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2. Atardecer en el caos

Los días pasaron, solo fueron algunos momentos en los que Laval salía de la casa de Grabelh a escondidas de las miradas de los demás pueblerinos, pero Grabelh le dijo que ya podía presentarse si quisiera, pero por alguna razón Laval quiso mantenerse en secreto por el momento, cada vez que el día termina y se iba a dormir se detenía un momento para observar las estrellas, no sabía a que se debía esa extraña sensación de siempre querer verlas antes de dormir.

Un día, cuando la paz de la noche termino... el caos se venía acercando poco a poco.

Laval despertó con un largo bostezo, había dormido como tronco y no tenía ganas de quererse levantar.

"No quiero dejar la cama *olfatear* "- un dulce olor lo hizo sentarse poco a poco de la cama, era dulce y se sentía a algo recién hecho.

"Cambié de opinión"

Laval se levantó de cama cambiándose ropa rápidamente, bajando las escaleras y sintiendo ese olor más fuerte al llegar a la cocina vio a Grabelh, ya en pie, sirviendo el desayuno.

"Oh, buenos días Laval"- lo saludo sonriendo dulcemente.

"Buenos días Grabelh *olfatea* eso huele delicioso"- Laval se le hizo agua la boca con el olor. Grabelh había hecho algunos panqueques para este desayuno.

Grabelh solo rió, el comportamiento de Laval le hacia recordar mucho a su hijo... no fue fácil decirle adiós a su propio hijo, ese pudo ser la última vez que de verían por mucho tiempo, tal vez por última vez, daba miedo saber que tu propio primogénito fue a la guerra y no sabes si va al volver, su esposa había fallecido en el momento en que dio a luz, dedicó gran parte de su vida a darle lo mejor a su hijo, bueno educación, un hogar feliz, buena comida, todo lo posible para que lo recordara una vez que el se fuera. Al llegar la noticia de la guerra, su pueblo fue saqueado y quemado por el ejército de Drerteryan, mucha de su gente sufrió por ese ataque, las heridas físicas y psicológicas que dejaron en ellos fueron muy horribles, el también fue víctima de esas heridas, fue el momento en que se lastimó la pierna, aunque sanó con el tiempo, su hijo sufrió en no solo perder a su pueblo sino también ver sufrir a su padre por el que a luchado tanto para darle una buena vida, cuando se fue a pelear le prometió que pelearia no solo para vencer en esta guerra sina también vengar y arreglar cuentas con todos los que salieron heridos, en especial él.

"Grabelh ¿estás bien?"- Laval había notado la mirada triste del anciano a penas notó que no decía nada.

"Ah- si si, estoy bien"- le sonrió para que no se preocupara por él. Laval lo miro unos segundos girando un poco lento hacia la mesa, después de todo había notado la mirada triste al recordar algo, tal vez algún recuerdo de su hijo.

Laval había comido en silencio el desayuno, disfrutando del sabor y la textura de los panqueques, una vez terminó de comer fue al baño para lavarse la boca, cuando se estaba secando la boca pudo escuchar una conversación desde la sala y al salir del baño pudo ver a Grabelh hablando con alguien, la puerta del baño se hubicaba cerca de la sala principal de la casa, al asomarse vio a la pegaso quien era amiga de su hijo.

"¿Mmh? ¡wow!... eh hola"- Peguary exclamó con sorpresa y miro muy confundida al león, aún así lo saludo, Grabelh negó con la cabeza con un largo suspiro.

"Ehh hola.. perdón por el susto"- dijo Laval con algo de torpeza en su presentación.

"No no esta bien... de casualidad ¿eres un león? Wow... pensé que ya no existían, pero ¿que no eran de color blanco?"- Peguary se acercó un poco a Laval observando cada detalle físico visible, pero Laval la miro confundido. ¿Pelaje blanco? No conocía a ningún león con el pelaje blanco no había escuchado alguna mención de ello nisiquiera en alguna historia.

"Disculpa, pero ¿pelaje blanco? Yo nací con este color de pelo por todo mi cuerpo, bueno excepto mi melena que es roja"

"Vaya ¿Grabelh, por qué no me dijiste que tenías un león viviendo contigo?"- Peguary miro al grifo con ansias de una respuesta, sin intimidación ni ira, la personalidad de la chica era muy amistosa y un poco infantil, por lo que en la mayoría de los casos no reaccionaría con rudeza en una situación como esa.

"Al inicio quería quería dejarlo en secreto hasta que se sintiera mejor, luego le dije que podía presentarse con los demás en el pueblo, pero él mismo quiso mantenerse en secreto"- Grabelh no sabía las intenciones de Laval en mantenerse oculto del pueblo, y por mas que quisiera saber, no lo iba a forzar a contar las razones.

"Oh entiendo ¿y que hace aquí?"

"Pues... bueno, no lo se, no recuerdo exactamente como terminé aquí y tampoco se como regresar a mi hogar.. no quiero hablar mucho del asunto"- Laval desvío la mirada con incomodad, Peguary bajo las orejas em comprensión.

"Oh perdón, no quería hacerte sentir mal"- se disculpó.

"No esta bien... ah por cierto mi nombre es Laval ¿y tú eres?"- Laval cambio el tema para dejar el mal momento.

"Oh soy Peguary y soy una pegaso, pero me imagino que Grabelh ya te contó un poco sobre nuestra especie"- especuló mientras sonría un poco ansiosa.

Laval asintió y el y Peguary comenzaron a platicar, inesperadamente eso salio bien para sorprensa del anciano y tal vez Laval, ambos jóvenes se sentaron en un sillón de la sala para hablar por un buen rato y Grabelh se sento en una silla hecha especialmente para el, haciéndoles compañía. La charla entre ellos comenzó a ser más agradable con risas y chistes que ambos contaban, Grabelh de vez en cuando daba algunos comentarios u opiniones, pero en si también disfrutaba del momento, pero luego a Peguary se le ocurrió la idea de prrsentarle a Laval el bosque, rápidamente Grabelh les dijo que eso no era una muy buena idea, escucho que algunos habían avistamientos de I'ros, Laval pregunto muy curioso, ya que no sabía a lo que se refería, Peguary le dijo que I'ros es el nombre de un gran lobo negro hijo de la noche, un guardián del mundo nocturno y sus secretos.

"¿Y es peligroso?"- algo en Laval, sentía que ese lobo podría ser muy parecido a la bestia legendaria lobo, sin embargo algo le decía que había algo mas.

"Pues jamas se a contado de algún ataque de I'ros, él y Ceres no se dejan mostrar solo para atacar"- comentó Peguary.

"Ce... ¿Ceres?"- Laval se detuvo cuando Peguary mencionó ese nombre, una imagen rápida que no conocía paso por su mente sin siquiera darle tiempo de procesar que fue eso.

"Si, la gran Leona blanca, hija del día, guerra y guía de la verdad"- dijo Grabelh.

"Ambos formas parte de la leyenda de la creación, se dicen que cuando este mundo nació el día y la noche dieron paso a sus hijos. Ceres e I'ros. Los hijos del ciclo, ambos con roles muy importantes. Ceres, la gran leona blanca, hija del sol, es la guerra del sol y guía de la luz. I'ros, el gran lobo negro, hijo de la luna, guardian de la noche y sus secretos. Ambos son parte del ciclo del día y la noche cuidando a sus habitantes que habitan en este mundo, ellos se encargan no solo de cuidarlo, también son los encargados de entregar, guiar y proteger a los nacidos con un don único que es dabo a muy pocos y cuyo destino es más grande de lo uno se puede imaginar"- Grabelh recordaba muy bien esa leyenda desde que era un pequeño grifo.

Todos conocen la leyenda de la creación y las increíbles historias que la rodean.

"Wow..."- Laval se quedo atónito, pero también pensativo.

"Pero como dije, ellos no se dejan ver, además no debes preocuparte, nunca se a dicho que ellos han atacado antes. Ellos se dejan ver por los que fueron vendecidos con un don especial, que según algunos dicen, se los da el mismo orbe estrella... pero como ese orbe desapareció ya nadie esta muy seguro"- Peguary se hecho hacia atrás en el sillón.

"¿Y eso por qué?"- Laval los miro confundido.

"Se debe a que no a nacido nadie con un don desde hace décadas y años... paso tanto tiempo que nadie volvió a creer que el orbe daba dones a algunos y desde que desapareció pues... la gente ya no cree mucho"- Grabelh suspiró pesadamente luego de una pausa, como si se hubiera corregido algo, Laval alzo una ceja intrigado.

"Pero no importa, además esos avistamientos ocurrieron en la noche y aún es de día, vamos Grabelh, yo conozco el bosque y además es mi día libre, solo le enseñaré a Laval un poco hasta llegar al lago ¿okay?"- insistió la energía Peguary con su sonrisa, Grabelh se quedo pensando hasta que asintió derrotado.

"Bien, pero tengan cuidado, a cualquier señal de problemas se regresan"- Grabelh se puso de pie apuntando a los jóvenes con su dedo un par de veces.

"Si, lo se Grabelh, además yo cuidaré bien a Laval"- Peguary sugeto a Laval del costado para apegarse a ella y el león se rió.

[...]

Risas y pequeños gritos se oían mientras Peguary y Laval explotaban el gran bosque dirigiéndose al lago, para Laval era una experiencia única sin presidentes, cada árbol, oja, insecto, roca, incluso las flores.. todo era nuevo aquí, solo había muy pocas cosas que le recordaban a Chima, la diversidad de la fauna era tanta que no podía mirar a todas dirección sin mirar algo nuevo.

"¡Oye, ojos em el camino!"- le grito Peguary desde el aire, ella había decidí recorrer el bosque por el aire mientras Laval la seguía por tierra.

Laval solo levanto los brazos en gesto de burla y siguió corriendo detrás de ella, el no se sentía cansado para nada, sentía tanta energía reprimida que esto era un gran alivio para su cuerpo y mente. Salto, corrió y trepó todo lo que pudiera para distraerse y a la vez divertirse, inhalo el aire fresco del bosque mientras sus manos tocaban cualquier superficie de la nueva naturaleza que exploraba. Una extraña energía en el bosque, pensaba de debía ser la adrenalina que sentía al correr y sentir libertad después de tanto tiempo encerrado, salir de la casa de Grabelh y explorar la aldea era algo para mantenerlo distraído y no tan aburrido, no era exactamente algo tan emocionante como lo era antes, correr libremente era algo que siempre le había fascinado desde que era un cachorro pequeño.

Desde su "encierro" en el templo león, se vio obligado a encerrar su espíritu libre y aventurero para no preocupar a su padre... lentamente fue frenando su corrida hasta detenerse poniendo una expresión de pena, Peguary no escuchó más al león correr tras de ella y se giro, viéndolo quieto y con la cabeza baja.

"Laval ¿estás bien?"- se fue acercando con un tono suave e  su voz, aterrizando a un metro de el y caminando hasta tenerlo frente a ella, Laval suspiró y la miro.

"Es solo que... me preocupa mi padre, ya te dije sobre mi familia, hogar y pues..."

"Ay Laval..."- Peguary puso una mano en su hombro como apoyo.

"Tranquilo, encontrarás la manera de volver con ellos... se que las tierras flotantes son... peculiarmente difíciles cuando intentas ingresar en ellas, pero uno nunca sabe, a pesar de varios intentos que se han hecho, también puede haber otros por descubrir, jamás se sabe"- Peguary ya conocía la historia de los cientos de intentos fracasados por ingresar a una tierra flotante, pero al mismo tiempo no quería darle falsas esperanzas a Laval.

"Lo se... solo espero que mi padre, mi tío, amigos y todos en Chima estén bien... se que ahora deben estar alterados por mi desaparición"- vaciló con un desdén, énfasis en desaparición.

Peguary palpo el hombro de Laval sacándolo de su estado angustiante.

"Tengo una idea Laval, que tal si una vez llegamos al lago nos ponemos a pensar en algo para ayudarte a volver, conozco los registros de todos los intentos. Mi madre era historiadora y tiene mucha información en su oficina, de pequeña me metía para leer un poco"- Peguary le guiño el ojo para animarlo con la sugerencia, Laval le sonrió y asintió con la cabeza, sintiéndose un poco mejor.

La pegaso y el león comenzaron su recorrido hacia el lago nuevamente, una vez que llegaron Laval se quedo asombrado por el gran tamaño de este lago, nunca vio uno tan grande en su vida, eso si, como cualquier león se mantuvo un poco lejos del agua.

"Esto es impresionante, aunque no me voy a meter. Odió el agua"- dijo, si bien sabe nadar un poco bien, la sensación de mojarse le incomodaba bastante.

"Jajaja tranquilo, no nos vamos a meter, solo nos sentaremos y podemos tirar algunas piedras"- Peguary paso cerca de la orilla para tomar una roca y la lanzó con cierta técnica para que esta diera unos cinco brincos.

Laval se sorprendió de ello y quiso intentarlo, pero solo logró hacer que la piedra se hundiera en el agua asiendo que Peguary se riera y notara que nunca lo había intentado antes, durante unos minutos estuvieron lanzando piedras, mientras Peguary trataba de enseñarle a como rebotarlas sobre el agua.

"Y dime ¿tienes alguna idea de como volver?"- Laval se giro a la pegaso quien lo miraba pensativa.

"Bueno... según se a estudiado. Las tierras flotantes tienen un extraño campo de gravedad que las hace mantenerse en el aire- pero ya debes saber eso. Las hipótesis de lo que hace que floten fueron muchas, pero yo creo que se debe a un extraño núcleo o cristal que está en el centro de esa gran masa terrestre que las hace levantarse por los aires y al mismo tiempo crea esa extraña fuerza que hace que ninguno pueda ingresar a ellas"

"Eso no ayuda mucho"- Laval no se veía muy convencido.

"Es lo que hay, almenos te estoy dando una ayuda, pero hay algo que no me cuadra"- Peguary apoyo sus dedos contra la barbilla pensando.

"¿Y qué es?"

"¿Para que sirve ese rara fuerza de gravedad realmente? Con todo lo que se a investigado, era casi seguro que mas que una fuerza extraña, en realidad fuera como una clase de escudo protector o algo así"

Laval y Peguary se quedaron en silencio sin responder a esa pregunta, sin previo aviso explosiones se escucharon a lo lejos y miraron hacia el pueblo con horror, escuchando los gritos de miedo, dolor y desesperación de los habitantes.

"Ay no..."- dijo Laval dándose la vuelta de regreso corriendo lo más rápido posible, Peguary se le adelanto en medio de su propia desesperación, preocupada por su propia familia.

Peguary llego primero que Laval, por suerte del león no tendría que ver el horror de las peleas que se estaban desarrollando.

"¡No! ¡Mamá, Papá!"- grito en su desesperación corriendo hacia el caos en búsqueda de sus padres.

Laval salto un tronco caído siguiendo el sendero, pero se detuvo cuando una explosión lo golpeó cerca, desde atrás, el se giro justo a tiempo para ver otra luz brillante que se dirigía hacia el y la esquivo, lo que no puedo lograr evitar que un objeto que liberaba un extraño humo negro le golpeara en uno de sus ojos.

"¡Ahrg!"- Laval se cubrió el ojo por el dolor intenso, sentía como ardía, como si le quemara todo el ojo, escucho gritos en medio de aquel desastre donde estaba y se internó en el bosque para buscar un lugar seguro, corrió, pero su el dolor en su ojo le impedía ver claramente, chocaba con algunos árboles sin tanta fuerza, ya que sus fuerzas se estaban desvaneciendo poco a poco.

Olor a humo, fuego, caos en todos lados... lo podía sentir... pero solo calló al suelo al sentir que todas sus fuerzas y energías lo habían abandonado, sus ojos se estaban cerrando, a si que no pudo distinguir bien si lo que se estaba acercando era una ilusión por el humo o.. realmente una figura grande se acercaba a él.

En su estado inerte y oscuro, sentía como su cuerpo flotaba por aquel vacío, pero por mas alejado que estuviera de lo que sea que este allá abajo, sentía ardor recorrer su piel, un ardor que dolía en su ojo y lo debaja agonizante bajo in manto de oscuridad... pero en el dolor podía sentir una suave textura que lo resguardaba del ardor trataba de abrir sus ojos, pero sus párpados no le dejaban ver mucho, se cerraban rápidamente, quería saber que pasaba a su alrededor, que era lo que sentía, que es lo que escuchaba... en esa rara oscuridad una pequeña estrella apareció y se coloco sobre su brinde brillante, y su voz se hizo escuchar.

"¿Qué es esto? ¿Qué pasa? ¿Dónde estoy?"- en su rostro no se mostraba signo alguno, pero en su mento era otra cosa pasaba, su voz asusta fue rápidamente calmada por una tierna voz.

"No te asustes, estoy aquí joven león"

Fue un tono tan cariñoso que la agitada mente de Laval se iba calmando.

"No debes tener miedo, yo estoy aquí, todas estamos aquí"

Y un montón de estrellas comenzaron a salir de las sombras acercando al cuerpo del león, la mayoría se ponía de bajo de él como su fuera una cama, alejando ese ardor que veía de algún lugar, pero el dolor en su ojo permanecía.

"Mi ojo... duele..."

"Lo se, tranquilo, estamos aquí para protegerte y sanarte"- el brillo de esa pequeña estrella fue a su ojo herido, y como si el agua mas fría traída de un glaciar fuera echada sobre las brasas más calientes, el dolor en su ojo se iba apagando, reduciéndose con lentitud, Laval quería abrir aun mas sus ojos, ver quienes eran, qué eran... por qué lo ayudaban.

"Quiero verlas... ¿por qué no puedo conocerlas?"

"Aun no es hora de que nos conozcas, es muy pronto para vernos, pero no para escucharnos y sentirnos"

"¿Por qué?"

Aquella pregunta estaba mas dispersa por cualquier sentido y duda, tantas preguntas que el deseaba responder y le serán respondidas a su debido tiempo.

"Cuando sea el mejor momento, cuando lo descubras muchas cosas pasaran, buenas y malas, pero no te asustes, estamos contigo y ella estará para guiarte, al igual que nosotras"

Y las pequeñas estrellas comenzaron a brillar cada vez mas hasta que un gran resplandor ilumino todo, sin dejar ver nada.

Laval se iba recuperando poco a poco, su ojo no dolía tanto, pero apenas podía abrirlo y las lágrimas comenzaban a salir, lentamente se puso de rodillas apoyando sus manos contra el suelo con la cabeza agachada, pensando en lo que había pasado ¿quienes eran esas voces tan cariñosas? ¿Quiénes eran? ¿Qué es lo que saben? Y más preguntas ocupaban su cabeza en este momento, se detuvo, hizo una pausa para suspirar lentamente y mirar a su alrededor, no sabía cuánto tiempo había pasado desde que perdió la conciencia.

"El sol..."- en su desorientación miro hacia el cielo tratando de encontrar la luz del sol y ver en que posición estaba, al ver los rayos del sol comenzando a ponerse se dio cuenta que ya estaba atardeciendo, pero también se dio cuenta del olor a humo en el aire, el viento hizo de las suyas en llevarse el humo consigo y Laval miro hacia atrás para ver la aldea destruida...

"Ay no..."- en un intento por ponerse de pie, correr hacia allá, ver si alguien necesitaba ayuda, si Grabelh y Peguary estaban bien... escucho un suspiro pesado desde un costado, lentamente giro la cabeza y vio ahí, tendido de espaldas en el suelo... el cuerpo de una criatura que no conocía, alguien que a simple viste se veía bien, pero si mirabas de cerca notarías la sangre que salía de su boca y ojos y se confundía con el color de sus escamas.

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