El inicio
El final del mes de abril parecía ser como cualquier otro mes de rutina, la vida cotidiana se mantenía como de costumbre, sin sucesos que transformen la realidad, nadie vio venir un golpe que hizo llenar la indignación de todo un país.
Los frecuentes casos de corrupción de los entes administrativos del gobierno ya no eran una novedad, muy raro el que no lo hiciera, ni los partidos políticos que no se llenaran los bolsillos a punta de impuestos y reformas tributarias.
A las 11: 15 a.m. del día 25 de abril el presidente hace una intervención televisiva, la típica palabrería y discursos "bonitos" para tener mejores valores en las encuestas de popularidad. Hay algo increíble, y es que los políticos pueden disfrazar tan fácilmente palabras de mierda para ser políticamente correctos y distraer la atención del ciudadano.
Saliendo de la universidad, me encontré con la noticia "El gobierno declara reforma tributaria" en tiempos de crisis por pandemia, es algo inadmisible, en cierto modo se entiende porqué el estado necesita más dinero, tuvo que correr a mejorar el sistema de salud, en la medida de infraestructura y elementos de trabajo para el personal de la salud, algo que desde hace mucho se debía haber hecho, sistemas deplorables y poco eficientes, y sin hablar la falta de atención que no se le brindaba a quienes no podrían pagar si quiera una consulta externa.
Aportarle un poco más de inversión a los sectores productivos para que no se fueran a bancarrota y mantener a medias una economía que sufre más por los robos del estado y la guerra contra el narcotráfico. Algo que podría cambiar legalizando y controlando la producción, dándole garantías a los campesinos. Soluciones que no pueden comprender porque su capacidad no da para algo tan complejo.
Me encuentro con Aileen en la estación del trasmilenio para regresar a casa.
- ¿Viste la noticia? - pregunta Aillen apenas me ve.
- ¡Claro que sí! Y es entendible porque las ratas quieren más dinero. No les basta con lo que ganan sin hacer nada y haciendo menos que nada – digo con expresión sarcástica.
- ¡No es justo! Hay personas que trabajan todo el día para ganarse míseras monedas y las ratas con solo decir una palabra con términos "sofisticados" gane una millonada.
- Lo sé, y es algo que debemos corregir. Hay quienes dicen que nuestra generación no hace nada y que no logrará nada, ¿Pero quienes pusieron a las ratas en sus tronos y se dejaron seducir por unos tamales y pasteles el día de las elecciones?
Llega el transporte. – Esto será lo primero que cambiará si nos dejamos meter algo como como esa "genialidad" del estado, la gasolina subirá, el transporte también, y ni hablar de los peajes. Digo señalando a la máquina de color azul.
-Se sabe muy bien que se destinó bastante dinero para afrontar la situación por la pandemia, hospitales, dinero para los programas sociales, alimentos etc. Pero no es la solución.
-Claro, y además no quieren cambiar ni corregir cosas que son más que necesarias.
Una señora que estaba a nuestro lado dijo con algo de enojo –Muchachos, por favor, hagan silencio, desde que se subieron no han dejado de hablar de eso, me tienen aburrida- Era de esperarse, muchas personas siempre prefieren el silencio de la ignorancia. Aillen me mira fijamente, y nos comprendemos al instante.
-Señora- Le digo- Con todo el respeto que se merece, Antes de mandar a callar a alguien comprenda cual es el contexto de lo que habla. Estamos debatiendo de la situación política que estamos aguantando por la porquería de "gobernantes" que tiene este país. Lo que quieren hacer esos marranos es terminar de jodernos. Dígame, ¿Usted sabe o comprende lo que está pasando? ¿Comprende que las "elites" de nuestra sociedad creen que pueden hacer lo que le venga en gana? –¡Ay, ya cállese irrespetuoso! - Gritó la señora.
-Ay, pobre marioneta que prefiere ser controlada que ser libre- Por personas como usted es que estamos como estamos- Dije mirando fijamente a la mujer con aspecto irritado.
Aileen me susurra al oído –Leo, creo que te pasaste un poquito con ella- Reímos el resto del viaje y llegamos a la parada que está a una cuadra del edificio de apartamentos asequibles para los estudiantes.
¿Sabes? Tengo el presentimiento de que algo va a pasar, no sé si va a ser algo bueno o malo. Pero sí sé que va a marcar un cambio –Dice Aileen mirando el piso y tocando mi hombro izquierdo-
-Vamos, pase lo que pase vamos a estar juntos, ¿Hermanos de letras?- Digo tratando de hacer sonreír a Aileen.
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