— Creo que yo también debo disculparme contigo, hemos empezado mal desde el principio — dice avergonzado— y me viste en esa situación...

— Solo me preocupe por ti y no supe cómo sacar el tema sobre lo que vi en el callejón, es que eres muy... deberías considerar otros trabajos antes de exponer tu cuerpo a posibles enfermedades por transmisión sexual.

Miro el reloj, no es tan tarde y todos deben estar escuchando detrás de la puerta, enterándose de los trabajos sucios que está dando mi mundano, esto es vergonzoso porque no quiero que nadie se entere que el mundano al que sigo está entregando su cuerpo a otras personas y no a mí, que no sigue la línea de corresponder a mis sentimientos, pero vuelvo a repetirlo no es que esté en contra, solo me siento un poco posesivo. Veo a Simón tranquilo, aunque puedo sentir que todo su cuerpo está por entrar en alteración, yo estoy tranquilo a pesar de todo, no quiero transmitirle más sentimientos negativos como lo que está teniendo ahora.

— ¡No sé de qué trabajar! Esta sociedad te pide experiencia en cualquier lado que quieras trabajar, en el restaurante gano muy poco y no llego, entre gracias a la recomendación de una señora cercana a mi casa. Estoy haciendo planes con la universidad pero es imposible cuando no puedes mantenerte económicamente y a cambio debes resolver deudas.

— Trataré de hacerte saber si encuentro algún trabajo para ti.

Cuando digo esas palabras me arrepiento al instante, si lo hago estaremos en contacto, eso hará que seamos más cercano y puede pasar tantas cosas, pero yo no puedo permitir esto, tengo que recordar las consecuencias que esto trae, los mundanos están prohibidos, son tentadores y hermosos, pero están prohibidos, es una ley, un acuerdo y yo estoy ahí en la línea de atravesar o retroceder, es tan difícil decidir qué hacer cuando ambas cosas son tan importantes, no puedo perder el mandato y sufrir el castigo, pero haría todo por el amor de Simón.

— Gracias, me ayudarías mucho con ello— sonríe— seamos amigos ¿Si? harías mucho por mí con ese favor.

Su sonrisa vuelve, el brillo de sus ojos, y toda la habitación se llena de alegría junto al del chico, y yo no puedo evitar mirarlo, yo lo he causado, yo lo he hecho ponerse así, me siento en las nubes porque su felicidad es la mía, ahora la cuestión es a quién le pediré sobre un trabajo hacia un mundano que no sé si sabe hacer algo, hablaré con Magnus que tiene más contacto para que me ayude con esto. Me levanto para señalarle de que es hora de irse y acabar esta charla que hemos tenido, y lo nota porque se para de su lugar también, no quiero que se vaya pero debo tener en mi mente que todo esto sigue siendo peligroso para él, estar acá es peligroso.

— Te tendré al tanto Simón, pero ahora deberíamos acabar esto, debo supervisar el hotel— digo casi a la fuerza— no hagas más trabajos sucios, espera mi llamado.

— ¿Qué sucede contigo?

Ninguno de los dos se mueve, estamos en nuestros lugares parados, no quiero que se vaya, quiero que se quede a mi lado y conversemos un poco más sobre temas sin sentidos, verlo sonreír y escuchar también su risa, quiero escuchar mi nombre salir de sus labios, quiero que por alguna equivocación el me toque aunque sea en mi brazo para sentir esa vibración en mi pecho, pero debo reaccionar, debo repetirme que estar acá por mucho tiempo es peligroso y debe ir a descansar, ha estado toda la noche despierto también.

— ¿Con qué?

— A veces pareces interesado en mí, otras veces no— dice molesto— ¿Qué quieres de mí?

Lo ha notado, él ha notado todo mi interés que le he estado dejando ver a través de mis actos torpes, no sé cómo tomar él porque me está reclamando por mi comportamientos, y esto está mal, cielos que está mal, los Nephilim se enteraran de mis acciones y me trasladarán o castigaran, no sé puede hacer nada, solo será concedido si el mundano descubre por si solo el mundo y pide, con todo su deseo, permanecer al mundo de las sombras, si no lo hace ambos seremos separados a la fuerza.

— Es mejor que te alejes de mí— susurro— te daré un trabajo, pero tú y yo no debemos tener cercanía.

— Está bien, si tú lo quieres, está bien— susurra molesto— imbécil, eres un imbécil.

Le indico a que salgamos del lugar tratando de hacer que no he escuchado nada, abriendo la puerta para ver qué no hay nadie, puedo pensar que no han espiado nada, que se han comportado como niños buenos que respetan la privacidad de su jefe y están haciendo sus cosas, pero cuando estamos arrimándonos a la sala principal todos los chicos están sentados cerca esperando para explotar en preguntas, porque sé que han escuchado, para cuestionar sobre mis palabras y actos, lo sé, yo también me estoy arrepintiendo de mis actos por querer alejarlo, pero estoy haciéndolo por el bien y seguridad de ambos. Lo escolto hasta la puerta abriéndola, ocultándome detrás de la puerta para que no me dé el sol, el chico se detiene.

— ¿Tienes mi número?

— No, lo anotaré.

Saco mi celular y se lo tiendo, viendo como el está colocando su número en mi celular, y estoy muriendo de felicidad dentro mío, una vez que se vaya cambiare el nombre como se ha agendado "Simón Lewis" y le pondré el "Amor de mi vida".

— Ve esta noche al restaurante, podremos hablar bien sobre el tema.

— ¿Qué tema?

— El que nos incluye, nos conocimos por casualidad, pero por algo seguimos viéndonos, por favor solo ve.

— Estaré ahí.

El chico se va y cierro la puerta para voltear a ver cómo una ola de adolescentes comienzan a reclamarme, todos hablando a la vez casi gritando diciéndome de todo por haber tratado al mundano como lo hice, confirmando mi sospecha de que han estado escuchando todo, trato de responder, pero me detienen, muchos tienen argumentos muy buenos sobre no dejar el amor, pero a pesar de todo, a pesar de que me quieren hacer razonar, la ley de los Nephilim es dura pero es la ley, y hay que ser respetada o si no aparecen las consecuencias que pueden costar la vida de la persona que cuánto amo, no puedo perderlo, lo he dicho, por Simón me volvería loco, haría todo por él, porque ya no vivo por mí, sino por mi mundano, mi pareja hasta el final de su vida.

— Por favor, entiendan los peligros que puede ser causado si se enteran de esto los Nephilim— digo en voz alta— aunque quiera el amor de Simón, tengo la responsabilidad de cuidarlos a ustedes, y no perderé a ninguno de los dos ¿Entendido?

— Por lo menos ve esta noche— habla Lilit por todos— habla con él.

— Si los hace feliz lo haré, pero por favor dejen este tema— digo— yo sé qué hacer con esta situación, lo tengo controlado.

"Sabes que no es así, no sabes que hacer ya con esta situación."