Capítulo 18: Adios
Lo último que recordaba era estar en el auto entre los brazos de Dorian y después de esos despertar en medio de un par de cadáveres de animales y tal vez algún que otro humano, cubierta de sangre y el aroma de mar sacándome de mi transe, eso y la mirada de mi amiga que pasaba de aterrozada a preocupada.
-Dorian- llame somnoliento mientras me ponía de pie con dificultad- llegaremos tarde a la escuela- él corrió hasta mi y me abrazo.
-Todo va a estar bien- me aseguró- no pasara nada si faltamos un día, vamos tienes que Descansar.
-Si, estoy...- apoye pero antes de que pudiera terminar de hablar el crujido de una rama me puso alerta y al parecer a mi amigo también- viene alguien.
-Lo sé, ¿Es un mounstro?
-No estoy segura, con tanta sangre me cuesta distinguir los olores- antes de que alguien dijera algo más dos hombres de unos 30 años vestidos con trajes de guarda bosques aparecieron, dieron una rápida mirada al lugar y luego a nosotros.
-¿Qué hacen aquí, niños?- inquirió uno de ellos.
-Nos perdimos en una excursión- respondió tranquilamente Dorian mientras me colocaban detrás de él.
-¿Una excursión?- inquirió el mismo guardabosques antes de soltar una carcajada- no recuerdo que allá ninguna excursión hoy.
-Dejemos los juegos, ya tengo hambre- se quejó él segundo guardabosques, y si algo sabe un semidios es que si alguien aparece de la nada y dice que tiene hambre, entonces quiere comerte y como buen mestizo que era mi amigo saco su espada.
-¿Qué se supone que esta pasando?- indagó mi amiga pero al ver a los dos guardabosques convertirse en un par de lobos más grandes de lo normal, asintió- genial ya entendí todo, gracias por esa explicación tan gráfica- el lobo huyo y como nadie hablaba lobo no pudimos distinguir si era un "no hay porque" o un "los vamos a matar a todos" seguramente era la segunda opción.
-Corre al auto- ordene.
-Si, no tienes que decirlo dos veces-y sin más mi amiga empezó a correr.
-Deberias irte tu también- aseguró Dorian.
-No iré a ningún lado sin ti- asegure.
-No tienes armas- me recordó y yo solo le sonreí burlona, mientras unía las palmas de mis manos antes de separarlas, los rayos aparecieron entre mis manos y poco a poco se transformaron en una lindas espada de rayos- ¿Cómo hiciste eso?
-Mi padre era hijo de Thor dios del trueno- recorde- tengo muchos trucos bajo la manga, te mostraré luego- y sin perder tiempo me lance a la batalla, seguida de cerca por Dorian.
Una vez que ambos lobos estuvieron muertos, Dorian y yo regresamos al auto donde nos esperaba Alexandra, quien salto al vernos y corrió hasta nosotros para abrazarnos.
-¿Están bien?- inquirió preocupada.
-Si no te preocupes, pero de verdad necesito descansar- asegure con una sonrisa.
-Vamos suban al auto- ordenó Dorian encaminandose hacia el lugar del conductor, yo use mi velocidad para poder recostarme en la parte trasera, mientras que mi amiga se sentaba adelante. Cuando todos estuvimos arriba, Dorian arranco el auto y nos sacó de allí, no se que tanto anduvimos porque antes de que los árboles desaparecieran del camino yo ya estaba dormida.
Desperté con difultad, y tarde varios segundos en darme cuenta que estaba en la habitación de Dorian otra vez y lo más importante ya era de noche. Me levante de un salto y corrí hasta la puerta. Aunque antes de cruzas mis piernas fallaron y casi caigo de cara al suelo sino hubiera sido por que mi amigo me atrapó al vuelo. No estaba segura de que hubiera estado cerca pero estaba tan desorientada que bien podría haber estado a mi lado y yo no haberlo notado.
-¿Estas bien?- inquirió preocupado, Yo asentí con dificultad mientras me aferraba más a él.
-¿Qué sucede?- indagó Alex saliendo de la cocina con un tazón de helado- oh despertaste- observo con una sonrisa de lado- Hay helado ¿quieres?
-Si, no estaría mal, aunque mis piernas aún no se despiertan del todo.
-Yo te ayudo- aseguró Dorian tres segundos antes cargarme hasta el sofá. Mi amiga llegó poco después con un tazón con helado que dejó entre mis manos. Antes de sentarte en el sillón junto a mi con su propio helado.
-Entonces- dijo finalmente- ¿Hablaremos sobre esto?
-¿Sobre qué?- indague confundida mientras Dorian se sentaba a mi lado.
-¿Qué esta pasando entre ustedes?- la pregunta me tomó por sorpresa y el helado que estaba comiendo se me atragantó, era una respuesta muy válida pero la cosa con Dorian estaba muy lejos de ser clara, lo mire un instante parecía tranquilo como si el tuviera todas las respuestas que yo no tenía. Habían sido unos días locos y las respuestas eran escasas sobretodo desde que los lobos casi me mataban en el gimnasio de la escuela.
-Yo... esto... no lo sé- respondí finalmente no sabia como explicar lo que sentía por el chico de ojos verde mar sentado a mi lado. Para mí suerte mi teléfono sonó en la cocina, corrí a toda velocidad para poder atender y huir de la conversación incomoda- ¿Hola?
-¿Tess?- inquirió la voz de mi madre del otro lado de la línea.
-¿Mamá?- mi voz sonó más débil de lo que creí posible y las lágrimas comenzaron a llenar mis ojos- ¿dónde estas? ¿Qué está pasando? ¿Estás bien?
-Lo estoy, yo... yo solo no puedo decir demasiado, solo quería oír tu voz, saber que estas bien... esto...- hizo una pausa como si estuviera pensando muy bien sus palabras- se que estas confundida y están pasando demasiadas cosas. Se que en gran parte es mi culpa yo quería protegerte quería cuidarte, perdí a tu padre muy pronto y una parte de mi se negaba a permitir que tomaras el tratado. Ese pacto antiguo y divino causó demasiado dolor en nuestra familia, en tu padre... en mi... pero...- hizo otra pausa y esta vez supe que estaba conteniendo las lágrimas- No puedo, ya no puedo decirte como debes vivir tu vida. Debemos darte tu espacio, si algún día tomaras el tratado debes conocerte a ti misma.
-Mamá, ¿De qué estas hablas?- indagué confundida mientras se hacía un nudo en mi estómago.
-Dígamos que mis hermanos y yo iremos a reencontrarnos con nuestras raíces, pero no temas se que tu padre te está cuidando- no se como pero una parte de mi supo que ella estaba sonriendo del otro lado de la línea, una sonrisa triste pero sonrisa al fin- Dorian, él te va a cuidar bien. Ten cuidado, elige sabiamente tus batallas y te prometo que algún día todo será más claro- juro antes de que la llamada se cortara.
-Tess- llamo dorian en la entrada de la cocina, levante la mirada para verlo, ya sin poder contener mis lágrimas, el teléfono se resbalo de mi mano en el mismo instante en que los brazos de Dorian me abrazaban con fuerza tratando de calmarme- todo va a estar bien, no estoy seguro de cómo pero lo lograremos- me aseguró.
-Lo se- logre decir con dificultad aferrandome con fuerza a su cuerpo.
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