Capitulo 11: El despertar
Abrió los ojos lentamente, viendo los rayos de sol que se adentraban por el gran ventanal del balcón, se removió, sintiendo el calor de un cuerpo tras ella, la suave respiración acariciando su cuello y el fuerte brazo sobre su cintura, apresándola.
-Kirk -se removió intentando salir de su abrazo -Kirk, despierta.
-Um -quejándose el se acercó más, apretando su agarre sobre ella.
-Kirk, venga -riendo ella se removió de nuevo -Es hora de despertar.
-Um un poquito más -y se acercó aun mas, enterrando la nariz en el cuello de ella.
Elsepth frunció el ceño, girando levemente el rostro para ver el de él, con los ojos cerrados.
-Kirk -frunció aun más el ceño -¿Te acóstate con la espada? - Y entonces él abrió los ojos bruscamente, y la soltó arrastrándose rápidamente por la cama, hasta caer por el otro lado.-¡Kirk! -Elsepth se incorporó rápidamente, moviéndose hasta el otro lado para verle tirado en el suelo -¡¿Estas bien?!
-¡Si! ¡Si! -él tomó rápidamente uno de los cojines que había sobre la cama y lo colocó sobre sus piernas -Yo...yo...no ...es ...
-Eh, tranquilo -Elsepth lo miró aguantando la risa -No pasa nada.
-Es, es una reacción al despertar -sonrojado el evitó mirarla.
-Vale, tranquilo -ella aguantó la risa, en ese momento sonaron varios golpes en la puerta y ambos se tensaron -¡¿Si?!
-Señora, traemos el desayuno y agua para el baño -una sirvienta hablo tras la puerta.
-¡Un momento! -Elsepth gritó mirando después a su marido -Entra a la cama -al ver que él la miraba sin moverse, estiró el brazo y agarro su camisa -¡Metete en la cama venga! -gritó en voz baja.
-¡Voy! ¡Voy! -manteniendo el cojín sobre su parte delantera se incorporo y entró a la cama.
-¡Suelta el cojín ya Kirk! -ella tiró de las sabanas y mantas sobre él.
-No -negó con la cabeza apretando su agarre bajo las mantas.
-¡Esta bien haz lo que quieras con él! -estiró las manos y agarró su camisa, tirando de ella hacia arriba -Quítate esto.
-¿Qué? -él la miró con el ceño fruncido.
-¡Venga Kirk! ¡Pon de tu parte! -y ella tiró bruscamente cuando él levantó los brazos, teniendo que tirar mas cuando no consiguió sacarla por su cabeza.
-¡Ah! ¡Espera que me arrancas la cabeza! -Kirk gritó llevando las manos a la tela enredada alrededor de su cuello.
-¡No sale! -Elsepth tiraba hacia detrás con fuerza mirándole nerviosa -¡¿Como la metiste?! ¡Es imposible!
-¡Ah! ¡No seas bruta espera! -Kirk y el movió el cuello de la camisa hasta que finalmente se rajó y ambos se quedaron quietos. Entonces Elsepth apartó la tela y él la miró -¡¿Qué?! ¡No es mi culpa! ¡El agujero es muy pequeño!
-¡O tu cabeza muy grande! -y ella no pudo evitar reir tirando la camisa al suelo.
Entonces escucharon los murmullos tras la puerta y ambos se acomodaron en la cama, Kirk extendiendo el brazo y ella apoyándose sobre su pecho.
-¡Adelante! -Elsepth habló y ambos se quedaron mirando la puerta que no se abría.
Unos segundos después se abrió despacio y el mayordomo se asomó con la cara tan colorada casi como el tapiz que decoraba las escaleras de palacio.
-Con permiso señores, les traemos el agua para el baño -el hombre se apartó dejando paso a los sirvientes que cargaban los cubos de agua, que entraron rápidamente sin mirarles, pero todos sonrojados.
-El desayuno señores -después una sirvienta entro, seguida de otras dos, con bandejas con dulces, zumo, pan y frutas. Nerviosas todas dejaron la comida sobre la mesa del centro de la habitación y salieron prácticamente corriendo de la habitación.
Cuando todos se fueron, ambos miraron la puerta con el ceño fruncido.
-¿Por qué nos traen el desayuno? -Kirk miró la mesa -¿No bajamos con los demás?
-Nos acabamos de casar Kirk -Elsepth giró el rostro y le miró sonriendo -Se espera que no salgamos de esta habitación en unos días -y ella se apartó, deslizándose por la cama y saliendo de ella.
-¡¿Unos días?! -Kirk la miró y desvió la vista al verla salir de la cama con el camisón de la noche anterior.
-Como mínimo -Elsepth se colocó la bata -Nos traerán la comida y la cena.
-¡¿Y qué vamos hacer aquí encerrados todo el día?! -él la miró entonces frunciendo el ceño.
-Yo de momento darme un baño -y caminó hasta detrás del biombo.
-¡¿Y después?! -cruzando de brazos miró el biombo tensándose al ver la sombra de ella quitándose la ropa.
-¡Pues no se Kirk! ¡Charlar, relajarnos, leer, jugar al ajedrez! -Elsepth se sumergió en el agua caliente suspirando.
-¡¿Leer?! -Kirk hizo una mueca mirando hacia la ventana, viendo el maravilloso día que hacía y que él no podía disfrutar cabalgando. Se tumbo mirando el techo pensativo y finalmente suspiró y salió de la cama, caminando hacia la mesa donde estaba la comida, alargó la mano tomando una uva.
-¡¿No estarás desayudando no?! -y cuando ella preguntó, él estaba introduciendo la uva en su boca -Un esposo espera que su mujer termine su baño para desayunar juntos.
-¿Te queda mucho? -Kirk suspiró tragando la uva y mirando a su alrededor -Me aburro.
-No mucho -ella río.
Caminó por la habitación, observando las flores frescas sobre el mueble del fondo y sus ojos se fijaron entonces en la pequeña mesa junto a estantes de libros. Se acercó y observó los libros, en francés e ingles. Sus dedos se movieron por ellos, libros de historia, de batallas, libros de entrenamiento. Negó con la cabeza sonriendo. Bajó la vista a la mesa y con curiosidad abrió el cajón viendo dos libros más en su interior. Tomó uno de ellos, con la tapa roja y unos símbolos dorados grabados, lo alzó y lo abrió.
Frunció el ceño, giró el libro al mismo tiempo que su cabeza se inclinaba a un lado, observando el dibujo. Y sus ojos se abrieron bruscamente y lo cerró rápidamente.
Se quedó con el libro en sus manos, mirando al frente, con los ojos aun abiertos. Tragó saliva y volvió a abrir el libro despacio, inclinándose hacia delante mirandolo.
-Lista -Elsepth salió tras el biombo cubierta con una nueva bata y frunció el ceño al ver que él daba un saltó y el libro caía de sus manos.-Ah, has encontrado mis libros secretos -sonrió caminando hacia la mesa de la comida -Son muy instructivos ¿no crees?
-¿Pero qué clases de libros lees tu? -Kirk la miró sorprendido.
-Los tenia Kenneth en su barco, son de la India creo -ella se encogió de hombros -Los tome prestados.
-¿Se los robaste a tu hermano? -se agachó tomando el libro y lo dejo en su lugar, cerrando de nuevo el cajón -Ni siquiera puedes entender lo que pone.
-Bueno, no creo que necesite leerlo -y ella alzó ambas cejas -Las imágenes son bastante explícitas. Kirk se quedó en silencio mirandola y frunció el ceño.-¿Qué? -ella sirvió zumo en una copa y bebió, después se acercó a él y le paso la copa -Cuando pones esa cara estas pensando en algo que no te atreves a preguntar.
-Es que... bueno... tienes esos libros aquí y ¿los has revisado todos? -preguntó incomodo, alzando la copa para beber.
-Todos -ella asintió sonriendo -Pero tengo algunas dudas sobre algunas posturas.
Y el Indisciplinado se atragantó con el zumo, a lo que ella tuvo que acercarse y golpear su espalda para que se repusiera. Finalmente él inspiró aire y se giró y la miró.
-¿Y para qué? -volvió a fruncir el ceño.
-¿Para qué? ¿Para qué crees tú? -se encogió de hombros -Curiosidad. Y me pareció muy interesante. -sonrió al ver que él se sonrojaba -Creo que en estos días te he visto sonrojarte más que en todos los años en los que nos conocemos. -se sentó a la mesa, señalando la otra silla -Desayunemos anda y después -se inclinó sobre la mesa mirándole -Te reto a una batalla guerrero.
-Perderás de nuevo -Kirk se sentó a la mesa mirandola con una sonrisa -Tienes que reconocerlo amorcito, eres mala jugando al ajedrez.
-He aprendido mucho en estos años en palacio cariño -y ella tomó una fresa y la llevó a sus labios.
Y durante el resto del día Lord y Lady Lancaster permanecieron encerrados en la habitación, jugando al ajedrez, hablando de cuando eran niños y habían ocasionado algunos problemas o contándose las cosas que habían ocurrido en los últimos tiempos. Incluso Elsepth le mostró algunos libros de entrenamiento que a él le parecieron bastante interesantes.
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