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3. Tierra de la noche

Laval se quedo completamente anonadado por la criatura que estaba viendo, sus escamas eran de un color rojo vino, pero las de debajo de la mandíbula eran de un color mas anaranjado suave, lo mas le destacaba en ese momento eran sus peculiares cuernos que salían arriba de la cabeza y los mas pequeños al costado. La armadura tenía un diseño con el cual no estaba familiarizado, sus colores rojos al centro y grises a los lados convivan con su color... pero le llamo la atención del extraño símbolo que tenía, como si fuera un sol...

"*gasp* una estrella naciente... el bando Dimissi..."- Laval se recordó el nombre del bando, sintiendo un muy extraño alivio, pero inmediatamente escucho un gemido muy débil proveniente de aquel ser y lentamente se acercó examinandolo, no parecía tener alguna herida grave, ni golpes... pero la sangre que salía de su boca y ojos lo ponía en alerta, claramente algo interno estaba pasando, pero no sabía que hacer para ayudarlo.

Al poner la mano sobre su pecho apenas podía sentir que el pecho subía y bajaba... un momento.

"¿Cómo es posible que lo sienta?... tiene una armadura puesta... el pulso"- su confusión desapareció cuando se le vino a la mente revisarle el pulso, puso dos dedos en el cuello... apenas lo sentía, era muy evidente que no estaba bien... era evidente que...

"Él no puede morir"- una voz dentro de su cabeza lo dejo en shock...

"No debe morir aún... la oscuridad destruirá su alma... salvalo"

Laval se quedo sin aliento un segundo antes de reaccionar sin saber que había pasado, se llevó su palma a la cabeza intentando procesar esas extrañas palabras.

"¿Qué está pasando?"- quería tener respuestas urgente, pero luego miró el rostro de la criatura, notando algo peculiar pues su mandíbula estaba levemente abierta haciendo un extraño movimiento como si quisiera habrirla y respirar...

"Él... ¿quiere respirar? ¡acaso-!"- Laval acercó su mano cuidado hacia la boca y con tal solo ponerla a unos centímetros sintió como el aire quería entrar a su boca, pero apenas podía sentirlo.

"Ahhh... no puede respirar..."- Laval se quedo inmóvil al saber que es lo que tenía que hacer... el sentimiento de vergüenza lo invadió y lo golpeó en todo el cuerpo, nunca a hecho eso antes, a pesar de que se lo enseñaron en caso de una emergencia, pero por alguna razón ahora le resultaba muy incómodo y... cielos estaba muy confundido con todo esto, además su ojo todavía no estaba del todo bien y le costaba ver por ahí.

"... u-ugh..."- aquel gemido fue tan bajo que Laval por poco lo paso por alto, volviendo a mirar a la criatura que ahora si tenía un aspecto agonizante.

"Uhg... solo por esta vez..."- hizo aún lado su vergüenza dándose cuenta de la gravedad que estaba escalando la situación se acercó aún más a la cara, levantando la mandíbula inferior para que quedara derecho luego tapo lo mejor que pudo las fosas nasales y tomando una buena cantidad de aire acercó su boca a la del contrario y comenzó a darle respiración boca a boca, a la tercera exhalación juro por un segundo haber visto una especie de pequeña luz saliendo de sus bocas lo que lo llevo a separarse inmediatamente, sin embargo al acercarse atrás aquella criatura reaccionó y comenzó a tocer fuertemente, luego se puso de costado vomitando una sustancia negra con manchas de sangre, Laval se asustó por eso, en cuanto la criatura terminó de vomitar aquel líquido oscuro volvió a acostarse de espaldas con una respiración más lenta, pero se escuchaba normal.

Durante unos inquietantes segundos Laval se quedo sentado mirándolo, por alguna razón le inquietaba bastante haberlo visto vomitar esa sustancia negra. Vio lentamente su respirar, pero no se movió, tal vez estaba muy agotado, después de todo hubo un ataque...

"!! ...Grabelh..."- Laval recordó al anciano grifo que no podía moverse muy bien de su pierna, rápidamente se levantó, pero tropezó con una de sus piernas cuando trataba de darse la vuelta.

"Eso... dolió..."- exclamó sobandose la nariz. Desde atrás escuchaba a alguien tratando de ponerse de pie, al girar vio a esa misma criatura intentarlo, pero volvía a caer... se veía agotado y exhausto, pero además de eso también había algo mas... como si su alma en si estuviera rara, Laval no sabía como describir eso último, solo lo sentía así, volvió a mirar el líquido negro en el suelo y supuso que esa era la razón por la cual estaba así.

El extraño reptil finalmente se rindió de intentar ponerse de pie y se dejo caer en el suelo, su cabeza le daba vueltas y su vista era un desastre, respiró y mantuvo el aire unos segundos para dar un largo suspiro, fue envenenado antes de la pelea y estaba seguro de que iba a morir, conocía el tipo de veneno y no había escapatoria de ese mal... sin embargo, ese raro aire que sintió en sus labios hace un momento le devolvió los sentimientos, como si una energía purificadora recorriera su cuerpo y con ello expulsó el veneno, todavía había efectos de esa sustancia en él, pero almenos viviría. No entendía de donde vino o como llegó hasta aquí, esa rara presencia, sus ojos no estaban del todo bien y sus oídos zumbaban, pero juraba que aún podía sentirla en algún lado cerca de él.

"¡Mi señor!"

"¡Mi señor Draykan!"

"¡Alteza!"

Los gritos de sus hombres buscándolo lo hicieron reaccionar y miro hacia su derecha, sus siluetas eran un poco visibles a la distancia, pero otro sonido lo hizo girarse hacia su izquierda, si su visión ubiera sido mejor, ubiera vista con extrema claridad a la forma que se escapaba por el bosque que daba esa misma energía que caracteriza su presencia...

"... ¿qué... eres?..."

Los demás dragones llegaron apresurados al lado del príncipe, con caras de alivió al haberlo encontrado, rápidamente lo cargaron y lo llevaron con un médico urgentemente, pero en la mente del príncipe estaba ocupada pensando en quien era ese ser.

[...]

Laval corrió devuelta hacia el pueblo a toda prisa, su corazón latía ran fuerte que pensó que se le saldría del pecho, se abrió paso entre los arbustos solo para ver una impactante y horrible imagen.

Cenizas, casas quemadas, humo, sangre en el suelo. El pueblo estaba completamente carbonizado y ningún almo estaba presente. Laval, a paso lento miraba atónito lo que quedo atrás, se giraba para ver cada cosa destruida, ventanas quebradas, puestos rotos, incluso había algunas partes carbonizadas de los que no tuvieron tanta suerte.

Y de golpe la vio, la casa de Grabelh estaba completamente destruida, algunas paredes seguían en pie, pero lo que era el segundo piso y el techo desapareció por completo.

"No..."- con voz entrecortada, se adentro, cada mueble estaba quemado, las telas y decoraciones ya no existían y solo quedaban los rastros que fueron consumidos por el fuego, y el no pudo ocultar algu as lágrimas.

El fuego se llevó todo, no dejo nada atrás, Laval se preguntaba que es lo que pasó con todo la gente, con Grabelh y Peguary, ya que el era el único que estaba ahí, en medio de lo fue un conflicto mortal y horroroso. En Chima, este tipo de peleas no eran para nada similar, se podía sentir el aura salvaje y mortal que dejaba atrás, el miedo y terror que dejo debió ser muy traumatico para los pobres residentes del pueblo... solo se preguntaba donde estaban los que tuvieron suerte, en eso sintió que piso algo blando y al morar vio el peluche de algún que fue dejado atrás en medio del caos, a Laval se le apretó un poco el corazón al imaginarse el miedo y confusión en el rostro de los niños.

"¿Qué hago ahora?"- Laval se dejo caer en le suelo lleno de cenizas negras que marcharon su ropa, se sentía inútil al no haber estado ahí e intentar ayudar a los demás, en especial a Grabelh, no sabía si el fue uno de los afortunados o no... estaba perdido y angustiado, solo en lo que fue un pequeño hogar para él, extrañaba Chima con todas sus fuerzas, a su familia y amigos que siempre le ayudaban con palabras cuando se sentía muy perdido.

"Desearía tener a alguien que me ayude... te extraño papá..."

Tharaj zakjy~ Urha magsh'aat~

Sus orejas se levantaron de golpe y miro hacia todos lados, esas voces de nuevo. Se puso de pie y caminó un par de metros antes de volverlas a oir, no sabía exactamente de dond3 salían su oído le avisaba de una cosa, pero sus ojos no vean más que nada entre el polvo, además solo uno de sus ojos funciona correctamente, el otro aún está lastimado por ese extraño humo.

Una brisa fresca pasó por su rostro dándole una calma a su agitada mente y cuerpo, sin embargo al sentir la dirección de la brisa, para su sorpresa esta habría levemente un paso entre el polvo y humo convidados, dudo un poco, pero decidió seguir esa dirección saliendo de ese lugar hacia el bosque nuevamente, se detuvo y miro el lugar por última.

"De verdad lo siento... yo-" quería decir algo, pero las palabras quedaron aterradas en su garganta, quería sacarlas. Decirlas.

"Dilo, ellos lo agradecen"

"... Espero y encuentran la paz que necesitan"- Laval bajo la cabeza, diciendo aquello por los animales que posiblemente perdieron la vida en aquel enfrentamiento, pero a su espalda el aún no podía darse cuenta, ni tampoco ver, que su rastro estaba dejando una breve energía que salia de el y extendía con cada pisada que daba.

[...]

Si pensó que el bosque en la tarde era un poco estremecedor en la tarde, es porqué no lo conocía de noche. Los bosques de Chima al anochecer eran distintos, el oído constante de las demás tribus y animales nocturnos siempre le daban algo con que distraerse y estaba acostumbrado a ello, pero aquí es diferente, había silencio y apenas se oían algunos animales por las grandes y oscuras copas de los árboles y el oscuro suelo del bosque, además estaba haciendo frío y no podía encontrar un lugar cálido para pasar la noche, veía como su propio aliento se mezclaba con el frío de la noche, lo que lo hacía estremecerse aún más.

Laval tropezaba con algunas rocas o raíces que sobresalían del suelo provocando algunos moretones y rasguños en sus pies, de vez en cuando se chocaba con algunos árboles por el cansancio que sentía, pero mas adelante vio un árbol caído, hueco y seco y se acercó para ver mejor el interior, era bastante grande para pasar la noche y descansar sus adoloridos pies, al entrar y acomodarse sintió un olor agradable que venía más adentro del tronco y eso le pareció un poco raro, ya estaba dudando de la seguridad del tronco cuando las nubes se comenzaron a dispersar dejando que los suaves rayos de luz lunar iluminaban mejor el bosque, entre los agujeros del tronco la luz dejo ver un musgo que daba un olor agradable, la inquietud de Laval comenzó a disminuir y por curiosidad se acercó y al poner su mano sintió lo cómodo y esponjoso que era, Laval no pudo resistir la tentación y se puso encima del esas plantas y lentamente dejó descansar su cabeza en ellos, la suavidad y buen olor de ese musgo le resultaba impresionante como extraño, naturalmente los musgos que el conocía no daban olor y lo hacía no tenía uno muy bueno, o también tenía cero comodidad, pero este era todo lo contrario como una especie de cama natural.

"Es tan cómodo y reconfortante"- Laval se acomodó lo mejor que pudo y comenzó a cerrar los olor, relajando su cuerpo para dormir. Cuando su cuerpo y mente cayeron en el suelo, lentamente un gran lobo negro con marcas blancas en su pelaje se acercó al tronco donde el león descansaba.

Un símbolo de luna resaltaba en la frente del canino, dio un par de vueltas alrededor del tronco y olfateo el aire cerca de Laval para acostarse justo al lado y miro hacia el fondo del bosque, como si estuviera haciendo guardia.

[...]

En los sueños del león, el joven príncipe iba a toda velocidad en su speedor, saltando rampas y recorriendo los caminos con felicidad, esto extrañaba, sentir el viento en su rostro al conducir su speedor, la adrenalina en su cuerpo, ver a algunos animales de pasó, todo esto lo disfrutaba.

"¡Wooohoooo!"

Salto desde un árbol y siguió su camino cuando algo enorme paso corriendo delante de él a toda prisa y freno repentinamente mirando en aquella dirección.

"Eso... parecía la bestia lobo"- confundido se bajó de su speedor y fue a ver que hacia la bestia legendaria fuera de su tribu. Al adentrarse entre los árboles y arbustos veía los rastros por donde había cruzado la bestia lobo, los siguió hasta llegar a un prado, pero al levantar la vista ya era de noche.

Gruñido y pisada, esos sonidos pusieron en alerta a Laval, sin perder el tiempo desenfundo su espada, pero al instante la bajo al ver la silueta de la bestia legendaria lobo a los lejos.

"Ah... bestia legendaria lobo, ahí estás ¿qué haces lejos de tu tribu? Podrían estar buscándote ahora mismo"- Laval se acercó un poco con una sonrisa amistosa, las bestias legendarias no solo eran aliados de Chima y guardianes de las tribus, también eran buenos amigos.

El lobo no se movió en lo absoluto.

"Oye ¿pasa algo?"- Laval tenía el presentimiento de que algo no estaba bien, pero un extraño sonido a su derecha lo hizo girar y en ese breve instante de cerrar sus ojos el paisaje cambió completamente, ya no estaba en los bosques de Chima... sino en un enorme prado con largos pastos de un color verde que para su sorpresa tenían algunos pequeños brillos que parecían diminutas estrellas pegadas a ellos, la gran luna llena se veía en su horizonte, brillante vivamente dando un imagen, no solo hermosa, sino también calmante a la vez.

"Wow..."- Laval caminó entre los pastos sintiendo cada toque liso.

"Definitivamente este es el lugar mas hermoso para visitar durante la noche, y la luna se ve muy hermosa"

"Ella siempre lo fue"

La voz a su espalda lo hizo reaccionar, y casi se va de espaldas del estupor, cuando vio cara a cara a un lobo, pero no era la bestia lobo como pensaba.

Este lobo era completamente negro, con marcas blancas en su pelaje y con un símbolo lunar en su frente, sus ojos eran de un color azulado intenso, pero lo que realmente lo sorprendía era su tamaño, era mucho mas grande que la bestia lobo, tal vez incluso superaba a su bestia león y a muchas otras.

"¡Santo cielo! ¿Quién eres tú?- ¿¡me hablaste!?"- Laval, con un poco de torpeza se puso de pie apuntando al animal.

"Saludos joven león, es la primera vez que nos vemos. Y respondiendo a tus preguntas, yo soy I'ros, lobo de la noche, y si, puedo hablarte"

Con calma I'ros rodeó a Laval examinandolo.

"Espera.. ¿¡tú eres I'ros!? ¿¡El gran lobo oscuro de las historias que me contó Grabelh!?"- dijo eufórico al conocer a un personaje de las historias.

"Se han contado muchas historias de mi por varios años, algunas más ciertas que otras"- I'ros se detuvo y se sentó frente a Laval.

"Vaya.. es un.. placer conocerte"- con un poco de timidez le respondió, I'ros inclinó la cabeza levemente antes de volverlo a mirar.

"Y... ¿por qué estás aquí?"- Laval un poco en preguntar.

"Una mejor pregunta sería, cómo tú terminaste aquí. Pero esa respuesta es simple, ambos estamos aquí, por qué yo estoy cerca de ti"

"¿C-comó?"- Laval sonaba confundido.

I'ros se puso de pie y caminó hasta estar cerca de Laval, con la cabeza le hizo una invitación para que lo acompañara a dar un caminata, Laval se quedo en su lugar unos segundos antes de comenzar a seguirle.

El lobo y el joven león comenzaron a caminar por el prado, mientras I'ros hablaba.

"Te e estado observando desde que llegaste a estás tierras joven león, un forastero lleno de preguntas y dudas sobre este lugar"

"Si, creo que eso es lo mas acertado, pero ¿qué quieres decir con que yo estoy aquí, porque tu estás cerca mío?"

"Estás en mi mundo joven león, estas tierras de la noche son mi hogar, y la únicaforma de ingresar en ellas es a través de sueños cuando yo estoy cerca"

" ya veo, eso lo explica todo, aunque si puedo preguntar.. señor I'ros es ¿qué es lo que quiere?"- Laval tenía dudas con respecto a la presencia de I'ros cerca suyo.

"

¿Enserió?. ¿Qué te hace querer preguntar eso?"

"Emmm pues... llamemoslo curiosidad"- dijo sin más.

"Este lugar... hace mucho tiempo, estás tierras de la noche siempre fueron un lugar sagrado para los que querían saber más, después de todo yo guardaba muchos secretos e historias que contar, a los que querían saber me buscaban y si tenían suerte yo estaba cercapara respondersus dudas"

Laval se no perdía de vista a I'ros en ningún momento para escuchar cada palabra con respecto y paciencia.

"Sin embargo... todo eso terminó cuando vino la guerra, tantos animales habían huido y ocultado.. dejaron de lado muchas cosas por el miedo a la muerte y poco a poco este lugar se quedo en silencio... hasta que tu presencia se hizo escuchar, y llegue hasta ti"

Laval se detuvo en seco mientras que I'ros se detuvo a unos pasos de distancia girandose para mirarlo.

"¿Yo?"

"Aunque no lo creas, hay más en ti de lo que imaginas, tienes un gran espíritu que apenas conoces"

"¿De verdad?"

"Si, crees que ya conoces todo de ti, pero lo que está en ti.. apenas comienza a despertar y tienes que estar mas atento que nunca joven león, tu vida dependo de ello"

"¿Por qué?"- Laval no se espero eso, y todo su cuerpo se tenso.

"Tienes algo en tu persona que desconoces. Hace años un objeto sagrado desapareció de estás tierras y su magia se fue perdiendo con el tiempo, y el por qué aún no regresa, es porque no hay un portador sagrado"

Laval miro muy confundido al gran lobo hasta que se le cruzó por la mente dos palabras. Orbe estrella. Pero no sabía que era lo que quería decir con portador sagrado. Se detuvo y el lobo negro para su caminar para voltear a verlo.

"¿Qué es eso?... ¿tiene que ver.. conmigo?"- como un extraño cosquilleo Laval pregunto, I'ros suspiro y miro hacia la luna.

"Hace años que estás tierras no tiene un portador sagrado para el orbe y sin uno... pasara lo que pasó entre los dos primos dragones, Draykan y Drerteryan. Conflicto y guerras sin parar, por eso esta tierra te a llamado, necesita tu ayuda"

"¿Mi ayuda?..."- Laval no sabía exactamente como responder a eso, ya que algo muy fastidioso aturdia su mente.

"No se si pueda hacer eso... cause muchos problemas en mi hogar y.. ¡ahg! ¡Nisiquiera soy de aquí, no hay nadie para ayudarme!"- grito frustrado.

"¡No conozco nada de este lugar y mucho menos lo que debo hacer, veo y oigo cosas que los demás no, fue destituido de mi deber como futuro gobernante en mi hogar, y ahora esto.. denme un respiro, solo quiero saber o mínimo alguien que me ayude, por que yo no puedo con esto solo! ¡¡no puedo!!"- Laval cayó de rodillas al suelo y se agarró la cabeza, aquella extraña reacción fue impredecible, nada natural, como si sus emociones se ubieran distorsionado.

I'ros se acercó hasta Laval.

"No tengo a mis amigos ni a mi familia... estoy solo en estas tierras... nisiquiera se por qué estoy aquí"

El joven león estaba confundido y alterado, ansioso por respuestas, I'ros se acostó en el suelo justo a su lado para darle apoyo.

"Aún no estás listo para esto... pero no estarás solo, se que no"

Laval sentía un extraño calor en su pecho, una que crecía cada vez mas, comenzó a respirar más lento y lentamente dejó caer en el pelaje oscuro que le ayudaba a calmarse, sus ojos estaban cerrados y se veían unas pequeñas formaciones de lágrimas en sus párpados, por muy extraño que parecía todo a su alrededor se volvió cálido y un aire le daba en el rostro al cabo que su respiración se tranquilizaba.

"¿Tú... estás aquí para ayudarme?"- Laval no abrió sus ojos cuando le preguntó, ya que se sentía cansado por alguna razón.

"No solo yo, hay más quienes tratan de ayudarte desde otro punto. Estaremos presentes para ayudarte en cualquier momento"- I'ros dejo reposar su cabeza arrollando el cuerpo del león, mientras que lentamente este comenzaba a calmarse y sin darse cuenta un pequeño símbolo de estrella comenzaba a formarse en el león.

La calma recorría su cuerpo sin darse cuenta, pero entre las sombras estaba observando aquella misma figura con capa la cual se preocupaba por esa reacción del león. I'ros conocía cuando un cachorro necesita consuelo, así que lentamente puso su pata en el león para darle un poco de consuelo mientras esta tierra de la noche le cantaba una canción que debería escuchar con el tiempo.

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