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07| Verdadero monstruo

Tres veces seguidas, si (XD). Ya pueden imaginar lo que diré, este capítulo contendrá escenas bastante fuertes y podrían no ser del agrado de todos, lean bajo su propio riesgo y eso, y sin más que decir los invito a leer, estará bien interesante, disfruten.

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La rubia seguía parada delante de ambos kustermen; la sorpresa aún no se había borrado del rostro del adolescente, y el odio tampoco se había borrado de la vista del castaño. María acercó su mano de forma lenta al rostro de Alex, pero este golpeó su mano antes de que pudiera tocarlo y retrocedió.

-¿Qué carajos haces aquí? Estás muy lejos de tu maldita guarida.-dijo el castaño de forma agresiva.

-Alexander... Yo no te crié para que fueras esto, ¡Un maldito asesino!.-le grito la mujer y le dio una cachetada.

Ese golpe solo revivió más sus recuerdos del pasado, ya no ardía tanto, pero lo llenaba de odio, la hipocresía de está mujer lo dejaba asqueado, no soportaba verla. Jake se puso a la defensiva al ver el golpe, no sabía quien rayos era está mujer, pero si generaba problemas debía detenerla, cuanto antes mejor; por su parte María veía a su "pequeño" castaño, tan crecido, tan hermoso... Tan corrupto, todas las noticias hablaban de él, lo describían como si de un monstruo se tratase, pero ese monstruo era sumiso a ella, aún recordaba lo que hizo con su pequeño, y estaba segura de que volvería a caer en sus garras, estaba segura de que la extrañaba. La mujer dirigió ambas manos a las mejillas del castaño, lo besaría y ya lo tendría en sus manos de nuevo, solo unas palabras dulces bastarían; antes de que pudiera tocarlo sintió el cañón de un arma en su frente, se paralizó al sentirla, su pequeño castaño sumiso la estaba amenazando con un arma ¿Por qué?.

-Me pones una mano encima de nuevo, y te mato.-amenazó con frialdad mientras la veía.

-Alex vámonos.-dijo el adolescente viendo alrededor,ahora estaban solos, pero no por mucho tiempo.

-¿Por qué, qué te hice yo?.-pregunto la rubia viéndolo.

-¿Qué me hiciste?.-pregunto el castaño mientras sus ojos se tornaban blanco.-¿Enserio tienes el valor de preguntar eso?.

Todo alrededor de Alex empezó a temblar, el piso se iba agrietando hasta llegar a las paredes, Jake sentía la presión que estaba ejerciendo, su poder estaba saliendo sin restricción alguna; toda esa presión se dirigía a una persona, esa mujer rubia delante de él, está solo vio con miedo como las cosas se iban agrietando y todo temblaba, estaba aterrada por el kustermen castaño y su poder, la mujer sintió como un hilo de sangre salía de su nariz, y antes de que pudiera decir algo cayó al piso. Jake vio a Alex, después de unos segundos todo dejo de temblar y el adolescente se acercó al cuerpo de la rubia.

-Viva.-dijo a secas.-Vámonos de aquí antes de que ESDEK llegue.-sugirió viendo a Alex.

-Espérame en el auto.-contesto el castaño.

-¿Qué harás monstruo?.-le pregunto el adolescentes con una pequeña sonrisa.-¿Estás seguro de no necesitar ayuda?.

-¡Que me esperes en el puto auto!-ordenó el castaño con ira.

Silencio, eso recibió como respuesta Alex de parte de Jake, este solo se retiró con pasos lentos, ese Alex era algo que no había visto, esa ira, toda la "calma" que tenía desapareció y ahora solo tenía ira dentro de él, ahora sí era un verdadero monstruo, el adolescente mostró una pequeña sonrisa ante eso, le agradaba este monstruo. El castaño arrastró a la rubia hasta su habitación y la dejo en una silla, amarrada,y se sentó delante de ella a esperar a que despertará, era hora de ajustar cuentas. Pasaron unos cuantos minutos y María comenzó a despertar, al intentar moverse se dio cuenta de que estaba amarrada, se despertó abruptamente y movió, entonces vio a Alex delante de ella, parado solo viéndola, en sus manos tenía un cuchillo de mango totalmente negro y filo plateado.

-Este fue el primer cuchillo que tuve.-comento el castaño viéndolo.-En todos estos años no ha perdido su filo, y verlo me trae recuerdos de lo que fui.-añadió y en su rostro apareció una sonrisa maliciosa.

-Alexander.-llamó la mujer algo asustada.

-No, solo Alex.-corrigió el castaño y puso el cuchillo contra el cuello de la mujer.

-¿Por-por qué?.-pregunto la rubia con temor.-¿Qué te hice?.

En ese momento el cuchillo se deslizó rápido por el cuello de la mujer sin tocarla, pero antes de que el alivio de hiciera presente el castaño la golpe en el rostro tirándola al piso con todo y silla; dolía, eso golpe había dolido más de lo que esperaba, pero más le sorprendía el hecho de haberlo recibido, no lo esperaba, y al ver al castaño solo veía odio en sus ojos, aunque su sonrisa llena de malicia era otra cosa, parecía estar loco; aquel pequeño castaño puro había desaparecido, ahora delante de ella solo estaba un ser corrupto.

-Tu me convertiste en esto.-le respondió el castaño y con sus poderes la dejo donde estaba antes del golpe.-Tuve una pesadilla, ¿Recuerdas cuando jugaba todo el día con mis legos?. Yo lo hago... Aún recuerdo todo.

-Tu también lo querías.-respondió temerosa la mujer.

-¿Lo quería?...-pregunto perdido el castaño.

Esta mujer estaba loca, realmente loca, enferma ¿Acaso no escucho todas sus súplicas de esas veces? El castaño cerró sus puños mientras mordía su labio, se negaba a aceptaba esta mierda, no ahora.

-Lo siento.-dijo la mujer.-Realmente lo siento, solo dejame oírte una vez más, lo necesito, te necesito.-suplico la mujer.

Alex escupió un poco de sangre al piso y vio a la mujer, pésimas palabras, muy mal momento para arrepentirse. El castaño clavo su cuchillo en la mesa y se acercó a la rubia con pasos lentos, su sonrisa maliciosa seguía ahí, sin perder el tiempo volvió a golpear a la mujer dejándola aturdida, vio como sus nudillos tenían un poco de sangre y como la mujer no contestaba; el momento perfecto. La soga que retenía a la mujer se rompió y la dejo libre; su pequeño había entrado en razón y le daría su último momento juntos, o eso creía ella, ya que no tenía control alguno sobre su cuerpo, se puso de pie y saco el cuchillo de la mesa y se lo dirigió al abdomen, su rostro demostraba terror, pero sus manos seguían su propio camino y en cuestión de segundos estaba cortándose de forma diagonal, los gritos no se hicieron esperar, pero apenas soltó el primero su voz fue silenciada, sintió como algo en su cuello se soltó y su voz ya no salía, el corte termino y no era muy profundo, pero aún así salía mucha sangre; la mujer miraba al castaño con lágrimas en los ojos mientras intentaba hablar, y este solo la miraba con indiferencia y su pequeña sonrisa.

-¿Qué está pasando?.-pregunto la mujer mentalmente.

-No me dicen el psíquico por nada... Aunque es un apodo bastante pobre.-le contesto el castaño viéndola.

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Pasaron unos cuantos minutos y el castaño yacía sentado viendo a la mujer delante de él, con cortes en sus mejillas, pechos, brazos, abdomen, piernas y uno en su párpado,la mujer estaba cubierta casi por completa de su propia sangre, pero seguía de pie gracias a los poderes del castaño. La indiferencia con la que miraba a la mujer lo hacía parecer un monstruo sin aprecio a la vida ajena, está ya tenía lágrimas secas sobre sus mejillas y se veía cansada, pero aún así nuevas lágrimas caían y se deslizaban sobre sus mejillas.

-Cuatro años.-dijo Alex.-Cuatro malditos años pidiéndote, rogándote que pararas, que ya no quería jugar tu enfermo juego, y nunca me oíste, noches completas en las que no me dejabas dormir porque me estaba usando, y las noches que no llegabas no dormía, tenía miedo de despertar al día siguiente amarrado a una maldita silla y convertido en juguete sexual, no recuerdo haber tenido una noche de paz en esa casa desde que cumplí 11, en ese tiempo solo quería morir, ni tu oías mis súplicas, ni él las oía.-dijo señalando al cielo.-Y cuando al fin mi pesadilla terminaría, las tijeras no llegaron a tocar mi cuello, pero tú llegaste, fue el primer día que me diste latigazos, el día que me di cuenta que jugar a ser el héroe de mis hermanos iba a ser un infierno, noche tras noche, día tras día, ya no te interesaba quien estuviera en casa o qué hora fuera, querías jugar con tu "juguete".-dijo ahora señalándose.-Días horribles, una etapa que me gustaría olvidar, pero las marcas nunca se borraran, mi espalda es una prueba de ello; pero mierda, ese día, el día que enserio me lo hiciste entendí algo, nadie iba a salvarme, solo estaba yo en esa pequeña habitación, y me había cansado de jugar a ser un héroe, porque yo, no soy un héroe. A algunas mujeres les gusta meterse cosas por el culo ¿No? Me pregunto que pasar si un cuchillo entra.-dijo viendo a la nada mientras la mujer movía el cuchillo a su ano.

-¡Por favor Alexander,no lo hagas!.-suplico mentalmente la mujer

-Ya te lo dije, solo Alex; además, ya es tarde para rogar, siente la desesperación de ser ignorado.-le respondió con frialdad sin verla.

La mujer lloraba amargamente mientras veía al monstruo delante de ella, juraba que él disfrutaba tanto como ella, juraba que había hecho feliz al pequeño castaño roto, pero solo termino de romperlo, creo a un monstruo que odiaba ver. En unos momentos la punta del cuchillo tocó el ano de la mujer, no quería que esto pasará, pero sus manos siguieron y con lentitud el cuchillo entro, cortando todo a su paso, haciendo que la mujer abriera la boca intentado gritar pero no salía ni un solo ruido de parte de ella, las lágrimas caían, el dolor, era insoportable, sentía como el cuchillo iba cortando su interior, hasta que lo saco de forma lenta, había acabado... De un movimiento rápido y fuerte el cuchillo entro por completo en el ano de la mujer, y con otro movimiento rápido salió, sus piernas chorreaba sangre y sentía que caería de rodillas en cualquier segundo, quería gritar con todas sus fuerzas pero su voz no salía, en ese momento quería morir, pero esa muerte le estaba siendo negada, quería descansar pero también eso le era negado.... Lo mismo que ella le hacía a Alex cada noche y día, este era el pago por su pecado.

-Mudo con voz.-dijo Alex.-Eso era yo, un mudo con voz, porque aunque gritaba, nadie me oía... Pero supongo que debo darte las gracias, me enseñaste algo valioso.

La mujer vio con duda al monstruo castaño delante de ella.

-Me mostraste cómo sobrevivir a este mundo de mierda, el más cruel es el que vive bien, y los más inocentes, son pisoteados.-le aclaro viéndola con una pequeña sonrisa.-Tu me convertiste en este monstruo.-añadió borrando su sonrisa de su rostro.

Las manos de María llevaron el cuchillo ahora a su cuello, este era su último pago, las lágrimas cayeron como cascada, entendía que todo había acabado, su vida terminaría. Poco a poco el cuchillo entro a su cuello, al sentir la punta la expresión de dolor de la mujer se hizo presente, pero poco a poco seguía entrando ese rostro se torno a extremo y pocos segundos después el cuchillo había entrado por completo, la mujer intentaba respirar con dificultad, sentía como la vida se le escapaba de las manos, y sus manos soltaron ese cuchillo, se había quedado ahí clavado mientras ella seguía de pie, viva, unos últimos segundos de vida que se sentían una eternidad, unos segundos que el castaño alargaba un poco.

-Adiós lunática.-se despidió el castaño y empujó todo el cuerpo de la mujer contra la pared, parte del cuchillo salió, pero de un movimiento rápido incrustó el cuchillo contra la pared y el cuello de la mujer.

Unos últimos segundos, en esos momentos la mujer vio a ese completo desconocido delante de ella, reflexionó sobre la mierda que le hizo... Realmente estaba enferma,¿Cómo fue qué le hizo eso a alguien que ya lo había perdido todo? Unas últimas lágrimas cayeron de sus mejillas mientras veía como el castaño se ponía de pie para irse.

-Lo lamento Alex.-fue el último pensamiento de la mujer antes de morir.

Ni una última palabra salió de la boca del castaño, solo vio como la mujer dio su último suspiro y su cuerpo cedió, ojos cerrados y mejillas llenas de lágrima, cuerpo sangrante, y el cuello atravesado por un cuchillo que empezaba a ceder por el peso del cuerpo de la mujer, en cualquier momento caería junto a ella; el castaño solo paso de forma rápida al baño y se quitó la sangre de los nudillos y suelas de los zapatos, al salir lo hizo levitando hasta la entrada y luego salió, como si nada, dejar sorpresas se comenzaba a volverse divertido, y eso dibujaba una pequeña sonrisa en su rostro. Sin decir una palabra subió al auto en el que el adolescente lo esperaba, no tenía su sonrisa, de hecho se veía algo aburrido mientras veía a la nada, y así continuaron con su viaje en carretera a ese sitio.

-Ella.-dijo Alex después de media hora de conducir pero fue interrumpido.

-Lo se.-contesto el adolescente sin verlo.-Reconozco ese tipo odio cuando lo veo; aunque fuera sido más divertido si me fueras dejado ver.-dijo para recuperar su sonrisa.

-Ja, claro demonio.-le contesto el castaño con seriedad pero ocultando una sonrisa.

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Había una multitud afuera de la habitación en la que estaba la rubia, acababan de sacar el cuerpo sin vida de esta y todos los presentes se preguntaban lo mismo ¿Por qué lo hizo? Que una persona se hiciera tanto daño para solo quitarse la vida de esa manera, era algo impensable, está mujer estaba realmente loca, pero entre toda esa multitud había una mujer de unos 29 años llorando amargamente, cabello negro y piel bronceada,vistiendo una camisa negra,unos pantaloncillos blancos y zapatillas negras.

-Señorita díganos,¿Por qué cree que su madre hizo eso?.-pregunto un oficial llevando a la chica hacia afuera.

-Mi madre... Tiene... Tenía cáncer, estaba empezando, pero sabía que moriría en cualquier momento, por eso dijo que quería salir y viajar... Hoy iríamos al aeropuerto para ir a España.-dijo mordiéndose el labio mientras lloraba, pero sus pensamientos eran otra cosa, no sabía si lloraba de dolor... O de felicidad.

-Entendemos señorita, y lamentamos su perdida.-dijo el oficial y siguió hablando pero ya no lo oía a él, oía a otro oficial que habla con otro testigo que dijo algo que la dejó sorprendida.

-Piel clara, ojos avellanas,cabello castaño claro, y vistiendo una camisa naranja con mangas negras debajo y pantalones de mezclilla claros.-comento el otro oficial anotando la descripción.

-¿Señorita, está bien?.-pregunto el oficial delante de la pelinegra.-¿Necesita que la dejemos en su casa?.-añadió viéndola y está asintió con la cabeza.

La mujer entro al auto de la policía mientras los oficiales seguían haciendo su trabajo, pero la mente de la mujer ahora divagaba, esa descripción solo le recordaba a un "fantasma" de su pasado.

-Alexander... ¿Fuiste tú?.-pregunto la mujer a la nada mientras esperaba que la llevaran.

Continuará...

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Y hasta aquí este capítulo, bastante movido ¿No?. Bueno chico, si les gusto saben cómo apoyar, estrellita y comentar, y sin más que decir hasta otra amigos de Wattpad, se les quiere.

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