(11)
— ¿Qué tipo de persona eres? Claro que ha sentido celos— dice Magnus alterado— ¿Acaso no ha visto su mirada? Ay santos cielos y está juventud.
Miro a Magnus cabizbajo, no tengo ni ganas de pelear o armar un debate de lo que ha estado imaginando y lo que todos sabemos cómo realidad, que el mundano ni siquiera le intereso ni un poco, así que trato de cambiar de tema, ya que esta vez se ha unido Ragnor con nosotros quien parece que ha querido quedarse por una noche más para ver mi gran pérdida de dignidad por un mundano, en un restaurante de cuarta, en medio de la noche.
No puede haber nada más humillante que esto, que mis propios amigos me vean a mí, a Raphael Santiago, sufriendo por un mundano del quien me "fleche", pero que este mundano acaba de venir de tener sexo en un callejón mugroso con un hombre cualquiera y no me ha dado ninguna atención en particular a este show estúpido que he armado ¿Merezco el titulo del idiota del mes porque aún quiero a Simón a mi lado?
— Me quiero ir al hotel — murmuro.
— ¡Claro que no!— vuelve a decir Magnus— vamos a pedir por unos tragos, una bebida fuerte siempre reparan un corazón roto.
Lilit es la primera que se está marchando después de dejar un beso en mi mejilla que me tomo de sorpresa, y así susurrar cerca de mi oído que Simón Lewis está observando nuestras acciones, como queriendo darme un poco de ánimos y recomponer está dignidad que ha caído frente a sus pies, levanto los hombros restando importancia a la situación pidiendo que tenga cuidado en el camino de vuelta al hotel mientras Magnus llama a Simón para pedir sobre el trago especial, es una mesa completa de pequeños vasos llenos de alcohol tan fuerte que hará que olvide todo este dolor, o eso han dicho entusiasmados ambos brujos que se han levantado para seguir a mi mundano hacia el lugar apartado donde comenzará todo.
Esto va a salir mal y estoy seguro porque últimamente todo lo que hago sale mal. Me quedo detrás viendo como dos chicas comienzan a posicionar todo para nosotros, cuando veo a Simón a mi lado comienzo a tensarme, su olor en estos momentos me repugna porque huele a sexo y no se le ha quitado. Pero aun sigue siendo lindo de cara.
— ¿Acaso acabaste de ser rechazado como para que entres a estos juegos?— pregunta burlesco— ¿El amor no te funciona?
Lo miro, tiene una sonrisa burlona y se está por reír de mí sin ningún descaro, es todo un adolescente sin ningún tipo de respeto, porque juega conmigo y no ve lo que me duele, pero yo no dejaré que me use para esto. Sé que es mi mundano y todo de mi es suyo con los ojos cerrados sin dudarlo, pero sigo siendo el gran vampiro de todos, el jefe del clan de Brooklyn y nadie va a pisotearme, nadie me vendrá a tratar como si fuera un don nadie, lo haré que me respete.
— Esto niño, es una tradición de amigos que hacemos todos los años— miento— como las fiestas en Pandemónium. Y el amor es para adolescentes estúpidos e ingenuos ¿Acaso crees en el amor? Y por favor aléjate unos pasos de mi, apestas a basura y sexo.
Veo como Simón hace dos pasos hacia atrás mientras se olfatea a el mismo, y yo mordiendo mi labio me adelanto a la mesa para no pedirle perdón por mis palabras, pero él se lo ha buscado, yo no he sido así desde un largo tiempo que logré tener el control de mi hotel, solo lo era a veces con subterráneos que venían a hacerse superiores, pero había cambiado para ser más amigable, más decir "buena onda" con todos, y con Simón podría ser el doble, podría recibir toda mi amorosidad y llena de cariño que puedo entregar, pero él me está llevando a otro lado.
Veo como todos los tragos están listos y divididos en diferentes colores, y los dos brujos con una sonrisa en su cara, esto ya lo han hecho, eso lo sé, y ahora yo lo haré por capricho de mi corazón humillado.
— Muy bien ¿Conocen las reglas?
— No— digo en susurro— es la primera vez.
— Todos tomaremos un vaso, se lleva hasta el fondo y esperamos a los demás, así va con todos, el que haga más es quien gana— me resume Ragnor— son tragos largos, no pausas, y hay que tratar de tragar todo y todos los vasos, a ti te hará efecto a los veinte vasos o más, pero Magnus es una buena competencia.
Nos posicionamos, miro de reojo como Simón está cerca de la barra atento a nosotros, no puedo hacer el ridículo, debo ganar o mi dignidad será destrozada, entonces agarramos todos un vaso y me arrepiento mentalmente por aceptar que ambos brujos, que están medio locos, me tiren con ellos a un juego de tragos para que deje de sufrir por el chico que trabaja aquí. No entiendo porque he aceptado algo tan así, solo sé que desde hace ya días que me estoy comportando completamente como un chico estúpido, y esta no es la excepción, entonces llevamos cada uno el vaso a los labios y tomamos todo el líquido que va en el vaso, sintiendo como nos quema la garganta hasta llegar al tope para hacer una expresión con nuestras cara que eso ha sido fuerte, veo como Magnus teclea algo en su celular antes de guardarlo y gritar por la segunda, aún quedan muchas más.
Un rato después Ragnor se ha quedado en la mitad y está esperando por Catarina para que lo venga a buscar ya que no puede sostenerse en su bastón, Magnus parece mucho más animado, más eufórico y no se da cuenta que mientras sigue haciendo competencia conmigo, que tampoco estoy muy bien, se le insinúa muy sexualmente a Alexander que ha llegado para también después acompañarlo a su casa, y eso me afecta un poco porque yo no tengo a nadie para que me cuide mientras estoy en esta borrachera culpa de estos brujos y mi corazón humillado.
La competencia sigue, Magnus no sé rinde y yo tampoco, a pesar de que ambos ya nos hemos empezado a marear, a caminar un poco torcidos, a movernos en el lugar sin tener equilibrio y a reír diciendo cosas sin sentidos, aún quedan diez vasos más, y aunque me sienta feliz, no se ha logrado para nada el objetivo por cual lo propusieron, porque aún sigo pensando en Simón y me duele tanto cuando recuerdo lo del callejón.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro