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Prólogo 2

Ambos leones iban caminando por los pasillos exteriores del templo hablando un poco. Hace un tiempo ellos habían terminado su relación, pero en buenos términos, quedando como amigo y ninguno tenía proble.as con eso, ya tenían suficiente edad para darse cuenta de ello, pero el caso era el siguiente.

Li'ella había estado ocupada con su padre y toda la tribu en ayudar a los nuevos a encajar, después de todo la ciudad de los fénix en el monte cavora ya no existía después de 1000 años.

No fue muy fácil al inicio, pero nada nunca es fácil cuando se trata de acercó a la primera, en el camino vas encontrando la forma de que todos convivan como uno.

"Escuche la noticia y bueno vine a brindarte mi apoyo si lo necesitas, después de todo estuve mil años encerrada en el monte cavora"- Li'ella palpo la espalda de Laval y este le rió.

"Gracias, aunque esto sea un poco diferente a lo que fue tu caso, aún así gracias"

"No hay de que.. aunque *se acercó para susurrarle algo al oído* parece que todos los ojos están puestos en ti"

Laval suspiro y si era verdad, puedo que por ahora no sea príncipe, aun así su padre dio las órdenes de mantenerlo vigilado a toda hora, no era de esperar que algunos guardias se lo quedaran mirando hasta desaparecer de su vista.

"Es cierto... no puedo salir del templo sin algún guardia que me este vigilando desde alguna distancia, o incluso a algunos animales de otras tribus... ¿puedes creerlo?... ¿uh? ¿Li'ella?"- Laval ya no podía ver claramente a su alrededor, solo veía movimientos al azar, siluetas de quienes estaban cerca y apenas podía oír algo a su alrededor.

"Ahhh.. ¿qué está pasando?"- miro hacía todos lados demasiado confundido, pero internamente sabía que no debía alterarse mucho en una situación desconocida.

Algo... algo estaba escuchando, unos susurros que lo confundían, luego voces y al final... no sabía como describir lo último, era un rara sensación que lo hacía mirar en donde sea, de un momento a otro el ambiente finalmente se aclaro, ya no estaba en el templo león, estaba en un bosque ¿cómo fue que llegó ahí en primer lugar? Estaba a punto gritar para ver si alguien lo escuchaba cuando se percató de algo, el bosque... no era a lo que estaba acostumbrado a ver, se daba cuenta que estos árboles eran realmente grandes y algunos de tamaño normal, eran mas grandes que los del bosque de los gorilas, sus ramas parecían llegar hasta el cielo, unos pequeños insectos volaban y giraban cerca suyo y se rio al percatarse que parecía que estaban jugando, el canto y sombras de las aves que venía de arriba llamaron su atención, cada una era de un tamaño y color diferente a lo que veía en Chima, todo era nuevo nisiquiera se dio cuenta cuando comenzó a caminar, su espíritu aventurero había tomado el control de su cuerpo deleitándose con cualquier cosa nueva que veía, camino solo unos pasos mas cuando se paro en seco.

Frente a frente se miraron, una figura alta con capa negra y una máscara gris con ojos celestes lo estaba mirando sin mover un músculo.

"Ehhh ¿hola? ¿Quién eres y como te llamas?"- fue lo primero que le pregunto con un poco de duda, pero no le respondió.

"Amh... ¿sabes dónde estoy?"- le volvió a preguntar, pero aquella figura solo se quedo callada, de pronto levantó el brazo hacia una dirección, Laval miro y pudo ver en una parte más despeja el increíble paisaje de aquel lugar, grandes ríos cuyo sonido de agua corriente por las rocas parecían rugidos, árboles de diferentes tonos de ojos y formas, animales muy diferentes a las bestias legendarias iban caminando en manada, incluso vio un animal parecido a un oso con sus crías, los rayos del sol iluminaban el ambiente de tal forma que parecía que las rocas, árboles y el agua brillaban de forma muy natural y todo lo hacía lucir simplemente... maravilloso.

Quería ver mas, pero sintió como el suelo comenzó a temblar en pequeñas vibraciones.

Una explosión detrás de el sacudió fuertemente el entorno, los animas corrieron asustados, las aguas y copas de los árboles se sacudieron, Laval cayó al suelo por los movimientos y se giro para ver de donde vino eso, pero vio a la figura parada sobre una roca mirando hacia donde salieron las explosiones y de pronto se escuchaban gritos... gritos de ayuda, miedo y lucha. El león se puso de pié y fue corriendo hacia allá, queriendo ayudar.

"¡No! ¡Detente ahora!"

Laval frenó de golpe al escuchar una voz de mujer venir detrás de el y de pronto algo cayó a unos metros de el explotando, si ubiera estado unos metros más adelante ubiero residido otro final, sin embargo la onda explosiva fue lo suficientemente fuerte para tirarlo hacia atrás con fuerza u golpeó fuertemente el suelo.

[...]

"¡Ahhhh!"- Laval se sentó de golpe en su cama, dándose un fuerte cabezazo con un médico león.

"Auch..."- Laval se frotó la cabeza en el lugar del golpe, el médico león también hacía lo mismo, pero este tenía una expresión de sorpresa.

"¡Laval!"- exclamó Lagravis en una mezcla de preocupación y alivio mientras abrazaba a Laval.

"Despertaste... estábamos muy preocupados"- Lavertus se acercó a ellos quién también se mostraba aliviado de ver a su sobrino despierto.

Laval se quedo mirando a su padre y tío unos segundos sin intercambiar palabras, luego miró alrededor de su habitación dándose cuenta que sus amigos también estaban ahí, Eris, Cragger y Li'ella eran los que se veían más preocupados que el resto.

"Oigan... ¿qué pasó?"- Laval no entendí a que se debía tanta atención sobre el.

"¿No recuerdas nada?"- preguntó Eris, Laval negó con la cabeza.

"Laval... *la voz de Li'ella llamó su atención* cuando estuvimos hablando hace unas horas tú.. simplemente te congelarte y no decías nada ni tampoco respondias cuando intentaba decirte algo y luego te desmayaste, unos guardias se acercaron y te llevaron al médico con urgencia"- Li'ella le explicó todo lo ocurrido, ella misma trataba de mantener la calma, todavía recordaba mirar el rostro de Laval y ver aquella expresión en su rostro y como lucían sus ojos... sinceramente le dio escalofríos por todo el cuerpo.

"Yo... no se que... yo..."- Laval estaba sumamente confundido, hace unos momentos su mente estaba en otro lugar y físicamente se sentía tan real, incluso recordaba la sensación y tacto del césped bajo sus pies y la brisa chocando contra su piel, además todos los sonidos que escuchó fueron muy claros, incluso las explosiones y los gritos...

"Oye Laval ¿quieres un poco de espacio? Digo te estás poniendo pálido..."- Cragger se dio cuenta que Laval se comenzaba a poner un poco pálido, tal vez fue demasiado para él y todo el estrés que a pasado estoy últimos días.

"Si... por favor..."- por el momento Laval quería estar solo, necesitaba pensar muchas cosas.

La mayoría se había retirado despidiéndose de Laval y deseándole suerte, pero Lagravis y Lavertus se habían quedado en la habitación con el médico hablando en un rincón para que Laval no escuchará mucho, pero eso no debía ser una preocupación. Laval estaba centrado en sus pensamientos ¿qué rayos había sido todo eso? Jamás en su vida había experimentado una cosa así, algo que se sintiera como un sueño, pero a la vez tan real... en eso recordó las visiones que tuvo Eris antes, si asimilaba todo lo que ella pasó y le dijo con lo que a él le pasaba era muy similar, además la extraña figura que había aparecido... ¿sería algo similar con lo que pasó con los fénix y los cazadores? Entonces Chima ¿realmente estaría por atravesar un nuevo peligro? Y si así era ¿por qué solo el estaba viendo estás cosas está vez?.

[...]

"Entonces... ¿crees que estás teniendo visiones cómo yo?"- Eris sonaba sorprendida.

Laval finalmente había podido salir de su habitación y cuando Eris estada de visita no tardo en preguntarle su opinión al respecto una vez que estuvieron en un lugar mas privado para poder hablar más tranquilo, la constante vigilancia que había impuesto su padre sobre él lo hacía sentir un poco incómodo cuando se trataba de hablar con alguien.

"Eso es lo que creo Eris... pero no estoy muy seguro si realmente sean visiones. Quería tu opinión al respecto"- Laval se volteó para mirar a la águila quien ya parecía idear miles de preguntas y respuestas en su mente.

"Primero que nada ¿cuándo comenzaron?"

"Yo diría que hace un par de días atrás ¿Recuerdas aquella vez que te conté que me caí en la siempre roca? Pues fue ahí donde comenzó todo... vi una sombra rara en la copa de unos árbol y después de caer al agua y ser sacado por Cragger simplemente desapareció, luego esa misma noche la volví a ver, me estaba observando y en un parpadear de ojos se había esfumado"- Laval le relataba todo lo que podía recordar, Eris se quedo callada pensando.

"Es lo mismo que me pasó... . Oye ¿me preguntas esto por lo que te pasó ayer?"- Eris estaba especulando que si ese era el casó, había algo muy diferente, sus sospechas fueron confirmadas cuando Laval asintió. Ella suspiró.

"Laval creo que podrían ser visiones, pero hay algo que no cuadra para nada, cuendo yo tenía mis visiones yo seguía... despierta o simplemente los soñaba cuando estaba dormida, pero lo tuyo fue muy raro... digo estabas despierto al ver esa sombra, pero lo último que paso.. Li'ella dijo que te congelaste y te desmayaste, además cuando el médico te revisó tenías las pupilas algo dilatadas y respirabas muy despacio, yo no tuve nada de eso cuando tenía mis visiones"- Eris estaba tratando de llegar a una respuesta más clara a lo que le pasaba a su amigo, pero ella también estaba confundida con respecto a la situación de Laval.

Laval la miro sin decir una palabra con una expresión un poco frustrada. Iba a decirle sobre lo que vio, aquel bosque, esa figura con capa, las explosiones... pero lo último que dijo lo dejo callado, guardándose eso para si mismo.

"Laval se que esto puede sonar raro, pero tal vez lo que este pasando sea por una razón"

"¿Qué?"

"Digo yo tuve mis visiones debido a el peligro que los cazadores representaban para Chima em aquel entonces y eso mismo nos guió a los fénix y su ayuda para salvar Chima, tal vez esas "visiones" tuyas están tratando de decirte algo"- Eris era lista y consiente de los problemas de los demás, con el pasar del tiempo, aquella sabiduría que le fue entregada por los fénix la hizo volverse más consiente de su alrededor y como se sentían los otros, y ahora mismo estaba viendo una gran inquietud en Laval, una que lo frustraba y confundida, al igual que ella en un inicio.

"No lo se Eris, tal vez tengas razón, pero sigo sin entender nada de lo que veo... puede que sea algo muy diferente a lo que predijo Lantar..."- Laval miro hacía afuera viendo el atardecer sonando tranquilo, pero su mente era otra cosa, llena de pensamientos y dudas.

"Yo tampoco entendía lo que veía hasta que vi a los fénix que me guiaron hacia el monte cavora y los encontramos... puede que en algún momento tus visiones te guíen a algún lugar para hayar respuesta"- Eris quería darle todas las respuestas posibles a Laval, sabía que las visiones pueden ser un gran reto, mas que cualquier otra cosa, ella lo vivió así y al no tener a nadie en su momento que le pudiera dar alguna pisto o ayuda le resultó difícil hayar una respuesta, ahora que ya tenía otro punto de vista le brindaba su ayuda a Laval.

El león se quedo mirando el atardecer por un buen rato, hasta que lo llamaron, se despidió de Eris, pero antes de irse le dijo a Eris que no hablará de esto con nadie por el momento y ella se lo juro.

[...]

Laval estaba en su cama durmiendo, en sus sueños caminaba sin ver nada mas que blanco, pero luego estaba sintiendo algo de bajo de sus pies, la sensación de costillas era cuasada por pasto que comenzaba a aparecer y Laval notaba que formaban un camino, el dudaba si debía seguir el camino o seguir caminando sin rumbo en un lugar que solo era nada... su curiosidad lo invadió poco a poco conforme estaba siguiendo el camino, luego pequeñas cosas comenzaban a aparecer como ojas y diminutas rocas al igual que árboles cuyos troncos eran de un color grisáceo lo que le daban un aspecto más calmante, las flores y la brisa que ya había experimentado regresaba, pero por alguna razón no sentía nada mas que calma y felicidad como si estuviera anhelando aquella sensación de.. liberta en medio de la naturaleza, el cielo y las nubes pasando le traían recuerdos de su infancia, todoblo que veía, sentía y escuchaba le traía paz... pero había algo mas, no sabía que, le era difícil de explicar, era como una muy poderosa energía de vida, pero lo realmente estaba por sentir fue mas allá de todo, en un parpadear de ojos estaba en un hermoso cielo nocturno lleno de maravillosas estrellas resplandecientes.

Al caminar sentía aquella ardiente energía por todo su cuerpo. No sabía que en su pecho un símbolo de estrella comenzaba a hacerse notar, ubiera seguido caminando de no ser por una rara voz que le habló.

"¿Quién eres?"

Fue una voz masculina que lo hizo mirar en aquella dirección, pero no había nada, curioso caminó en ese sentido, pero algo lo hizo detenerse en seco.

"No camines más... no lo hagas... ¡despierta!"

[...]

Laval estaba abriendo los ojos, al principio el no veía mucho, pero conforme su vista se iba aclarando, rápidamente se puso rígido al ver donde estaba.

El borde de las tierras de Chima.

"¿Cómo... como llegue aquí?..."- Laval hablaba con miedo y confusión, no tenía ni idea de como había llegado, pero notaba que sus pies estaban justo en el borde, donde la tierra era mas delgada un mal paso y podía caer al vacío.

"¡Laval!"

El grito de Skinnet le hizo girar nada mas que la cabeza.

"¡¿Qué estás haciendo ahí,?! ¡Es muy peligroso!"

"¡Skinnet *por poco y pierde el equilibrio* ¡ah!... ¡¿qué es lo que...?!"

"¡Caminabas dormido, te vi cuando cuando ayudaba a un amigo a buscar frutas nocturnas y te seguí hasta que te acercabas al borde, te gritaba pero no me escuchas!"- Skinnet dio un paso, pero internamente se regreso, Laval estaba en un punto muy delicado.

"¡Traje una soga!"

Alguien exclamó acercándose, para sorprensa da Laval era uno de los cazadores que fueron purificados durante a iluminación.

Mottrot, el mamut traía consigo una larga soga, él estaba con Skinnet buscando fritas nocturnas, había escuchado de ellas y quería darle algunas a su madre, pero en el caminó vieron a Laval caminar dormido, cuando Skinnet le dijo que se dirigía al borde de Chima rápidamente fue por una soga en caso de que algo malo pase.

Mottrot ato la soga alrededor de Skinnet, ya que era mas liviano que el y lentamente se acercaba a Laval.

Laval se dio muy despacio escuchando como sonaba el suelo bajo sus pies así que no se movió más que eso, mientras Skinnet se acercaba Laval solo se quedaba ahí esperando que el estuviera lo suficientemente cerca como para aferrarse a el, en caso de que el suelo cediera podría agarrarse a él y Mottrot los jalaria hacia suelo más seguro.

Gayritt soleh ga cici~ mahh leo'ot kiryy~

Laval giro la cabeza al escuchar ese extraño canto de nuevo, olvidó por completo ese detalle de lo que ocurría, pero el girarse un poco rápido fue un error fatal.

"¡Laval, el suelo!"- Skinnet vio las grietas que se formaron alrededor de Laval, haciendo que el león comenzará a entrar en pánico.

"¡No, deja de moverte!"- Skinnet le advierto temeroso de que Laval cayera, aunque no se debía ser un adivino para darse cuenta que... ya era tarde, lo único que se escucho en la silenciosa noche fue el grito de un león cayendo al vacío.

"¡Laval!"

[...]

No supo cuanto cayó o cuanto tiempo estuvo fuera de si. Podía recordar chocar contra el agua y como su fría temperatura lo aturdio por completo, todo lo que veía el abrazo terrorífico de la oscuridad a su alrededor... un pequeño punto se hizo presente en ese mar de penumbra, luego otro y otro más hasta que muchas más puntos de luz iluminaban todo... eran pequeñas estrellas que se ponían a su lado, al acercarse al león, el diminuto calor que emanaba de ellas fue un pequeño ardor en la piel del león, uno que poco a poco fue cálido, lo suficiente para que el frío que reinaba en su cuerpo se fuera.

Una de ellas fue a la nariz de Laval, una pequeña melodía, parecida a un canto se podía escuchar conforme la estrella brillaba cada vez más.

En la orilla de un río, el amanecer apenas era notable en el orizonte lejano, mas una figura con capa tarareaba una pequeña canción a algo que tenía contra su regazo y limpiando un poco de suciedad de su rostro.

Laval seguía dormido mientras aquella extraña figura sostenía su cabeza y lo dejaba descansar en su regazo pacíficamente.

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