(30)
Los chicos se han retirado sin decir nada, mientras que Lilit ha entrado conmigo de nuevo al restaurante y nos sentamos en nuestro lugar, esta vez uno frente al otro en la mesa. Sus brazos están apoyados en la mesa mientras mira hacia abajo como una persona que está esperando por ser retada por haber hecho algo malo, y no es la única preocupada porque desde lejos Simón me mira también preocupado porque al parecer también cree que voy a retar a mi mano derecha, me dice con la mirada que sea suave, no sé porque pero lo entiendo un poco. Miro a Lilit al darme cuenta que llevamos mucho tiempo sin hablar, así que vuelvo toda mi atención a ella.
— Dime qué piensas Lilit, sabes más que nadie que sé que puedo saber que en tu cabeza están llegando muchas ideas, dime entonces tus ideas.
Lilit se ha enderezado en su lugar llevando a sus manos a sus piernas y cuando esta por hablar, porque sé que quiere hacerlo, Simón ha llegado para posicionar dos vasos frente a nuestras vistas diciendo que le pidió a sus compañeras nos prepararan nuestros tragos habituales y los pago él para agradecernos de que lo salvamos. A la vez aprovecha la ocasión para acercarse y susurrarme que no rete a la chica que está delante de mí, para después retirarse, algo cómico en verdad.
— ¿No te parece extraño? Tu mundano apareció de la nada, tuvieron algunos conflictos, pero ahora está detrás de ti aceptando todo tus limitaciones, adorándote como si estuviera muy enamorado. Y no, espera, no es ese mi problema, mi problema es ¿Por qué está metido en tantos problemas? ¿Por qué los Nephilim quieren llevárselo? ¿Cómo es que trabaja en este lugar infectado de persona que no tienen que ver con su origen? ¿Acaso notas que tiene secretos guardando de nosotros?
— Lilit ¿Quién soy para preguntarle a Simón si me está guardando secretos? Si yo mismo le estoy ocultando uno grande. Si, sé que es un poco extraño, y que está metido en muchos problemas, y ahora sé que los Nephilim lo quieren ¿Pero hacerlo sentir incomodo preguntándole sobre eso? No quiero que huya de mí, no ahora. Es mi pareja, pero no voy a imponerme sobre él solo para saber si guarda un secreto o no.
Ambos hemos empezado a tomar de nuestros tragos regalados por Simón, el sabor a sangre fría comienza a llenar nuestra garganta entrando a nuestro cuerpo, me siento tan a gusto tomando esta bebida y hablando de algo que le preocupa o le tiene molesto en cierto punto a ella sobre esta situación. No me molesta sus comentarios, creo que es algo bueno para poder debatir para que ella entienda que estoy consciente de todo lo que ella ve y duda, pero quiero que vea porque no quiero hacer nada y disfrutar a Simón a mi lado, quiero ocultar mis miedos para que no me haga sentir inseguro en estos momentos que estoy a su lado.
— Pero... ¿Y si el secreto que esta guardando te ayuda a que sean más libre de salir y no se tengan que estar escondiendo de que los descubran rompiendo las leyes? Esos Nephilim van a ir a notificar lo que han visto el día de hoy, y te llamaran a juzgarte a Idris.
— ¿Y si Simón realmente no sabe nada? No voy a ponerlo en peligro por contarle de nuestro mundo, sabes lo que hacen con ellos, lo encierran hasta su final de vida en los calabozos de los hermanos silenciosos para que no revelen sus nuevos conocimientos ¿Cómo crees que me sentiría si le sucede algo así y yo esté en el otro lado del mundo? Me volveré loco.
— Pero hoy esos Nephilim te vieron y van a ir a...
— Entonces mi pequeña Lilit tengo tiempo para estar en paz y buscar una manera de prepararte para gobernar por si ocurre algo, hacer que Simón tenga una vida estable si debo marcharme y disfrutar a mi pareja de todas maneras posibles.
Lilit se marcha después de querer hacerme entender sobre las consecuencias que traería esto, no quise escucharla mucho, no es que no quiero aceptar que tiene razón solo sé que entre a un problema y que no me queda mucho tiempo antes de que se me llame a Idris y deba ser interrogado. No quiero preocupar a Simón, no quiero pensar que pasara cuando lleguemos a ese momento y me tenga que ir ¿Qué le voy a decir? Todo se lo tomará como que lo estoy dejando, solo no quiero pensar en eso, es un lamento que quiero enfrentar más adelante, es algo que solo esperaré hasta que llegue el momento, porque quizás no suceda nada, y no deba alejarme de mi pareja.
— ¿Pelearon?
Simón esta en frente de mí, sentándose en el lugar que estaba ocupando Lilit, trae dos vasos y me mira en silencio, esperando una respuesta, de seguro ha tomado otro pequeño receso porque me ha visto pensativo desde mi lugar. Al mirarlo todos mis problemas se esfuman, ya no tengo pensamientos malos, solo sé que ahora mismo tengo a Simón temporalmente para mí y con eso me basta.
— No, claro que no—me rio un poco— ¿Por qué deberíamos pelear?
— Parece que le molesto lo del callejón, ustedes parecen conocer a esos tipos también y por mi culpa parece que tienen un problema más con ellos.
—Olvídalo, ella solo tiene desconfianza porque no te conoce, pero yo se que eres un buen chico. Pero me gustaría saber es como conoces a esas personas ¿Qué clases de problemas tienes con ellos?
Simón me ha dado una débil sonrisa mientras toma de su bebida, no quiero presionarlo a hablar y que se sienta invadido o piense que desconfío de él. Realmente no lo hago, nada de él me dice que es malo, aunque tenga comportamientos extraños desde que lo conocí. Confío en mi pareja más que en cualquier persona, el está a mi lado y mientras lo esté yo voy a confiar en todo lo que diga, aunque me mienta, no me importa, me gusta mucho, me gusta tanto que soy consciente que soy capaz de dejar de lado todo por él, dejar de lado mis propias reglas de seguridad, dejar que me mienta, olvidar los problemas que se aproximan y mantenerme tranquilo sin hacer nada para solucionarlo.
— No lo sé, aparecieron cuando tenía dieciseis y también apareció el primer hombre, al que le pago la deuda de mi madre y mi hermana. Aparecieron y dijeron que debía irme con ellos porque era suyo ahora, comencé a huir cada vez que aparecían, lograba escapar de una manera u otra, pero cada vez se vuelven más insistentes— me confiesa simón acercándose un poco más adelante para susurrar y no ser escuchados por otros—, dicen que fui entregado a ellos.
¿Por qué los Nephilim lo querrían? ¿Y por qué no han usado la fuerza para llevarlo? Para pareja predestinada definitivamente no es, porque es el mío y no se puede repetir, no puede haber otra persona más en este vínculo que hemos creado, no es algo natural ¿Qué más esconde? ¿Debería decirle que siento que me está ocultando algo? Pero como es Simón de seguro se enojara.
— ¿Te han dicho otra cosa? ¿Algo que recuerdes que hayan dicho?
— No, y no quiero hablar de esto ¿Puede ser?
— Esta bien, bebé.
La sonrisa de Simón ha vuelto, mientras se sienta a mi lado para tomar de mi mano y ambos bebemos de nuestros tragos. Mi mundano parece que ha dejado de tensarse y sentirse invadido, me está contando sobre lo frustrado que se siente al haberme convencido hacerlo en los callejones y que todo se arruino, lamentándose en forma de broma de que nunca iba a tener la oportunidad de que yo pudiera hacerlo de nuevo porque de seguro me negaría.
Si solo supiera que con una súplica leve caigo a sus pies y hago lo que quiera, es mi punto débil, pero no creo que sea bueno decirle eso o podría aprovecharse.
N/a: Ahora empieza lo bueno. Espero que sigan disfrutando la historia, y perdón por todos los percances.
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