(31)
Unas semanas después de que ha pasado desde aquel suceso en el callejón todo va bien con Simón, más que bien al decir verdad. Viene al hotel antes de irse a trabajar con Catarina y terminamos en mi habitación o en la oficina en algo sexual. Nuestra relación a pesar de que no tiene una etiqueta fija y solo se basa en sexo y algunas que otras conversaciones sin sentido de nuestra vida, no me molesta, Simón me dice que las relaciones de jóvenes son así, que no influye en nada entre los dos eso si nos entendemos tan bien en ese momento.
A la vez ambos hemos comenzado a usar apodos estúpidos que a él le agrada, le gusta mucho que le diga "Bebé" y el usa conmigo diminutivos de mi nombre, también le gusta mucho que le bese el cuello o lo abrace por la espalda, todo marcha bien.
Ahora estamos saliendo de su trabajo para que lo lleve a su casa como lo hemos estado haciendo estos días, es un poco tarde pero aun falta para el amanecer y por alguna razón él sabe que siempre debo estar en el hotel antes del amanecer, así que me deja ir cuando falta poco para ello. Mientras estamos recorriendo las calles cerca de la cuadra de Simón este se acerca a mí y logro escuchar cómo me susurra cerca de mi oído.
— Para aquí Rapha.
Así que nos hemos tenido frente a un pequeño terreno a una cuadra de la casa de Simón, este se ha bajado más que rápido y me está arrastrando hacia la oscuridad aunque el cielo de a poco está comenzando a tomar un color rosado del amanecer, pero Simón ni siquiera lo nota, y no quiero pensar que quiera hacer algunas de sus fantasías sexuales que tiene porque hoy terminamos haciéndolo en el callejón después de que me suplicara hacerlo, así que no creo que quiera de nuevo y en este lugar. Pero cuando veo que se ha agachado en una de las paredes casi del fondo y ha sacado algo oculto bajo la tierra una pequeña caja, y vuelve a arrastrarme hacia donde está la motocicleta, me quedo perplejo por su actitud que me ha tomado por sorpresa.
— ¿Por qué me arrastraste hasta allá atrás? ¿Qué es eso?
—Le tengo miedo a la oscuridad, y esto es un regalo para ti, mañana vienen a construir en este terreno y pude acordarme de que deje esto acá. Pero antes de que te lo de, debes prometerme algo ¿Si?
Miro hacia el cielo viendo la claridad, y vuelvo la mirada hacia Simón asintiendo a su pedido, viendo como Simón abre un poco para mirar dentro y después cerrar la caja con una sonrisa, no puedo evitar sonreír con él porque se ve tan emocionado con lo que hay dentro y que ahora me lo está dando a mí.
— No puedes abrirlo hasta que sientas que sea el momento de hacerlo.
— ¿Y cuándo será el momento?
— Si tenemos que alejarnos por mucho tiempo, y me extrañas, quiero que lo abras y lo mires ¿Si?
— ¿Estas pensando dejarme?
Simón se ríe mientras niega y se sube a la motocicleta para que sigamos el corto camino hasta su casa, se ha abrazado a mi cuerpo mientras sostiene esa pequeña caja entre sus dedos. Su mentón está apoyado en mi hombro y me repite cerca mi oído que ya es tarde para deshacerme de él, que no me dejara y que no puedo dejarlo, y eso despierta un poco mi alarma, porque de forma sutil desde hace dos días Simón viene diciéndome estas cosas, que no me dejara y que no lo dejare. Todo comenzó después de que se quedo un rato a solas con Magnus y con Alexander, acompañados de Lilit, porque yo tenía una reunión urgente.
Al detenernos frente a su casa, mientras veo como Simón se coloca a mi lado después de bajarse de la motocicleta, agarra de mi chaqueta y me empuja hacia él para besarme, suele hacerlo siempre cuando sabe que no puedo estar mucho aquí, es una forma de despedida que hace cuando está desconforme con el poco tiempo que tenemos juntos.
— ¿Sucede algo, bebé?
Percibo como la pequeña caja es metida a mi bolsillo de la chaqueta mientras él me abraza y me deja un beso en la comisura del labio derecho. Lo que he descubierto de Simón esta última semana es que es mucho más cariñoso a la hora de los tratos entre nosotros, siempre creí que sería mucho más terco y molesto, que no le gustaría ser así y que al segundo día me dejaría porque lo estaba aburriendo, pero realmente no es así, es lindo, muy extrovertido a la hora de querer algo, no le da miedo mis reacciones cuando se acerca a mí y me toca, no le importa besarme o sentarse en mis piernas, no pide permiso, y a la hora del sexo no le avergüenza suplicar.
— Debo irme, pero ¿Está todo bien?
— Es hora de que te vayas, no abras la caja.
— Simón...
— Iré esta tarde, espérame ¿Si? Tengo una fantasía que vi por internet y espero cumplirlo contigo.
Miro de nuevo la hora y dejo escapar una queja entre dientes porque no puedo quedarme más, pero agarro de la cintura a Simón y lo atraigo para besarlo una vez más, tomándolo por sorpresa porque ha tardado en responder, al soltarlo veo como me empuja a irme y yo sin quejarme debo obedecer.
Mientras me alejo por la calle del vecindario percibo que algo malo está ocurriendo, pero no quiero pensar nada por ahora mientras me dirijo a toda velocidad al hotel, pero la conversación con Magnus y Alexander de lo del callejón vuelve a mi cabeza.
Flashback
Después de dejar a Simón en casa he vuelto al hotel, mis niños ya están en la sala haciendo una pequeña fiesta, pero Lilit me avisa que hay personas esperándome en mi oficina, así que no puedo subir y darme un baño. Hoy Simón se salió con la suya y terminamos en un callejón cumpliendo su capricho y haciéndolo en un lugar que para él dice que es excitante y tan juvenil. No mentiré que no me gusto pero fue un poco incomodo para mis gustos realmente.
Voy hacia la oficina después de saber que se trata de Magnus y Alexander, y veo que están esperándome mientras hablan de algo de vacaciones futuras, no pude escuchar mucho porque cuando me ven se quedan callados, y por primera vez después de mucho tiempo Magnus me está mirando molesto, muy molesto, tanto que se ha salido de las piernas de su amante para sentarse bien haciéndome seña de que me siente frente a ellos para hablar.
— ¿A qué se debe su visita tan tarde? ¿O tendría que decir visita temprana?
— Vengo a comprobar si los rumores son ciertos— comenta Magnus sin ningún tipo de amabilidad en su voz— dime Raphael ¿Tienes algo que notificarnos?
"Mierda ¿Cómo se enteró?"
— Hay tantas cosas que notificar, como las cargas de alimento, vestimenta para mis niños, o una nueva estantería para los documentos futuros, así que no entiendo a que te refieres para que tengas una actitud tan molesta...
— No te hagas el que no lo sabes Raphael Santiago, ocultarme algo a mi es imposible, ni siquiera lo más mínimo puedes ocultar de mi porque me enteraré de una manera u otra—vuelve a comentar— dime que paso hoy en el callejón con esas personas...
"Los rumores vuelan rápido al parecer."
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro