¿Hoy es mi cumpleaños y no recuerdo?
George.
Mis amigos eran los mejores. Los intocables eran lo máximo, nadie odia refutar eso, quien dijera lo contrario es un idiota.
Cristine y yo no habíamos arreglado todas nuestras diferencias pero lo estábamos intentando muy fuerte. Queríamos que lo nuestro funcionara por lo que tomamos terapia de pareja la cual estaba yendo por buen camino.
Terminé en el trabajo muy temprano, por lo que fui a casa fuera de mi horario normal. Cuando entro un olor espectacular me envuelve, al parecer la señorita Cristine está haciendo la cena. Camino hasta la cocina, Cristine está cantando con su dulce voz uno de los últimos éxitos de una banda estadounidense. La rodeo con mis brazos desde atrás y después beso su mejilla estruendosamente.
—¿Qué haces aquí tan temprano?—sorprendida se da la vuelta quedando apresada con mi cuerpo y la cocina.
—El señor Dixton dejó a todos libres unas horas antes—me encojo de hombros—, creo que iba a llevar a una de sus muchas amantes a la oficina y no quería que ninguno de nosotros escuchara y lo amenazáramos con decirle a su esposa.
—Pobre mujer.
—No te preocupes, ella lo engaña tanto o más que él. Siguen casados por pura apariencia.
Cristine mete su rostro en mi cuello y no tan discretamente empieza a oler mi perfume.
—Quiero formar una familia contigo.
Alejo su rostro para poder mirar a los ojos, la miro extrañado.
—¿A qué viene eso?
Cristine se encoje de hombros—. He visto las dos caras de la moneda. Hay personas que son felices con una persona y otras que al final no pueden tolerarse. Quiero formar una familia contigo, una que permanezca unida y llena de amor.
—Eso se forja día tras día.
—Y yo quiero seguir a tu lado día tras día, si tú me lo permites.
—¿Acaso me estás pidiendo matrimonio, mi amor?—me burló de ella haciéndola reír.
—Oh no, psicópata del café, eso te toca a ti.
—Hace tanto tiempo que no me llamabas de esa manera—mascullo emocionado.
—No me había dado cuenta de que lo había dicho—sus mejillas están sonrojadas, besa mis labios—. Confieso que dejé de decirlo porque ya no eras un tonto con respecto al café.
—Dejé de ser un tonto por el café porque gracias a eso te conocí.
Me besa aún más a fondo, pero ella de repente se separada de mi corriendo hacia el baño. Apagó las hornillas por precaución y la sigo, escucho las arcadas que hace y me preocupo.
Desde hace semanas la he escuchado vomitar, se ha sentido mal y ella no ha querido ir al médico por más que se lo he pedido. Entró al baño y la veo recostada sobre la taza del baño. Acarició su cabello para luego ayudarla a limpiar sus dientes son un cepillo.
—Por favor, Cris, déjame llevarte a un médico.
Ella niega rápidamente con su cabeza—No, George.
—Necesitamos saber si algo anda mal.
—Nada anda mal. No necesito ir al médico porque se lo que me pasa.
Confundido, con mi mirada le pido explicaciones.
»Quería hacer una cena especial para ti esta noche para contártelo.
—No hace falta una cena especial. ¿Qué sucede?
Ella sonrientemente sale del baño y camina hacia nuestro dormitorio, la sigo. Busca algo en nuestro clóset y poco tiempo después me entrega una bolsa de papel de regalo.
—Felicidades.
—¿Hoy es mi cumpleaños y no recuerdo?
—Ábrelo, tonto.
Mirando con recelo el papel, lo abro con brusquedad encontrando con un biberón y unas medias de bebé. ¿Para quién es esto? ¿Será que alguno de los intocables va a ser papá otra vez y no me han dicho? ¿O es que Lili va a ser mamá?
Esperen... Cristine dijo... Lo capto.
—¿Voy a ser papá?—mi voz está ronca.
—Así que... Felicidades, papá George.
Papá George, ¿escucharon?
Voy a ser jodidamente papá George.
Dejó caer la bolsa y tomo a Cristine levantándola con mis brazos y dándole vueltas en el aire. Escucho su risa, amo su risa. Benditos sean los intocables por ayudarme a volver con ella. Me detengo abruptamente con las vueltas cuando recuerdo que Cristine está embarazada y puedo hacerle daño al bebé, la bajo inmediatamente y me arrodillo colocando mi rostro en su vientre.
—¿Está bien? Lo lamento, no debí dar esas vueltas
—Estamos bien, George.
Aun algo shockeado, me levanto para besarla como si no hubiera un mañana.
—Te amo, Cristine.
—Y yo te amo a ti, psicópata del café.
Ustedes saben que yo no puedo separar a estos dos, la Simy De Vil guardó sus garras para este momento <3
Capítulo dedicado a minemp <3 Espero que te haya gustado <3
Estamos a nada de terminar :(
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro