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Capitulo 12: Una escapada

Se removió entre las sabanas, girando sobre el colchón y sintiendo inmediatamente que él no estaba a su lado. Abrió los ojos, observando el colchón vacío y frunció el ceño incorporándose, mirando alrededor de la habitación buscándole.

Apartó las sabanas y se levantó tomando la bata para ponérsela y caminó descalza, fijando la vista en la mesa del centro, donde algunos libros estaban abiertos. Su vista se centró en los ventanales del balcón abiertos y caminó hacia allí, para verle.

Estaba sentado contra la pared, en el filo de la baranda, con una pierna alzada sobre el mismo y leyendo un libro.

-¿Que haces aquí fuera a estas horas? -caminó hacia el mirándole con una sonaras.

-Me ahogo ahí dentro -Kirk suspiró, bajando la mano que sostenía el libro y mirandola -No estoy acostumbrado a estar encerrado tanto tiempo.

-Indisciplinado -riendo y negando con la cabeza, se acercó a él y se apoyó contra la pared a su lado -¿Que lees?

-¿Técnicas de espada? -Kirk alzó el libro mirandola -¿Por qué tienes tantos libros de entrenamientos, métodos de lucha, armas?

-¿Pensabas que solo leería historia y novelas románticas?-Ella le miró divertida.

-Desde luego no esperaba encontrar, el arte de la guerra entre tus libros -frunció el ceño -O libros ...Hm...

-¿Incitantes?-Elsepth río -¿Has aprovechado para leer alguno?

-¡No! -Kirk negó con la cabeza rápidamente.

-Pues deberías -y mordiéndose el labio divertida, ella coloco la mano en la rodilla de él -¿No querrás saber menos que tu esposa?

-Yo sé todo lo que necesito para...-al ver como ella aguantaba la risa, hizo una mueca -No tiene gracia.

-Si, la tiene -y ella rodó los ojos, después se quedó en silencio mirando a la oscuridad de la noche y la hermosa luna iluminando los extensos jardines de palacio. Giró el rostro de nuevo y le miro -¿Te estás asfixiando?

-¿Qué? -el la miró confundido.

-Es normal, que te sientas así. -se encogió de hombros -Vamos -agarró la mano de él y tiró obligándole a bajar del lugar y seguirla al interior de la habitación -Déjame unas botas tuyas.

-¿Unas botas mías? -la miró confundido cuando ella le quitó el libro de la mano y lo dejó sobre la cama.

-Si, venga, déjame unas y ponte otras -se sentó en la silla mirándole -Venga, deprisa.

-Vale, vale -caminó hasta su baúl y saco dos pares de botas, se acercó y le dio unas -¿No te quedaran un poco grandes?

-No puedo usar unos tacones, así que tendrán que servir -pero ella misma frunció el ceño cuando se levanto y sintió sus pies en esos gigantescos zapatos -Pero ¿que pie tienes? -dio un paso con dificultad y escucho la risa de él.

-El pie de un hombre -terminó de atar sus botas y se incorporo -¿Como creías que te iban a quedar para esos piececitos?

-¿Piececitos? -ella le miró alzando la barbilla y entonces sonrió -Sabes que mucho hombres estarían encantados de besar estos piececitos ¿no?

-No lo dudo -sonrió divertido -Pero ahora si alguno lo intenta, se llevara mi gigantesco pie plasmado en su trasero.

-Vamos -riendo ella tomó su mano y se dirigió hacia el balcón.

Kirk la miró confundido y sus ojos se abrieron cuando vio como ella alzaba su bata y camisola, dejando a la vista sus piernas y se subía sobre la baranda.

-¡Pero que haces!-La agarró rápidamente.

-No grites -ella le tapó la boca -Vamos a dar un paseo, pero todos pensaran que seguimos encerrados en esta habitación, disfrutando de nuestra luna de miel. -le juñó el ojo.

-¿Pretendes bajar aquí?-Kirk se asomó, observando la enredadera que adornaba el balcón.

-¿Crees que no lo hice antes? -ella le sonrió -Fue idea mía decorar con esta preciosa enredadera.

-Yo voy primero -Kirk saltó sobre la baranda y se deslizó, agarrándose a la enredadera.

-Como quieras, cariño -ella le miró divertida, asomada, viendo como el bajaba y después giró y con cuidado se deslizo, agarrándose bien y moviéndose despacio. -¡No me mires el culo eh! -gritó en voz baja.

-¿Y por que iba a...? -el alzó el rostro y tragó saliva al ver que ella había atado su camisola y bata con un nudo al lado de su cadera, dejando sus piernas y muslos a la vista, y moldeando perfectamente su trasero.

-¡Kirk! ¡Deja de mirarme el culo! -Elsepth se movió despacio bajando.

-¡No te estoy mirando el culo! -desvió la vista incomodo -Estoy preguntándome porque tardas tanto cuando estas acostumbrada a hacer esto.

-¿Quizás porque llevó unas botas gigantes? -hizo una mueca al sentir que su pie resbalaba y se agarró con más fuerza a la enredadera -Es mas fácil con mis botas de montar.

-¿Y por que no las usaste? -él saltó, aterrizando en canclillas en el suelo.

-¿Por que están en mi habitación? -ella giró el rostro mirando hacia abajo -Voy a saltar, cógeme.

-¿Que? Espera...-pero antes de poder reaccionar ella había saltado hacia él -Joder.

Y calló sobre Kirk haciendo que ambos se desplomaran en el césped, el de espaldas y ella sobre él.

-¿No te dije que me cogieras? -Elsepth le miró molesta incorporando medio cuerpo, quedando sentada a horcajadas sobre él.

-Ni siquiera me diste tiempo a reaccionar -él hizo una mueca -¿Has dicho que tus botas están en tu habitación? ¿No es esta?

-Claro que no -se incorporó, apartándose de él y centrándose en deshacer el nudo de su camisola, para cubrir sus piernas -Esta habitación la prepararon para nosotros.

-Lo que quiere decir que nunca habías bajado por esta enmadera -señaló la planta de arriba abajo.

-Bajado por una, bajado por todas - se encogió de hombros logrando finalmente que su camisola se deslizara cubriendo sus piernas. -Bueno, demos nuestro paseo, que cuando empiece amanecer debemos regresar -y ella tomó la mano de él y tiro de su cuerpo.

-Y los guardias -Kirk miró a su alrededor .

-En esta parte de atrás del jardín no hay guardias en la madrugada y no vamos a salir de los limites, así que sin problema. -caminaron tomados de la mano.

-Hacías esto a menudo -El sonrió divertido.

-Cuando me asfixiaba el palacio y necesitaba respirar -ella le miró.

En silencio y disfrutando de la maravillosa noche, llegaron al lago, donde ella le enseño su lugar favorito, justo bajo un Sauce Llorón, el árbol más antiguo del jardín y donde desde pequeña se cobijaba entre sus gruesas raíces que sobresalían de la tierra y observaba el lago y las estrellas.

Admirando el lugar, Kirk se sentó justo entre las raíces del árbol y tiró de ella sentándola entre sus piernas y estrechándola entre sus brazos mientras Elsepth apoyaba la espalda en su pecho y la cabeza en su hombro.

Permanecieron en silencio observando las estrellas, hasta que ella le miró de reojo.

-Kirk -vio que él la miraba -¿Crees que cometimos un error?

-No lo sé -él respondio mirandola -Pero fue nuestra decisión y venga lo venga, lo afrontaremos juntos.

-¿Te arrepientes? -ella le miró con cierto temor -¿Te arrepientes de haberte casado conmigo?

-Deja de preguntarme eso -alzó la mano y tomó su barbilla -No me arrepiento, ni me arrepentiré de casarme contigo. -frunció el ceño -Reconozco que aun es un poco incomodo a veces, supongo que aun necesitamos tiempo para acostumbrarnos. Pero saldrá bien.

-¿Sabes? En la ceremonia, cuando me besaste -sonrió mirándole fijamente -Me gustó besarte.

-Es que beso de maravilla -y cuando el alzó ambas cejas, ella rió golpeándole en la pierna -Sabes. A mi también me gustó besarte.

-Bien -y ella se giró sobre el cuerpo de él, apoyándose de lado y alzó el rostro para besarle, un leve beso en los labios -Creo que seguiré haciéndolo cuando me apetezca.

-Estoy de acuerdo -y el inclinó el rostro y la besó, un beso algo mas lento, en el que se permitió amoldar sus labios y saborearla. Despues alzó la cabeza y apoyó la barbilla en el pelo de ella -Amanecerá pronto. ¿Deberíamos volver?

-Si -y ella se incorporó tirando de la mano de él -Venga, que aun nos queda el camino de regreso y subir la enredadera.

-Aun no me puedo creer que este escapando por el balcón de una de las habitaciones de palacio, para pasear por los jardines -negó con la cabeza divertido mientras caminaban por los jardines de regreso.

-¿No eres el Indisciplinado? -ella río mirándole de reojo.

-Y sorprendentemente, tú me estas superando -giró el rostro y la miró sonriendo, una sonrisa que permaneció en sus labios, mientras la veía reir, con el pelo alborotado bajo la luz de la luna.

-¿Que? -ella frunció el ceño y alzó la mano para pasarla por su rostro -¿Tengo algo?

-No, nada -y el giró el rostro y volvió a mirar al frente, observando el palacio que ya se alzaba ante ellos. Lo rodearon hasta llegar a su balón abierto y entonces Kirk se giró y la miró -Yo iré primero, para ayudarte a subir arriba.

-Nunca he necesitado ayuda -ella le miró y suspiro -Esta bien, venga.

Y cuando el había subido unos cuantos pasos, ella comenzó a subir detrás, alzando el rostro y sonriendo al ver el trasero de él perfectamente moldeado por los pantalones.

-Vaya Kirk -sonrió divertida -No me había fijado pero tienes un buen culo.

-¿Que? -y el se agarró con fuerza cuando resbaló uno de suspires.

-¿A que desconcentra saber que te están mirando el trasero? -riendo ella siguió subiendo -Venga, te has vuelto lento.

Cuando él llegó arriba, saltó sobre la baranda y se giró para extender los brazos y ayudarla, tomándola de la cintura y alzándola hasta dejarla sobre sus pies en el balcón.

-Así que ¿Te gusta mi culo? -alzó una ceja.

-¿Y a ti? ¿Te gusta el mío? -y con descaró ella caminó hacia el interior de la habitación, con su camisola atada a la cintura dejando perfectamente expuestas sus piernas y amoldándose a su cuerpo, cosa que para Kirk no paso desapercibida. 

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