Capitulo 9: ¿Que quieres?
-¿Pero cómo se te ocurre? -Javrik negó con la cabeza suspirando.
-¿Crees que lo hice a propósito? -Lucien hizo una mueca -Se puso de pie en la puñetera barca y empezó a pelear conmigo para arrebatarme el remo.
-Desde luego -Javrik rió a carcajadas -No te sale nada bien. -miró a su primo que lo miraba molesto y trató de aguantar la risa -Mira el lado bueno.
-¿Hay un lado bueno? -Lucien frunció el ceño.
-Sacas su lado más libre -se encogió de hombros -Está dejando de comportarse como una dama estirada, al menos contigo.
-Si, bueno...-bajó la vista al suelo.
-¿Qué? -Javrik dejó de caminar, mirándole con el ceño fruncido -¿Que es lo que no me estas contando?
-Digamos que, yo la empuje a ser tan distante conmigo -suspiró -Quizás a serlo con todos.
-¿Cómo? -lo miró atentó -¿Por tu beso?
-Joder, siempre la vi como una mocosa malcriada, no se... había algo en ella que me impulsaba a molestarla pero, fui un idiota -pasó las manos por su pelo -No pare de recordarle que era la hija de los duques, una señorita, le hice pensar que no encajaba alli, que no era su lugar y ...
-Y ella se marchó -Javrik asintió, colocó la mano en hombro -La lastimaste y eso nunca dejara de pesarte. Se lo que digo. -apretó la mano en su hombro -Así que ahora tendrás que esforzarte por hacerle ver que tú eras un imbécil y te equivocaste. Que ese era su lugar -se inclinó hacia él -Que su lugar esta a tu lado. Porque lo está ¿no?
-Si-y él respondió rápidamente, alzando el rostro y mirándole con decisión.
-Bien -Javrik suspiró -Entonces vamos, lidiemos primero con tu metedura de pata y con el marquesito y después vernos como lo hacemos con el tío Ewan.
Siguieron caminando hasta llegar a la esquina del castillo y girar para entrar de lleno en los jardines, donde se estaba terminando de organizar la fiesta del inició de los juegos. Atraídos totalmente, los ojos de Lucien la encontraron inmediatamente y se entornaron al ver que paseaba tranquilamente hablando y riendo con Lord Adrian Withword. Se notaba la familiaridad entre ellos, la confianza, hablando y disfrutando de un agradable paseo.
En un momento Clere hizo una mueca bajando la vista hacia sus pies y alzando levemente su vestido para ver su zapato desabrochado. Sin dudarlo, Adrian se agachó arrodillándose sobre una rodilla y deslizando las manos sobre sus botines de tacón para atarlos, mientras ella pareció mirar al frente y tras parpadear bajar la vista y sonreírle.
Lucien sintió que su cuerpo ardía, viéndole arrodillado ante ella, con sus dedos tan cerca de su tobillo, de tocar su piel.
-Cuidado con lo que haces -Javrik le apretó el brazo, con la vista fija en otro lugar.
Lucien miró y vio a Ewan caminando con su mujer por el jardín, sus ojos se posaron en su hija y se iluminaron, sonriendo ampliamente, hasta que sus ojos bajaron al suelo y vieron a Adrian. Entonces parecieron casi salir de sus orbitas, apretó la mandíbula y su gran zancada fue detenida por la mano de Helen que le tomó del brazo tirando de él en dirección contraria.
Rápidamente Ewan miró a su alrededor desesperado, hasta encontrarse con la mirada de Lucien, entrecerró los ojos y señaló con la cabeza hacia ellos, una y otra y otra vez.
-Si supiera lo que está haciendo -Javrik habló en voz baja, sonriendo, viendo como Lucien se alejaba de él en dirección a ellos.
-¿Todo bien? -se paró tras Adrian, con la vista fija en Clere, que le miró y entrecerró los ojos.
-Oh, buenos días Lucien -Adrian se incorporó mirandola.
-Gracias -y ella fijo la vista en él y le sonrió asintiendo.
-Ha sido todo un placer -y el inclinó su cabeza levemente.
-Clere -dijo su nombre con los labios apretados -Necesito hablar contigo.
-¿No puedes esperar? -y ella alzó su brazo tomando el de Adrian -Estamos dando un paseo.
-Es importante -la miró fijamente.
-Nuestro paseo también lo es -y ella alzó la barbilla con orgullo -Hablaremos después.
-No, será ahora -y él dio un paso adelante y la tomo del brazo, tirando de ella -Discúlpanos Adrian, pero Ewan me pidió que le comentara algo. -y la arrastro con la mano rodeando su brazo.
-Claro -Adrian frunció el ceño observando cómo se la llevaba.
-¡¿Que haces?! -gritó en voz baja, mirándole furiosa -Suéltame Lucien.
-No -y siguió arrastrándola hasta llegar a un lateral del jardín, junto a la pared oeste del castillo.
-¡¿Quieres soltarme?! -Clere gritó, tirando de su brazo, consciente de que nadie estaba cerca para oírla. -Si lo que quieres es disculparte por lo del lago...
-¿Disculparme? -el la miró alzando una ceja -¿Por que tengo yo que disculparme?
-¡¡Me tiraste al lago!! -lo miró furiosa, apretando las manos contra su vestido.
-Mas bien, tú me tiraste a mi -la señaló con el dedo -Nos tiraste a los dos -se señaló a él y después se cruzó de brazos -Habría sido un paseo en barca tranquilo si no te hubieras empeñado en quitarme el remo.
-¡Es que yo no quería dar un paseo en barca contigo! -Clere gritó alzando el rostro al cielo y volviendo a mirarle -¡No quiero que me hagas jugar con una espada de madera! ¡No quiero que me sigas! ¡No quiero que te deshagas de mis guardias! ¡No quiero que estés aquí!
Se quedaron en silenció mirándose unos segados, hasta que él dio un paso hacia ella e instintivamente Clere dio un paso atrás.
-¿Estas segura? -y Lucien volvió a avanzar, obligándola a retirarse, chocando con la pared, viendo el momento exacto en que ella pensó en salir corriendo y actuando sin pensar, colocando las manos sobre la piedra del castillo, enterrándola entre sus brazos, inclinándose mas sobre ella, mirandola -Dime ¿Estas segura?
-Si -ella tragó saliva con dificultad, sintiendo su respiración acelerarse.
-Mentirosa -habló en un susurro sonriendo levemente, inclinando su rostro hacia ella para que sus labios acariciaran su oreja al hablar -Las damas no mienten Clere -y su boca se movió sola, con los labios rozando su mejilla, hasta que se pararon sobre sus labios entreabiertos. Se dijo a si mismo que se iba a apartar, su mente se lo estaba diciendo, pero su labio inferior se estaba moviendo solo, rozando el de ella. Entonces se dio solo un beso, un dulce beso. La miró a los ojos, viendo el deseo de que la besara y supo que nada lo detendría, ni siquiera el mismo. Tomo sus labios suavemente acariciándolo con los suyos, sintiendo su suavidad, su sabor, sintiendo que estaba en el paraíso. Y entonces ella abrió su boca y sus lenguas se rozaron y supo que estaba perdido. Un gemido salió de lo mas profundo de su garganta, mientras su cuerpo cedía, empujándola contra la pared, apretándose contra ella. Sus dedos se retorcieron sobre la roca, sintiendo sus manos picar por tocarla, por acariciarla.
El sonido de los caballos, de las ruedas de carruajes rozando la piedra, los gritos llegaron a ellos, pero no importaba nada.
-¡¡¿Clere?!! -y entonces la voz de Alec MacClain hizo que ambos se separaran bruscamente.
Lucien la miró, sorprendido, jadeante, mientras ella seguía pegada a la pared, mirandolo desconcertada, como si acabara de recordar algo que había olvidado.
-¡Clere! ¡Elsepth y Constance están llegando! -y el grito de su hermano la hizo regresar de lo que fuera que estaba en su cabeza. Y salió corriendo por el jardín.
-¡Clere! -Lucien se movió deprisa tras ella pero al verla llegar hasta su hermano dio un paso atrás, escondiéndose tras la pared y apoyando la cabeza en la fría roca, inspiró aire varias veces, mientras trataba de recolocar el signo evidente de su excitación.
-¿Estas bien? -Alec frunció el ceño mirando a su hermana.
-Perfectamente -y ella le sonrió y tomo su mano tirando de él -¡Vamos!
Llegaron al patio donde Ewan y Helen estaban parados junto con Davinia y Kirk, que observaban los ginetes y carruajes que se adentraban en el patio. Alexander Algart junto a su hijo Kendrick pararon sus caballos sonriendo.
-¡Conde! -Ewan se acercó a estrechar su brazo.
-¿Tanto te aburres en tu castillo que organizas unos juegos? -Alexander sonrió, después se acercó a Helen -Estas preciosa Helen.
-Me alegro de verte Alexander -y ella se acercó a darle dos besos.
-¿Pero cómo puedes estar más hermosa cada día? -el Conde tomo la mano de Davinia que le miraba sonrojada con una sonrisa, la beso y después la abrazó dando un beso en su frente. Y tras soltarla miró a Kirk -¿Sigues metiéndote en líos?
-Se hace lo que se puede -el rió abrazándole.
-Sentimos el retraso -Alec se acerco con su hermana tomada del brazo.
-Alec -Alexander estrechó su brazo y después extendió la mano hacia Clere -Señorita, has logrado que tu padre llene su castillo de caballeros pomposos -se inclinó y ella rió, para después alzarse y abrazarla besando su mejilla.
Kendrick Algart ya había desmontado su caballo y tras saludar a Ewan y Helen, había estrechado la mano de Kirk y se había parado ante Davinia.
-Hola -le sonrió inclinándose y tomando su mano -¿Como van las clases de piano?
-Hola Kendrick -y ella le sonrió con los ojos brillantes -Podrás oír tu pieza favorita esta noche.
-Lo espero ansioso -y la beso para después acercarse a Alec y estrechar su mano -¿Hay buenos caballeros?
-Alguno que otro -Alec asintió -Y también algunos guerreros -y movió la cabeza señalando con la cabeza a Lucien que se acercaba cambiando hacia ellos
-Vaya, esto no me lo esperaba.
-Hola Kendrick -Clere le hablo y el la miró sonriendo, tomo su mano llevándola a sus labios y después se inclino hacia ella susurrando en su oído -¿Lord Adrian Withword? -y cuando se apartó mirandola, vio como ella se encogía de hombros. Entonces miró a Lucien y frunció el ceño al ver como miraba sus manos unidas.
-¡Lucien Bukchaman! -Alexander se acercó a palmear su hombro
-Hola tío -Lucien le sonrió.
El resto de ginetes habían ido entrando, precediendo los dos carruajes que les seguían. Uno con el escudo del Condado de Winxton y otro con el del Barón Archivald.
Javrik que se acercaba a ellos, caminó ansioso hacia su carruaje, abriendo la puerta.
-¡Papi! -la pequeña Niara saltó del carruaje hacia los brazos de su padre, que la estrechó contra su pecho.
-Voy a ayudar a mama cariño -Javrik dejo a su hija en el suelo a su lado y extendió la mano para ayudar a Isobel a bajar del carruaje, para instantes después, tomar en sus brazos a su pequeña Beth de un año e inclinarse a besar a su mujer -Te he echado de menos.
-Y yo a ti -Isobel alzo las manos al cuello de su marido.
-¡Hola cariño! -Helen se agachó para estrechar a Niara entre sus brazos -Pero que grande estas .
Alexander se acercó a abrir el carruaje de su condado y extendió la mano para ayudar a bajar a su esposa, mirandola con una inmensa sonrisa.
-Buenas -Eara miró a Ewan sonriendo.
-Bienvenida Rubí -Ewan sonrió divertido mirando de reojo a Alexander y después se acercó a darle dos besos a Eara -¿El viaje bien?
-Muy bien -ella asintió y miró a Davinia y Clere -¿Un abrazo?
Y las dos se acercaron para abrazarla riendo.
Kendrick extendió el brazo para tomar la mano de su hermana Elsepth de veinte años, que con una sonrisa salió del carruaje mirando a todos.
-¡Elsepth! -Davinia la abrazo y ella respondio a su abrazo sonriendo. Después se acercó a Clere para abrazarla, mirando de reojo con sorpresa a Lucien.
-Parece que tienes mucho que contarme -le hablo al oído y sonriendo y se giró hacia Lucien mirándole con excesiva sorpresa -Jamás pensé que te vería aquí Lucien. Deben de ser unos juegos extraordinarios para que vinieras.
-Eh, si -el la miró dudando, se acercó y le dio un beso en la mejilla.
-Quiere dejar el nombre Bukchaman bien alto -Alec rió inclinándose para que ella depositara un beso en su mejilla.
-Sin duda lo conseguirá -Elsepth sonrió mirándole de reojo y fijo la vista en Kirk, le abrazo -¿Algo interesante que contarme?
-Mucho, mucho -Kirk rió estrechándola entre sus brazos.
Alec ya había ayudado a bajar a Constance del carruaje que a pesar de sus quince años, lucia regia y altiva, como toda una Dama, después de todo, la Dama de Essex se había ganado a su joven edad el titulo de inalcanzable en la corte. Clere y ella se abrazaron y después Davinia fue la que estrechó a su prima en sus brazos.
-Si que ha crecido -Ewan hablo a Javrik mirando con una sonrisa a la pequeña Beth.
-Si, mucho -y Javrik se la tendió -¿Quieres cogerla?
-Ven con el tío, pequeña -Ewan tomó a la niña en sus brazos mirandola embobado.
-Ve practicando -Alexander le palmeó la espalda -Tras la boda llegan los nietos.
Y la cara de Ewan se desencajó mirando al Conde molesto.
-Eara, Alexander -Diane se acercó a ellos sonriendo.
-Diane -Eara la abrazó -Me alegro de verla
-Mi señora -Alexander tomo su mano y la beso
-Todo está listo para el inició de los juegos ¿por que no pasamos a los jardines? -ella sonrió mirando a todos y saludándolos con un asentimiento de cabeza.
Y así entre música, comida y bebida, el aro de fuego fue encendido por Clere, ya que los juegos fueron en su honor. Bajo la atenta y molesta mirada de Lucien, tras pasar casi toda la fiesta mirando como ella hablaba y reía con el marqués de Sutherland que para colmo, conocía y parecía caer bien a toda la puñetera familia. Tanto Alexander, Kendrick, Eara, como sus hijas. Todos le conocían y no tenia más que ver como hablaban para saber que opinaban que era encantador.
Cuando al fin pudo ver a Clere sin ese patán presuntuoso a su lado, decidió acercarse, a pesar de verla rodeada de Davinia, Isobel, Elsepth y Constance. Pero su, ya no sabía si decir aliada o enemiga, se cruzo en su camino.
-¿Un paseo en barca muchacho? -Diane lo observo seria.
-Yo...-se encogió ante su mirada -Le encantaba pasear en las barcas del lago MacClain.
Ella lo miró seria unos segundos más y después sonrió.
-Hay una costumbre en los juegos ¿sabes? -miró su copa desinteresada -El ganador de un juego puede otorgar el haber ganado a la dama que quiera y pedir así su primer baile en la noche. -y se giró y se marcho caminando con una sonrisa.
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