15| ¿Ser feliz es una farsa?
Era un agradable día fresco en la ciudad, las familias salían tranquilamente a pasear por las calles, y en cierta habitación de una casa yacía un castaño dormido, se veía totalmente tranquilo y en paz, hasta que una voz lo despertó.
-Alex, despierta!.-grito una voz femenina desde la parte baja.
El castaño abrió sus ojos y bostezo con pereza, pero en su rostro había una gran sonrisa.
-Bajo en un minuto mamá.-grito el castaño para que la oyera y se puso de pie.
Se vistió de forma lenta y peino todo su alborotado cabello hacia atrás, vestía una simple camisa naranja y unos pantalones de mezclilla nuevos junto a unos zapatos deportivos. Por unos segundos su mirada se posó sobre un espejo que estaba en su cuarto, y en ese preciso momento pudo ver su reflejo... Solo que no era exactamente él, tenía otra ropa y sus ojos se veían extrañamente vacíos y sin esperanza.
-¡Alex!.-grito de nuevo la voz con un tono molestó.
El grito lo tomo por sorpresa y se sobresalto, rápidamente recupero la compostura y volvió a ver al espejo... Ahora solo estaba su reflejo normal, soltó otro bostezo mientras se decía a sí mismo que se estaba volviendo loco. Con pasos lentos había bajado hasta la cocina y ahí yacía su madre, una hermosa mujer de cabello castaño corto, ojos marrones claro y piel clara, vistiendo una simple bata larga de color rosa pálido.
-Hasta que al fin bajas.-protesto la mujer sirviendo su desayuno.-¿Qué tanto hacías?.-le pregunto mientras volvía a cocinar.
-Solo seguía medio dormido.-contesto mientras devoraba su desayuno.
-Con calma niño, o te me vas ahogar.-hablo una voz masculina detrás de él.
Alex volteo muy rápido viendo a la persona detrás de él con una sonrisa, su padre, vestía un traje formal negro junto a zapatos formales del mismo color, un hombre de cabello castaño oscuro y ojos de un tono avellana y al igual que su amada piel clara.
-¡Hola papá!.-dijo con entusiasmo y la boca llena.
-Hola niño.-contesto sonriendo.-¿Qué haces aún aquí? Llegarás tarde.-añadió sonriendo aún más al ver la expresión de Alex.
Termino su desayuno lo más veloz que pudo y como un rayo salió de su casa, cuando estaba cerca de la calle se volteo a ver a sus padres, ambos estaban en la puerta despidiéndose con la mano y una sonrisa en su rostro, el castaño repitió la acción viéndolos.
-Una familia feliz ¿Eh?... Que lastima que sea una farsa.-replicó una voz detrás de Alex.
Con un movimiento rápido el castaño se movió, estaba alarmado, pero detrás de él no había nadie, estaba solo. Volvió a mirar al frente y sus padres ya no estaban, habían entrado de nuevo a la casa. Recordando que iba tarde se puso a correr lo más rápido que le permitieron sus piernas, y justo en la entrada de la universidad lo esperaba alguien. Una chica de piel clara, cabello rizado y castaño y ojos avellana como los suyos, vistiendo una simple camisa blanca junto a un pantalón de mezclilla que le quedaba algo justo y zapatillas también blancas.
-Si que te tardaste Alex.-le reclamo la chica con tono de disgusto.-Creí que te habías olvidado de mí.-añadió con un puchero de enfado en su rostro.
-Lo lamento, me quedé dormido.-le respondió el castaño algo avergonzado.
De la boca de la chica salió un quejido mientras seguía viéndolo, y posó ambas manos en su cintura resaltando su gran forma, Alex esbozó una sonrisa algo estúpida mientras la veía y se acercaba a ella.
-Ella era realmente hermosa...
La misma voz había vuelto a hablar, y de nuevo alterado el castaño busco su origen, sin obtener resultados de nuevo, sin embargo la chica se había quedado viéndolo algo confundida.
-¿Alex?.-pregunto ella viéndolo.
El castaño negó con su cabeza y volvió a sonreír como si nada fuera pasado, se acercó de nuevo a ella y le dio un corto pero dulce besos en los labios, ella correspondió algo sonrojada y luego lo vio.
-Vamos antes de que sea más tarde, Sam.-le dijo el castaño sonriente y camino a la universidad tomando su mano.
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Fuera de sí, así estuvo durante sus clases el castaño, no lograba escuchar las palabras de su profesor ni el sonido a su alrededor, su mente estaba divagando, veía paisajes en sus mentes que nunca antes había visto. Una ciudad parcialmente congelada con estacas de hielos creciendo de la nada, una ciudad a medio destruir, una gran torre con grandes ventanales... Y un camino subterráneo que parecía ser un laboratorio repleto de personas que sufrían. ¿Por qué veía eso? Nunca antes había visto esos sitios, ni siquiera existían... ¿Qué ocurría?.
-Joven Alex.-llamó la autoritaria voz de su profesor.-¿Podría repetir lo que acaba de decir?.-pidió seriamente viéndolo.
-Y-yo.-tartamudeo el castaño.
-Baje de las nubes y preste atención.-lo regaño aún viéndolo y todas las mirada se posaron en él.
Algo estaba mal, todos veían a Alex y su expresión, rebelde, así no era el castaño que todos conocían. La mente de Alex era un lío, una parte quería pelear con su profesor y reclamarle, la otra quería pasar inadvertido y callar. Debía dejar de ser el centro de atención.
-¿Puedo ir al baño?.-pregunto con un tono indiferente que salió naturalmente.
-Rápido.-gruñó el profesor después de unos minutos de silencio.
Sin esperar más salió lo más rápido que pudo del salón, y cuando estuvo en los pasillos desiertos corrió hasta uno de los baños y entro, ¿Por qué? ¿Por qué sentía tanto odio?... ¿Por qué deseaba moler el rostro de alguien a golpes?. Abrió el grifo y mojo su rostro con el agua, necesitaba despejarse, y cuando vio su rostro en el espejo retrocedió sorprendido. Ojos avellanas sin brillo, sin vida, piel clara, vistiendo una camisa negra y una pañoleta naranja algo sucia amarrada a su brazo... Alex, un Alex distinto, yacía viéndolo a través del espejo.
-¿Qu-qué?.-pregunto el castaño de camisa naranja viendo el espejo.
-Esto es bastante... Extraño, aunque ciertamente es algo hermoso.-comento el Alex del espejo.
-¿Quién demonios eres?.-grito claramente desconcertado.
-Soy tu.-respondió a secas.-Bueno... seré directo, debemos salir de aquí.-añadió serio.
-¿Salir? ¿De qué hablas?.-pregunto más perdido.
-Entonces tan enganchado estás... Esto no es real, Alex.-le respondió el castaño del espejo.-La realidad no es tan hermosa.
-¿No es real?... ¡No es real!.-grito aún perdido.-Definitivamente me volví loco.-añadió retirado se.
-Sam era tan hermosa, lo había olvidado... No recordaba bien su rostro... Ni siquiera recordaba haber salido con ella.-dijo el Alex del espejo que seguía ahí.
-¡¿Tú qué?!.-grito Alex volviendo al espejo.
-Está muerta, lo vi... Lo vimos, una bala "perdida".-hablo seriamente hasta llegar a su última palabra y hablar con notable sarcasmo.
-¿Mu-muerta?.-pregunto aterrado el castaño.-¡No! Está viva.-grito pero para si mismo.-¡Está viva, tu mientes!
-Yo, soy tu... Ella murió y no pudimos hacer nada ¡Recuérdalo!.-le gritó el Alex del espejo.
-¡Cállate!.-grito desesperado tapándose sus oídos.
-¡Cayó muerta en nuestro brazos, estaba sonriendo cuando murió!.-le gritó como respuesta el otro Alex y esas palabras retumbaron en su mente.-Sus última palabras fueron: yo te amo Alex, moriría por ti.-añadió con un tono que empezaba a romperse.
Alex destapó sus oídos y la furia dentro de él solo había crecido, no sabía porque... Ella yacía ahí, cerca de él, sonriendo de forma radiante... No muerta, no estaba muerta. Lanzó su puño contra el espejo acompañado de un grito iracundo e hizo añicos el espejo, su mano yacía ensangrentada y en el espejo aún estaba su otro él, diciendo unas palabras que comenzaban a volverse susurros.
-Está muerta por nuestra culpa, fue nuestra culpa.
En el baño reino el silencio, ya no estaba su otro él, estaba completamente solo ahí, ¿Se había vuelto loco? Unos golpes en la puerta llamaron su atención y seguido de eso una voz.
-¿Alex?.-pregunto con cautela la voz de Sam.
Alex suspiro y empezó a respirar lentamente para poder calmarse, tomo papel higiénico y se envolvió la mano sangrante en el, se tomó otros pocos segundos y al fin le respondió a Sam con una simples palabras "Sigo aquí, ya saldré".
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Alex y Sam caminaban por los ahora solitarios pasillos de la universidad, para este momento todos deberían estar de camino a casa, pero ellos dos estuvieron haciendo otras cosas...
-Eso fue genial.-le dijo Sam mientras se peinaba un poco el cabello con sus dedos.
-Como siempre ¿No?.-le respondió el castaño sonriendo.
Ambos se vieron con una sonrisa tonta por otros segundos, solo ellos eran conscientes de lo que acababan de hacer, nadie lo sabría...
-Oh amigo, si Megan estuviera aquí ya te fuera colgado por hacerle eso a Sam.- la voz esta vez resonó directo en su cabeza.
-¿Megan?.-soltó Alex en voz alta.
Sam le dedicó una mirada amenazante al castaño, poso sus manos sobre sus cinturas y se detuvo unos cuantos pasos delante de él... Acababa de cagarla.
-¿Megan?.-repitió Sam con lentitud.-¿Quién es Megan, Alex?.-le pregunto con una sonrisa torcida.
-Y-yo... No se quien es.-respondió con sinceridad.
-No sabes quien es pero la nombras, ¡Después de hacérmelo!.-le gritó claramente molesta e indignada.
-Sam yo.-decía calmadamente cuando otro grito lo callo.
-¡Ni se te ocurra decir algo! ¡No quiero oírte ahora! ¡Déjame en paz!.
Y después de eso salió corriendo lo más rápido que pudo, sin mirar atrás, y ahí se quedó el castaño viendo cómo se alejaba. Con un movimiento casi automático volteo a ver hacia atrás, caminando lentamente se acercaba el otro Alex, con esos ojos vacíos. Se detuvo a unos cuantos pasos de él y lo vio fijamente.
-Por unos segundos creí que irías detrás de ella.-dijo el castaño desaliñado y de ojos vacíos.
-Esto paso por tu culpa.-replicó Alex viéndolo.
-Lastimaste a una farsa... Sam está muerta.-contesto a secas el de ojos vacíos.
Alex suspiro viendo al ser delante de él.
-Nuestros padres también están muertos.-añadió el de ojos vacíos.
-¡Mis padres están vivos!.-le gritó Alex interrumpiendo lo.
-¡Nuestros padres nos odian!.-replicó el de ojos vacíos pero con un tono... Más calmado.
-¡A ti te odiarán por algo! ¡Me aman! ¡Mis padres me aman!.-grito más alto Alex y le dio la espalda.
-No debí haberlo parido...-dijo a secas el de ojos vacíos.-Esas fueron las últimas palabras de nuestra madre, nuestro padre dijo: debí usar dos condones para evitar engendrar a ese pequeño bastardo.
Silencio, el silencio reino entre ambos castaños, Alex se veía consternado, era mentira, ¡Una clara mentira!. Pero por el contrario, el de ojos vacíos se veía extrañamente calmado... Como si esto fuera menos, como si le fuera dolido más lo de Sam. Seguido del silencio un sonido inconfundible lo rompió, un arma había sido recargada, el castaño de ojos vacíos tenía una arma en su mano derecha, apuntando directamente a Alex.
-Debes aceptar que los muertes no vuelven... Que nuestra vida no es feliz.-después de esas palabras dejo de apuntarle y le extendió el arma.
-Te equivocas, aquí soy feliz, y está es mi vida.-con un movimiento rápido le quito el arma, así dejo al de ojos vacíos indefenso.
Por unos segundos Alex vio algo; estaba de pie apuntando le a un encapuchado que vestía de negro... Unas palabras salieron de su boca y seguido jalo el gatillo. Devuelto a la realidad gracias al sonido de un disparo vio al frente, el de ojos vacíos tenía una herida de bala en el pecho, justo donde estaba su corazón.
-Llegará el momento... Y tendremos que salir quieras o no. Ya tenemos una vida que vivir fuera de este sitio.-le dijo como últimas palabras mientras se hacía cenizas y desaparecía.
Alex suspiro, definitivamente se había vuelto loco... No, el no estaba loco. Vio la mano donde había estado el arma, ahora vacía, la cerró formando un puño y vio a la nada... ¿Esto no era real?... ¿La realidad era cruel?. Agitó su cabeza a los lados y camino, a casa, a descansar. A pensar... ¿Acaso ser feliz era una farsa?.
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En una gran sala subterránea yacían unos cuantos cuerpos inertes, todos sentando en sillas y con una especie de visor puesto sobre sus ojos, alguien los vigilaba desde lo más alto de la sala y también revisaba una computadora. Y por unos segundos poso sus ojos sobre uno de los cuerpos. De cabello castaño ahora largo hasta sus hombros y más alborotado, una piel clara cuarteada por la falta de sol, sin camisa, dejando a la vista su abdomen plano, vistiendo un simple pantalón deportivo gris... Alex, yacía ahí inerte, con un visor sobre sus ojos... Viendo lo que más había querido, una vida normal.
Continuará...
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Estoy aquí pero no sé qué decirles sorry xd. Bueno ya saben, pueden dejar sus votos y compartir si les gusto,espero que hayan disfrutado, y sin más que decir, hasta otra chicos.
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