Te daré una respuesta cuando lo probemos.
Bart.
Lo bueno de vivir con tu novia es que puedes tener sexo veinticuatro siete en cada superficie que encuentres. El sofá, la encimera, el espejo, la cama, son algunos de los sitios en donde más me he divertido con mi princesa y debo admitir que me he convertido en un adicto en el sexo. Amy no se queda atrás, es una máquina, no descansa para nada y siempre que me lo pide se lo doy.
La cosa es que luego de mi adquisición no he podido mantener relaciones sexuales, no le había dicho a nadie aún, el único que mantenía mi secreto era Louis quien se había tatuado un algodón de azúcar en su culo el mismo día que me había perforado. Al menos no decidió colocarse el nombre de Livana sino estaría aún más molesto conmigo.
Entonces sentía que Amy estaba preocupada, incluso Daisy me había llamado desde su luna de miel porque su mejor amiga no había tenido una ración diaria de sexo, le dije que todo estaba bien y que solo quería separar un poco el sexo para ver si sobrevivimos.
¡Patrañas! ¡Quiero sexo! Y en solo minutos lo tendré.
Se había cumplido mi abstinencia no voluntaria el día de hoy por lo que quería ver ya mismo la reacción de Amy de mi nuevo accesorio.
Salgo de la ducha con una toalla cubriendo mis partes nobles y veo a Amy recostada en la cama muy atenta a su ordenador. Desde hace tres días me ha hecho la ley del hielo. Acercándome lentamente me acuesto a su lado empezando a darle suaves besos sobre su cuello, pero ella sigue haciéndose la difícil por lo que introduzco mi mano dentro de su camiseta. Cuando mi mano casi va a llegar al borde de sus pechos ella me palmea con brusquedad y se aleja.
—No me toques.
—¿Por qué estas molesta conmigo, princesa?
Si las miradas mataran yo no sólo estaría a tres metros bajo tierra sino también mi cuerpo estaría cortado pedacito por pedacito y mi rostro sería irreconocible.
—¿Todavía me lo preguntas, Bartolomeo Taylor?
—No me digas así, no eres mi mamá.
—Pues desearía que tu mamá estuviera aquí para que te diera una nalgada.
—Si quieres tú me la das, me gusta rudo, princesa Amy.
Amy trata de aguantar su risa pero ya sé que he podido ablandarla. Tomo el ordenador de su regazo y aunque hace un poco de resistencia al principio al final lo deja ir, lo dejo a un lado de la cama y me coloco sobre ella.
—No te he complacido sexualmente por que tenía que protegerme.
—¿Protegerte de qué? ¿De un orgasmo?
Con una sonrisa pícara empiezo a desatarse el nudo de la toalla y finalmente la dejó caer dejando mi pene en todo su esplendor. La mandíbula de Amy cae abierta al ver mi nueva adquisición.
—No.
—Si—digo con una sonrisa.
—No—vuelve a decir ella pero esta vez riendo.
—Sí, oh sí.
—Bart, tienes algo que atraviesa tu pene.
—Es un piercing.
—En tu pene.
—Sí, ¿te gusta?
—Todo este tiempo pensé que hablabas en broma, Bart—Amy no puede apartar sus ojos de mi equipo—, pero no puedo evitar pensar que nos vamos a divertir mucho con eso.
—¿Así que eso es un sí a mi pregunta?
Finalmente aparta su mirada de mi pene para observarme fijamente, se relame sus labios y con una media sonrisa contesta:
—Te daré una respuesta cuando lo probemos, Bartolomeo.
Oh Dios, gracias por darme a esta mujer.
No,no va a haber sexo. Ella sabe quien es xD
Esta fue la reacción de Amy con respecto al piercing xD Luego tuvieron una noche de sexo salvaje ah.
Capítulo dedicado a natyta10 :) espero que te haya gustado <3 Recuerden que dedico capítulos a aquellos que voten y comenten.
Estaré algo más activa en instagram a partir de ahora <3 Si quieren seguir mi cuenta alternativa intocablescollege <3
Nos estamos leyendo, si, mañana 7-7
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