Cuando salí de mi habitación mi madre me estaba esperando sentada sola en el living, eso no podía ser bueno de ninguna manera. Suspire, antes de sentarme frente a ella en el pequeño sillón; Su mirada se fijo y me sonrió con tristeza.
-¿Qué sucede?- inquirí arrepintiéndome de no haberme quedado en mi habitación escuchando anécdotas de mi padre y sus hermanos.
-Vamos a volver al castillo del tratado- me informo, me pare de un salto y creo que mis ojos se pusieron negros.
-No me puedes hacer esto- grite molesta, ella me imito, levantándose de su asiento.
-Lo hago por ti, para protegerte- intento explicar mientras ponía una mano en mi hombro que aparte violentamente.
-No, lo haces por ti. Por primera vez en mi vida me siento capaz de luchar mis propias batallas...
-¿Y qué tal te fue? casi mueres hoy- soltó en un tono que casi era un grito.
-No lo hice, no vas a poder protegerme para siempre- le recordé, "No seas tan dura con ella" regaño mi padre en mi mente.
-Hasta entonces, lo haré.
-¿Y después?- ella se quedo callada- no quiero ir a ningún lado, y no lo haré.
-Tesaría- advirtió, por primera vez en mi vida no solo esta dispuesta a contradecirle, sino que no me quede a escucharla, pues corrí a toda velocidad para salir del departamento, antes de que su loca cabeza empezara a idear planes para quitarme mi agradable vida allí. 

Por un momento pensé en ir a casa de mi amiga, pero necesitaría explicarle o mejor dicho mentirle demasiado y no estaba de humor para eso, así que busque a la única persona que podía llegar a entenderme. Me sorprendió encontrarlo en la terraza donde tuvimos una conversación real por primera vez.
-Dorian- llame sintiendo las lágrimas comenzar a salir de mis ojos, él se giro a verme y no perdí ni un segundo en correr a sus brazos, que me atraparon sin dudar, mientras acariciaba mi cabello de forma reconfortante- No dejes que me lleven, no quiero irme.
-¿Tess de qué estas hablando?- inquirió confundido, aparte mi rostro de su pecho para verlo a los ojos.
-Mi madre quiere llevarme al castillo del tratado, no quiero ir. No me dejaran salir- respondí, él tomo mi rostro entre sus manos para sacar mis lagrimas con sus dedo.
-No se que pueda hacer, pero lo intentare ¿Si?- asentí.
-Gracias- le sonreí, nuestros rostros estaban muy cerca y yo estaba apunto de besarlo, pero mi brazo izquierdo lo empujo y casi cae por la barandilla de la terraza sino fuera porque mi otro brazo lo detuvo dejándolo de nuevo en su lugar- Lo siento.
-No tenías que hacer eso...- se quejo, y entendí perfectamente lo que quería decir.
-Yo no fui- me defendí- fue mi brazo- él me miro como si estuviera loca antes de comenzara apartarse de mi, pero lo detuve con mi brazo derecho obviamente, estaba segura que mi tío era un poco menos sobreprotector que mi padre y no lastimaría a mi amigo. Él me miro algo molesto y como la explicación podría ser muy complicada, me limite a besarlo, al mismo tiempo que sostenía el brazo donde estaba mi padre.
-¿Tess?- interrogó confuso, le sonreí sintiéndome incomoda ante su penetrante mirada.
-No quise empujarte, fue mi padre, lo siento. Se que suena raro pero te juro que yo no fui- explique rápidamente, quedando probablemente como una loca, de verdad necesitaría terapia.
-¿Tu padre?- asentí en respuesta, mientras levantaba mis brazos para que observara mis nuevos tatuajes, Acto seguido mi padre tomo su forma humana alejándose de mi cuerpo.
-¿Tu quien eres? ¿Qué quieres de mi hija?- Dorian estaba tratando de procesar la información, incluso para los semidioses había cosas que sobrepasaban los limites de nuestras mentes y esa era una de esas situaciones. "¿Alguno me piensa ayudar?" inquirí en mi mente con la ligara esperanza de que alguno de mis tíos hiciera algo para evitar que mi padre lo matara.
-Anthony, no empieces- suplico su hermana, haciendo sobre saltar a mi amigo.
-Tess, ¿Qué se supone que esta pasando?- me encogí de hombros.
-Para ser honesta, no tengo ni idea de lo que pasa, pero él es mi padre, Anthony Rivera, y ella su hermana, Serena Rivera... y- Sacudí mi brazo para que mi tío saliera, cuando tomo su forma humana lo presente- él es, Marcos Rivera.
-¿Y tú eres?- volvió a preguntar mi padre con seriedad.
-Dorian Petridiz, Soy hijo de Poseidón- Se presentó con una sonrisa que no llego a sus ojos- Es un gusto...- una ráfaga de viento me trajo el aroma de mi madre y sus hermanos.
-Papá...- llame pero él y sus hermanos se quedaron paralizados como si los aromas de mi madre y mis tíos lo hubieran hipnotizados- Vuelvan- ordené secamente, no creía que eso funcionaría pero si lo hizo, ellos volvieron a convertirse en tatuajes- No digas nada- le ordene a él antes de volver a besarlo y esta vez si correspondió.
-Tesaría- grito mi madre en la otra punta de la terraza junto a sus dos hermanos, Jace me miraba con una sonrisa traviesa, mi madre con pura molestia y Walter bueno, parecía confundido. Instintivamente Dorian me coloco detrás de él.
-No tienes que protegerme de mi familia- Advertí con una sonrisa divertida.
-Te dije que haría lo que pudiera para que no te llevaran- me recordó él, un segundo antes de que los tres vampiros llegaran hasta nosotros.
-Tesaría vamos a casa ahora- ordenó.
-No quiero ir- me queje desde detrás de Dorian- ¿Qué crees que estas haciendo?- le grite cuando aparto a mi amigo que poco le falto para caerse al vacío. 
-Vamos a casa- volvió a repetir, los ojos de mi madre estaban rojo muy rojos, como nunca antes los había visto, corrí hasta Dorian para ayudarlo a reponerse.
-¿Estas bien?- inquirí, él asintió con algo de dificultad, volví la mirada a mi madre que se estaba encaminado hasta nosotros, mis tíos estaban a varios metros tendidos en el suelo, no había prestado atención pero en algún momento ella los había noqueado.
-¿Qué le pasa?
-No lo sé- reconocí, él dragón de mi mano izquierda, es decir mi padre, se escapo de mi cuerpo para envolver a mi madre quien parecía querer luchar contra él pero le era imposible, hasta que al igual que sus hermanos ella cayo inconsciente. Mi padre volvió a mi brazo- ¿Qué esta pasando?
-No lo sé, seguro hay una explicación, para todo esto- me aseguró mi amigo abrazándome por los hombros, me aferre a él hasta que mis abuelos llegaron.
-¿Qué paso aquí?- inquirió mi abuela preocupada; negué porque las palabras no salían, no estaba entendiendo nada.
-No estamos seguros- contestó Dorian.
-Chicos, lleven a los N'Dah al castillo, Apolo revisa que estén bien- Ellos asintieron antes de desaparecer con mi madre y sus hermanos- Dorian ¿Verdad?- interrogó mi abuela al chico que aun me estaba abrazando.
-Eh, si- contestó él.
-¿Puedes cuidar a Tesaría por esta noche?- su pregunta nos tomo por sorpresa a ambos y no era para menos.
-Si, claro. Sera un placer- Aseguró después de varios segundos.
-Gracias- y sin más se fue, dejandonos solo otra vez.
-Deberíamos entrar- comentó después de unos minutos, yo asentí, estaba cansada, la mitad de lo que había pasado ese día no tenía sentido para mi.
-Tengo sueño- advertí apoyándome en su pecho, para quédame dormida al instante.