Pov Anthony.

¿Por qué tenia que ser tan linda? ¿Por qué tenía que ponerse ese vestido? ¿Por qué su sangre era tan deliciosa? Y sobre todo ¿Por qué no era mía?
Frustrado y molesto, eran las palabras perfectas para describir como me sentía con respecto a mi guardiana. Tener a Emily a mi lado sin poder tocarla, me mataba. 

La deseaba, la necesitaba y la única cosa que me calmaba era saber que al menos no era de nadie más. El dicho "Si no eres mía no serás de nadie" explicaba muy bien lo que sentía y me da igual si piensan que soy una bestia.

Estábamos en una estúpida fiesta, la verdad no entendía que hacíamos allí, pero sirvió para aprovechar a bailar con mi pequeña, al menos hasta que Malcom apareció y la arrebato de mis brazos, pude notar como se miraban a los ojos como si ocultaran un secreto, uno que nadie podía saber, lo que me llevó a pensar lo peor.
-Anthony esta bien... tranquilo, ¿Por qué no vas a beber algo?- inquirió ella pidiendo que me aleje sin usar exactamente esas palabras.
-Muy bien- respondí irritado antes de apartarme de ellos.
-¿Qué te tiene tan molesto?- pregunto mi hermano, sin decir nada apunte don estaba Em bailando con mi "abuelo"- hay veces que exageras demasiado las cosas- reconoció, no le conteste ya que, trataba de escuchar algo de la conversación que estaban teniendo pero era imposible. Y cada segundo la ira aumentaba en mi, cuando estuviéramos a solas hablaríamos seriamente.

Pov Emily

Cuando Anthony se fue se notaba que estaba enojado y no tenia ninguna forma de ocultarlo, aunque dudaba que tuviera esa intención.
-¿Qué quieres saber?- apure.
-¿Por qué?
-Sabes muy bien la respuesta, Mira Malcom debes olvidarte de esa carta.... es muy peligroso que ellos se enteren y lo sabes. Si lo saben no será sólo un pequeño berrinche, todo lo que conocemos caerá. un dolor inimaginable los va a invadir y se van a descargar con el mundo. Mataran a lucifer, a los dioses y a todo aquel que se les cruce- advertí, él asintió no muy convencido- ella estará bien... la has educado bien- y antes de que dijera algo más me libere de su agarre y volví con Anthony.
-Cuando estemos solos vamos a hablar- advirtió.
-Puedes intentarlo, pero no te diré nada- asegure.
-Ya lo veremos- y ya no dijimos nada en toda la noche.

Cuando llagamos a su habitación, cerré la puerta detrás de mí, medio segundo después me tenia acorralada contra la pared, sus ojos estaban negro al completo incluso lo que debía ser blanco. Estaba molesto y se le notaba,  si deseaba la verdad la iba a obtener, hiciera lo que hiciera para evitarlo.
-Habla- ordenó, en mi interior quería decirle que no, que no le diría nada, pero la verdad no podía negarme a una orden, un fuego comenzó a consumirme por dentro.
-Anthony por favor- rogué.
-Dime Emily ¿te acuestas con él?- su tono era firme y me impedía mentir o evadir, para mi desgracia él lo sabia bien.
-No- afirme sin titubear.
-¿Por qué estabas hablando con él?- siguió sin cambiar el tono sin permitirme negarle sus respuestas.
-Tenía una duda, Anthony por favor ya basta de esto- supliqué, él sin prestarme la mayor atención se acercó más a mi pegándome más a la pared.
-¿Por qué? Sabes que tienes que hacer lo que te diga- recordó lo que yo ya sabia, estaba enojado y si era necesario haría lo que sea por sacarme la información que desea y yo no iba a poder resistir mucho tiempo.
-Tony por favor, lo que buscas de mi te va a lástima- trate de persuadirlo.
-Te equivocas, lo que quiero nos puede poner muy feliz a ambos- sus labios se acercaron peligrosamente a mi cuello antes de volver a hablar- se que me ocultas algo- trate de hablar pero me lo impidió- no lo niegues, te conozco... pero si me das lo que quiero me haré el desentendido- estaba atrapada, su manos retenía mis muñecas, su cabeza mi cuello y sus piernas las mías, cualquier mínimo movimiento se veía impedido por su cuerpo- vamos Em dame lo que quiero y yo te daré lo que quieres- asentí, completamente frustrada, él liberó mi cuerpo con una sonrisa satisfecha- quítate el vestido y suéltate él pelo- ordenó, me aparte unos paso de la puerta y obedecí, a la vez que él hacia lo mismo, trabó la puerta y sin previo aviso me llevo a la cama.

Beso mi cuello por unos segundos antes de morderlo, inconscientemente comencé a gemir de placer.
Él no me tocaba más que ese pequeño contacto de su boca con mi cuello. Y sabia lo que quería, lo que no lo hacía menos odioso, "¿en que estúpido momento me convertí en su juguete?" Pensé, estaba molesta a la vez que comenzaba a llegar al clímax, ambos sabíamos que no importaba cuanto bebiera de mi, nunca se acabaría después de todo él "Necesitaba" mi sangre y ella se regeneraba para sesearlo sea cual sea su límite. Finalmente logró su cometido, descubriendo la teoría que tanto había esperado comprobar desde que fuimos a esa fiesta.
-Sabía que podía- se burló, yo iba a hablar pero me callo con un beso corto- no hables por nada del mundo- a pesar de su tono suave, era una clara orden de su parte que yo debía obedecer, un  cosquilleo recorrió mi cuerpo y ya no pude abrir mi boca- espero que no estés cansada, jugaremos toda la noche y tu te vas a comportar como nunca, siguiendo mis órdenes ¿Verdad?- yo asentí porque en primer lugar no podía hablar y en segundo él ya sabia que lo haría y no por ese estúpido trato sino porque era un capricho que estaba obligada a cumplir, para la suerte de ambos no ponía en juego nuestra humanidad, después de todo esa noche lo que menos había en sus ojos era amor.

Resumiendo él me hizo gritar en diez idiomas diferentes, parecía no bastarle nada. Y a cada segundo me recordó el poder que tenia sobre mi, no por hacerme llegar al orgasmo con sus colmillos en mi cuello sino que también lo hizo con su mano, con su boca y por supuesto con su miembro. En lugares que les aseguro que antes había preocupado no tocar.

Íbamos por quien sabe, tal vez décima vez cuando el teléfono de Anthony sonó, sin importarle el hecho que estaba dentro de mi, salió, con el teléfono ya en la mano volvió a penetrarme con rudeza llevando todo mi cuerpo hacia atrás para que mi espalda chocará con su pecho, rápidamente tapó mi boca y atendió, su voz plana como si no estuviera haciendo algo en particular, me molesto.
-¿Hola?
-Hola Anthony, contestaste- la inconfundible voz de Abril llegó a mis oídos, Anthony se tenso al oír la voz que llamaba y se detuvo dándome unos Segundos de paz.
-Abril - saludo sorprendido.
-Se que es temprano- mire la hora en el reloj de la mesa de luz de Anthony marcaba las 2, pero no sabia exactamente las dos de que- ¿pero nos vemos esta noche?- deseaba ver la expresión de Tony pero me fue imposible.
-Lo siento esta noche no puedo, tengo una cena importante- aseguró y en ese instante lo sentí moverse dentro de mi nuevamente.
-oh, tranquilo no tienes que darme explicaciones- aseguró algo decepcionada como si supiera que estaba conmigo y eso si que me dio algo de satisfacción- nos vemos luego- una vez que la conversación se corto se estiró a dejar el teléfono en la mesa de luz y volver a concentrarse toda su atención en mi.
-Admítelo te alegras de que le halla dicho que no- y a pesar de no quererlo y que su mano aún estaba en mi boca, asentí- a mi igual- En un rápido movimiento salió de mi para girarme y volver a penetrarme, en dos estocadas más ya ambos nos habíamos corrido- ¿quieres descansar?- yo asentí mirándolo con súplica en sus ojos.
El acaricio mi mejilla antes de dejar un beso en ella y apartarse para acostarse a mi lado y volver a atraparme entre sus brazos, esta vez por mi cintura.
-Te mereces un descanso, han pasado doce horas desde que empezamos- quería girarme y verlo a los ojos, pero me lo impidió y aunque parecía una locura su cuerpo relajado me dio a entender que no lo era- No terminamos, así que mejor duerme un rato. Te quiero fuerte- advirtió, sin perder tiempo mi cuerpo se apuro a obedecerlo dejándome en la inconciencia.