Capitulo 6: Amor
-Entonces has decidido echarte la soga al cuello esta temporada -Charles se acomodó en su silla, ignorando la mirada de reproche de su padre.
-Tu deberías ir pensando ya en buscar tu propia soga o tendré que hacerlo yo -Robert alzó su copa sin apartar la mirada de su hijo. Miró entonces a su sobrino -¿Alguna candidata en especial?
-Lady Hemsley -Kendrick contesto con seguridad -Pase tiempo conociéndola la temporada pasada. Es correcta y educada, le gusta la música, es hija de un Barón, ha sido criada para saber llevar un castillo.
-Hablas como si fuera un caballo que vas a comprar -Charles rodó los ojos -¿Te gusta?
-Es hermosa y nos llevamos bien -Kendrick asintió.
-Es frívola y manipuladora como su madre primo -el príncipe negó con la cabeza, levantándose de su lugar -Y está loca por cazarte y convertirse en la Condesa.
-Conócela un poco mas antes -Robert suspiró -Te apoyare en lo que decidas, pero Kendrick -dejo su copa en la mesa y se inclinó sobre esta, hacia él -No solo deberías buscar las cualidades que debe tener una Condesa, sino las que debe tener tu mujer.
-Puede que encajen bien -Charles caminó hacia la venta, mirando a su primo de reojo -A veces pienso que eres tan frío, deja de ser correcto y comportarte como el Conde y piensa como hombre. -miro a través de la ventana y observó a su madre, caminando por los jardines con Davinia -¿Y Davinia?
-¿Qué? -Kendrick le miró bruscamente.
-¿Qué? -el príncipe le miró frunciendo el ceño -¿Que que pasa con Davinia? Por algo ha venido a la corte. Deberíamos estar hablando de como asegurarnos que algún buitre no aproveche la oportunidad. Hay que protegerla.
-Cierto -Robert volvió a apoyar la espalda en su silla -¿Por qué esta aquí Davinia?
-Supongo que quiere lo mismo que tiene su hermana -Kendrick miró la copa en su mano -Es una niña, no creo que logre un matrimonio esta temporada.
-¿Una niña? -Charles comenzó a reír mirando a través de la ventana, volvió a girarse hacia ellos y caminó hasta parar ante su primo -¿Tu la has mirado?
-Davinia se ha convertido en una mujer hermosa -Robert hablo mirando a Kendrick -Es bonita, dulce, educada.
-Sabe tocar el piano, le gusta la poesía -Charles sonrió
-Es hija de un Duque y familia de la corona -Robert alzó una ceja -Además de serlo de los clanes de las Highlands.
-No habléis de ella así -Kendrick se incorporó en su asiento.
-¿Como tú has hablado de Lady Hemsley?-Charles se apoyó en la mesa sonriendo.
-Tienes que ser consciente, de que los nobles la verán como exactamente tú has visto a Lady Hemsley -Robert miró a su sobrino fijamente
-Yo más bien diría, que la miraran como Lady Hemsley lo mira a él -y el príncipe le señalo con un dedo -Como una suculenta presa.
-Siempre te encantaron estas flores -Alisa caminaba junto a Davinia, observando su jardín -Recuerdo que cuando eras pequeña tú y tu hermana llenabais un canasto con ella y después las esparcíais por la sala de juegos.
-Siempre deseé tenerlas en mi jardín -Davinia tomó una de las flores en su mano -Aun no puedo creer que las tenga.
-¿Como? -la reina dejó de caminar y la observó con curiosidad.
-Kendrick me las regalo por mi cumpleaños, sembró todo mi jardín de ellas -Davinia observó la flor en su mano.
-¿Ah si?-Alisa la observó con ambas cejas alzadas, entrecerró los ojos un momento y volvió a caminar -¿Como es que has decidido venir a la corte niña?
-Yo ... -Davinia se sonrojó sin apartar la mirada de la flor que estaba en su mano.
-¿Un hombre? -la reina dejo de caminar de nuevo y se giró hacia ella y sonrió con ternura, tomándola de la barbilla y alzando su rostro -¿Quieres casarte Davinia?
-Quiero amor -y cuando ella respondió, la reina suavizo aun mas su mirada.
-Entonces, atraeremos el amor -y la tomó del brazo -Mañana será tu primera presentación en la corte. Tu primer baile, así que ordenare que te confeccionen un nuevo vestido. Y seguiremos con mas trajes para los siguientes bailes.
-Majestad -una de las sirvientas se acercó a ellas -La cena está dispuesta.
-Gracias -y Alisa tiró de Davinia hacia el interior del castillo -Vamos niña.
Cuanto entraron a la sala, los tres hombres se levantaron de su lugar. La reina se acerco a su lugar junto a su marido y todos observaron como el rey le sonreía y tras depositar un beso en su mejilla, le retiraba la silla para que tomara su lugar.
Davinia observó el plato dispuesto para ella, junto a Kendrick y se acercó, observando como él retiraba la silla para que se sentara.
-¿Que tal has pasado el día pequeña? -Kendrick preguntó tomando asiento junto a ella -Mande una misiva a tu padre confirmando que ya estábamos en palacio.
-Supongo que Ewan estará dividido entre estar con su hija embarazada o venir corriendo a por su pequeña a la corte -Robert sonrió mirando a Davinia -Espero que el vino que he mandado con la misiva le ayude a decidir quedarse alli.
-No creo que mi hermana agradezca eso -Davinia respondió y todos rieron.
-Seguramente necesitara el vino -Kendrick habló y todos le miraron -Cuando en el banquete se supo del embarazo de Clere, él solo gritaba pidiendo más vino. Se bebió todo lo que encontraba.
Cenaron entre risas, hablando de los matrimonios que se habían sucedido en los clanes y de los nuevos niños que ya habían llegado. Después se retiraron a sus habitaciones y dos horas después Davinia estaba en el centro de una gigantesca cama, mirando al techo, sintiendo los nervios de saber que mañana se encontraría en una sala, llena de personas que no conocía, que no la conocían, pero que aun así la juzgarían.
Suspiró y se incorporó en la cama, se deslizó por el colchón, hasta llegar a un lado y bajar de ella. Colocándose la bata sobre sus hombros y descalza como le gustaba, salió de la habitación y caminó por los pasillos, hasta llegar a las escaleras. Bajó los escalones despacio, mientras sus dedos acariciaban la madera del barandal. Cuando llegó abajo, giró dejando a un lado el gran salón e internándose en el pasillo que recordaba la llevaba a la gran biblioteca.
Se paró ante las grandes puertas de madera y las abrió fijando la vista en la gran cantidad de libros que cubría la pared de enfrente. Sonrió, soltando las puertas y camino hasta el centro de la habitación, sin apartar la mirada de sus libros y entonces, como si la llamara, su rostro se giró y sus ojos se encontraron con los de él.
Kendrick estaba reclinado en su asiento tras la mesa, con los brazos cruzados y observándola con una sonrisa.
-A veces me he preguntado si habrá algo que mires igual que a los libros -hablo incorporándose en su lugar.
A ti. Quiso responder ella mirándole acercarse, esperando que al ver su mirada, al comprender como le miraba, obtuviera su respuesta. Pero el no la veía, nunca la veía. No como ella quería.
-¿No puedes dormir? -se paró junto a ella y alzó la mano apartando un mechón de pelo y colocándolo tras su oreja. -Busquemos un libro -le guiño un ojo y se acercó a los estantes, se concentro mirando los libros y se estiró, alzando el brazo y tomando uno. Se giró y se lo tendió a ella sonriendo. -Te gustara.
Davinia observó el libro en su mano, lo tomó despacio y cuando le miró de nuevo, vió como él se apartaba y señalaba el sillón que había junto a la chimenea. Sonrió sentándose y observando como él caminaba de nuevo hacia el escritorio, se sentaba y la miraba para sonreírle de nuevo.
Entonces ella alzó los pies y los subió al sillón, pegando las rodillas a su pecho y abriendo el libro.
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