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(22)

Mi reloj marca las 3:00 a.m recién, la noche es aburrida, estoy sentado jugando con mi celular mientras a mi lado hay una taza, casi vacía por mí, de sangre, pero no calma este vacío que siento en mi. Estoy ansioso por saber de Simón, lo único que sé hasta ahora es que su trabajo con Catarina va bien, dice que es un buen chico trabajando, pero estoy ciego en sus pasos en Taki's, solo tengo lo que me dicen mis niños, pero tengo que dejar de pensarlo, me hace cada vez mas mal, así que solo decido cerrar los ojos y tratar de pensar en otra cosa, cualquier cosa que no sea Simón, pero es imposible. No sé cuanto pasó desde que cerré los ojos, pero mi puerta se escucho como alguien golpea, y Lilit abre la puerta sin esperar a que diga que pase.

— Tienes una orden de entrega directamente de Taki's—susurra.

Mi cuerpo tiembla a escuchar aquello aquella palabra, y más por su mirada, es como si me quisiera decir que detrás de sus palabras hay mas, busco con mi mirada en sus manos algo que sea de Taki's pero no hay nada, sus manos están vacías.

— ¿Dónde está la entrega?

— Me pidieron entregarlo en persona al cliente.

La persona que ha entrado a mi campo de visión es Simón, está aquí frente a mí, trayendo una bolsa en sus manos, parece al principio molesto al entrar, pero cuando me mira y puede notar mi estado su cara se suaviza y pasa a preocupación. 

Lilit se lleva mi taza de la visión de mi mundano y se retira por la puerta cerrándola detrás de ella para dejarnos solos, veo como Simón deja la bolsa en el escritorio y vuelve a mí, sentándose en el sillón que está frente a mí, mientras yo dejo mi libro y me acomodo en este grande sillón, observándolo, tiene rastros de golpes en su cara de la golpiza que le dieron hace unos días.

— ¿Qué te sucedió? —me pregunta en un susurro.

— ¿Quién te mando? — pregunto al mismo tiempo.

Sé que esto ha sido obra de Magnus, no puedo pensar en nadie más que en Magnus que no ha podido evitar controlar impulso, y al haberme prometido que no se acercaría a Simón, hizo esta orden para que me lo trajera y la condición de que sea a mí, en persona, para poder hablar.

— Tu socia de trabajo— responde—, es tu turno de responder.

Me sorprendo a escuchar que de su boca me dice que Lilit, mi mano derecha, ha hecho aquel pedido y ha puesto aquella condición para mi mundano, ella nunca haría nada parecido pero lo ha hecho, de seguro porque le afecto verme en este estado. No sé si agradecerle o molestarme, aunque no puedo enojarme porque estoy feliz de ver a Simón frente a mí.

—Me he enfermado —Respondo a su pregunta— ¿Tan mal me veo?

— Miserable— me dice.

Le doy una sonrisa mientras que el ambiente vuelve a hundirse en un incomodo silencio, entonces Simón se levanta de su lugar y mira la puerta, se ira, y no sé si esta va a ser mi última vez que vuelva a verlo, pero a pesar de que quiero decirle que no se vaya, de mi boca no sale nada, pareciera que no tengo voz. ¿Por qué es tan dificil decirle algo a la persona que amo?

— Debo volver a trabajar.

Simón camina lentamente hacia la puerta después de decir aquello y solo me susurro que "No, no te vayas" necesito despedirme por lo menos.

— Lo siento Simón, lo siento tanto por haberte hecho sentir que estaba jugando contigo o que si te metes conmigo es prohibido—susurro—. Solo es que todo es tan complicado, y quiero verte feliz. Vendrá una persona a tu vida, te lo aseguro, a la cual podrás entregarte totalmente, y escucha bien esto, te agradezco por aparecer en mi vida temporalmente.

— ¿Por qué suenas a que te estás despidiendo? ¿T...Tú enfermedad es grave?

Simón ha vuelto hacia mí, ahora se ha sentado a mi lado y siento como mi cuerpo ha comenzado a temblar con fuerza, y su cuerpo también, su mano esta a media mitad subida en el aire, como si quisiera tocarme pero no sabe qué hacer. L

os mundanos siempre han sido más débil sentimentalmente, cuando escuchan la palabra "enfermedad grave" o "muerte", sus sentimientos se modifican de manera tan rápida, puede cambiar un odio a tristeza, puede alterar al mundano emocionalmente que ahora entiendo cuando dicen que parece como si tuvieran lastima. Niego con mi cabeza a la pregunta de Simón mientras agarro su mano y la coloco en mi mejilla, es imposible no cerrar mis ojos al toque de su mano en mi cara, me hace sentir como si estuviera vivo.

— Raphael—me llama— abre los ojos y mírame.

— Se que estuviste con otros hombres mientras deje de ir a Taki's—susurro— ¿Eres feliz con ellos? ¿Te dan lo que no puedo darte?

— ¿De qué mierdas hablas? Mírame—exige esta vez— ¿Cómo es que sabes que he estado con otros hombres?

Abro mis ojos y lo miro, me duele mirarlo, me duele la marca, me siento tan agotado que siento ganas de llorar como lo he estado haciendo estos últimos días. Ni siquiera ha negado sobre sus encuentro, sobre el encuentro con un hombre después de que lo golpearon hace unos días, o con aquel hombre que va a pedirle que pague una deuda, ni siquiera ha dicho nada. No puedo evitar pensar si aquel hombre, al que recurrió después de la golpiza, ¿Le dijo lo mismo a mí? que se sentía seguro, protegido. Mi marca duele ahora y estoy comenzando a descomponerme.

— ¿No lo vas a negar? — Pregunto susurrando porque mi voz ya no me da— ¿Les dijiste lo mismo que me dijiste aquella noche? Entonces si estabas jugando conmigo.

— ¿Por qué me estas reclamando? Tú y yo no somos nada.

"No llores Raphael, no llores, lo haremos después de que se vaya."

— Lo sé Simón, sé que no somos nada, y no tengo ni idea porque te estoy reclamando, solo lo estoy haciendo sin pensarlo.

Ambos hemos vuelto al silencio, Simón ya ha quitado su mano de mi cara pero sigue sentado donde esta, a mi lado, mirándonos, ya no sé qué decir. No sé como terminar mí despedida bien y que no se vaya molesto conmigo, sabiendo que puedo no volver a verlo, no quiero que se quede con esa percepción mala de mí, de lo único que me aferro es que aun no se va de aquí.

— ¿Qué quieres de mi Raphael? — pregunta de repente.

— ¿Por qué te llamé la atención Simón? — Le pregunto —Respóndeme antes de que me vuelva loco por no poder entender ¿Por qué dijiste aquella noche tantas cosas por mensaje? ¿Aun te intereso?

Su respiración esta agitada, su corazón late con fuerza en su pecho, todo su cuerpo tiembla y no puedo saber que hará, cual es su emoción ahora mismo mientras me está mirando con seriedad.

— No lo sé—susurra.

— ¿Qué?

— Solo no lo sé, llegaste y alteraste mi vida, y sentimientos por ti aparecieron ¿No es algo que la mayoría de los adolescentes hacemos actualmente?— dice—. Solo surgió y no sé si está bien o mal, ni siquiera te conozco, pero tengo amigos que empezaron sus relaciones en una cama y todo surgió después, sin siquiera conocerse, guiándose por sus impulsos...

No aguanto más, ya no puedo hacerme el fuerte con mi mundano, lo agarro de su cabello y lo atraigo hacia mí para besarlo y siento como se mueve para sentarse en mis piernas, nuestros labios se mueven con desesperación, yo realmente estoy desesperado, porque extrañaba esto, deseaba hacer esto de nuevo. Siento como mi marca llega a quemar a través de mi remera, pero no quiero, no quiero hacerle caso si es que está empeorando, no quiero dejar de besar estos labios. Cuando nos separamos para que Simón respire un poco, mis manos están en su espalda bajo su remera acariciando, su piel blanquecina y suave que me gusta mucho.

— ¿Te quedarías conmigo a pesar de que puede ser peligroso y prohibido? —pregunto.

— Somos humanos, hay que disfrutar esta vida como si fuera una sola— susurra acercándose a mis labios—y cumplir nuestros deseos. No me importa si esto es prohibido, estamos aquí y ahora, no debemos pensar en nada más que esto. Ahora vuelve a besarme Raphael, como aquella noche. 

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