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Capitulo 15: Cobarde


Alzó de nuevo el vaso, situándolo ante sus ojos para ver el contenido ámbar del licor que tanto gustaba a su padre.

-¿Te vas a quedar ahí toda la mañana observándome? -habló sin girar la cabeza para mirar a la puerta, donde sabía que su hermano estaba observándole.

-¿Te vas a quedar toda la mañana aquí sentado bebiendo? -Alec suspiró entrando y cerrando la puerta tras él -¿Estas bien?

-Tu lo sabías, lo sabías -negó con la cabeza riendo mientras dejaba el vaso en la mesa.

-Intente hablar contigo en varias ocasiones -frunció el ceño, acercándose y apoyándose en la mesa, mirando directamente a su hermano -Estabas tan decidido. Pensé...

-¿Pensaste? ¿Que pensaste? -alzó el rostro para mirarle a los ojos.

-Pensé que habías dejado de esconderte tras el titulo del hermano pequeño y habías decidido centrar tu vida-suspiró -Pensé que Elsepth había logrado eso en ti.

-Yo no me escondo de nada -se incorporó bruscamente -¿No podéis pensar que simplemente es la vida que quiero?

-¿Y si no te escondes? ¿Que haces aquí? -Alec le sostuvo la mirada -Llegaste de madrugada y te encerraste aquí -señaló el vaso sobre la mesa -¿A emborracharte? -señaló la botella de cristal -Esta prácticamente entera. ¿Te has llevado toda la noche mirando el vaso?

-Alec -la puerta del despacho se abrió y Coira entró con la bata atada a su cintura y frunciendo el ceño. Cuando vio a Kirk, su ceño se frunció aun mas -¿Que estás haciendo tu aquí?

-Es mi casa -él hizo una mueca -¿También tengo que pedir permiso para estar aquí?

-¿Que? -ella le miró confundida -Deberías estar con Elsepth.

-Si claro, en sus tierras repletas de soldados -habló molestó y Alec le apretó el brazo con fuerza.

-¿Que? ¿De que estás hablando? -Coira dio un paso adelante -¿Soldados? ¿Es que ha ocurrido algo?

-No hagas caso a mi hermano, todo está bien -Alec caminó hacia su mujer y colocó la mano en su espalda para guiarla fuera -No te preocupes, ve a desayunar vamos enseguida. - y cerró la puerta girándose para mirar a su hermano -¿Te has vuelto loco?

-¿No lo sabe? -Kirk lo miró desconcertado.

-Por supuesto que no, hay un juramento Kirk, un juramento al rey. -Alec suspiró -Poca gente conoce la posición de Elsepth.

-¡Espera! ¡¿Que es lo que pasa?! -la voz de Coira llegó al despacho y Alec rápidamente abrió la puerta, dando un paso atrás cuando Constance entró, mirándole unos instantes antes de fijar la vista en Kirk, que abrió los ojos sorprendido. Coira entró tras ella y miró a Alec -¿Que ocurre?

-¿Vienes a arrastrarme de vuelta? -Kirk miró a Constance intentando disimular su nerviosismo.

-No. Ahora no tengo la menor duda de que este es tu lugar -y cuando hablo, dio un paso hacia él mirándole con desprecio -Eres un cobarde Kirk MacClain, siempre lo has sido. Escondido en tus tierras, tras tu sonrisa socarrona y tus aires despreocupados. Todo eso para esconder el miedo que tienes a no ser tan perfecto como tu hermano. Siempre te has sentido inferior al Deseado ¿Por que iba a ser el Duque? ¿Por que se marcho a ser entrenado y preparado? Tú podrías haber entrenado, haberte preparado en la corte, si así lo hubieras elegido. Pero te escondiste tras el ideal del guerrero salvaje, para no enfrentarte a nada de eso y tal vez fracasar. Así, que no, no vengo a arrastrarte, vengo a decirte que este es tu sitio, el lugar perfecto para ti, escondido tras los muros de tus padres y en un futuro tras los de tu hermano y su familia. -lo miró a los ojos fijamente -Ella es la única, que siempre ha visto más en ti. Ha confiado en ti, incluso cuando tú mismo no lo haces. Y no te la mereces. -y lanzó la carta al pecho de él, girándose y saliendo de la sala.

Kirk se quedó alli, mirando la puerta por la que ella acababa de salir y entonces miró a su hermano, viendo como él desviaba la vista incomodo, intentando disimular la lástima.

-Kirk -Coira habló y atrajo su atención -¿Que has hecho?

-Me encargaré de hablar con nuestros padres y con Robert -Alec pasó el brazo por los hombros de su mujer, tirando de ella hacia la salida.

Kirk cerró los ojos con fuerza y los abrió, observando la carta en el suelo. Se agachó y la tomó, abriéndola y reconociendo la letra de Elsepth al instante.


Lo siento.

No sabía cómo comenzar esta carta, pero supongo que esta es la única manera de hacerlo. Tengo que pedirte disculpas por tantas cosas, pero necesito que sepas, que nunca tuve la intención de manipularte, nunca quise que te sintieras tan atrapado, hasta el punto de necesitar escapar de mi.

Tenía dieciséis años cuando me llevaron por primera vez a mis tierras, cuando me enseñaron el secreto que escondían y desde entonces, ese secreto y el juramento que hice al rey me ha acompañado. Sé que debería haberte contado todo, ya que ibas a formar parte de ello.

Podría decirte que el juramento me lo impidió, pero te estaría mintiendo, a ti y a mí misma. Lo cierto es que tenía miedo, por primera vez en la vida tenía miedo de perderte. Tú has sido mi compañero de locuras, mi gran amigo, quien me hacia reir y ser libre, ser yo, olvidando a Lady Lancaster. Tenía miedo de que dejaras de confiar en mí, por haberte ocultado esto tanto tiempo, tenía miedo de que me miraras de otra forma, no como esa loca que hacia carreras de caballos y cogía los peores atascos para ganarte, como la que se metía en el gallinero contigo compitiendo por coger mas huevos. Tenía miedo a que no quisieras apoyarme, estar a mi lado.

Por primera vez en mi vida, no he sabido que hacer, no supe que hacer. Cuando entendí, que podía poner a disposición de un hombre que no conocía, a todo un ejército. Y entonces a mi cabeza solo vino tu nombre. Tu, eras el único al que confiaría mi título, mi vida, mis secretos.

Lo siento, deje que todos mis miedos me arrastraran y te arrastraran a ti, a todo lo que nunca has querido. Quizás nunca vuelvas a mirarme como lo hacías, quizás nunca vuelvas a confiar en mí, pero te prometo que arreglaré todo y podremos olvidar que esto sucedió.

Perdóname Kirk.

Te quiere.

Elsepth.


Una gota cayó sobre la hoja y alzó la mano a su mejilla, para retirar la lagrima y mirarla sorprendido.

Se incorporó rápidamente y apretando la carta en su mano salió del estudio, cruzando la entrada principal y saliendo al exterior. Tomó las riendas del caballo que uno de los guardias del Ducado estaba disponiéndose a montar y se subió a él, cabalgando con rapidez.

Alcanzó al grupo de jinetes de la guardia Real que cabalgaba con Constance y se interpuso en su camino.

Los guardias frenaron sus caballos, mirándole desconcertados, mientras Constance alzó la barbilla, con mirada desafiante.

-¿Has venido hasta aquí para traerme esta carta y decirme esas cosas? ¿Por que?¿Lo habéis planeado? -Kirk apretó la mandíbula -¿Creéis que podéis manipularme de nuevo?

-¿De verdad piensas que Elsepth es así? - lo miró fijamente

-No lo sé, no la conozco -le sostuvo la mirada

-Te equivocas Kirk, tu eres el único que la conoce -negó con la cabeza sonriendo levemente -Y ella también se equivoca, ha estado tan equivocada con respecto a ti. -sonrió -¿Sabes? De mi si puedes pensar eso, yo si soy fría y manipuladora, es mi deber serlo. Y hare lo necesario, para que no vuelvas a acercarte a mi hermana. Puedes seguir viviendo tu vida como el indisciplinado. -y ella movió las riendas, haciendo que su caballo iniciara de nuevo el camino, rodeándole, tras lo cual los guardias la siguieron.

Kirk MacClain se quedó solo sobre su caballo, mirando el muro de las tierras del Ducado, el que consideraba su hogar y el que ahora al mirar, sentía vacio. Se negaba a creer que estos días, al lado de ella, de Elsepth, le hubieran hecho cambiar tanto.

Alzó la mano y la pasó por su pelo, cerrando los ojos con fuerza.

-¿Estas bien? -Alec MacClain frenó a su caballo a unos metros de su hermano -Me avisaron que saliste a prisa.

-Alec -Kirk abrió los ojos y le miró -¿Como supiste que querías a Coira?

-Siempre lo he sabido -negó con la cabeza -Pero fui un necio, me decía una y otra vez que era cariño. Solo cuando me di cuenta de que la estaba perdiendo, supe lo idiota que había sido. Me sentí tan solo, sentí tanto miedo a no poder volver a abrazarla, a verla sonreír a que fuera otro el que la tuviera a su lado.

-¿Tu crees que yo sería buen Lord Lancaster? -Kirk apretó la carta en sus manos.

-No lo dudo, hermano -Alec asintió -Y más si la tienes a ella a tu lado.   

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