capítulo 44: La hora menos esperada
POV Autora
Era el último día de escuela, él día de la graduación y ninguno de los Rivera queria que el final llegará. Había acordado con sus padres que al acabar la entrega de diplomas podrían quedarse en la fiesta pero hasta la una. "Al menos tenemos una hora más que Cenicienta" dijo Serena en aquél momento.
Eran las 7 de la mañana los tres hermanos se habían levantado temprano y comenzaron a empacar sus cosas, al final del día sus vidas cambiarían para siempre y no había nada que lo pudiera evitar.
A eso de las 10 todo estaba listo y los tres se recostaron en los sillones con la depresión a la vista.
-Extrañaré este lugar- comentó Serena desde su cómodo lugar en el sofá.
-No has estado durmiendo bien- cambió radicalmente la conversación su hermano menor- ¿Sigues con esas pesadillas?
-Más fuertes que nunca- confesó- Pero no se preocupe debe de ser el estrés- aseguro con una sonrisa para calmar a sus hermanos, cosa que no paso- Deberíamos hacer algo para disfrutar nuestras últimas horas ¿Vamos a dar una vuelta en moto?- propuso ella y sus hermanos aceptaron.
Eran ya las 6 de la tarde los hermanos estaban listos para la graduación, Serena tenía un hermoso vestido negro corto a la rodilla, con un solo hombro mientras sus hermanos llevaban unos trajes también negros con una camisa blanca, sus padres estaban allí para acompañarlos y llevarlos hasta el final de la historia.
Cuando llegaron a la escuela para la ceremonia los otros tres hermanos los esperaban allí.
-¿No hay marcha atrás verdad?- suspiro Serena entre tanta tensión.
-No, pero te ves muy hermosa- afirmó Walter haciendo que se sonrojara.
-Oye princesas ¿Qué tal si entramos?- todos miraron mal a Jace pero igual entraron.
La ceremonia fue larga y aburrida, pero al contrario de la mayoría que solo pensaba en que terminara para poder festejar, había 6 personas que no deseaban que acabará y 4 padres que además de estar emocionados porque sus hijos acabarán la escuela, sentían pena por el peso que ellos debían de cargar.
Pero sin importar lo que ellos deseaban, el acto termino y ya se había acabado la escuela. Los trillizos se acercaron a sus padres con sonrisas tristes.
-Pensé que este día nunca llegaría- comento Samanta atrapando a sus hijos en un abrazo.
-Ya, mamá nos estás haciendo pasar vergüenza- se quejo Anthony tratando de apartarla.
-Anthony- regañó su padre, cuando su madre los soltó.
-Los vamos a ir a buscar a la una- recordó Apolo.
-Disfruten de los que les queda- finalizó Horus antes de que desaparecieran, los tres hermanos se quedaron mirando la nada, hasta que unos brazos los rodearon por detrás y la única razón por la cual esos brazos seguían en los respectivos cuerpo fue porque los reconocieron a tiempo.
-Bueno Cenicientas ¿por qué no vamos a divertirnos?- interrogo Jace colgado de Mark.
-¿Si yo soy Cenicienta tu eres mi príncipe azul?- Inquirió Mark divertido.
- Supongo que si, pero no te voy a ir a buscar con un zapato de cristal. Mejor me dejas tu dirección...
-Ni siquiera lo has invitado a bailar- se quejó Serena.
-Y ya apareció Anastasia- Serena lo fulmino con la mirada y gracias a que Walter la tenía sujeta, Jace se salvó.
-Serena acaba de arruinar el Yaoi así que porque no nos vamos- todos asintieron y salieron.
Los tres hermanos disfrutaban de su últimas horas y agradecían mucho la presencia de sus guardianes, que hacían hasta lo imposible para alegrarlos.
Mientras Anthony, Walter y Jace se estaban gastando las neuronas en tratando de debatir entre sí aprovechar y saciar sus deseos o simplemente callar pero la respuesta era siempre la misma, callar.
La hora llego, los tres Riveras salieron del salón a escondidas sin despedirse, afuera había comenzado a llover pero ninguno de los tres le presto atención, su tristeza era más que suficiente para que el agua presentara alguna complicación. Los trajes de los chicos se le pegaban al cuerpo, al igual que el vestido de Serena, el maquillaje de esta se le corría a causa de las lágrimas y la lluvia.
Los dioses los esperaban con ojos culpables, a medida que se acercaba el fin la lluvia era más fuerte.
-¿Están listos?- preguntó Samanta, pero a pesar de las terribles ganas que tenían los hermanos de huir , solo se limitaron a asentir. Su madre no los veía a los ojos y ellos no la veían a ella para que no viera las lágrimas que se les escapaban. "Fue divertido mientras duró" era el pensamiento general. Todo estaba por acabar, Samanta estaba por sacar a sus hijos de aquél lugar para siempre cuando unos gritos se escucharon.
-Anthony- grito Emily
-Serena.
-Marcos- llamo con desesperación Jace. Los tres Riveras voltearon para ver a los hermanos N'Dah corriendo hasta ellos como si no hubiera un mañana y tal vez fuera porque no lo había. Cuando llegaron dijeron a la vez:
-No pesaban irse sin despedirse ¿Verdad?- los 6 estaban llorando y ni la lluvia podía ocultarlo ese detalle. Serena y sus hermanos trataron de justificarse pero no tuvieron tiempo de hablar porque unos labios los interrumpieron abruptamente.
La sorpresa duro varios segundos el suficiente para que los N'Dah dudarán de ser correspondidos pero en el momento que trataron de apartarse unas manos se lo impidieron, con una fuerza ligeramente exagerada, que retomo el beso con gran necesidad.
El besos duro varios segundos antes de que se separarán.
-Emily/Walter/Jace- hablaron los Riveras a la vez.
-Shh... No digan nada- pidió Emily con un dedo en la boca de Anthony.
-Tienen que irse- agrego Walter.
-Pero...- trataron de decir los dos menores.
-No hay nada que decir, Cenicienta- aseguro Jace en tono divertido, antes de que los tres N'Dah se alejarán corriendo.
-Es hora- aviso Samanta y los tres hermanos se alejaron.
Dos segundos después estaban frente a los dioses y cinco minutos después el tratado estaba firmado y los tres hermanos estaban solos en la sala sentado en unos tronos frente a los de los dioses mientras un pensamiento rondaba por la mente de Serena que observaba con mirada perdida el trono de Zeus "Ya no hay marcha atrás, después de todo las profecías no se pueden evitar"
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Y este es el fin.
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