Después de descubrir la verdadera magnitud de la conspiración que amenazaba la galaxia, Evelyn y su equipo se enfrentaron a una decisión difícil: revelar la verdad y arriesgarse a desestabilizar aún más la alianza, o mantenerla oculta y correr el riesgo de que la oscuridad se propague.

Con el corazón lleno de dudas y el peso de la responsabilidad sobre sus hombros, Evelyn convocó a una reunión de emergencia con los líderes de la alianza. Expuso las revelaciones que habían descubierto, dejando al descubierto la verdad detrás de la traición y la conspiración que amenazaba con desgarrar a la galaxia.

La reacción fue mixta. Algunos líderes se mostraron incrédulos, negándose a aceptar que habían sido engañados. Otros, sin embargo, reconocieron la gravedad de la situación y estuvieron de acuerdo en que la verdad debía ser revelada, sin importar las consecuencias.

Pero incluso mientras discutían sobre el próximo curso de acción, surgió una nueva amenaza: los Devoradores de Mundos se estaban reagrupando, listos para lanzar un asalto final contra la galaxia. Con el tiempo agotándose y la oscuridad acercándose, Evelyn y su equipo se vieron obligados a tomar una decisión rápida.

En un acto de valentía y sacrificio, decidieron revelar la verdad al mundo, confiando en que la luz de la verdad sería suficiente para unir a la galaxia contra la amenaza común. Sabían que el precio de la verdad sería alto, pero estaban dispuestos a pagar cualquier precio para proteger a la galaxia del peligro que se avecinaba.