Capitulo: Ver
Sus ojos se abrieron lentamente, viendo la chimenea, el fuego crepitando en ella. Desvió la vista hacia la ventana y los rayos del sol le mostraron el inició de un nuevo día. El brazo se apretó en torno a su cintura. Se tensó, consciente de el aliento de él rozando su cuello, de su pecho pegado a la espalda de ella, de sus piernas enredadas con las suyas.
Kristal se mordió el labio, mientras sus dedos sujetaban la piel que la cubría con fuerza. Estaba pegada a él, su trasero estaba perfectamente encajado, en esa parte, esa parte que ella ya había visto y que a pesar de la sabana y del vestido que ella llevaba, podía notar perfectamente.
se removió, intentando alejarse de él, deslizándose hacia el filo de la cama, pero estaba claro que Aidan no estaba muy dispuesto a permitírselo. Su brazo tiró de ella, arrastrándola los pocos centímetros que se había apartado, encajándola perfectamente en el lugar que había estado antes.
Contuvo el aliento, sintiendo como su rostro ardía, consciente de la situación. Movió la mano, situándola sobre el brazo. Su piel estaba caliente, podía sentir el calor que irradiaba. Acarició su brazo, hasta llegar a la mano, sujetándola, volvió a moverse sobre la cama. Y de nuevo el brazo se tensó y la regreso a su lugar, pegándola aun mas contra su pecho.
Kristal suspiró. Sus dedos se entrelazaron con los de él y apretando su mano, levantó levemente el brazo y con cuidado, se apartó. Despacio se deslizó por la cama, hasta poder salir de esta, aun sujetando la mano de él. La pieles se deslizaron al suelo, con cuidado, dejo la mano de Aidan sobre la cama y cuando soltó sus dedos, él se removió y los ojos de ella recorrieron el cuerpo de él, parándose en su entrepierna, donde la sabana se deslizo, dejando parte de la piel de su cadera a la vista.
Ella se apartó, evitando mirar. Rodeó la cama y se dirigió a la mesa, donde bebió un poco de agua. Volvió a girarse hacia la cama y le miró. Se acercó despacio y dudando sus manos se acercaron a su brazo. Tirando de él, le tumbo sobre su espalda y su mirada se desvió hacia su cadera, tomó con rapidez la sabana y la subió, cubriéndole hasta el vientre, dejando a la vista la herida.
Con su daga, cortó la venda y observó la herida, mientras sus dedos acariciaban el alrededor.
Sintió que la respiración de él cambió. Miró su rostro y estaba despierto, estaba mirandola.
-¿Has descansado? -se sonrojó al darse cuenta de su pregunta.
-Si -respondió, mirandola fijamente.
Ella se quedó mirándole, mirando sus ojos, su mirada. Su ceño se frunció.
-Tenéis la misma mirada -y cuando habló, se respondió a sí misma -¿Puedes hacerlo con cualquier animal?
-No -habló pensativo -Solo con Deigh.
-¿Cuando lo supiste? -se sentó junto a él en la cama.
-No lo sé -el frunció el ceño -Simplemente podía hacerlo, siempre he podido ver a través de él, sentir lo que siente, entenderle.
-Cuando me alcanzaron en el bosque, Deigh apareció, me defendió -le miró a los ojos -Eras tú. -vio como él asentía -Cuando me siguió por el bosque, tú me encontraste porque me estabas viendo.
-No importa donde estés, siempre te encontrare -y Aidan habló con seguridad.
Unos golpes en la puerta hizo que ambos miraran hacia ella. Esta se abrió y Kerten entró, mirándoles.
-Perdón -cerró tras él y caminó hacia ellos-¿Necesitan algo?
-Algo con alcohol -y Kristal se levantó de su lugar y caminó hacia la mesa, consciente de los ceños fruncidos puestos en ella.
-¿De beber? -Kerten miró a Aidan y de nuevo a ella.
-Si, de beber -y ella giró el rostro para mirarle, mientras sus manos se movían por la mesa, tomando lo necesario.
-De acuerdo -y Kerten volvió a salir de la casa.
-¿Para qué? -Aidan la observó.
-Para tú -y ella le miró de reojo -Tenemos que cicatrizar tu herida. Es mejor que bebas algo para usar el Fuego de Madre.
Cuando Kerten regresó traía una botella con él. Kristal le pidió que se la entregara a Aidan y él bebió un par de tragos.
-Sujétale -Kristal se acercó a la cama, mirando a Kerten.
-No es necesario -Aidan miró a Kerten.
-Es mejor así -y ella le miró y de nuevo a Kerten -Sujétale.
-Eh -él miró a ambos nervioso.
Finalmente Aidan suspiro y asintió y Kerten se acercó a la cama. Dudó cuando sus manos se acercaron a los brazos de de él. Finalmente le sujetó por las muñecas.
Kristal miró su herida, después a él. Sus manos temblaron. A pesar de todas las veces que lo había hecho, de todos los hombres a los que había curado, sus manos temblaron cuando llegó el momento de hacerlo. No quería hacerle daño, no quería ver sufrir a Aidan MacCarty y menos provocarlo ella.
-Hazlo -Aidan le habló en voz baja -Estaré bien.
Y ella lo hizo. Sorprendiéndose al ver que Aidan apretó los labios en una fina línea, tensando la mandíbula, ante el dolor. Pero en ningún momento gritó o gimió. Su cuero se tensó pero tampoco luchó contra el agarre de Kerten.
-Ya esta -ella se apartó, dejando las cosas sobre la mesa y mirándole.
Kerten liberó los brazos de Aidan y asintió, se giró y caminó hacia la puerta.
-Estoy bien -Aidan respondió a la pregunta que ella no había formulado, pero que estaba en su cabeza.
-Lo sé - y Kristal se inclinó sobre él, besando sus labios.
Kerten giró el rostro en el momento exacto en que ella le besaba, desvió la vista sonriendo levemente y cuando abrió la puerta de la casa, un gruñido resonó.
-¡Mierda! -y gritó saltando a un lado, apartándose del caminó del animal que casi se lanzo hacia él.
Kristal se giró rápidamente, observando sorprendida al lobo que avanzaba hacia ella.
-¡Deigh! -y se arrodillo en el suelo, extendiendo los brazos hacia el animal, al que abrazó cuando estuvo cerca y acarició sonriendo -Eres tan fuerte como tu dueño -acarició su cabeza, mirándole a los ojos -¿Como has llegado hasta aquí?
-El siempre sabe donde estoy -Aidan recostado en la cama, observó al lobo, entre los brazos de ella.
-Déjame ver -y Kristal movió las manos por su lomo, acariciándolo y acercándose a la herida -Estas muy recuperado.
-Mi hermana le atendió -Aidan observó como ella se incorporaba y Deigh se acercaba a la cama. El lobo apoyó la cabeza sobre la cama, mirándole fijamente. Entonces él extendió la mano y le acarició la cabeza.
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