POV Serena.

Era lunes y Emily estaba llevando muy bien su nuevo estilo de vida, todo parecía normal, pero eso nunca es bueno en nuestras vidas.

Estaba en clase de literatura, con el profesor Walter y la verdad es que no estaba prestando mucha atención, no podía dejar de pensar que él conocía mi secreto y que eso lo hacía mucho más sexy.

Pero como siempre, algo tiene que interrumpir mi paz, y en este caso no fue el profesor, si no alguien que entró al salón de manera brusca, un joven de unos 20 años, de cabello negro, ojos igual y piel blanca. al instante sentí su olor, "Monstruo" pensé, y miré fijamente a mi profesor, que me entendió al instante.
-¿Qué se le ofrece?- inquirió él como si nada pasará.
-Sabes bien lo que quiero, guardián- el monstruo tomando por el cuello a mi hermoso profesor, a Jace pareció no importarle nada.
-Hermano- grito intentando correr en su ayuda, pero lo tome del brazo, negando con la cabeza, rápidamente tome el arco de mi mochila con el carcaj y le lancé una flecha al enemigo- ¿Cómo entra eso en tu mochila?
-¿Me buscas?- inquirí cuando ya tenía una espada en la mano, y saltaba a la mesa con toda agilidad.
-La hija del tratado- soltó el monstruo poco antes de quitarse el disfraz dejando ver lo que era, un bueno no se que era en realidad pero mi profesor si.

-Un Draugr-​ soltó impresionado.
-¿Un qué?- inquirí sin entender.
-Un Draugr es un no muerto, es nórdico, poseen fuerza sobrehumana, pueden crecer de tamaño a voluntad y llevan consigo el hedor inconfundible de la decadencia- explicó.
-Lo del olor te lo confirmo- apoye con una clara mueca de asco- Jace será mejor que salgan todos de aquí- le ordene.
-¿Por dónde?- inquirió- la puerta está obstruida.
-No lo estará por mucho, junta a todos e intenta no llamar su atención- él asintió sin rechistar, lo que fue un alivió- Oye drau lo que sea, si me quieres ven a buscarme- el monstruo creo que sonrió con soberbia y corrió hasta mi aumentando de tamaño.
-No crezcas más que el techo porque hay alumnos arriba- pidió mi profesor preocupado, yo lo miré como diciendo "En serio te preocupas por eso ahora" pero lo más loco del asunto fue lo que el Draugr dijo.
-Muy bien, sólo la quiero a ella no me importa ningún otro, así que ustedes- señalo a los demás alumnos- pueden irse- Yo me quedé dura, nunca vi un monstruo tan considerado. Jace me miró y yo asentí.
-Bueno chicos creo que tendremos hora libre- informo él antes de encargarse de sacar a todos, pero el Draugr evitó que el hermano de mi profesor se fuera- Tu no.
-Pero dijiste que solo la querías a ella- se quejó, debía estar frustrada pero no quería estar protegiéndolo.
-Tu eres un guardián, lo que significa que caes con ella- hablo autoritario, Jace y yo estamos sumamente sorprendidos pero no tanto así Walter.
-Él no lo es- de la nada mi profesor tenía una espada en una mano y un escudo en la otra.
-Yo quiero sacar armas también- se quejó el N'Dah menor.
-Toma mi mochila y reza porque algún dios de la guerra te ayude- le ordene.
Y después de eso las cosas no fueron más normales, es decir una criatura nórdica medio amable deja salir a todos menos a los N'Dah. Algo escondían y no solo por su apellido, si no por el simple hecho de que Jace tomo mi espada egipcia y la comenzó a utilizar como un experto cosa que simplemente nos sorprendió a él y a mi. Si sobrevivíamos a eso tendrían que responder.

La cuestión es que el monstruo era muy fuerte y ya teníamos varias heridas, no se en que momento el Draugr iba a atacar a Jace y yo fui a su rescate, logrando que se concentrara en mi, me enfrente a él unos minutos más pero perdí la espada, los dos N'Dah trataban de distraer al monstruo pero el parecía fijo en mi, tome mi arco y le lancé una flecha en cada ojo, pero adivinen que, esa cosas se volvió humo y las esquivo, cuando volvió a ser sólido me dio un manotazo tirandome contra la pared, al instante mi vista se volvió borrosa y me costaba respirar.
-Serena- escuché gritar a los hermanos, pero no pude decir nada el Draugr se estaba acercando peligrosamente a mi. Como pude tense mi arco y colocar una flecha pero cuando dispare de tanto que temblaban mis manos la flecha cayó en el pizarrón "Si alguno de mis hermanos descubre esto no me salvaré de las burlas" pensé. Él ya estaba a un metro de mi, tenía el arco en una mano y en la otra una flecha, pero sabía que no podía hacer nada, estaba casi segura que moriría, cuando vi la punta de una espada en su pecho y al instante solo fue humo. Walter N'Dah me había salvado la vida y parecía un verdadero Dios cuando lo vi.
-Serena- llamo tomando mi cabeza en sus brazos.
-Me salvaste la vida- comente sorprendida.
-Para eso estoy aquí- confesó y yo quería preguntarle a qué se refería pero mis ojos se estaban cerrando.
-¿Quieres ir a tomar un café conmigo?- invite, no se porque lo hice y cuando fue así, no esperaba su respuesta.
-Si, me encantaría- y al decir eso con una gran sonrisa, mis ojos se cerraron y todo a mi alrededor se apagó.

Al despertar, me dolía mucho la cabeza, me costaba enfocar bien mi vista, pero mi nariz si que estaba bien y el olor a hospital inundó mis fosas nasales.
-Serena- oí la voz de Emily a mi lado.
-Dime que todo fue un sueño y que he estado inconsciente desde lo de las sirenas- pedí, es que literalmente quería que las últimas semanas se borraran, la actitud de mi hermano, sus sentimientos, que mi amiga desapareciera y re apareciera como un vampiro y sobre todo que invite a salir a su hermano, Su hermano, mi profesor, esto es una locura, no podía ser real.
-No, lo siento- Dijo muy fría- mis hermanos te trajeron aquí con una contusión en la cabeza- me explicó- ¿Qué quieres olvidar?- sus ojos estaban rojos y me miraban como si me quisieran matar.
-Na...Nada- respondí apartando la mirada.
-¿No será que quieres que mi hermano se olvide de tu invitación?- Inquirió Furiosa, yo la mire sorprendida- oí, la batalla a lo lejos y después centre mi atención en lo que estaba pasando, escuché todo.
-Lo siento yo solo quería decir otra cosa, la pregunta salió sin querer- me disculpé, ella creo que estaba apunto de matarme pero en eso Walter apareció.
-Serena ya despertaste, Emily porque no le avisas a los demás que ya Despertó- está salió a regañadientes y nos dejó solos, yo traté de pararme pero él me lo impidió- Será mejor que no hagas eso, el golpe que te diste fue muy grave- explico tranquilo.
-Gracias por salvarme- solté con una pequeña sonrisa.
-Aún tenemos ese café para que me agradezcas- me recordó con media sonrisa, yo aparte la mirada y creo que me sonroje un poco. Pero antes de responder enteraron mis hermanos con Emily y el medico. El cual me reviso y dijo que mañana por la mañana me daría el alta, pero por el fuerte golpe tenía que descansar. Y luego se fue.
-¿Que dijo exactamente?- inquirió Jace.
-Dijo que estaré bien, pero necesito descansar- Emily parecía estar molesta, muy molesta "Estúpidos sentimientos de vampiro" me quejé en mis pensamientos.
-Vamos Em necesitas tomar aire- se apresuro a decir mi hermano mayor sacándola de allí.
-Yo avisaré a mamá donde estamos- dijo Jace saliendo. Me quede sola con mi hermano y Walter pero ambos me obligaron a dormir, así que me di vuelta y regule mi respiración para que pensaran que me había dormido, pasaron 5 minutos de silencio antes de que hablaran.
-Jace se quedará afuera, y Anthony llevara a Emily por un café, además le prometió galletas azules- informo Marcos
-¿Galletas azules?- pregunto mi profesor.
-Es una larga historia, pero ahora quiero hablar de otra cosa- la voz de mi hermano era sería como nunca-¿Por qué proteges tanto a mi hermana?
-Porque es mi deber...- quería oír más pero me fue imposible porque todo se apagó.