Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo II: La mudanza

_ Matías eso no va ahí. Papá, Matías no me hace caso, le podes decir que yo soy la que se muda y son mis cosas.

Es el día de la mudanza Matías mí cuñado, mi suegro Luis y Nicolás mi amigo de la infancia, y padrino de nuestra boda nos ayudan con la mudanza. Mi suegro consiguió que le prestaran un pequeño camión para llevar las cosas, y así nos ahorramos unos pesos. Pero Lu hoy está más insoportable que nunca, intentando controlar todo, cambiando las cosas de lugar, cuando ya las habíamos acomodado. Y peleando con Matías como si aún tuvieran cinco y siete años.

_ Nena deja de gritar, porque me voy y te dejo sola con todo, no podes ser tan gritona. Encima que estoy trabajando gratis.

_ Yo no soy gritona, lo que pasa es que vos no haces las cosas bien nene.

_ Luciana anda a envolver los platos y deja de joder. Que de las cosas grandes y pesadas nos encargamos los hombres, que para eso somos hombres.

_ Papá, Matías me está corriendo de mi propia vereda.

_ Basta los dos la terminan, pónganse a trabajar que sino no terminamos más, vos Matías pone esto en el camión, y vos mi Reyna guarda los platos y la cristalería que tenes las manos más delicadas, no te las lastimes con estas cosas. Este no es un trabajo para vos.

_ Te amo papá, vos si reconoces mi lugar en esta historia. Escuchaste Eduardo soy una reina, las reinas no cocinan.

_ Gracias Luis, ya la estaba convenciendo de que las mujeres cocinan algo más que milanesa de soja, ahora no me cree más.

_ Déjala, le dije eso para que vaya a entretenerse por ahí, porque sino no vamos a estar todo el día acá. Tenes que aprender a manejar a mi hija, es fácil solo tenes que decirle lo que ella quiere escuchar.

_ Como a todas las mujeres cuñado.

Como si fuera tan fácil saber lo que está, mi mujer quiere escuchar, intentar entender la psiquis de la mujer ya es complicado, y aún más si esa mujer es mi Lu. La conozco hace tatos años siempre es un enigma lo que piensa, o con que me va salir.

_ Que gran paso hermano, de esto a los hijos solo es cuestión de tiempo.

_ La verdad Nicolás es lo que más quiero, pero Lu no está muy convencida de tener hijos, quiere esperar un poco más.

_ Pero ¿Qué más van a esperar? Ya se casaron, ahora van a vivir en una casa más grande, ya está, la vida de ustedes ya empezó hace rato.

_ Nico mi vida con esta mujer empezó el día que la conocí.

_ De eso no me cabe duda, recuerdo cuando el día que te casabas te pregunte mil veces si estabas al cien por ciento seguro, y jamás dudaste.

_ Como iba a dudar, si la amo.

_ Si pero hay que vivir con Luciana hermano. Hay que aguantarla.

_ Que no te escuche porque te mata.

_ Si, lo sé. Aunque sabes que siempre tuve mis reservas con respecto a ella. No me inspira confianza.

_Nico no seas cara dura a vos ninguna mujer te inspira confianza, y sin embargo no sé como ellas si confían en vos.

_ No confían, solo que no quieren perderse la oportunidad de comerse este bombón.

_Sos un hijo de puta.

_ Bueno, bueno che, a trabajar los nenes, que se hace tarde.

_ Si Luis ahí vamos.

Terminamos de cargar todas las cosas, exhaustos, emprendemos una nueva travesía, rumbo a nuestro nuevo hogar con el mismo sentimiento que la primera vez que nos mudamos juntos con Lu, con ese miedo de no saber cómo nos iría, ni cuán difícil seria la convivencia.

Estoy tan cansado, miro a Lu y parece tener tanta energía como para recargarnos a todos para seguir. Aunque después de todo no hizo gran cosa, mas que dar ordenes y enojarse porque hacíamos lo que queríamos.

Son las diez de la mañana las casas de nuestros nuevos vecinos aun permanecen cerradas, nosotros descargando cosas y a comenzar denuevo. Los cinco haciendo barullo, puteando y riendo, pobre gente al tener que convivir con estos nuevos vecinos tan inadaptados. Espero que les guste la música regge ya que a Lu le encanta y tiende a tener ganas de compartirla con el resto cuando trabaja en su estudio. Yo por mi parte soy mas del Rock Nacional, me pongo los auriculares y listo, yo en mi mundo y lu en el suyo. Nadie invade el espacio del otro.

_ A descargar señores_ grita Luis.

_Che cuñado ¿Qué vamos a comer? Porque yo me cago de hambre.

_Que raro el siempre con hambre.

_A vos no te hable Luciana la conversación es entre A y B, asi que cállate.

_ Hay que lindo ¿papa escuchaste? Matias ya aprendió dos letras del abecedario.

_Basta los dos les dije ¿Qué no maduraron todavía?

_Basta Lu no pongamos nervioso a tu papá, y no te preocupes vuñafo que ahora compramos comida con Nico.

_ Gracias cuñado, porque si tenemos que esperar que Luciana se luzca con la comida nos morimos de hambre.

Lu le arroja una de sus latas de pinturas a Matias quien afortunamente logra esquivarla. Y yo solo pienso que el dia va ser muy largo.
Por suerte esta Luis para dar unos cuantos gritos y asi lograr que estos dos se acuerden que ya son adultos.


La casa nueva es todo lo que necesitábamos para comenzar una nueva etapa, solo queda acomodar las cosas, y ver que todo quede en el lugar correcto para que la energía fluya. Lu tenía la idea del feng shui. Y bueno con el tiempo aprendí a no contradecirla en eso, después de todo mientras el sofá este delante del televisor y mi escritorio en una ventana con suficiente luz ya me bastaba.

_ ¿Topito me ayudas con los sofás?

_ ¿Con los sofás Lu?

_ Si, con los sofás, me parece que hay que moverlos para el otro costado, así nos queda este espacio frente al ventanal para acostarnos a hacernos mimos.

_ Me encanta la idea gorda, pero ahí donde vos queres que nos acostemos para hacernos mimos, yo voy a poner mi escritorio de trabajo.

_ Pero Eduardo ya acomode tu oficina, en el cuarto chiquito del fondo.

_ Lu ese es el lavadero no tiene ni una ventana, es un deposito, es cualquier cosa menos una oficina.

_ Bueno está bien, pero vos sacas las cosas y las acomodas.

_ Gracias amor, por dejarme poner mi oficina en la sala y no en una ratonera.

El poner la casa en un estado decente nos llevó más de una semana, pero lo conseguimos. La rutina comenzó, tenía bastante trabajo atrasado y Lu tenía que volver a dar sus clases, tanto en el colegio, como en el hogar, aunque este último lo disfrutaba más.

Nos levantamos temprano, Lu como siempre remolona y yo corriendo de un lado a otro para que no se nos haga tarde y poder desayunar juntos, ese era un momento muy especial porque después con mi Lu nos volveríamos a ver recién por la tarde cuando ella volviera de trabajar.

Me apresure y prendí la pava eléctrica, que regalo más práctico de mi vieja, aunque Lu hubiera querido algo mas grande como regalo de casamiento seguro. Saque galletitas, manteca, mermelada para mí y dulce de leche para Lu.

_ Dale Lu apúrate que tenes que terminar de poner la mesa, yo voy a cambiarme.

_ Si Eduardo ya te escuche, se lo que tengo que hacer, no me grites que es muy temprano.

_ No te grite para darte ordenes Lu, pensé que seguías en el baño.

_ No importa, ya estoy acá. Tengo que comprar otra taza porque la mía se rompió se me cayó al piso al querer ponerla en la alacena.

_ Bueno la compramos después cuando vayamos al supermercado.

_ ¿No me la vas a poder comprar camino a casa esta noche?

_ Sí, creo que sí, solo que no va ser igual que la otra amor. Pero si, te compro otra si no salgo muy tarde. Me voy a poner la camisa, se nos va hacer tarde, bueno a mí, primero tengo que llevarte al hogar.

_ Ignacio va pasar por mí. Así que no te preocupes de cómo voy a ir a trabajar.

_ ¿Ignacio?

_ Sí, mi compañero en el hogar, vive a unas siete cuadras de casa, te dije que es nuevo.

_ No recuerdo que me lo hayas dicho.

_ Y no lo recordas porque no me prestas atención, si estas siempre con los ojos en esa computadora.

_ Estoy trabajando Lu, sabes que tengo mucho trabajo para hacer.

_ Yo también y sin embargo te presto atención.

Lu tenía razón últimamente no estaba mucho con ella, y cuando estaba siempre me encontraba trabajando, pero estoy seguro que no me lo menciono. Nunca pasaría por alto una oración que llevara el nombre de un hombre salir de su boca, de un hombre que además no conocía. Pero confiaba en Lu, y estaba más que seguro de nuestro amor, después de todo estábamos locos uno por el otro.

_ ¿Topito a qué hora llegas hoy?

_ La verdad no sé. Tenemos una reunión importante con una financiera que quiere asegurarse con nosotros, y es una excelente oportunidad, si todo sale bien mi comisión será bastante buena y quien te dice podríamos hacer el enganche para comprar la casa antes de lo pensado.

_ Pero hoy tenemos la fiesta de inauguración de la casa topito.

La fiesta, me olvide por completo de este acontecimiento. Lu lo había planeado desde antes de mudarnos, era un evento más que importante. Todos nuestros amigos vendrían, hasta íbamos hacer el corte oficial de la cinta roja en la entrada de la casa. Era una inauguración con todo el protocolo. La ceremonia era tan parecida a inaugurar un hospital público, cinta roja, tijera, champagne, globos, baile, amigos, familia, todo un gentío para ver cada rincón de nuestra privacidad.

_ Perdón amor, es que...

_ Ya sé, te olvidaste.

Listo estoy jodidamente en problemas. Si en este momento tengo la suficiente estupidez para insinuarle el suspender la inauguración para el fin de semana, mi berrinchuda mujer me deja durmiendo en el patio.

_ No te preocupes, voy a llegar a tiempo, pero vas a tener que empezar sola con los preparativos.

_ Me imaginaba, igual Karina se ofreció para ayudarme.

¿Karina? ¿No había otra persona que la pudiera ayudar? No me considero un ejemplo a seguir, pero si hay alguien en este mundo que no es de mi agrado es esta mina. Karina y yo no nos queríamos, ella siempre espero que las cosas con Lu no funcionaran.

Cuando aún éramos novios con Lu, antes de casarnos, tuvimos una pelea, y Karina como muy buena amiga no tuvo mejor idea que llevársela de fin de semana a Paso de la Patria, nunca supe que fue lo que paso en ese lugar, solo sé que cuando volvimos a estar bien con Lu, ella puso la regla de no hablar nunca de lo que cada uno hizo ese fin de semana de solteros. Y jamás indague nada, tal vez por miedo a escuchar algo que me dolería, preferí quedarme con la duda, es más fingí cada día que nada paso, que ella nunca fue a ese lugar. Sin embargo cuando esta señorita aparece en nuestras vidas, me es difícil no pensar en ello.

Karina es amiga de la infancia de mi mujer, es como si fuera la hermana que nunca tuvo. Y como era de esperarse yo no era santo de su devoción, aunque el sentimiento era mutuo. Solo tratábamos en ocasiones especiales poco y nada, más nada que poco, pero nos tratábamos bien por Lu.

_ Llego Nacho, me voy antes, así me puedo retirar más temprano.

_ Bueno dale, nos vemos esta noche, vuelvo para las ocho más tardar.

Me tira un beso, y sale corriendo, miro por la ventana para ver al tal Nacho, y no es Ignacio ahora, es Nacho menos formal. Y si tenía que tener auto, no es de alta gama, pero es un auto y como buen pobre infeliz tengo una simple motocicleta. Veo cómo se van, sacudo la cabeza como intentando sacar los malos pensamientos, resignándome a mis celos sin fundamento. Pero soy hombre y Lu es una hermosa morocha, en forma, divertida, amable, si a mí me encanta a otros hombres de seguro también.

Comienzo a preparar mis cosas, tengo que ir a trabajar, esta es la última semana que cuento con Marina, ya sale de licencia por su maternidad. Su fecha de parto por cesárea está programada para dentro de una semana.

La idea de tener un hijo sigue rondándome la cabeza, me emociona ser padre algún día sería como volver a ser chico, podría tontear, jugar con camiones volcadores, andar en bicicleta, jugar a la pelota. Volver a disfrutar de la niñez, que rápido se fue y vino esta adultez colmada de responsabilidades.

Miro el reloj es tarde, debo salir a mil por hora, me cercioro que todo esté cerrado y salgo.

Durante todo el camino a la oficina intento no pensar en que Lu, mi Lu estaba con ese estúpido de Nacho, si tengo celos, tengo celos de un Nacho que no conozco, que tal vez tenga unos cuarenta años, una panza cervecera, tenga barba y que seguro escupe al hablar, me rio por la manera tan patética en que lo imagino. Pobre Lu con ese espécimen. Estoy tranquilo confió en mi mujer, ella me ama, sé que me ama tanto como yo la amo a ella. Pero he de ser sincero solo espero que el día que lo conozca el definitivamente tenga una panza enorme, tenga barba, use anteojos, y escupa al hablar.

En la oficina se siente el ambiente tenso, todo el mundo corre de un lado a otro, tenemos esa reunión tan importante a las cuatro de la tarde y yo estoy tan nervioso como si faltara cinco minutos y este a punto de entrar a dar mi examen final en la facultad. Repaso mis notas una y otra vez, veo mis graficas mi plan de trabajo, mi propuesta, releo mi discurso, veo que todo esté en orden. Hoy se define todo, la Compañía de Cars Inc. Es un monstruo, Sergio Marquez es dueño de varias concesionarias en la provincia como también otras provincias del norte argentino. En este negocio no solo aseguraríamos los autos, sino a los empleados con nuestro seguros de vida. Era más que obvio que indicaría un gran incremento en el fondo monetario de la empresa, que generaría ganancias importantes. Mi comisión en este negocio era enorme, al menos eso me prometió Juan.

En un momento levanto la mirada de mis apuntes y lo observo a Juan mirándome fijamente con una sonrisa en los labios, pero no puedo entender cómo puede estar tan tranquilo, este negocio representa para su empresa el levantarse o seguir estando estancado en la economía defectuosa de esta provincia sin ambiciones importantes, que es nuestro Chaco.

Juan entra a mí oficina se sienta frente a mí y con esa sonrisa dibujada en su boca me dice:

_ Tranquilo nene, sos enorme y no te das cuenta.

_ Estoy nervioso Juan, no quiero defraudarte, necesitamos este cliente.

_ Edu desde el día que te di esta responsabilidad el negocio lo teníamos ganado, yo sé que te los vas a ganar a todos. Tranquilo no me vas a defraudar sé bien de que madera estas hecho. Respirá y relájate.

Como si fuera fácil poder relajarme después de lo que este tipo me dijo, tanta confianza me tiene, y yo tan inseguro que me veo. Tengo miedo de que no salga bien el negocio, tengo terror de defraudar a Juan, quien me dio una gran oportunidad, de no poder darle todo lo que Lu necesita, todo lo que se merece. No quiero fallar, sé que no nací para fracasar.

Ya es hora hay que enfrentar a estos tipo, después de todo solo son hombres igual que yo, con más dinero, dueños de una gran compañía, con cuentas bancarias pero en fin son hombres que tienen unas pocas diferencias conmigo.

Comencé hablar de la importancia y la infinidad de beneficios que tenían por ser clientes con nuestra aseguradora. De que somos una empresa con años en el mercado, con historia que abalan nuestra autenticidad y que somos muy confiables.

Les explique cómo sería estar asegurado por nosotros, las distintas pólizas, como aseguraríamos a cada uno de sus trabajadores, de todo los planes que teníamos para ofrecerles. Presente diapositivas, estadísticas, problemas con soluciones. La comisión con la cual trabajaríamos, los movimientos bancarios que debíamos hacer, la legalidad de cada uno de nuestros actos.

Les presente los bancos con los que nos respaldábamos, hable de nuestros contactos en la bolsa de economía de la provincia, por poco me ofrecí a lavarles el auto todos los fines de semana. Hable durante horas, conteste a cada una de sus preguntas, dudas. Por un momento sentí que no estaba saliendo nada bien, y sin embargo me equivoque.

_ Bien señores, estoy absolutamente seguro que no hay otra aseguradora que pueda ofrecerle todo lo que nosotros tenemos para ustedes, pero no solo eso, es una verdad absoluta nadie se compara a nosotros. Somos eminencia en cuanto a seguros se trata. Somos lo que ustedes necesitan, y ustedes son lo que nosotros necesitamos.

_ Mira Eduardo la verdad es que me has impactado, tu claridad para explicar todo, jamás te desviaste un momento en nada. Y si esa misma tenacidad y compromiso pone esta aseguradora en sus negocios estoy muy confiado de firmar ya el contrato, no necesito escuchar nada más.

_ Gracias Sergio por decirme esto. La verdad ya se me había acabado los argumentos para continuar convenciéndote.

Nos reímos, el ambiente se relaja, las piernas me tiemblan, tengo el pulso a mil. Le paso las dos copias del contrato para que se firmen por ambas partes y poder cerrar esto antes de que pregunten algo mas y ya no sepa que contestar. Estaba a punto de mearme encima, me sentí un maricon. Sergio firma los contratos Juan también, está satisfecho, su rostro demuestra su agradecimiento y felicidad. Nos saludamos como caballeros pasando la mano bien fuerte en símbolo de que las palabras valen más que un papel firmado. Sergio Marquez se toma unos minutos para hablarme a un costado del barullo y las risas del resto y aun sosteniendo mi mano me dice:

_ Te felicito, sos un excelente negociante. Pero te doy un consejo aprende a nadar en otras aguas, esta provincia, este puesto que tenes es una charca para vos, afuera te espera el océano. Tenes mucho potencial y mira que ya soy viejo, y como dice el dicho: "el diablo sabe más por viejo que por diablo", haceme caso vos estas para cosas más grandes pibe.

Quede sin palabras, aun si lo que Sergio me dijera fuera del todo cierto, tengo lealtad no dejaría a Juan en este momento, le debo mucho, aunque después de conseguir este negocio las cosas se equiparan y es el quien me debe mi comisión.



_ Excelente trabajo Eduardo te pasaste. La comisión es enorme y te la mereces.

_ Gracias Juan, es más que satisfactorio para mí escuchar tus palabras.

_ Te mereces que te felicite, es tu trabajo y diste lo mejor de vos. ¿Dónde vamos a festejar? Hay que tomar algo para brindar.

_ Si queres lo hacemos en casa, hoy es la inauguración, te lo había comentado.

_ Si tenes razón, me olvide.

_ No te preocupes yo también, Lu casi me mato esta mañana por eso.

_ Y bueno vamos, que no se haga tarde para llegar, porque me quedo sin mi mejor negociador.

_ Eso tenlo por seguro.

Reviso mi celular y ni una llamada de Lu, o está muy ocupada o enojada porque todavía no llego.

Cuando estamos llegando con Juan, el en su auto yo en mi moto, veo una concurrencia frente a mi casa, lo primero que se me vino a la mente es que tal vez deje algo prendido y ocurrió una desgracia, pero Lu me hubiera llamado, me contesto para tranquilizarme, hasta que a veo a mi mujer, vestida para matar. Tenía un vestido blanco entallado, espalda afuera, tacos altos, el pelo planchado, y andaba de un lado a otro atendiendo las personas. En sus manos llevaba una tijera muy grande. Hay mi mujer si no hace las cosas en grande y llamando la atención no es ella. Estaba radiante, y yo, bueno estaba sudado, desalineado, ya no traiga corbata. Impresentable para estar al lado de mi mujer perfectamente arreglada. Pensé tal vez podría entrar por el portón del costado a la casa a cambiarme, ponerme un poco de desodorante y peinarme, pero no, estrategia frustrada, Lu envolvió la casa con la cinta roja, no había más que poner mi mejor cara y hacer como si nada pasara. Era una certeza Lu al verme me reprocharía mil veces por mi aspecto. Bajo de la moto, los chicos del club me saludan, mi suegro también esta, mí cuñado con una chica que no era su novia, al menos no la que yo conocía. Lu corre a donde estoy, me da un beso y me lleva de la mano frente a todo el mundo.

_ Bien señores es el momento. Oficialmente con mi Topito le damos la bienvenida a la inauguración de nuestro nuevo hogar.

¿Topito? Delante de toda la gente, totalmente colorado, nadie sabía que Lu me decía así, la verdad es que yo tampoco sabía a ciencia cierta porque me decía Topito.

_ ¿Haces los honores Edu?

_ Por supuesto que sí.

Tomo la tijera y corto la cinta, la gente grita de júbilo, yo pienso que los vecinos de seguro quieren corrernos, llamar a la policía o que tal vez estén asustados por estos locos que vinieron a este barrio de casas herméticamente cerradas y silenciosas a poner todo patas arriba. Nuestros amigos y algunos parientes comienzan a entrar, miran todo. La casa estaba extremadamente limpia y ordenada. Lu colgó en las paredes fotografías nuestras en blanco y negro estratégicamente ubicadas. La decoración era de estilo oriental con lámparas blancas de bolas de papel de seda. Había una barra de tragos, comida de copetín por todos lados. Mi escritorio paso a ser la mesa de los recuerdos, habían unas pequeñas casas blancas sobre un césped verde manzana con un cartel de esos que lleva la leyenda de "vendido", pero en su lugar estaba una pequeña foto nuestra, colgando una tarjeta que decía: "Gracias por compartir nuestro sueño". Ni el suvenir de nuestra boda fue tan original. Son estos detalles que me hacen pensar la increíble mujer que tengo a mi lado.

La fiesta está en su mejor momento, todo el mundo se divierte, hay karaoke, y mucha cerveza. Mi querido suegro ya se fue. Mis padres no pudieron asistir por encontrarse en su tercera luna de miel.

Con los chicos del club hablamos del partido del fin de semana que viene. De la paliza que le daremos a todos. Jugábamos al tenis, y en eso yo era uno de los mejores.

Lu estaba feliz, charlaba con todo el mundo, se sacaba fotos como si estuviera en una red carpe. La miro maravillado, hacía mucho tiempo no estaba tan relajada, que no disfrutaba tanto, a su lado estaba la insoportable de Karina, que por suerte no he tenido que tratar con ella. Había alguien más muy junto a mi hermosa mujer, era un hombre que no conocía. Alto, delgado, notaba su afición al gimnasio, tés blanca y cabello negro. Estaba peligrosamente cerca de mi mujer. Así que como buen macho argentino fui a marcar mi territorio.

_ Buenas noches, ¿Cómo la están pasando?

_ Muy bien, excelentemente bien Edu. _ contesta Karina las demás personas solo asienten con la cabeza al comentario.

No dejo de mirar al tipo que está a lado de mi mujer, le extiendo la mano y me presento.

_ Hola, Eduardo marido de Luciana.

_ Ignacio, compañero de trabajo de Lu.

¿Lu? Solo yo podía decirle Lu a mi mujer, hermano estas meando fuera del tarro.

_ Él es Nacho amor, ya te había contado de él, y bueno ahora ya lo conoces en persona.

_ Si recuerdo que me hablaste de él. Si la verdad un gusto conocerlo.

Lu se sonríe, está más que satisfecha al verme celoso. Le parece muy divertido tenerme en esta situación, debo reconocer rara vez muestro mis celos, no quiero pasar como uno de esos tipos controladores que no confían en su pareja. Y conociéndola como la conozco, sé que para ella sería lo peor que le pudiera hacer. Pero al tratar de no convertirme en esa clase de hombres doy el aspecto que no me interesa Lu, cosa que también me ha reclamado, así que esta demostración de celos la hace sentir más que deseada y amada. Me acerco a Lu, la rodeo con el brazo por su cintura y la traigo hacia mí, como diciendo ella es mi hermano, buscate la tuya.

_ ¿Y viniste solo?

_ Sí, mi prima estaba ocupada para acompañarme.

_ ¿Y no tenes novia o novio?_ sonríe incómodo.

_ No, creo que todavía no llego la indicada, no todos tenemos la suerte que vos tenes.

_ En eso tenes razón, tengo mucha suerte de tener a mí Lu. Mujeres como ella ya no hay.

_ A cuidarla entonces.

_ Bueno, a ver si terminamos con quien mea más lejos y disfrutamos de la fiesta_ Interrumpe Karina nuestra pequeña danza de guerra_ Bueno vamos a bailar, tomar y disfrutar de la noche.

_ Me parece una excelente idea, ¿bailamos Karina?

_ Por supuesto que si Ignacio, dejemos a los tortolos.

Lu me mira fijamente con una sonrisa picarona, me abraza se pega a mi pecho, el aroma de su cabello me encanta. El perfume de su piel, podría estar así toda la vida.

_ Tal vez hoy encarguemos a topito junior.

_ O moriremos en el intento Lu.

_ Te amo topito, no estés celoso de Nacho, para mí no hay otro hombre. Nadie podría jamás sacarte de mis entrañas.

_ No me pidas que no cele de vos, te amo, pero no desconfió de vos, solo que reconozco las intenciones de los demás, y eso me pone más que loco.

_ Ya sé, pero no pensemos en eso, es nuestra fiesta, es un nuevo comienzo en nuestras vidas.

_ ¿Sabes que también tenemos que festejar?

-¿Qué?

_ Hoy cerramos el trato con la con las concesionarias de cars Inc., y la comisión es muy buena, creo que nuestros problemas económicos están solucionados, al menos por ahora.

_ Felicidades amor, te lo dije sos un genio. Tenes el poder de convencer a cualquiera.

_ Con vos me costó.

_ Si te hice rogar bastante.

_ Casi me doy por vencido.

_ Qué bueno que no lo hiciste.

Bailamos toda la noche, disfrutamos de nuestra felicidad, compartimos nuestra dicha con la gente que queríamos, le refregué en la cara a Nacho la mujer que tenía a mi lado y era solo mía. Estábamos más que listos para realizar cada uno de nuestros sueños. Me llenaba la sensación de que juntos éramos uno, que fuertes somos, nada podría vencernos.


La luz entra por la ventana, me despierta, Lu duerme totalmente tapada hecha un bollito. Ya es lunes debo ir a trabajar. Marina ya tomo su licencia por maternidad, su amiga Analía será quien me ayude hasta su regreso. Esta semana es bastante pesada, hay mucho trabajo, contratos que reevaluar, implementar nuevas estrategias en el mercado para sumar clientes un sinfín de informes que redactar. Me duele tener que dejar sola a Lu, no se sintió bien en toda la noche, pero no puedo dejar de ir a trabajar. Me levanto muy despacio de la cama para no despertarla, pero mis esfuerzos son en vano, Lu se despierta, despeinado con los ojos hinchados, con ojeras.

_ ¿Ya te vas?

_ No amor, me estoy levantando recién.

_ Voy hacerte el desayuno.

_ Si no te sentís bien Lu quédate en la cama. Si queres aviso que no voy.

_ No, ya estoy mejor, además yo también tengo que ir a trabajar. Si me quedo en la cama voy a estar peor.

_ Pero estuviste mal toda la noche, casi no dormiste. Tenes ojeras, tenés que ir al doctor y hacer reposo. Voy avisar que no voy.

_ Nada que el maquillaje no solucione, tampoco voy a morir Eduardo, de seguro es gripe. Además tenes que trabajar, y yo también.

_ Está bien, pero prométeme que vas a ir al doctor en la tarde.

_ Si, voy a ir. Te lo prometo.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro