Capitulo 2: Te necesito
Ducado de Bedford
Los gritos inundaron la plaza mientras la multitud se movía de un lugar a otro apartándose de los dos hombres enzarzados en la lucha.
-¡¿Te quedas sin fuerzas?! -Kirk salto sobre uno de los puestos, haciendo que las frutas rodaran al suelo y se giró apartándose de la espada que se dirigió a su rostro. Tomó una manzana y se la lanzó a la cara a su contrincante -¡¿Tienes hambre?! -pregunto saltando de nuevo incorporándose y sonriendo al ver al hombre rugir molesto.
-¡Ven aquí y enfréntate como un hombre! -el hombre rabioso se lanzó hacia él.
-¡¿Os acojo en mis tierras y así lo agradecéis?! -Kirk giró a su alrededor apartándose del impacto de su cuerpo, caminando con tranquilidad -Pensaba que los comerciantes eran más agradecidos.
-¡¡Me da igual que seas el hijo del Duque muchacho!! ¡¡Estabas coqueteando con mi mujer!! -el hombre volvió a lanzarse hacia él.
-¡Ella decidió poner sus atenciones en mi! ¡No es mi culpa que no pudiera resistirse a mi atractivo! -alzó su espada bloqueando el ataque del hombre y giró sobre si mismo apartándose -¡Esto empieza a ser aburrido! -suspiró cuando le vio correr hacia él, gritando y se movió levemente, para apartarse de su camino, alzando el pie para interponerlo en su camino, al tiempo que golpeó la empuñadura de su espada en su cabeza, haciendo que se derrumbara en el suelo. Todo quedó en silencio. Observó al hombre derrumbado en el suelo y se encogió de hombros, se giró y camino hacia la mujer, culpable de la trifulca y le sonrió. -Señora, aunque sin duda disfruto de su presencia en estas tierras, le sugiero que coja a su marido y se marchen antes de que tenga que usar mi espada seriamente. -se inclinó hacia ella y tomo su mano, alzándose y llevándola a sus labios. Frunció el ceño al ver que ella estaba observando tras él, con la boca levemente abierta. Se giró y se encontró con los dos guardias reales. -Eh. ¿Hola?
-Señor MacClain su majestad solicita su presencia en palacio -uno de los guardias alzó la mano entregando una carta con el sello.
-¿Yo? -Kirk frunció el ceño mirando la carta que el hombre le tendía. Volvió a mirar a los guardias y finalmente abrió la carta y la leyó, frunciendo aun más el ceño ante las breves palabras. "Ven a palacio. Ya." Alzó la vista -¿Se puede saber qué pasa?
-Solo se nos ordenó escoltarle a palacio señor -el guardia respondió con la vista fija en él.
-Ya... -extendió la mano entregándola de nuevo a su mensajero -Mis padres se encuentran en estos momentos en el Condado y mi hermano Alec está disfrutando de su recién matrimonio. Así que como comprenderán no puedo dejar el Ducado solo. -dio un paso al frente, dispuesto a rodearlos y entrecerró los ojos cuando los guardias se movieron interponiéndose en su camino. -¿Que hacéis?
-Se nos ordenó escoltarle a palacio señor -el hombre le mantuvo la mirada.
-¿Escoltarme? -alzó ambas cejas -Ya veo. -suspiró -Iré a preparar mi equipaje -se movió y de nuevo se interpusieron en su camino.
-Es necesario que partamos cuanto antes señor, en palacio se le suministrara ropa y lo que necesite -el guardia volvió a hablar.
Y sin excusas y sin tiempo de preparar nada, Kirk MacClain abandonó el Ducado, en dirección a palacio sin saber exactamente cuál era el asunto de tanta importancia por el que le reclamaban.
Palacio Real
-Tranquilízate -Constance habló sentada en el sillón, viendo a su hermana caminar de un lado a otro.
-¿Cómo? ¿Como tranquilizarme? -nerviosa Elsepth se acercó de nuevo a la ventana -Le traerán y él le dirá a nuestro tío la verdad y ... y...
-Respira -Constance la observó -Veremos cómo se desarrollan las cosas. Paso a paso.
-Esto no es como las estrategias en las que guías a nuestro tío -Elsepth miró a su hermana -Kirk no quiere formar parte de esto.
-Bueno, hagamos que quiera -y ella sonrió levemente.
Elsepth giró el rostro de nuevo hacia la ventana y se tensó, observando a través del cristal a los dos guardias que acompañaban a Kirk MacClain a palacio.
-¡Ya esta aquí! -se giró y corrió hacia la puerta, parando al encontrar a su hermana en su camino.
-No -Constance la miró a los ojos -No será buen momento para hablar con él.
-Me da igual -y rodeó a su hermana y salió de la habitación a prisa.
Kirk caminó por los pasillos de palacio acompañado por los dos guardias mirándolos de reojo. Pensaba que al llegar se marcharían, sin embargo lo estaban acompañando hasta que se encontrara con el mismísimo rey.
Se paró ante las grandes puertas de la sala.
-¡Kirk! -el gritó de la reina le hizo girar el rostro hacia la izquierda para verla caminar hacia él aprisa. -Al fin estas aquí muchacho.
-Hola tía -a pesar de que no era su sobrino, siempre había sido tratado como tal, al igual que por el rey, al ser el primo de su madre. -¿Se puede saber qué pasa?
-Muchacho -ella lo miró unos segundos y suspiro, después palmeó su pecho -Piensa bien lo que dices ahí dentro. A veces es mejor guardar silencio y escuchar a tu alrededor.
Las puertas se abrieron y Charles apareció ante ellos, mirándole con alivio, entonces miró a su madre y frunció el ceño.
-¿Y ahora que hice? -Kirk preguntó en voz baja.
-Nada que no puedas solucionar -Charles respondió en voz baja, después se apartó.
-¡Al fin! -Robert le miró sentado tras su despacho.
-¿Al fin? -Kirk entró frunciendo el ceño -Tío por lo menos me podrías haber dado tiempo para cambiarme. Casi me han arrastrado a palacio.
-¿Qué? -Robert frunció el ceño.
-Eh, Constance les diría que era urgente -Charles respondió tosiendo levemente mientras las puertas se cerraban.
-¿Y qué es tan urgente? -Kirk suspiró
-¿Que que es tan urgente? -Robert se levantó y le miró con seriedad -¿Te parece poco dejar a tu prometida sola ante este asunto? Debería ser lo más importante para ti, nada, absolutamente nada te excusa de no haber venido con ella tan rápido como...
-¿Qué? -Kirk le miró como si estuviera loco -Yo no...
-¡Silencio! ¡Estoy hablándote como rey ahora Kirk! -Robert negó con la cabeza -Hay un autentico revuelo en la corte con todo esto y lo único que se te pedía era tu presencia. ¡Puedes estar todo lo enfadado que quieras con Elsepth! Pero dejarla sola ante esto....
-¿Elsepth? -Kirk miró del rey a Charles, una y otra vez, terminando por ver como el propio príncipe abría los ojos sorprendido. Entonces él entrecerró los tuyos -Un momento.
-Ese hombre pretende desposarla y solo conociéndote y asumiendo vuestro compromiso podemos dejar ya este asunto por finalizado -Robert seguí hablando claramente frustrado.
-Pero es que yo no estoy prometido -Kirk respondio negando con la cabeza -¡Elsepth no es mi prometida!
-¿Qué? -Robert se quedó en silenció observándole. -¿Elsepth no es tu prometida?
-¡Por supuesto que no! -Kirk respondió molesto.
-Oh, seguro está molesto por lo ocurrido con ella por lo ocurrido con Lord Lamberte -Charles caminó hacia él y le palmeó la espalda -Primo, debes disculparla, ella le rechazó en cuanto pudo. Te ayudaré a darle una paliza por besar a tu mujer, pero no te enfades con ella....
-Yo no estoy...-Kirk lo miró nervioso.
-¿Estas molesto Kirk? Puedo entenderte pero este no es el mejor momento para castigar a Elsepth con tu indiferencia -Robert suspiró -No sabes lo que implica todo esto...
-Pero es que yo no...-Kirk negó con la cabeza.
-Vamos primo, deberías hablar con ella, solucionarlo todo -Charles miró a su padre -Verdad ¿padre?
-Eh -Robert miró a Kirk entrecerrando los ojos, finalmente suspiró -Si, te dejare un tiempo para que habléis y aclaréis todo.
-Yo no tengo nada que aclarar...-Kirk apretó la mandíbula.
Las puertas se abrieron y dos guardias entraron, inclinándose levemente.
-Si, lo olvidaba -Robert suspiró, volvió a mirar a Kirk -Hablaremos después -y se dirigió hacia los guardias.
-Oye...-Charles lo miró con precaución -Habla con ella...
-¡Charles! -Robert lo llamó y él se alejó rápidamente.
Durante unos segundos Kirk permaneció en el despacho del rey en silencio, sin saber muy bien qué hacer y a donde ir. Había sido arrastrado a la corte, para proclamar a los cuatro vientos que Elsepth era su prometida. Apretando los puños se giró y entonces la vio, parada en el umbral de la puerta, mirándole con precaución.
-Kirk yo...-ella dio un paso adelante.
-¡Maldita sea! ¡Me han arrastrado hasta aquí y luego el rey me regaña porque siendo tu prometido no he venido a enfrentarme al hombre que te beso! -caminó hacia ella furioso -¡Le dijiste al rey que estamos prometidos! ¡Te has vuelto loca!-y la rodeó y se alejó caminando deprisa.
-¡Kirk! -Elsepth le observó alejarse y cerró los ojos con fuerza -Te necesito.
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