Perdóname.

No puedo prometerte el cielo y las estrellas.

Eres fantástica y diablos, sé que podrías darme momentos inolvidables.

Pero no...

No puedo atreverme aun queriendo a otra mujer.

Ya lo sé, ella me lastimó profundamente, y sé que no puedo dejar que eso se apodere de mi día a día, pero cariño, no soy así, yo no saco a un clavo con otro.

Ni siquiera tengo estómago para prometerte romance, más allá del sexo... Porque aun pienso en ella como un recuerdo reciente.

Y tu me interesas, genuinamente. Más allá del interés por conveniencias de quien busca un poco de alivio, lo haces, me gusta tu mente y tus convicciones... Pero no puedo.

Porque aun sueño con ella, aun cuando paso un día fenomenal a tu lado. Porque aun escucho su risa en la música que compartimos y que aparece en la radio cuando estamos vagando por ahí. Porque aun la veo detrás de ti cuando me hablas del porqué estudiaste idiomas y tu mascota, o la historia de tus tatuajes.

Perdóname.

No es cobardía, es responsabilidad emocional. Madurez mental.

No puedo inmiscuirme en otra relación para desvanecer una emoción genuina. Lleva tiempo y sé que tu no esperas.

Así que te dejo libre.

Tal vez nos volvamos a encontrar, mientras tanto...

Perdón.