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Capitulo 9: Trabajo de Latín parte 2

Después de casi una hora, teníamos más de cien páginas de información sobre múltiples monstruos, y debo admitir que lo más normal que le había pasado a mi compañero es que la chica a la cual atropelló el viernes intentará matarlo el lunes siguiente.
-Entonces, ¿Crees que será suficiente con eso?- interrogó divertido.
-La verdad es que creo que es demasiado- reconocí con una sonrisa- ¿Qué te parece si organizamos todo esto en fichas técnicas de cada uno de los monstros y omitimos las anécdotas?- opine, él asintió poniéndose de pie, para venir a mi lado. Llevamos unos minutos en eso, cuando escuche la puerta abrirse.
-Tesaría- Llamo mi tío en la puerta, mire a Dorian a mi lado, nuestras sillas estaban más juntas de lo debido, así que hice lo primero que se me cruzo por la cabeza corrí hasta la puerta.
-Tío- salude cuando llegue junto a él- ¿Cómo estas?
-¿Qué haces aquí?- inquirió curioso.
-Tu me llamaste- le recordé divertida, él asintió no muy convencido.
-Hagamos un trato, iré a mi habitación, me daré un baño y luego me pondré los aurículas para que puedas seguir haciendo lo que sea que estés haciendo y no le diremos nada a tu madre.
-No estaba haciendo nada inapropiado- asegure, lo que era cierto.
-Tal vez, pero de todas formas- Rodee los ojos y asentí.
-Bien no le diremos nada- Él sonrió y se fue, a los tres segundo se comenzó a escuchar el agua de la ducha. Y volví a la cocina para terminar el estúpido trabajo.
-¿Todo bien?- inquirió algo preocupado, a lo que asentí mientras volvía a sentarme.
-¿Seguimos?- Él me miro un instante y luego a la computadora antes de negar- ¿Por qué no?
-Tomemos un descanso- pidió apartando la laptop, dejando reposar su cabeza sobre su brazo y sonreí de lado- Quiero conocerte.
-¿Y qué te hace pensar que quiero decirte algo?- inquirí con un poco más soberbia de la que pretendía.
-Bien- suspiro cansado- Solo responde una cosa y seguiremos con este aburrido trabajo- Lo pensé un instante antes de aceptar- ¿Dijiste que eras Tesaría Rivera...?- Asentí débilmente- ¿Eres esa Rivera?
-No entiendo de que estas hablando- advertí.
-La pregunta es ¿Eres hija del tratado?- Lo mire unos instante, antes de apartar la mirada y asentir- Genial.
-¿De verdad lo crees?- indague curiosa- Aunque la verdadera pregunta es ¿Cómo lo sabes?
-Cualquier semidiós que se precie sabe sobre el tratado, claro que no sabía que eras tu hasta que me dijiste tu nombre- explico con cierta burla en su voz.
-Como sea, podemos terminar esto- él asintió, tomando la computadora para ponerla frente a él.
-Yo seguiré- se ofreció- Que interesante.
-¿Qué?- inquirí.
-Medusa, creo que aun tengo un par de cicatrices de nuestro encuentro- Reí sin poder evitarlo mientras me ponía de pie, para ir a buscar un poco de sangre en la heladera.
-¿Quieres algo de beber?- él negó sin apartar la mirada de la pantalla, tecleaba rápidamente como si estuviera poseído o algo así. Sonreí y me senté frente a él, bebiendo de mi bolsa- ¿Quieres qué te ayude?
-No, estoy bien- aseguró- esto es muy fácil- rodee los ojos ante su comentario, aunque si para un semidiós no era fácil hablar de los monstros que lo habían atacado, para nadie lo sería.
-Dorian- Llame, pero el ni se inmuto- ¿Te has enfrentado a muchos monstros?
-Si- contesto sin detenerse, parecía que el había encontrado catártico el hecho de crear una guía sobre monstros.
-¿Y qué se siente?- por primera vez él levanto la mirada de la computadora, sus ojos mostraban pura sorpresa.
-¿A qué viene eso?- Sacudí mi cabeza para apartar esas ideas de mi cabeza.
-Olvídalo- Pedí volviendo a su lado para seguir con el trabajo.
-Claro que no, ¿acaso no has visto a ningún monstro en tu vida?- Interrogó repentinamente interesado.
-No diría eso.
-¿Entonces?
-Nunca me enfrente a ninguno,  o bueno las pocas veces que lo hice apenas si llegue a iniciar un combate- Explique algo avergonzada- El encuentro de ayer fue lo más parecido a un verdadero combate que tuve en mi vida.
-No lo hiciste nada mal- Aseguró regalándome una sonrisa de lado.
-Se que es una estupidez, pero estoy empezando a creer que mi abuela tiene razón- Era estúpido hablar de mis problemas de niña mimada, con un prácticamente desconocido, pero además de mi familia él era el único que me entendía y realmente no podía hablar de eso con ellos.
-¿Te sientes débil?- asentí sin mirarlo- Es normal, todos los semidioses inexpertos se sienten débiles al inicio, pero eso no quiere decir que lo seas.
-Se que soy fuerte, pero necesito más que mi fuerza para un combate y temo no tener el valor necesario para una pelea- él coloco una mano en mi hombro, lo mire un instante y estaba sonriendo, su rostro estaba muy cerca del mío.
-Se que tienes el valor, me enfrentaste...
-En mi defensa pensé que eras humano- el rio- Lo siento, sigamos con el trabajo, no viniste a escuchar mis estupideces.
-Para mi no son estupideces, puedes entrenar cien años pero hasta que no ves a la muerte a los ojos, nunca sabrás lo que en verdad vales- sus palabras me hicieron recordar las que dijo mi abuela la noche anterior y me preguntaba si de alguna manera, el hecho de que ni madre no estuviera allí podría estar enteramente relacionado.
-Te creo- dije secamente mientras volvía a tomar mi laptop para seguir con el trabajo; esta vez el no se negó.
Seguimos un par de horas más hasta que mi tío por fin salió de su habitación, se había quitado su traje y lo había cambiado por unos jeans azul gastados y una remera blanca que parecía quedarle grande, estaba descalzo y no quitaba la vista de la pantalla del teléfono. Dorian y yo levantamos la mirada de la pantalla para verlo caminaré hasta la cocina.
-¿Piensas cocinar?- Interrogue curiosa, haciendo que me mirara por primera vez.
-Si, ¿Por qué?
-Mamá dijo que no lo hicieras, Así que te sugiero que elijas un menú de la heladera- Advertí volviendo mi vista a la computadora dispuesta a seguir, pero él apareció frente a mi con su rostro frente al mio, mirándome fijamente- ¿Qué?
-Trato de entender si ese mal carácter es de tu madre o de tu tía- Explico y estaba dispuesta a contestar pero mi compañero no pudo evitar cerrar su boca.
-¿Hay alguien en este lugar que no haga eso?- inquirió ligeramente molesto. Mi tío en vez de contestar respondió con otra pregunta.
-¿Pizza o comida china?
-¿Qué?- soltó Dorian algo confundido.
-¿Si prefieres pizza o comida china?
-Ah, pizza- contesto finalmente, para que mi tío volviera a desaparecer- ¿Eso es normal?
-No es lo más extraño que a hecho- le aseguré- solo un par de monstros más y terminamos.

Para nuestra suerte lo terminamos antes de que la pizza llegara. Ya que en el instante que el timbre sonó mi tío estaba a mi lado, rápidamente le entregue el dinero, para poder empezar a quitar mis cosas de la mesa. Acto que Dorian imito, ayudando a poner la mesa; un segundo antes de que mi tío llegara. Durante la cena mi tío sometió a Dorian a un interrogatorio del cual seguramente mi madre y walter estarían muy orgullosos.
-¿No crees que es demasiado?- indague cansada, había dejado de comer hace mucho.
-No, la verdad que no- respondió con indiferencia.
-Ya es tarde, Deberías irte- prácticamente corrí a mi compañero que extrañamente se veía agradecido.
-Si, tienes razón mi madre ya debe estar pensando que estoy muerto- bromeo mientras se ponía de pie para tomar sus cosas.
-Te acompaño a fuera- Dije cuando estuvo listo y ambos nos apresuramos a salir de allí.
-Gracias...
-Lamento lo de mi tío, los N'Dah son algo intensos cuando se lo proponen- Él sonrió divertido.
-No me refería a eso- Lo mire extrañada- Me divertí, fue lindo hablar con alguien que entienda de monstros.
-Pienso lo mismo- Él sonrió y estaba por irse- Espera- Tome su celular de su bolsillo para agendar mi numero, sin darme cuenta, en el instante que le estaba devolviendo el teléfono sus ojos y los míos se encontraron- Avísame cuando llegues- salí corriendo rápidamente, sintiendo mi corazón latir muy fuerte.
-¿Estas bien?- inquirió mi tío viniendo junto a mi en el instante que cruce la puerta- Oh- exclamo al verme- Definitivamente no le diremos a tu madre de esto- En ese instante lo vi por primera vez.
-¿Decirle qué?- Inquirí confundida.
-Decirle que ese chico te gusta.

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