George.

Ha sido la peor película del mundo entero. No puedo creer que haya durado tres horas y media en ese sofá viendo una maldita película romántica. Todo es culpa de Bart, si no fuera por él, esto no habría pasado.

¿Por qué es culpa de Bart? Se preguntaran ustedes.

El muy idiota había quebrado uno de los adornos de cristal preferidos de mi mamá y luego había culpado a América de todo. Ahora yo tenía que pagar los platos rotos de mi mejor amigo. Si, ver un maratón de películas románticas con mi hermana era una tortura y apenas habíamos terminado la primera, faltan cuatro.

—¡Me encantó! ¿No es triste que Jack haya muerto?

—Yo quisiera ser Jack en estos momentos.

Odié Titanic, nunca en mi vida había visto Titanic y que lástima que no pueda permanecer de esa manera. Repito, odié Titanic, con todas mis fuerzas.

—¡Y Rose es una maldita! ¡Ahí había espacio para Jack!

—Deberías ser una Rose en este momento y dejarme morir.

—¡George, calla y deja tus estupideces!

Voy a replicar pero mi teléfono empieza a sonar, el identificador de llamadas me dice que es Cristine, por lo que contesto con una sonrisa a la mirada picarona de mi hermana.

—¿Cristine?

—¿George?—dice, su voz se encuentra ahogada por lo que me alerto—. Necesito tu ayuda.

—¿Qué pasa bonita? ¿Por qué estás llorando?

—Discutí con mi papá.

—¿Quieres que vaya por ti?—pregunto al instante.

—No, tranquilo. Me quedaré está noche encerrada en mi habitación, pero... ¿Crees que pueda quedarme mañana a tu casa?—Se le escucha nerviosa.

—Claro que sí, bonita—contesto sin pensarlo—.Puedes quedarte en mi casa.

Vale, tendré que hablarlo con mis padres pero no creo que digan que no, además América puede ayudarme un poco con eso.

—Solo será una noche, lo prometo.

—Sabes que no tengo problema con eso y estoy seguro que mis padres tampoco, pero quiero que me expliques qué pasó. ¿Por qué te estas yendo de casa?

—Papá así lo quiso.

Ese maldito hijo...

Cristine empieza a contarme lo que le sucedió. Al parecer su padre insultó su trabajo y luego indirectamente le pidió que se fuera de la casa. Ella tomó su palabra, ya había empacado algunas cosas y pensó en mí.

Ella pensó en mí.

—Tu padre es un idiota.

—Eso ya me lo habías dicho.

—Pues reafirmo mi comentario. Tu padre es un idiota y no puedo creer que tú hayas sido un espermatozoide que salió de él.

América me mira burlona pero no le presto atención, escucho las risitas de Cristine cosa que me hace inmensamente feliz.

—Gracias por alegrarme.

—Cuando quieras, sabes que estoy aquí para ti.

—Entonces... no te molesto más.

—Por favor, sigue molestándome. Mer me está torturando con películas de romance. ¡Acabe de ver Titanic! ¡Titanic, bonita!

Cristine se ríe a carcajadas. Lo que sea, diré o haré lo que sea para escuchar esa risa, siempre.

—No te interrumpiré con tu noche de chicas con Mer.

—Bonita—me quejo.

—Gracias por escucharme, George. Hablamos mañana.

—Adiós bonita.

Colgamos. Suspiro audiblemente aun mirando mi teléfono celular.

—Idiis, biniti—se burla mi hermana.

—¡Ya cállate! Más bien, pon la siguiente película. ¿Cuál es?

—¡Votos de amor!—chilla con emoción.

Por Dios, en serio, quiero ser Jack en este momento y estar a miles de kilómetro bajo el mar.

Me duele la espalda full pero logré terminar otro capítulo de #EAA y hacer este capítulo. Merezco un premio xD

No me extenderé mucho porque en serio me duele la espalda, así que... Capítulo dedicado a Anto-rugas, espero que te haya gustado <3

Nos leemos.