿Por qué no os calmáis? —interviene la joven.

—Yo estoy muy calmado, baby. Es él  quien ha llegado como un gallito, con su autoridad, para que todo el mundo haga lo que él dice, ¿verdad, Fabio? ¡Pues eso se va a terminar! —Roger le apunta con el dedo y le da unos molestos golpecitos en el pecho.

—Te he dicho que no me toques, Roger. Y haz el favor de calmarte...

—¡Oh sí, claro! Tan calmado como estás tú, ¿no? Reprimiendo tus emociones, ¡siempre! Sin perder el control, pero sé que estás cabreado, Fabio. Sé que te molesta que Emma esté conmigo. Asúmelo, hermanito, tú no puedes hacerle feliz.

—¡Cállate! —le grita Fabio apartándole la mano bruscamente.

—¡Eso, enfádate! Que Emma vea tu verdadero carácter. Que vea que te resulta más fácil odiar que amar...

—¡Ya está bien, Roger! —exclama de nuevo Fabio, sujetándole el brazo con una mano. Sus rostros se quedan  a escasos milímetros uno del otro y, casi en un susurro, añade —:Estás furioso porque ella no te quiere, porque ella no te ha elegido.

—¿Y crees que te ha elegido a ti? —le pregunta Roger en el mismo volumen, con tono de superioridad —:Yo no estaría tan seguro, Fabio. Ella necesita a un hombre que la quiera, que la quiera de verdad, al cien por cien...

—¿Y ese hombre eres tú? ¡No me hagas reír! —Fabio le suelta el brazo y se aparta, pero Roger se acerca de nuevo, con gesto amenazante, volviendo a pegar su rostro al de su hermano. 

—Al menos, no quiere irse por mi culpa...

—Eres un...

—¡Basta! —exclama Emma poniendo junto a ellos. Los dos hermanos siguen mirándose fijamente. Pero,  al ver que los dos la ignoran, suelta un bufido y se da la vuelta para marcharse.

—¡Espera Emma! —le pide Fabio, apartándose de su hermano —:Me gustaría hablar contigo...

—¡Déjala en paz! ¿Es que no ves que sólo la haces sufrir?

—¡Los dos me hacéis sufrir! —explota Emma —:¡Esta situación me hace sufrir! ¡No soporto veros así! 

—Deberías estar complacida; dos apuestos caballeros peleándose por ti —la aparición de Carola les sorprende a todos —:Es el sueño de cualquier damisela en apuros.

La sola presencia de Carola molesta a Emma, pero el tono burlón que emplea para decir esas palabras, todavía la enfurecen más. Sin poder controlar su crispación por aquella situación, responde:

—En primer lugar, no soy ninguna damisela en apuros. En segundo lugar, ver a dos hermanos enfrentados no creo que sea el sueño de nadie. Y en tercer lugar, ¡nadie ha pedido tu opinión!

Y con las últimas palabras, Emma baja los escalones corriendo y se aleja del cenador a toda prisa. Fabio sale detrás de ella y la llama mientras intenta alcanzarla:

—Emma, por favor, espera.

—No es un buen momento para hablar ahora, Fabio —responde ella mientras sigue caminando a paso ligero.

—Déjame decirte sólo una cosa —insiste Fabio, poniéndose a su lado —:Siento la escena. Ha sido muy...

—¡Incómodo!

—Sí, incómodo, bochornoso... Lo siento mucho. Perdóname.

—Perdonado —responde Emma en tono tajante.

—Por favor, Emma, escúchame. Necesito hablar contigo...

—Te estoy escuchando.

—Entiendo que estés enfadada conmigo, pero quiero que sepas que no desconfié de ti.

—¿Ah no? ¡Claro! Alguien te dice que he enviado unas fotografías ¡y tú te lo crees! ¡¿No puedes pensar que soy incapaz de hacer algo así, no?! —protesta Emma, andando cada vez más deprisa.

—¡No lo creí! A pesar de ver esas fotografías en tu teléfono.

—¿¡Qué!? —Emma se detiene de repente —:¡Yo no he hecho ninguna fotografía!

—Era lo único que quería saber, Emma. Entiende que quisiera preguntártelo, que lo quisiera escuchar de tu boca, pero no porque dudara —hace una pequeña pausa y añade —:No quiero que te vayas.

Emma lo mira directamente a los ojos, queriendo descubrir todo lo que esconde esa mirada, todo lo que él parece querer mantener escondido. Respira profundamente y baja su vista hacia el suelo.

—No hice ninguna fotografía —repite Emma.

—Lo sé. Y tendremos que averiguar quién lo hizo.

—Me dejé el teléfono en la casa, cualquiera lo puedo coger y...

—Estaba celoso —confiesa de pronto Fabio —:Estaba preocupado y celoso. Cuando supe que te habías ido con Roger y os pilló la tormenta, me preocupé. Pero cuando recibí la fotografía en la que estabais abrazados, me puse celoso. 

—¿Cómo? ¿Qué fotografía? 

—Desde el refugio. Roger envió una foto vuestra, abrazados...

—¡No nos abrazamos! Sólo bailábamos...

—Esto no hace que me sienta menos celoso.

—Un momento, no puede ser. Roger se quedó sin batería, no pudo hacer ninguna foto.

—Te aseguro que lo hizo. La vi. Con un mensaje que decía "para el recuerdo".

—No lo entiendo...

—Pues yo creo que es bastante obvio. Mi hermano está jugando muy bien sus cartas...

—¿Jugando? ¿Es que esto es todo para vosotros? ¿Un juego?

—¡No! ¡Por supuesto que no! Al menos, para mí no lo es, Emma. Yo... 

Un relámpago, seguido de un potente trueno interrumpe la conversación. Ambos levantan la vista al cielo para comprobar que unos inmensos nubarrones se han instalado sobre sus cabezas. Unas enormes gotas empiezan a desprenderse de ellas. Fabio vuelve a bajar su vista hacia Emma y ella se queda mirándolo.

—Emma, no permitamos que nada ni nadie se interponga entre nosotros —hace una breve pausa y nuevo estruendo rompe el silencio —: Quédate conmigo.

—¿Para qué, Fabio? ¿Por qué?

La lluvia empieza a caer con fuerza y Roger, junto a Carola, se acercan corriendo por un lado, mientras por el otro, Fabrizio aparece corriendo, llamando a Emma desde la distancia. Sin embargo, los dos jóvenes siguen mirándose fijamente, dejando que la lluvia les empape, sin hacer nada por evitarlo. Ella mira a un lado, mira al otro, levanta la vista al cielo, que se ilumina con otro espeluznante relámpago y vuelve a mirar a Fabio a los ojos, justo en el momento en el que él le dice:

—Porque te quiero.

—¡Señorita Emma! —exclama Fabrizio cuando llega a su lado —:Tiene una llamada, urgente.

Ella coge el teléfono que le ofrece Fabrizio embelesada. Lo sostiene en la mano, sin dejar de mirar a Fabio a los ojos. Roger y Carola llegan hasta donde están ellos y él exclama:

—¿Qué hacéis aquí? ¡Os vais a calar! ¡Vamos! 

Pero nadie se mueve. El tiempo parece haberse detenido y todo parece ocurrir a cámara lenta, excepto la lluvia, que sigue cayendo cada vez con más fuerza. Emma se pone el teléfono en la oreja y con un hilo de voz responde. A los pocos segundos, exclama:

—¿¡QUÉ!?

-------------------------------------------00-------------------------------------------

Espero que no me odiéis, pero tengo que dejarlo aquí... 

¿Os imagináis de quién es esa llamada? ¿Qué es lo que provoca la sorpresa de Emma? 

Sólo os diré que la historia está llegando a su fin y, aunque me da mucha pena despedirme de estos personajes, pronto tendré que darle un desenlace.

Mientras, voy a pensar qué noticia ha recibido Emma.

¡Gracias por estar ahí! 😉

Cavaliere Piacere - Unjovenromantico

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro