Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capitulo: El respeto

Sentía el peso de él sobre su espalda.

Aunque había pretendido que Aidan montara delante de ella, estaba claro que él aun tenía fuerzas para hacer su voluntad. Y finalmente, habían subido al caballo como en todas las ocasiones anteriores, salvo que esta vez era diferente.

El Frio apenas se mantenía despierto, parecía no tener fuerzas para mantenerse despierto durante todo el tiempo. Su cuerpo se tambaleaba, cayendo hacia delante, sobre la espalda de ella, sus ojos se cerraban, cuando parecía perder la consciencia, pero su agarre no aflojaba. Sus manos sujetaban con fuerza la cintura de ella.

Kristal giró el rostro levemente, viendo la cabeza de él apoyada en su hombro. Sintió las lagrimas acudiendo a sus ojos y su cabeza se inclinó hacia la de él. Volvió a mirar al frente y por fin, el acantilado apareció ante ellos.

Frenó al caballo, viendo a los guerreros imitarla. Observó a Kerten desmontar y acercarse a ella, asintió y cuando él trató de ayudar a Aidan a bajar, este la apretó entre sus brazos.

-Aidan -Kristal susurró las palabras con el rostro girado, hablando a su oído -Hemos llegado, tienes que dejar que Kerten te ayude a bajar. -pero él apretó mas las manos en su cintura -Por favor. -y finalmente los dedos de él aflojaron su agarre y ella miró a Kerten y asintió.

Sintió su corazón encogerse, al ver al gran Aidan MacCarty, desmontar con ayuda de sus hombres y sujetados por los mimos. Desmontó del caballo y se acercó. Pudo vislumbrar los ojos de él abriéndose levemente, pero incapaces de aguantar, volviéndose a cerrar.

-Preparad algunas pieles para acostarle -habló alzando la mano y colocarla en la frente de él, para comprobar que tal como pensaba, fiebre estaba subiendo.

-¿Como esta? -Kerten la observó preocupando, sosteniendo a Aidan, apoyándolo sobre su hombro.

-La fiebre está subiendo -se colocó al otro lado de Aidan, tomando su brazo y pasándolo sobre sus hombros.

Juntos, le llevaron hasta el lugar donde dos guerreros estaban disponiendo pieles, y entonces le recostará sobre estas. Kristal se arrodillo a su lado, cubriéndole con mas pieles y mirando su rostro.

-Esta anocheciendo -Kerten miró el cielo -Organizaremos el campamento y mañana en la mañana...

-Vamos a ir por esa planta ya -y ella habló incorporándose. Le miró -Que algunos hombres preparen una hoguera, que se encarguen del campamento, pero trae a otros al filo del acantilado.

Kerten la observó por unos segundos, finalmente asintió y se alejo en dirección al grupo de hombres.

Cinco guerreros, entre ellos Kerten, estaba parados en el acantilado, ante ella, con cuerdas. Observo a los hombres.

- Ya sabéis que planta estamos buscando. Hay que escarbar y sacarla de raíz, no rompáis su tallo -señaló al acantilado -Coged las que encontréis. Quizás necesitemos mas en el futuro -arrebato a Kerten la cuerda que él tenía -Dividíos de dos en dos a lo largo del acantilado, Kerten, tu conmigo.

-¿Vais a bajar? -él preguntó sorprendido, pero todos los guerras la estaban mirando de la misma forma.

-Ya lo hice antes -y ella les miró, todos se alejaron rápidamente, mientras Kerten sonreía -¿Por qué esa sonrisa?

-Eres la única persona, que logra que él, haga lo que le pides -se acercó a ella y la ayudo a anudar la cuerda en torno a su cintura -Pero sin duda no estar nada contento cuando sepa que te dejamos bajar por el acantilado.

-Tu le aprecias -Kristal tensó la cuerda y dio varios pasos atrás, situándose al filo, viendo como él se ataba el otro lado de la cuerda y la tensaba sosteniéndola en sus manos -Y pienso que él también te aprecia.

Se deslizó por el acantilado, sintiendo el dolor en sus manos cuando rozaba las rocas. Moraba la diferencia con la vez anterior. Ahora estaba más cansada, sus manos dolían, su cuerpo parecía moverse con mas pesadez. Pero solo tenía que pensar en Aidan enfermo, débil para saber que nada importaba, salvo conseguir esa flor.

Giró el rostro y vio a los guerreros, a lo lejos, descendiendo por las rocas, decididos a ayudar al Frio.

Siempre se había preguntado, como lograba su madre que todos a su alrededor la escucharan y sin dudar, la obedecieran. Hoy podía sentirse así. Todos los guerreros habían obedecido sus órdenes.

Desde el momento en que les ordeno ayudar a Aidan a subir al caballo y emprender el viaje, hasta llegar aquí, montar el campamento y descender por el acantilado. Ahora que el Frio estaba herido, debía suponer que Kerten era quien tenía que dar las ordenes. Él debería estar al mando y sin embargo, él mismo estaba obedeciéndola.

Jadeó al sentir como el lado afilado de una roca raspó su brazo, sintió las gotas de sangre resbalar por piel. Ignoró el dolor y siguió deslizándose por el acantilado. Sus ojos no perdían detalle de cada roca, cada saliente, hasta que vislumbro lo que tanto deseaba. Su brazo se estiró, agarrándose al saliente y tirando de su propio cuerpo, hasta acercarse a la planta. Sacó la daga de su cinto y rápidamente se dispuso a raspar la arena, hasta poder llegar a la raíz.

Con la planta al fin entre sus dedos, tiró de la cuerda y en cuestión de segundos, Kerten estaba tirando de ella, ayudándola a subir rápidamente.

-La tengo -habló mientras aceptaba las manos de él, tomándola de los brazos para ayudarla a subir el último tramo.

-Estas herida -Kerten la ayudo a levantarse, mirando la sangre en su brazo.

-Estoy bien -Kristal caminó a prisa hacia la hoguera -Poned a hervir agua, voy a limpiar la raíz.

-Hemos encontrado una planta señora -un guerrero se acercó corriendo a ella.

-Humedeced un paño y envolvedla -se sentó junto a la hoguera, y con la daga limpio la raíz, después tomó un cuenco y machaco las hojas en él -Necesito que me traigas mi bolsa.

-Voy -Kerten se alejo corriendo hacia el caballo y regreso con la bolsa, tendiéndosela.

-Bien -Kristal mezcló las hojas con algo de Fuego de Madre. Escuchó gemir a Aidan y le miró, le vio removerse.

-Está inquieto -un guerrero que estaba al otro lado de la hoguera la miró -Desde que usted se alejo.

-Deberíamos curar su brazo -Kerten se arrodillo junto a ella.

-El agua ya hierve, hay que echar la raíz -Kristal dejó el cuenco a un lado, pero cuando iba a levantarse, Kerten la sujeto del otro brazo.

-Yo lo hare señora -y el otro guerrero tomó la raíz y se acercó a la hoguera.

-Ahora curemos tu brazo mientras la raíz hierve -y Kerten abrió la bolsa y frunció el ceño, mirando su interior. Tomó un frasco y luego otro, los observo y la miró a ella confundido.

-Este -Kristal sonrió levemente señalando el frasco y mientras él limpiaba la herida y le vendaba el brazo, miraba a Aidan.

Cuando su brazo estuvo vendado, se incorporo y vertió un poco de la raíz hervida en un cuenco. Se acercó a Aidan y se sentó a su lado, acariciando su rostro.

-Estoy aquí -le susurro junto al oído -Te vas a poner bien -respiró hondo, sus manos se movieron sobre las pieles, apartándolas y después retirando la tela de su ropa, dejando su vientre a la vista. Sus dedos temblaron cuando tocaron su piel. Limpió la herida, y conteniendo la respiración, coloco ungüento en ella. Apretó los labios al oír el gemido de dolor de él, cuando introducía los dedos en la herida. -Lo siento -después la vendó. Con ayuda de Kerten, le incorporó, apoyándole contra el tronco del árbol que había tras él y acercó el cuenco a sus labios -Aidan, tienes que beber -al ver que no reaccionaba, rozo sus labios con los dedos y se inclinó hacia él para hablarle al oído -Tienes que beberte esto, para poder estar a mi lado. -y el entreabrió los ojos, mirandola, entonces sus labios se abrieron y Kristal acercó el cuenco para que bebiera.

De nuevo lo recostaron y en esta ocasión, ella se tumbo a su lado, tomando su mano y sosteniéndola para que supiera que estaba a su lado. No sabría decir el momento exacto en que sus ojos se cerraron, dejándose llevar por el sueño. Pero despertó al oír un trueno y se incorporó bruscamente, para ver a los guerreros de pie ante la hoguera.

-¿Va a llover? -Kristal miró a Kerten, que alzaba la vista al cielo.

-Se acerca una tormenta -El asintió, la miró y miró a Aidan. -Hay un pequeño asentamiento aquí cerca, pero no podemos arriesgarnos a que la tormenta nos sorprenda en el camino. - entonces él miró hacia los caballos -¡¡Coged la lona!! -y se acercó a ella para tenderle la mano.

Los guerreros se dispusieron alrededor de Aidan, sondados dándole la espalda, sosteniendo sobre sus cabezas la lona, creando de esta forma una tienda, que le cubriera de la lluvia.

Kristal observó maravillada, el ardor y decisión de este clan, por proteger a su futuro Laird. Ellos, le respetaban y le querían. Mantenían su distancia pero estaban a su lado.

-Debes entrar, con él -Kerten se paró a su lado, señalando el lugar donde no había guerrero.

Kristal le miró y tras asentir, se agacho y entro en la improvisada, arrodillándose pegada al cuerpo de él. Vio como Kerten se sentaba en el lugar por el que ella había entrado, sosteniendo la lona. Escuchó un nuevo trueno en la lejanía y pronto, la lluvia comenzó a caer.

Miró a su alrededor, consciente del poco espacio que había, apartó las pieles y con cuidado se deslizo sobre el cuerpo de Aidan, evitando poner su peso sobre el lado en el que estaba la herida. Se tapó con las pieles y se sonrojó al alzar la vista y ver el cuello de él, al saber que estaba prácticamente tumbada sobre su cuerpo, son la mano sobre los músculos de su brazo y sus otros dedos sintiendo la piel desnuda de su pecho.

Su mano se aparto del pecho y la alzó para colocarla en la frente de él, notando que aun tenía fiebre. Sus dedos acariciaron su rostro, hasta llegar a su cuello. Escuchó su suspiro y su cuello se estiró, consiguiendo que sus labios quedaran cerca. Su mano acarició su mejilla de nuevo y pegó los labios a los de él, besándole de forma delicada. 

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro