Pov Marcos

Me desperté en mí cama aún estaba solo en ropa interior pero debajo de Las mantas, busque algo que me hiciera saber que lo de La fiesta no era Real, pero para mí desgracia vi el traje desgarrado en el suelo.

La luz del Sol entraba a La habitación, parecía que acababa de amanecer no hace mucho, al ver la hora en el reloj de La mesa de luz vi que eran las 7:30. Junto a este había una nota de Jace, "Lamento dejarte solo pero tú padre me obligó a ir al funeral de mí hermana sin despertarte si llegas a estar listo es a las 8:30 de La mañana, será un funeral griego aunque a mí padre no le agrada pero es La petición de su madre, espero que estés mejor y que logres llegar sé que le gustaría mucho que estén allí... Con amor Jace".

Me levanté de un saltó y entre a La ducha tenía una hora y debía de verme un poco presentable.

Me duche y cambie con un traje negro... A eso de las 8:15 estaba listo solo faltaba Lavarme los dientes pero cuando me vi en el espejo mis ojos están negros al completo.

Salí del cuarto de baño, sacudí mí cabeza evitando las voces que comenzaban a surgir, los deseos se estaban apoderando de mí, en un pequeño Segundo de lucidez me cambié usando La velocidad de vampiro, dejando solo unos jeans negros holgados, una remera blanca y por sobre ella un buzo negro con capucha y bolsillos delante. Me mire al espejo y no me gustó lo que vi, parecía un mendigo. Volví a cambiarme esta vez por unos jeans ajustados una remera igual en negro. En los pies mis deportivas y una chaqueta de cuero. Otra vez me mire, me sentía mejor, pero mis emociones seguían siendo un huracán que amenazaba con destruir todo lo que se pusiera enfrente.

Corrí a velocidad vampírica hasta quedar cerca de donde estaba el cadáver de mí amiga, en un árbol Apartadó vi a una chica que conocía muy bien, vestido negro corto, una campera con capucha que ocultaría su rostro si La tuviera puesta, sus pies están descalzos y su cabello estaba completamente negro.
-Serena- La llame con un susurró- ¿Qué haces aquí?
-No podía perderme sin pedir perdón- me confesó.
-Supongo que es verdad- el silencio reino entre nosotros, por unos segundos antes de que la madre de Emily quemara La pira, cuando el fuego llegó a el pequeño cuerpo Serena habló.
-Tenemos que irnos, Anthony nos espera- yo asentí, ella se colocó La capucha y salió corriendo​, mire por último a La gente que apareció a despedir de Emily pero solo me importa una persona.
-Lo siento....- y sin más seguí a mi hermana.

Pov Anthony

-Al fin llegan, los esperaba- me queje al ver a mis hermanos, estaba en un bar de mala muerte, Con una linda chica de no más de 17 años, una joven que ni me gastaré en describir, después de todo solo era mí desayuno.
-Estábamos en un funeral, donde tú deberías haber estado- regaño mí hermana.
-Estaba ocupado- asegure desviando La mirada de nuevo a mí comida.
-Al menos puedes compartir- sentenciaron mis hermanos.
-Tomen lo que gusten, pero ella está seca-advertí tirando el cuerpo a un lado- las personas de aquí dudo que alguien los extrañe...
-¿Y qué importa si tienen familia?- inquirió mí hermano, normalmente me hubiera preocupado escucharlo decir eso, pero la verdad en aquel momento estaba de acuerdo, si yo no podía tener a mi pequeña, no me importaba quitar alguna que otra vida.
-Tal vez los haga retrasarse, nuevamente- respondí.
-Ya cállense y déjenme comer- nos regaño mí hermana, que tenía a un joven sentado en una mesa junto a ella que había dejado el saco a un lado, el chico La miraba curioso pero no dijo nada, ella se acercó a su cuello y lo mordió, aquel sujetó no hizo nada más que cerrar sus ojos cuando se quedó sin vida.
-¿Porqué los obligas a a quedar callados? Lo mejor son los gritos- La ataqué mientras llegaba a La barra y pedía una Margarita, para recién entonces mirarme.
-Me irritan los gritos cuando me  Alimento... además- aclaro tomando su bebida- tenemos que evitar dejar un rastro... Asesinatos casuales o masacres ocultas debajo del fuego, nunca tres ni múltiplo de tres... Comemos como si fuéramos 1 o 10. ¿Entendieron?
-¿Por qué?- inquirí molesto enfrentándola.
-Porque aunque lo ignores ella está muerta y nosotros fuera de control.... Y a diferencia de ti yo tengo una parte racional que me grita que te rompa el cuello para volver a hacer nuestro estúpido trabajo pero gracias a ti esa voz está opacada por una que solo pide sangre.... así que si quieres escapar de ser A. R. H. D. T. Lo harás a mí manera...  ¿Entiendes?-asentí aún molesto pero ella tenía razón.
-¿Podría ser masacre?- pidió Mark y Serena asintió, yo sonreí.

Cerramos todas las salidas y entradas del bar, preparando el banquete. No tardaron demasiado en notar nuestra presentación  y claramente asustarse, algo hermosamente delicioso para mi, pero completamente irritante para mi hermana.

Era divertido verlos buscar desesperado una salida a La vez que con mis hermanos nos alimentábamos tardando más de lo debido en acabar.
Cuando finalmente lo hicimos salimos de allí, dejando un gran incendio detrás de nosotros.
-Me divertí- sentenció Marcos.
-Tenemos que tener cuidado... Vamos a Alaska, es el lugar donde los dioses tienen menos influencia- sentenció mí hermana, a lo que nosotros asentimos, siguiéndola.
Llegamos a un hotel en Alaska y como no teníamos efectivo y las tarjetas de crédito eran rastreable hicimos las cosas como simples vampiros, hipnotizamos a los empleados.
Al estar finalmente en La habitación, mis hermanos se desplomaron en La cama, mientras que yo los observaba divertido.
-Están fuera de estado- me burlé.
-Ojala fuera eso...- se quejaron​ y mi hermana comenzó a gritar de dolor además de que casi cae de la cama si no fuera por qué yo la atrapé, opacando sus gritos con mi mano.
-¿Qué haces?- me crítico mi hermano menor.
-Si alguien la escucha ellos lo sabrán- recordé y él asintió ayudándome a subirla a la cama, al instante ella se cayó y abrió los ojos.
-Esto es muy malo- se quejó.
-¿Qué?- pregunté y ella me miró fijamente.
-Sangre Anthony mucha Sangre y el mundo enteró estará en nuestra contra...