RAPHAEL

Ha pasado un año y medio desde que tuve que separarme de Simón para que él se quedara en Alacante aprendiendo su cultura por un año como fue asignado ese día, y llevo medio año en que recibí la carta de la clave informando que mi pareja decidió quedarse a cumplir con su linaje preparándose en la academia de Nephilim para recibir sus runas.

¿Fui a comprobar? Claro que no, porque mi pareja me mando una carta ¿Estoy mal? Claro que si, siento una falta tan grande en mi interior que no me siento en buen estado a veces, ni quiero salir del hotel al anochecer. Lilit es mi compañía mientras suele leer libros en voz alta, y Magnus suele acompañarme cuando no puedo mas y debo emborracharme para olvidarlo y no odiarle. Alexander ha intentado comunicarse muchas veces con Alacante pero la respuesta es la misma, Simón se casara al finalizar el segundo año, no hay invitaciones para nosotros, solo será una pequeña boda con una chica que conoció en la academia.

— Los niños están preocupados, todos estamos preocupados por ti ¿Por qué no haces algo? Me gusta ser líder, pero no quiero serlo para siempre, quiero que Raphael Santiago vuelva a su puesto.

Miro a Lilit que está en su silla mirándome entre molesta y preocupada, desde que regrese, todo el año trabaje con normalidad, seguí haciendo los trabajos administrativos del hotel y acompañaba en las fiestas de las noches, hice asociaciones con otros subterráneos para hacer crecer nuestro clan y tener ingresos alimenticios, también amenace muchas personas que empezaron a hablar mucho de mi vida privada, y con todo ellos estuve esperando con paciencia que finalizara el año que se había asignado en Alacante, pero cuando llego ese día me lleve la sorpresa de que cuando fui a Idris y esperé en las puertas de Alacante, junto a Magnus y Alexander, solo recibí esa maldita carta de la clave. 

Ni siquiera quiso dar la cara para decirme que realmente había pasado lo que yo temí desde el principio, que conociera a alguien y se enamorara de esa persona. Y desde ahí todo se derrumbo, y ese día me dejé llevar por mis impulsos, arme un escándalo terminando encerrado con los hermanos silenciosos por una semana, después de pagar mi castigo volví al hotel y deje al mando a Lilit nuevamente por un tiempo ilimitado, ya lleva seis mese al mando, lo está haciendo muy bien, pero yo aun no puedo volver, no me siento capacitado.

— Aunque lo quisiera no estoy capacitado ahora mismo emocionalmente, cada día es peor, es más doloroso— susurro—, he sido una persona fuerte toda mi vida, pero esta vez no puedo mantener estable mis emociones para poder ponerlo como segunda opción mientras trabajo, no logro concentrarme. Eres apta para seguir con el liderazgo.

— Jefe—susurra Lilit— no tiene porque explicarme su situación, yo solo quiero que vuelva todo a la normalidad, nunca te hemos visto de esta manera.

— No puedo sentirme de otra forma, no puedo volver a ser como antes cuando se que mi pareja destinada, con la cual tuve una relación, se casará en algún momento—sonrío con amargura— y todo se debe gracias a mí, porque yo le incentivé que se quedara en ese lugar sabiendo que esto podría pasar. Lilit, quiero estar solo por ahora.

La veo asentir y como se retira subiendo por las escaleras, después de un momento la puerta del sótano se cierra indicando que estoy solo y llevo todo mi peso hacia adelante agarrando mi cabeza con mis manos para dejar escapar un quejido lastimero que he estado guardando mientras decía aquellas palabras a mi mano derecha, un quejido que hizo doler mi garganta porque necesitaba salir al tratar de tragar con fuerza reiteradas veces para evitar que ella viera mi estado. 

Desde hace seis meses que llego también la carta de Simón el sótano fue preparado solo para mí, ni siquiera lo decoré de buena manera, solo necesitaba y sigo necesitando este lugar para lamentarme de todo, y de vez en cuando tomar mientras me desahogo con Magnus hasta caer rendido entre recuerdos que tuve con Simón. Magnus lo denomina a este estado "El espeluznante momento de negación del duelo de rompimiento amoroso", Catarina lo pasó, de una forma menos leve y ahora es mi turno, y también ha dicho muchas veces que por mi estado de unión sentimental con Simón. 

Todo lo estoy haciendo mucha más dramático, pero no me importa realmente lo que diga, nunca me había pasado esto, de sentir tantos sentimientos y después que me lo arrebaten, y no puedo actuar de otra forma si no puedo controlarlo.

Mi celular suena en el bolsillo de mi pantalón y mientras tomo un trago del vaso de bebida que está en la mesita frente de mi, contesto la llamada sin ganas de saber quién es, no quiero ver a nadie, soy un vampiro en proceso de lamentación, por decima vez en este día, lamentarme porque he sido el culpable de todo lo que me está pasando.

— ¿Mn?

— Raphael ¿Dónde estás? — Pregunta la voz de Magnus— Iré a felicitar a Ragnor por el encuentro de su pareja al país vecino ¿Vienes?

— No iré, felicitaré a Ragnor en otra ocasión.

— Raphael...

— Mándale mis saludos.

Recuesto mi cabeza en el espaldar del sillón que he colocado aquí, en este sótano, mirando a la nada con un vaso de alcohol sostenido por mis dedos, prometí que nunca tomaría al llegar a este punto, pero estoy rompiendo mis propios hábitos, porque estoy tomando desde hace medio año, todos los días, aunque sea unos pocos vasos ¿Me recompondré en algún momento? No quiero estar así para siempre, tengo un clan que sostener, soy el jefe de este lugar, debo dejarlo ir aunque me duela. 

Ni siquiera se cuanto tiempo ha pasado, solo sé que a cada rato cuando me acuerdo me sirvo un vaso mas dejando cada vez mas vacio las botellas, la bebida mundana ni siquiera me hace efecto solo quema mi garganta pero no hay nada más que eso.

Entonces escucho como la puerta se abre y como pasos se escuchan bajar por las escaleras, ni siquiera miro, ni siquiera quiero moverme, el olor a alcohol está en mis fosas nasales y quiero quedarme como estoy por un buen tiempo a pesar de que no estoy bajo los efectos del alcohol, quiero estar solo en silencio como lo he hecho últimamente, no quiero que nadie vea mi vulnerabilidad.

— Raphael— dice Lilit— alguien solicita una reunión contigo ahora mismo.

— Dile que se vaya, que no hay interés de hablar de lo que sea que quiera.

— ¿No hablar conmigo? Claro que vamos a hablar Raphael Santiago, sabes que no me gustan los borrachos.

Entonces miro hacia aquella voz y me quedo aturdido por lo que estoy viendo, porque es Simón, mi Simón que esta frente de mí con algunas heridas en su cara, su pelo esta más recortado y no lleva lentes, tiene un uniforme de los Nephilim que está sucio y roto pero sigue siendo él. Me levanto y comienzo a caminar hacia él casi tropezando, pero me detengo a unos centímetros porque no sé si es una broma de parte de Magnus, si es una alucinación, si estoy soñando o realmente está aquí frente a mí.

— Simón, tu...

Entonces Simón se acerca a mí abrazándose a mi cuerpo y realmente sé que es él, es mi pareja, esta acá en carne y hueso.

— ¿Me extrañaste?—pregunta—porque yo realmente lo hice, lamento haber tardado mucho en venir, era dificil escapar de ese lugar.

— Pero, te vas a casar, dijiste que...

— Te explicare todo, pero primero vamos a darnos un baño juntos.