(12)
A cada rato busco con la mirada a Simón, está atendiendo a los clientes que vienen a estas horas, otra veces está sentado en la barra hablando con la chica que ocupa ese lugar, y a veces solo desaparece, pero sé que no se va de la tienda porque cuento su tiempo y no tarda en aparecer, es que a pesar de los tragos y de este sentimiento distinto que llevo encima, sigo consciente de los pasos de mi mundano que no me presta atención. ¿Acaso soy tan estúpido por querer a alguien así? Soy un gran vampiro, y estoy aquí sufriendo por un mundano, haciendo el drama de mi vida en mi cabeza porque el chico no me da ni un poco de atención. Ahora entiendo a mis niños cuando pasaban por lo mismo al principio y yo me burlaba, el karma me está volviendo y solo diré algo, duele.
— Creo que quiero vomitar— dice Magnus casi en un susurro.
— Sabes las reglas, si lo haces pierdes— habla con torpeza Ragnor— y gana...
No pudo terminar de hablar que Magnus ya había dejado escapar de su boca líquido que su organismo pidió por desechar, mientras Alexander sostiene de su pelo para que no tape su cara, acariciando su espalda en círculo para que saque todo, ese es un buen hombre, Magnus consiguió la lotería, porque Alexander lo apoya en todo a pesar de que sus actos no son buenos, o son ridículos como estos, hasta paso un buen rato de la noche aquí viendo como su novio se emborracha sabiendo que terminaría así como está ahora, y a pesar de todo ahora se lo llevará a casa, lo bañara, lo cambiara y lo llevará a dormir para después al día siguiente prepararle el desayuno, yo quiero a alguien a si en mi vida, y no digo que sirva solo para hacer cosas por mí, sino compartir momentos, no me importa ni un poco ser yo como Alexander mientras Simón este haciendo esto.
Levanto los brazos y dejó escapar un pequeño grito de victoria mientras comienzo a hacer pasos hacia atrás porque no me estoy sosteniendo de nada, puedo caer, pero no importa, porque yo gane. Entonces siento unas manos agarrarme de la cintura para así poder equilibrar mi postura y mientras volteo a ver a Simón, sonrío.
— Niño lindo— dejó escapar de mis labios.
— Has ganado al parecer— dice serio— y estás muy borracho.
— Eres un niño lindo, y mentiroso, pero lindo— sigo balbuceando.
No puedo controlar mi boca, no puedo callarme, salen sin control, y a pesar de que noto que hay algo mal con las facciones de Simón, porque no lleva su sonrisa habitual si no que está serio, aún sus manos están en mi cuerpo para poder equilibrarme mientras yo sigo riendo y tratando de darme vuelta para abrazarlo, lo cual parezco más estar tirado encima de él, pero este no me aleja, sigue sosteniéndome. Estoy tan enamorado de este chico.
— Como odio a los borrachos— susurra.
— ¿Qué?
Me aparto sorprendido, pero entonces me comienzo a marear, siento como el olor al vómito de Magnus comienza a llegar hacia mí, doy vuelta hacia atrás sintiendo como dejo escapar una arqueada, Simón coloca mi brazo sobre su hombro y me comienza a encaminar hacia afuera susurrando que no dejara que alguien más ensucie el restaurante, cuando golpeamos con el frío de afuera, miro como el cielo se está aclarando, muy pronto será amanecer, comienzo a decirle que debo entrar pero no me hace caso y me deja al lado de la puerta apoyado contra la pared mientras me mira de frente.
— Ya puedes vomitar.
— No quiero, debo entrar—digo mientras mi lengua se enreda con torpeza.
— ¿Qué rayos sucede contigo? ¿Por qué tomas? ¿Por qué haces estas cosas?— pregunta molesto— ¿No tiene consideración con tu vida?
Comienzo a reír porque toda mi molestia con ese mundano ha vuelto a mí, y lo siento mucho más intenso que otras veces, más que cuando lo vi en el callejón entregando su cuerpo, entonces me enderezo un poco y me coloco serio mientras veo como se sorprende de mi acción.
— Tendría que decir lo mismo de ti ¿No tienes consideración con tu cuerpo?
— ¿Qué?— pregunta sorprendido.
— Te vi niño, en un callejón con un hombre, te prostituyes— le digo casi escupiendo esa última palabra con asco— ¿O solo lo haces por diversión?
— Tú no sabes nada de...
— ¡Raphael!
Ambos volteamos cuando veo a Catarina venir casi corriendo hacia mí, está preocupada y debe ser porque el sol está comenzando a salir, sin mirar a Simón me agarra del brazo para ponerlo en su hombro entrándome de nuevo al lugar y viendo como una mesera le hace seña llevándola a pasos largos hacia los lugares de atrás del restaurante, no veo a Simón siguiendo y eso es una ventaja, cuando llegamos sin rodeos Catarina arma un portal que después de un beso en la cabeza y unas palabras diciendo que va a matarme por el susto que le he dado, me lanza dentro sintiendo como caigo al piso del hotel.
— ¡Auch!
— Raphael ¿Estás bien?
Trato de sentarme pero siento como todo da vuelta así que me quedo acostado con los ojos cerrados hasta ver cuándo se me normaliza el mareo, espero que ya todos estén en el hotel por la hora o me sentiré mal cuando vuelva a la normalidad, aunque sé que hay algunos porque escucho como hablan de mí a mi lado.
— ¿Qué sucede?— se preguntan— ¿Qué le sucede?
— Está borracho— escucho a Lilit— ¿Algunos que se dignen a llevarlo a su habitación? Cuidado, su dignidad está muy baja.
Siento risas, muchas risas que me hacen doler la cabeza y después siento como me cargan, mi cabeza se mueve de un lado a otro hasta que me dejan caer en una cama, no sé si es la mía pero de igual manera no puedo moverme y confío en que ellos me han traído a mi habitación, siento como me sacan los borcegos y a muchas consecuencias la chaqueta para dejarme ahí a medio acostar y medio morir.
— Ese mundano le está afectando— escucho.
— Ni que te des cuenta— susurro muy bajo.
— Descansa nuestro jefe Raphael, el corazón se arregla descansando y no tomando, mañana todo será mejor.
Después de eso ya no escuché nada más, ningún ruido en aquella habitación, y entonces soñé con ese mundano, y a pesar de que aún no era mi temporada para dormir lo hice y fui feliz porque Simón estaba ahí, y a mi lado como mi pareja. El amor es para personas ingenuas, como yo.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro