¿Alguna vez te has cuestionado sobre el tiempo que puedes ver una sonrisa? Pues yo sí, lo estoy haciendo ahora mismo mientras veo a Simón riendo mientras está en un bar, en los asientos de la parte de externa del lugar junto a sus amigos, no ha dejado de reír en lo que le llevo mirando y si lo hace solo lo hace para sonreír, es como si sus labios estuvieran acostumbrado a eso, sonreír y mostrar sus perfectos dientes, me encantaría besar esos labios por lo menos una vez. 

Me estoy volviendo un poco afectado sabiendo que nunca lo tendré, pero por lo menos puedo imaginar estando a su lado, tomado de su mano sonriendo mientras me coloco en su hombro y aspiro su olor, besando su cuello, acariciando su pierna mientras me sonríe. Entonces toda mi alucinación se esfuma, estoy en la mesa continua a la suya mirando con disimulo sus acciones, pero me molesto ¿Quién es ese chico? Un chico se ha sentado a su lado y está muy cerca, su olor va a arruinar el aroma de mi mundano si sigue muy cerca, aprieto el vaso con fuerza ¿Es su novio? Debería haber sentido su olor si lo era, entonces el vaso se rompe y una herida se ha abierto en la palma de mi mano, la miro viendo como comienza a sangrar, estoy sorprendido porque nunca me ha pasado.

— ¿Estás bien?

Miro hacia adelante asustado viendo como Simón comienza a acercarse, saco plata y lo dejo en la mesa sin contar la cantidad para salir corriendo de ahí mientras mi mundano me grita, eso estuvo cerca, me oculto en un callejón continuo viendo como mi mano se comienza a sanar, eso estuvo muy cerca. Vuelvo a mirar hacia el bar viendo como Simón vuelve a la normalidad y sonríe, y no dejo de mirarlo, sonrío junto a él porque es lo único que necesito, sé que parezco un acosador, pero no me importa, me gusta mirarlo, es un mundano agradable de ver, me mejora el día con solo eso, él es mi pareja, viviré bien con mis sentimientos a pesar de que él nunca pueda conocerme. 

Comienzo a seguirlos cuando se van del bar, desde los techos, viendo como se empujan y van riendo hasta que Simón va por un camino diferente junto a uno de sus amigos y van riendo contando de un tema que parece ser interesante para ellos, es música para mi oído, no lo olvidaré si puedo hacer que mis oídos lo memoricen. Ambos entran a sus casas correspondiente y yo me coloco cerca de la ventana de la habitación de mi mundano para verlo como entra y se acomoda con su celular en su cama mientras la sonrisa se pierde, y me preocupo ¿Donde está su sonrisa? Se acomoda para ver televisor y no vuelve a sonreír.

Lo miro aproximadamente media hora pero es lo mismo, sus labios no están en forma de una sonrisa, mira una película triste y cuando ha entrado su madre no ha sido más que un maleducado respondiendo de mala manera ¿Qué sucedió con el niño sonrisas? Debe ser un adolescente más que se ha escondido en una mascarilla de chico feliz a la sociedad pero cuando se encierra en estas cuatros paredes se lamenta por cosas. 

Por el amor de Dios ¿De quién me he enamorado? De igual manera lo supuse, no conozco a este mundano, solo me enamore al verle, al olerlo y sentirlo, sin siquiera conocer su historia, y ahora mismo no me importa, no me importa si es un chico maleducado, si no sonríe cuando está solo, si ve películas de vampiros y hombres lobos fuera del rango de lo normal, si con sus amigos no deja de sonreír, él ha robado mi corazón, él es mi pareja.

Veo como un mensaje llega a su celular y se prepara para irse una vez más, sonrío al saber que es un chico de la noche y lo hago más al saber que podré verlo sonreír cuando sus pies pisen fuera de esa casa, su sonrisa me llena este vacío que he tenido desde años, es ridículo decirlo, pero es toda la verdad. Cuando lo veo salir lo sigo mientras observo cómo sus labios se encorva para hacer una sonrisa y su aroma está llegando hasta donde estoy, ese perfume varonil que se ha colocado de mas y cuál atrapo a mis fosas nasales lo más que pueda, es realmente encantador, miro el reloj que tengo en mi muñeca. Pronto tendré que irme o mis niños estarán preocupado, pero por primera vez quiero acercarme a ese mundano, lo veo entrar a un restaurante y no puedo, a pesar de que me exijo, no entrar a ese lugar para camuflarme entre la gente y espiarlo un poco más. 

Pero cuando entro no hay muchas personas, y Simón Lewis está coqueteando con una del personal, puedo escucharlo como si estuviera ahí, a su lado, a pesar de que me estoy sentando en la mesa que está al lado de la puerta un poco incómodo, por mi mente solo pasa algo, y es que mi pareja, mi mundano es un mujeriego.

— ¿Acaso no me has extrañado? Vine aquí solo para verte hermosura.

— Cállate Lewis, que bien viniste porque es hora de que trabajes, no puedes estar coqueteando con el jefe para siempre.

— Nena, he venido por ti, por nadie más, no tenía pensado trabajar.

Pero si lo hace, si trabaja y comienza a atender a las mesas, cuando llega a la mía trato de no mirarlo y pido cualquiera cosa que está en el menú que se me hace un poco conocido, me he enamorado de un mundano y un estúpido en total, le he entregado mi corazón a un adolescentes que no sabe nada de la vida y eso me frustra un poco. No lo veo que se vaya de adelante mío y entonces le miro para ver qué sucede, contiene una sonrisa juguetona entre sus labios, me ha descubierto, oh cielos me ha descubierto.

— Tú eres...

"Si, el chico del club Pandemónium que se comportó cariñoso y muy descuidado contigo, el mismo chico que te siguió hoy a un lugar donde estaba con tus amigos y por un descuido llamo la atención."

Me ha encontrado y no debería haberlo hecho nunca, no puedo meterme en la vida de un mundano, pero aquí estoy siendo descuidado porque cuando lo conocí lo que menos quería y quiero es ser cuidadoso, quiero que me note a pesar de que este prohibido de mi parte, quiero que recuerde mi cara, quiero que me busque, que se acostumbre a mi presencia y sienta la necesidad de hablar conmigo, quiero que me busque.

— El chico del bar más temprano— me dice.

Dejo escapar una sonrisa nerviosa mientras dejo que la mano herida, la cual ahora no lo está, se quede en mis piernas mientras el chico se sienta en la silla vacía aún con esa sonrisa tan perfecta, está coqueteando y yo no me he ofendido, eso es algo nuevo, estoy dejando que mi pareja me vulnere a él.

— Sí, soy yo.

— Un gusto, soy Simón Lewis.

No me reconoce, no reconoce al chico de la fiesta, y no puedo decir mi nombre, tengo que pensar en otro, alguien que no viene a lugares mundanos o no lo conocen aquí los mundanos, pues no me vera después de esto tampoco, tengo que ser precavido desde ahora o entrare en problemas.

— Soy Ragnor, Ragnor Fell.