capítulo 27: una semana
ANTHONY
Me desperté con una gran bocanada de aire que hizo llegar a mis oidos el repiqueteo de unas cadenas.
Sentí el ardor de mis muñecas, trate de moverlas pero se me hizo imposible, sentía los moretones en mi cuerpo que ya debian estar curados, pero no lo estaban.
Mire a mi alrededor y estaba en una especie de calabozo, atado por las muñecas, el olor a verbena se mezclaba con el de la humedad del lugar.
-SERENA- grite.
Emily
Odiaba de sobremanera, las reglas antiguas de mi familia, porque era verdad que yo lo habia traicionado, no de la forma que al estupido Consejo le importa. Acostarme con Lucifer estuvo mal y era lo único que Anthony me podría reprochar, y a su estúpida manera me había castigado por eso.
Pero también era verdad que los dioses querían culpar a alguien por la ira de Lucifer, si Anthony hubiera dicho la verdad Lucifer no se hubiera quedado contento Porque los dioses no tocarían a Anthony, pero eso en particular es algo que él no debe saber.
Otra cosa, la veradera razón por la que yo estaba colgada en un calabozo oscuro, atada por las muñecas mientras sentía mi espalda arder por los latigazos que acaba de recibir. Era y siempre sería LUCIFER.
-Acabare contigo- asegure al aire, mientras miraba la puerta que unos instantes después se abrio, me quedé en silencio, al ver a Horus frente a mi- ¿Qué hace aquí? - indague con algo de cortesía en mi voz. Él me bajo, hasta que mi cuerpo quedó recostado en el piso, no me había dado cuenta de como dolía hasta ese instante.
-Gracias- fue todo lo que dijo antes de que me entrega una botella de medio litro, era agua con apenas unas gotas de sangre que no me curaría las heridas ni me devolveria las fuerzas pero calmaria mi sed.
-Gracias... -le sonrei debilmente antes de beber con desesperación.
-Logre una pequeña reducción e condena- me comentó, lo mire sorprendida- no es mucho pero al menos te libraras de los azotenes- yo sonreí.
-¿Qué será? -indague.
-Sólo me dejaron hablar cinco minutos contigo pero...- se frenó de golpe.
-¿Me colgaras de nuevo?- él asintió, un Guardia entró sin decir nada y yo volví a estar colgada.
-Será aislamiento- asentí antes de que él se fuera.
Marcos
Serena me ordenó retener a mi hermano y yo lo hice sin chistar, mientras ella lo golpeaba; y Si que se lo merecía.
Mi hermana seguía golpeando a Anthony, ahora que estábamos en los calabozos y Serena se dispuso a sacarle la verdad, sea como sea.
-Hermana ya para, por favor-pidió Anthony cansado. Una trompada fue a su cara, Serena no se detuvo- BASTA- le gritó- Es verdad que Emily se acostó con Lucifer. Que pensabas que eras la única que estuvo entre sus piernas- grito molesto. Lo que causó con eso fue que Serena se detuviera en seco. Mientras Jace y Walter entraban a la habitación- Y no fueron las únicas....- los ojos de mi hermano estaban tan rojos como los de mi hermana cuando su guardián murió.
-Anthony....- llamé dejando mi cómodo lugar, recostado en la pared para llegar hasta él, golpeando fuertemente su mandíbula, para después tomarlo del cuello- ¿Qué mierda sabes que ninguno más en esta sala parece sabe...? ¿y que mierda le paso a tus ojos?- indague amenazante.
-Samanta entre las piernas de Lucifer, traición, venganza, ira contenia, soledad, venganza de La venganza.... y por otro lado La Mate. .. mate mi humanidad- es todo lo que puedo decirte- me aseguró. Le iba a volver a golpear pero las arcadas de mi hermana en la otro punta de la celda nos hizo voltearnos a verla, Walter sontenia su cabello y acariciaba su espalda, mientras ella estaba arodilla devolviendo el almuerzo.
-¿Estás bien?-inquirió Walter extendiendole un pañuelo para que se limpiaba la sangre de su boca. Ella asintió.
-Vamos hermana debes superarlo- ella fulminó con la mirada a Anthony pero antes de que pudiera hacer algo mi padre apareció.
-¿Que están haciendo?- inquirio.
-Padre...-solté sorprendido- ¿Qué haces aquí?
-No pude hacer mucho por Emily.... pero pude evitarle mucho dolor- explicó.
-¿Aislamiento?- inquirió Walter mirando a mi padre quien asintió.
-¿Donde está Samanta?- le pregunto a Anthony ignorando a todos los demás, mi hermano no contesto. Horus lo tomo Por el cuello apretandolo con demasiada fuerza.
-No te lo diré...-Respondí con simpleza.
-¿Quien la liberó realmente? - interrogó Jace tomando mi mano.
-Emily, pero yo se lo pedí...-Otra mano se estampó en la mejilla de mi hermano que nos dejó a todos paralizados al ver quien era- ¿Qué?
-Walter- llamo mi hermana aún sorprendida.
-Ella no te merece...-soltó el guardián de mi hermana.
-Ni ella a ti...-retruco él, ambos se miraban a los ojos ignorando al resto de la sala por varios segundos.
-Tal vez... pero destruiste a mi hermana...
-La gente cambia Walter... SUPERALO- se quejó.
-Sabes que tengo razón.... la cambiaste... destruiste lo que era... la moldaste a tus caprichos, y que este en esa celda ahora, es todo tu culpa- se descargo Walter dejando a todos sorprendidos, mientras que los ojos de Anthony estallaba en dolor, sólo por unos segundos claro.
-Walter- susurro Serena acercándose a él a pasos lentos hasta poder abrazarlo por detrás- No dejes que la ira te controle...- no creía que mi hermana fuera la más indicada para decir eso, pero no iba a intervenir, la escena era muy interesante.
-Serena...-llamo él sorprendido antes de girarse para atraparla en sus brazos.
-¿Me soltaran?- inquirió.
-No...- respondió Jace secamente.
-¿Les diré donde está ella?- chantajeo.
-Lo dirás porque tienes hable y no soportaras una semana aquí sin sangre...- aseguró Horus volviendo a la conversación. Anthony lo miro mal yo no estaba realmente seguro de lo que estaba pansando o de mis emociones al respecto- No saldrás de aquí hasta que no la liberen a ella. Tal vez los dioses no puedan Castigarlos pero nosotros si.
-Tu ni siquiera eres mi padre- Se quejó.
-Pues él no, pero yo si...-Thor apareció detrás de Anthony, el rostro del padre estaba sereno pero era esa serenidad que te advertia que todo se pondría mal y mi hermano lo noto.
-Vamos todos fuera, aquí ya no tenemos nada que hacer- todos asentimos a las palabras de mi padre y dejamos sólo a Tony en medio del huracán; ¿eso nos convierte en malos hermanos? Es posible.
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