Dorian

Cuando Tessaria comenzó a beber trate de apartarla y al no poder supe que sería mi fin.
Pero no mori, cuando mis ojos se cerraron la primera vez una voz en mi cabeza comenzó a gritar "N'Dah... N'Dah" no supe lo que significaba en ese momento, y no fue hasta que la sangre del tío de
Tess entró en mi garganta que todo fue claro para mi.
El sonido del cuello de Tessaria llegó a mis oídos y me hizo sentir renovado, corrí hasta ella con una velocidad que no era mía y mi alma casi me abandona al darme cuenta que estaba muerta, a pesar de saber que no sería permanente verla así me dolía demasiado incluso más de lo que podía ser razonable.

Una vez que Tess estuvo recostada en mi cama, intenté darle sentido a todo lo que estaba sucediendo, la voz seguía gritando en mi cabeza "Debes protegerla, debes cuidarla" lo cual era estúpido apenas era un semidios como podría proteger a alguien como ella, aún así como le había prometido en la terraza, yo estaba dispuesto a hacer lo que sea por intentarlo. La imagen de su sonría se apoderaba de mi mente y pensar siquiera un instante en sus lágrimas partía mi corazón, llenándome de ira.
-No se como pero voy a protegerte, lo juro por el estigio- le susurre.

No se cuando tiempo pase sentado al pie de la cama esperando que Despertará. Pero antes de que eso sucediera golpearon la puerta de mi apartamento, cuando la abrí la sorpresa me invadió, en primer lugar porque mi padre está allí, en segundo porque había golpeado y él normalmente solo aparecía sin más y en tercer lugar y quizás la más importante trai la mochila de Tessaria y un bolso.
-¿Tenemos que hablar?- advirtió entrando al departamento y dejando las cosas sobre el sofá.
-¿De qué?- interrogue.
-De lo que te esta pasando, pero antes que nada quiero dejarte en claro que no me agrada ni un poco todo esto...
-¿Y qué se supone que está pasando?
-Samanta me advirtió que ya esta listo y que no había marcha atrás, ¿No lo sientes?- indagó arqueando una ceja, como si yo debiera ya saber que estaba pasando.
-¿Qué esta listo?- mi padre soltó un suspiro cansado mientras se dejaba caer en el sofá.
-Cuando el tratado se creó, los N'Dah quienes solían proteger Egipto se convirtieron en los protectores del tratado, cuando los Riveras murieron dejando a... Esa niña- explicó con cierta desprecio al hablar de Tessaria- rompieron todo el orden natural de las cosas, y como ninguno de los N'Dah puede volver a engendrar un nuevo guardián, el orden de las cosas está, digamos que desequilibrado.
-¿Qué es eso del orden natural de las cosas? ¿Y qué tiene que ver conmigo?
-Ella te eligió, tu eres el nuevo N'Dah, su nuevo protector- respondió con ligera desesperación en su voz, al parecer no estaba muy contento con que tengamos esa conversación y mucho menos con lo que significaba.
-N'Dah....- dije tratando de procesar el hecho de lo que estaba diciendo, aunque todo lo que había pasado esa tarde comenzaba a tener sentido- entonces... ¿Qué debo hacer?- él me miro como si la pregunta fuera la cosa más estúpida que escucho en su vida.
-¿Tu que crees?- me quede callado- debes protegerla- quizás fuera el estrés o no se que, pero no pudi evitar estallar en carcajadas.
-No tengo el poder para hacerlo.
-¿Estas seguro de eso?- estaba dispuesto a decir que si, lo estaba, pero la última hora me habían secado y había recorrido la mitad de la ciudad con una velocidad sobrehumana, además me sentía más fuerte.
-Tal vez tengas razón- él asintió poniéndose de pie- no le digas nada de lo que paso hoy, pase lo que pase, no puedes decir nada, ¿lo entiendes?.
-Si, no dire nada.
-Bien ya debo irme- y sin más desapareció, y Tess despertó 3 segundos después.

Cuando llegamos a la escuela al día siguiente Tess tuvo un ataque, mire a Alexandra y asentí antes de tomar a Tess cada uno de un lado y sacarla de ahí.
-Sabes conducir ¿Verdad?- ella asintió tomando mis llaves mientras yo subí a Tessaria al auto.

Bajamos en medio de un monton de árboles altos, el sol brillaba con fuerza pero la brisa era fresca, Tessaria callo de rodillas sobre el frío y húmedo pasto.
-¿Te sientes mejor?- inquirió Alexandra tratando de acercarse pero la aparte negando con la cabeza.
-Tiene hambre, no deberías acercarte- advertí y antes de que ella pudiera responde Tess salio corriendo a toda velocidad.
-¿Qué acaba de pasar?
-Aquí no hay nadie ¿Verdad?
-No debería.
-Sigamosla- ordené comenzando a caminar en la dirección en la que ella se fue.
-No deberíamos no se ¿correr?- indagó mi compañera mientras nos adentrabamos en lo que parecía ser un bosque, a paso tranquilo.
-No, es mejor que ya halla terminado de comer cuando lleguemos, no quiero que seas el postre- a ella no pareció agraderle mis palabras pero aún así siguió mi camino.
-se que soy nueva en esto, ¿pero estos ataques son normales? Es decir soy su amiga hace años y nunca pasó esto.
-Hasta donde se es normal que la sed intensa surga después de morir y ante situaciones traumáticas. Pero no soy muy experto en vampiros.
-Qué tranquilizador- soltó rodando los ojos- Espera ¿Cómo que cuando muere? ¿A qué te refieres?- Solté un suspiro cansado y me detuve.
-Ayer por la tarde Tessaria me mordió y casi me seca, pero sus tíos llegaron y Jace rompió su cuello, así que bueno ella murió por un par de minutos- explique tranquilo, pero ella no parecía tan calmada- no tienes que preocuparte, es una vampiresa, que le rompan el cuello no es una muerte permanente.
-¿Estabas así de tranquilo ayer?- indagó arqueando una ceja.
-No- conteste riendo, mientras la tomaba de la mano para que siguiera caminando- debemos alcanzarla.
-Esta bien pero espero que sigamos esta conversación. -Cuando quieran, solo no se lo menciones a Tess no puede saber lo que paso- advertí.
-¿Por qué?- él ligero aroma de mi amiga me llegó desde lejos junto que el de la sangre fresca, no entendía del todo como funcionaba esto de ser guardián y menos las habilidades pero si estaba seguro de que ella no estaba lejos.
-Te lo explicaré luego- prometí pocos segundos antes de que llegáramos junta a Tess.