Bart.

Mi día no ha sido muy bueno, papá intentó quemar nuevamente la casa, Pelusa ha estado de mal humor, una clienta de la tienda hizo un reclamo por no haberle devuelto cinco centavos y para colmo Tristan me hizo una broma de mal gusto. No quiero comentar nada de eso último, solo quiero olvidarlo.

En fin, hace unos minutos recibí un mensaje de Connor, según quiere que vaya a casa de la señora lápiz. No iba aceptar hasta que me dijo que Amy Butler, la dueña de mis pensamientos en este momento, se encuentra con ellos. Acepto inmediatamente, literal coloco en el mensaje: voy en camino Conito, no dejes que la fiera salga de su jaula. Espero que Amy nunca se entere que la llamé de esa manera. Me levanto de la cama en bóxer para después colocarme una camisa limpia color naranja y mis vaqueros rotos, tomo a Pelusa quien está caminando como un loquito por el suelo de mi habitación y a pesar de que pone resistencia lo introduzco en su aula. Juro que siento una mirada fulminante de su parte. Bajo las escaleras y sin despedirme salgo por la puerta principal, aún estoy enojado con mi padre y sus artes—no tan artes—, culinarias.

El camino a casa de Daisy es tranquilo y sin obstáculos, gracias a Dios no paro en ningún atasco y todos mis semáforos han sido verdes, ninguno rojo. Minutos después estaciono frente a la casa de los Rogers, bajo del auto trotando hacia la puerta principal, presiono el timbre para después esperar a que me abran. La señora Rogers aparece detrás de la puerta y cuando se percata de mi presencia, sonríe.

—Hola, cariño. ¿Vienes por los chicos?

—¿Cómo está señora Rogers? Si, Connor me dijo que estaban aquí.

—Pasa, están en la habitación de Daisy.

—Muchas gracias.

Subo las escaleras de dos en dos, cuando me detengo frente a la puerta semiabierta de Daisy no entro, solo me quedo de pie en mi lugar escuchando la conversación que se desarrolla.

—Te mueres por Bart—manifiesta Daisy. Mi cuerpo se congela al instante.

—Cuéntame otro chiste, amiga—dice Amy mientras se ríe.

— ¿Lo vas a negar?

—No tengo que negar nada, Bart es solo el dueño del novio de Mimi, no es más nada y no me interesa de ninguna otra forma.

Auch, eso me dolió.

—¿Estás siendo sincera?

—Estoy siendo cien por ciento sincera Daisy, no creo que ni en un millón de años podría estar con alguien como él.

Si el otro comentario me dolió, pues este me destrozó. Mi día no pudo ser más mierda.

—Bueno, creo que me ha quedado claro—Es en ese momento que entro a la habitación.

Connor me observa con los ojos como platos al igual que Daisy y Amy tiene una mirada de arrepentimiento.

—Lo siento—susurra ella. Yo no contesto.

Mi rostro demuestra lo frustrado que estoy. Connor empieza a contar esos chistes que no tienen nada de gracia. ¿Saben cuáles son? Sí, esos que dicen: había una vez un pollito que cruzo la calle y se murió. Literal, el muy idiota dijo ese chiste, Daisy como buena novia que es se rio de él.

Cuando el reloj marca las diez de la noche la madre de Amy le dijo que tenía que volver a casa. Amy chilló y pataleó para quedarse junto a Daisy pero su madre no aceptó. Ahora nos encontramos en un silencio muy incómodo ya que como el caballero que soy—noten el sarcasmo—, le propuse llevarla a su casa. El único sonido que se escucha es el de nuestras respiraciones y el de Amy cuando se mueve en el asiento de cuero ocasionando que el roce de el con sus vaqueros haga un chirrido molesto.

—Así que... ¿te gusta la música?—pregunta.

—Sí.

— ¿Cuál es tu género favorito?

—No podría elegir.

Tal vez me estoy comportando como un idiota pero se lo merece. Odio que me juzguen sin conocer.

—Lo siento. No debí decir esas cosas de ti.

Silencio.

Un suspiro es liberado de mis labios, ese tono y sus disculpas hacen que la barra que había formado se rompa al instante.

—Lo que más me molesta es que me juzgues sin conocer—digo sin despegar la vista de la carretera—. Sé que soy un idiota en muchas ocasiones, es la actitud que siempre he demostrado tanto en el instituto como con mis amigos más cercanos, pero en algunas ocasiones puedo ser un gran tipo. Solo debes conocerme mejor.

— ¿Todavía tengo tiempo de conocerte?

—Todavía tienes tiempo, Amy—digo con una sonrisa en mis labios.

Para ese momento ya estoy estacionando frente a su casa, volteo hacia ella la cual me está mirando con atención.

— ¿Nos vemos mañana?—Formo una sonrisa.

— ¿Mañana?

—Mañana tenemos clases, Amy—digo algo obvio.

— ¡Ah sí! Clases... mañana... el instituto...

—Si Amy, el instituto—Repito riéndome un poco. Ella es... preciosa.

—Entonces nos vemos mañana, Bart.

—Hasta mañana, Amy—Acerco mi rostro y deposito un suave beso en una de sus mejillas.

—Adiós, Bart.

Cuando sale del auto, la sonrisa de idiota aún permanece en mis labios.

Joder, esa chica me ha dado duro.

Apuesto un dolar que malpensaron el título 7w7

HOOLAAAA, bueno, oficialmente el próximo capítulo será #SexoDainor ¡Por fin! Aunque no nos leeremos hasta el 20 o mucho después en éste libro. Ya ustedes saben la razón.

Espero que les guste éste capítulo :) Disfrútenlo.